Introducción al debate sobre una gestión de inventario común y la constitución de una red pirenaica de museos

Los Encuentros de Lourdes ¿Hacia una red de Museos Pirenaicos? fueron organizados por la Dirección regional de asuntos culturales de Midi-Pyrénées y el Ayuntamiento de Lourdes, en colaboración con las direcciones regionales de asuntos culturales de Aquitaine y de Languedoc-Roussillon, y los organismos correspondientes de Andorra, de las Comunidades Autónomas de Cataluña, de Aragón, de Navarra y del País Vasco. Fueron patrocinadas por el Ministerio de Cultura (Departamento de asuntos internacionales) y el ayuntamiento de Lourdes.

Más de treinta museos estuvieron representados en el coloquio y fueron 135 los asistentes empeñados en hallar la más idónea puesta en común de recursos y la búsqueda de una complementariedad en las políticas de renovación, adquisición y de exposiciones en el ámbito común pirenaico.

En la sección de dicho coloquio dedicada a Inventarios de colecciones y museos en red, se inserta la intervención del entonces Técnico Superior del Museo de Navarra, Francisco Javier Zubiaur Carreño, que inició el debate “Hacia una gestión de inventario común y la constitución de una red pirenaica”, con la introducción que se ofrece a continuación.

Los museos integrantes de las redes o sistemas españoles de la comunidad pirenaica ofrecen una disparidad de contenidos, objetivos e intereses, si cabe complicada por la heterogeneidad de su dependencia administrativa (de las administraciones pública y eclesiástica, y privados dependientes en su mayoría de fundaciones).

Fuera del establecimiento de una automatización para el control de información administrativa y de bases de datos informatizadas sobre aspectos concretos de los fondos museísticos, los museos españoles carecen de un sistema documental integral automatizado que permita sistematizar los fondos museográficos, documentales, bibliográficos y administrativos en su totalidad.

La automatización de los museos españoles: situación actual

Existen, no obstante, experiencias individuales que conviene recordar, ya que demuestran la preocupación real en este campo concreto de la creación de bases de datos en los museos.

  • El Museo de Cuenca estableció sus sistema informático para organizar los fondos arqueológicos, etnológicos y de Bellas Artes.
  • El Museo de Antropología (Antiguo del Pueblo Español), adoptó un sistema con dos accesos independientes a la base de datos, uno para uso interno y otro para consulta del público, ofreciéndole información sobre fondos museográficos, bibliográficos, repertorios de documentación etnográfica, y archivos de sonido, fotográfico y de filmaciones.
  • El Patrimonio Nacional elaboró el plan Circe, que incluye los proyectos Goya para los bienes muebles históricos, Clío para el patrimonio documental; e Ibis para el patrimonio bibliográfico.
  • El Museo Arqueológico Nacional fue uno de los primeros en adoptar una fiucha de catalogación completa (con 45 campos), así como una lista de términos para la clasificación genérica de los objetos, con la intención de integrarse en la red europea de museos, de forma que los visitantes pudiese acceder a la información de otros museos incluidos en la red.
  • En Cataluña, desde los años 1980 hay una inquietud por este tema. Porta y otros autores publican en 1982 un “sistema de documentación de museos” para la Generalitat de Catalunya, que termina por establecer el DAC (Documentación asistida para Colecciones).

No me quiero extender sobre este sistema, del que ya han hablado esta mañana las representantes catalanas, pero sí deseo recordar sus características esenciales:

  • incorpora una base de datos
  • control de diccionarios (para selección de términos de búsqueda)
  • 250 campos previstos en la ficha catalográfica (permite su ampliación al gusto de cada museo)
  • 9 niveles de manejo (ciencias, bellas artes, arqueología…)
  • permite el cruce de datos, la elaboración de estadísticas, el archivo de imágenes (fijas y en movimiento), la elaboración de algo tan prosaico pero útil como las etiquetas
  • los controles interiores (movimiento de objetos, control de visitantes, control de líneas presupuestarias)
  • incluye la gestión del entorno, algo muy útil en los campos de la arqueología y la etnología
  • se desarrolla en sistema Windows.

