Damiani y las confesiones de un comisario

Presentación de la película «Confesiones de un comisario», del director de cine italiano Damiano Damiani, en el Cine Club Lux de Pamplona, en mayo de 1974.

El director de cine Damiano Damiani nació en Pasiano (Udine, Italia), en 1922. Tras realizar estudios de pintura en la Academia de Brera, se orientó al cine formándose en la Escuela Neorrealista al lado de Roberto Rossellini. Fue amigo del guionista Cesare Zavattini, muy ligado a esta escuela.

Ya incorporado al mundo del cine, actuó como ayudante de dirección y escenógrafo y escritor de guiones, por consejo de Zavattini.

En 1946 se inicia como documentalista rodando La banda d’affori, Omaggio a una cittá y Le Giostre (“Torneos”), tarea que finaliza en 1954. Se estrena entonces como largometrajista con Il rosetto, un film con trama policiaca, escrito en colaboración con Zavattini, e Il sicario, una tentativa en la misma dirección.

Se propone entonces llevar al cine varias adaptaciones literarias de “La isla de Arturo”, de Elsa Morante, en 1962, y La noia, de Alberto Moravia, en 1965.

Pero es más conocido por sus temas en torno a la mafia italiana, en filmes como “El día de la lechuza”, adaptación de la novela homónima de Leonardo Sciascia, 1968; La moglie piú bella, 1970; “Confesiones de un comisario”, 1971; “El caso está cerrado cerrado, ¡Olvídelo!” y “Yo soy la revolución”.

Al tratar de este director es preciso destacar su filiación comunista que, unida a su formación cinematográfica en el terreno documental, le dan una especial sensibilidad para el hecho socio-político. Esto se une a su declarada tendencia humanista a personalizar los problemas.

Al respecto ha declarado a José Ángel Cortés [1]:

“ El hecho social no me interesa si no está ligado a una persona. Me interesa sólo la persona… Creo que dentro de la persona existe un universo más interesante…

Puedo ser considerado un individualista… Si hago un filme político, lo hago porque las cosas les suceden a las personas. Si debo hacer una película sobre el nazismo, realizaré un filme sobre una persona que se ve forzada a sufrir el nazismo. No encontraría el modo de realizar una película partiendo de una observación de orden histórico, sociológico, político, alejada.

Quiero llegar a hacer un cine todavía más individualista. Hacer un discurso, que quiero que sea social en el sentido de que vaya dirigido a todos, a través del individuo.

El pequeño drama es siempre el drama grandioso del individuo”.

Damiani coloca a sus personajes en el momento en que descubren su propia situación dentro del mundo en el que viven. Busca el momento extraordinario que se produce al descubrir que podemos afrontar  y resolver todos los problemas vitales que llevamos dentro.

Siente predilección por las situaciones en que una persona normal se encuentra frente a un hecho importante, superior a ella. “Me gusta descubrir un héroe en las personas normales” [2].

No cree en una cinematografía pesimista:

“Elijo instintivamente una edad donde existe el drama de la vida, pero también la poesía del descubrimiento de la vida. Todos los films que yo haga serán de personas que la aman” [3].

Otras características de su cine es la de ser una cinematografía realizada con pocos medios, lo que es una herencia del Neorrealismo. El ser un arte narrativo no pensado estéticamente, rechazando encuadres rebuscados. Es un cine sin una línea precisa, algo contradictorio, de búsqueda temática (no estilística), que oscila entre una temática muy individual con otra de relaciones entre una dramática de tipo individual y otra de tipo social.

Cartel publicitario del film

En tal sentido, “Confesiones de un comisario” (Confessiones di un commisario di polizia al Procuratore della Republica, 1971) viene a mostrar los vínculos de la mafia con las instituciones públicas y el interrogante de la utilidad de la honestidad personal en una sociedad corrompida.

El filme ha ganado la palma de Oro en el Festival de Moscú.

A destacar en este título la participación como protagonistas de Martin Balsam y de Franco Nero.

Balsam se formó como intérprete en la célebre academia neoyorkina Actors Studio y ha destacado en papeles de “La ley del silencio” (Elia Kazan, 1954), “Psicosis” (Alfred Hitchcock, 1960) y “Doce hombres sin piedad” (Sidney Lumet, 1957).

Franco Nero lo ha hecho en las películas “Camelot” (Joshua Logan, 1967), “La Biblia” (John Huston, 1966) y “La batalla del río Neretva” (Veljko Bulajić, 1969).

Ficha técnico-artística del film

“Confesiones de un comisario” (Confessione di un commissario di polizia al procuratore della Repubblica, 1971). Producción: Euro International Film (EIA) / Explorer Film’58. Productor: Bruno Turchetto. Realizador: Damiano Damiani. Guión: Damiano Damiani, Fulvio Gicca Palli y Salvatore Laurani. Fotografía: Claudio Ragona (Technicolor y techniscope). Música: Riz Ortolani. Montaje: Antonio Siciliano. Escenografía y vestuario: Umberto Turco. Intérpretes: Franco Nero (Fiscal D. A. Traini), Martin Balsam (Comisario Bonavía), Marilu Tolo (Testigo Serena Li Puma), Claudio Gora (Procurador del distrito Malta), Luciano Catenacci (Mafioso Ferdinando Lomunno), Arturo Dominici (Abogado Canistraro), Giancarlo Prete (Sindicalista Giampaolo Rizzo), Michele Gammino (Gammino), Adolfo Lastretti (Michele Li Puma). País: Italia. Duración: 102’.

Premio de Oro en el 7.º Festival Internacional de Cine de Moscú en 1971 y de l’Academie du Cinema en el Étoile de Cristal Awards en 1972.

Imagen de la portada: el director de cine italiano Damiano Damiani.

Notas

[1] CORTÉS, José Ángel. Entrevistas don directores de cine italiano. Madrid, Novelas y Cuentos, 1972, p. 50.

[2] ID, p. 55.

[3] ID, p. 56.