Pero tiene el inconveniente de su alto coste económico, que incluye la licencia de uso, la formación del personal y el mantenimiento desde Barcelona por la empresa adjudicataria de la Generalitat, aparte la inversión por instalaciones.

La Comunidad Valenciana ha adoptado también su propio sistema de inventario. El Ministerio de la Defensa aplica un sistema documental propio a los Museos Militares. El Museo de Artes y Costumbres populares de Sevilla el sistema Odiseus. La Xunta de Galicia aprobó, en 1993, unas normas para el inventario. Y esta mañana, en la exposición de María Saurí, hemos conocido también que los museos de Bellas Artes de la Comunidad Autónoma del País Vasco, han adoptado el programa BRS. de gestión documental, orientada hacia un sistema multimedia de información.

Proyecto NDM del ministerio de Educación y Cultura Español

Me quisiera detener un poco más en el proyecto de Normalización Documental de Museos (NDM) del ministerio de Educación y Cultura, sobre el que viene trabajando desde 1994 una Comisión de Normalización Documental, para una gestión museográfica integral pensada en principio para los museos de titularidad estatal, pero que está siendo ofrecido a los museos dependientes de la Administración Autonómica.

Este sistema está en proceso de diseño técnico por parte de una empresa informática, que en breve finalizará su desarrollo. El ministerio va a ceder gratuitamente su permiso de utilización a los museos que lo soliciten.

Básicamente, el proyecto tiene por objetivo el control sistemático de los fondos museográficos, documentales, bibliográficos y administrativos, por medio de bases de datos documentales y relacionales de gran versatilidad sobre una lista terminológica documental normalizada de las diversas áreas científicas, técnicas y administrativas, en cuya elaboración se está trabajando ahora.

Por tanto, los muesos españoles deberán decidirse en breve por el sistema que deseen aplicar a la organización de sus colecciones y fondos patrimoniales, teniendo presente la finalidad básica de este planteamiento: la unificación de la gestión documental y administrativa, que permita conocer y acceder con facilidad a su patrimonio, al tiempo que se logre un intercambio de información fluido y eficaz con los museos de otros ámbitos.

Por ello, el debate que ahora vamos a proponer acerca del establecimiento de una gestión de inventarios común dentro de una posible red pirenaica de museos, cobra especial importancia.

La administración de los Museos en la Comunidad Foral de Navarra y la automatización de sus fondos

El caso concreto de Navarra puede iluminar este debate.

En Navarra existe una Sección de museos, bienes muebles y arqueología dependiente del servicio de Patrimonio Histórico, encuadrado en la dirección general de Cultura del gobierno de Navarra.

De esta sección dependen directamente el Museo de Navarra y el Museo Etnológico de Navarra “Julio Caro Baroja” (que está en formación), e indirectamente -en cuanto que reciben asesoramiento técnico y recursos económicos del Gobierno de Navarra- ocho museos de propiedad ajena (cuatro dependientes de la administración eclesiástica, uno de la pública y tres de fundaciones privadas), que constituyen la red de museos de Navarra. En un plazo medio es presumible que ingresará en la red el Museo de Escultura “Jorge Oteiza”, dependiente de la Fundación del mismo nombre.

Del personal técnico que atiende la sección (cinco facultativos con plaza en propiedad y cuatro en comisión de servicios temporal, todos los cuales, menos uno, desempeñan su trabajo en el Museo de Navarra), sólo la mitad atiende exclusivamente las tareas in stricto sensu museológicas y una persona más asume la jefatura de la sección. El resto (cuatro facultativos) se ocupa de tareas relacionadas con el patrimonio histórico de la Comunidad (bien sea la atención a la red de museos, el seguimiento de excavaciones y prospecciones arqueológicas, la inspección de restauraciones de bienes muebles o la coordinación de los diversos inventarios de ámbito regional).

Lo cual significa que la atención de los técnicos del Museo de Navarra se reparte casi por igual entre los museos propios y los de la red, lo que plantea dificultades de disponibilidad de personal a la hora de llevar a cabo la documentación automatizada de las colecciones. Estos problemas obligarán a la administración a incrementar el presupuesto y a ejercer un papel directivo de los trabajos de inventario, que deberán reservarse a empresas especializadas.

El Museo de Navarra ha informatizado los fondos de Bellas artes almacenados en sus reservas y ha comenzado la elaboración de un base de datos de la colección fotográfica, pero el inventario de los fondos y los libros de registros se actualizan todavía manualmente. No es el caso, sin embargo, de los inventarios patrimoniales de Navarra, que desde el Museo se dirigen: el arqueológico, el etnológico y el bienes muebles de la Iglesia Católica, los cuales se elaboran sobre soporte magnético.

En la red de Museos de Navarra el problema es de mayor envergadura, pero no todo el personal directivo tiene conocimientos suficientes de museología, a no ser prácticos, y las tareas de inventariado son consideradas aún como tarea secundaria.

En este momento contrastamos los dos sistemas, que creemos más operativos, para la normalización documental de museos -el aplicado por la Generalitat de Catalunya y el previsto por el Ministerio de Educación y Cultura-, para adoptar el más conveniente, con intención de aplicarlo a todos los Museos de Navarra.

Junto a lo expuesto, se va a definir en breve la red de museos de mi Comunidad para diferenciar -y tratar por separado- los museos de las colecciones museográficas. Todo parece indicar que se iniciará una nueva política museística que potencie este sector de la cultura patrimonial, por lo que la discusión en torno a la posible constitución de una red de museos pirenaicos y un inventario común de sus fondos parece oportuna.

Problemas y cuestiones en torno a la gestión unificada del inventario común en la red de museos pirenaicos

No es fácil llegar a un consenso sobre la gestión unificada del inventario común entre los museos que integramos el ámbito pirenaico.

Hay problemas importantes que solventar:

  1. La propia definición y unificación de los procesos documentales de centros que pertenecen a diferentes países, lo que arroja mayor dificultad a un proceso de control en sí mismo complejo.
  2. Alcanzar una normalización de las terminologías específicas necesarias para el acceso a la información procesada.
  3. Desarrollar la aplicación informática del sistema, con equipos en red y de tecnología actual. Hay que tener en cuenta que existen:
  • diversas mormativas de cumplimentación de los sistemas documentales, que obedecen en la realidad a intereses múltiples;
  • diferentes niveles de desglose y agrupación de la información a unificar;
  • y problemas de compatibilidad que puedan derivarse de la utilización de muy distintos gestores de bases de datos.

Serán necesarios los medios económicos oportunos y concluir qué sistema o sistemas compatibles entre sí se podrán adoptar para automatizar la documentación de los museos, y así facilitar no sólo las tareas internas de los propios museos (ayuda en el tratamiento documental de sus colecciones y en la gestión diaria de los mismos); el servicio que pueda llegar a prestar a los investigadores y público en general, sino la transferencia de información a otros museos locales, regionales e internacionales por medio de redes de comunicación, que faciliten una teledocumentación efectiva y, en definitiva, permitan hacer realidad la política integral de museos que todos deseamos.

Las cuestiones que me parece interesante plantear al auditorio, una vez realizada esta introducción, son las siguientes:

– ¿Cómo planificar una coordinación interregional entre los museos cuando ésta, incluso, es difícil de lograr ya no dentro de cada Comunidad sino en el interior del propio museo?

– ¿No será conveniente posponer esta coordinación hasta la completa implantación de la normalización documental y administrativa de los museos españoles?

– ¿No será aconsejable, en tanto no sea posible alcanzar una gestión del inventario común, destinar los esfuerzos humanos a otro tipo de colaboraciones posibles (exposiciones, intercambio de informaciones, divulgación y publicidad…)?