Situado entre “Pasión” y “Gritos y susurros”, este largometraje de Ingmar Bergman puede considerarse una obra menor sobre la historia del adulterio de una mujer casada y madre de familia, en el que se adivina soterrada la propia experiencia del director sueco en lo tocante a su vida personal. Sin embargo, como todo film de Bergman, “La carcoma” (Beröringen– The Touch, 1970), es en la puesta en escena, la interpretación de los actores, su filmación y el uso de todos los recursos fílmicos donde está el interés de esta obra inconfundiblemente bergmaniana.
Estas son mis anotaciones tomadas en 1976 durante el visionado y revisión de la película, que hasta 1980 no vería publicado su manuscrito en español gracias a la Editorial Bruguera de Barcelona. De esta cinta, escribiría Ingmar Bergman que “sus colores son cálidos, los tonos son muy claros: intimidad, ternura y algo de melancolía”.
Comienzo del film (antes de los títulos de crédito)
El coche blanco de Karin bordea la clínica, se detiene en su puerta, en plano de conjunto. Llueve. La clínica es un caserón viejo y oscuro.
Plano medio del coche parado, en toma frontal. Karin para los limpiaparabrisas. Silencio. Entra a la clínica. Discurre por el pasillo. Pregunta al doctor por su madre.
Escena de la confrontación de Karin con su madre cadáver
Planificación: ya dentro de la habitación.
Rostro de Karin (primer plano), madre en la cama (plano general), rostro de Karin (primer plano). Plano general: Karin rodea la cama, mirando a su madre. La madre descansa en el lecho mortuorio, pálida, la cabeza algo inclinada, no es muy anciana (sino mujer madura), sus brazos sobre la cama, da la impresión de acabar de morir, sus manos no se han crispado.
Cara de la madre (primer plano), manos de la madre (detalle) mostrando claramente sus alianzas, cara de la madre (primer plano), otra vez de sus manos (detalle), cara de Karin (primer plano).
Sonido: irrumpe el ruido. Plano general a través de la ventana de la calle, de un autobús que hace su parada, la gente va y viene. Ruido de tráfico. Cara de Karin (primer plano).
Detalles relacionados con la difunta: bombona de oxígeno desconectada; electrocardiógrafo parado.
Cara de Karin (primer plano)
Reloj: todavía se oye su tic-tac.
Fotografías.
Vaso de agua.
Gafas.
Cara de Karin (primer plano).
Plano general: Karin, sentada en la cama, acaricia la cara y las manos de su madre, besa a su madre en una mejilla, todo ello con leve tacto. Se levanta y rodea la cama.
Primeros planos de la cara a las manos de la madre, que finalizan en detalle.
Flores presentes en la habitación: aparecen en los distintos planos. Rosas amarillas (¿símbolo de la vida matrimonial y familiar arraigada en la tradición?).
Ruido de la calle. Circulación. Campanas a rebato. Cierre de la puerta.
Significado: los planos cortos y detalles buscan concentrar la atención del espectador sobre los componentes de cuya interrelación nace el significado: la extinción de una existencia se sitúa en el contexto del tiempo (objetos de uso personal ya sin dueño, pero sobre todo por el reloj aún en marcha) y la continuidad de la vida (su hija Karin que recoge las alianzas, el ruido de la calle y su trajín). Se simboliza el constante desafío de la muerte. Se busca el efecto -sobre Karin y el espectador- de inducir a la reflexión sobre el matrimonio y su validez, bajo la presencia de la muerte.
Escena de Karin en un cuarto aparte. Aparece David
Karin se retira a una especie de sala de visita. Viste vestido blanco y abrigo rojo. Es rubia, de tez suavemente bronceada.
Ruido de su llanto. Acaricia y mira las alianzas de su madre, que sostiene en la palma de una mano. Todo en plano medio. Brillan las alianzas en su dedo.
Se oyen pisadas. Se enciende la luz. Ha llegado David.
Ha terminado la presentación de los personajes principales, así como del problema fundamental a través del cual va a girar el film.
Gran naturalidad y economía de medios.
Títulos de crédito del film
Música alegre de orquesta, en que se adivinan claramente varios instrumentos, de cuerda, fagot, clarinete, flauta, y piano predominante.
Planos de conjunto del pueblo, de aspecto medieval. Sensación de calma.
Planos generales: casitas de color ocre-amarillo, tejados rojos, luz. Árboles otoñales, murallas. Ruinas góticas. Algunos detalles de las piedras sillares (como carcomidos por el tiempo y los agentes atmosféricos). Al fondo el mar.
Fachadas de las casas.
Otoño. Karin y David pasean por el campo. Rodean un lago pacífico.
Han aparecido todos los títulos.
Secuencia de Andreas / Karin / David, en la finca
Los tres salen del jardín. Son encuadrados en plano general que desenfoca en primer plano unas flores de color rosa.
Escena del balancín: se utiliza el plano-contra plano para la conversación de Karin y David acerca del matrimonio.
Un primer plano de flores blancas.
Ruido de agua que fluye y del balancín al mecerse.
Vestuario: Karin lleva un vestido rojo adamascado y chal blanco, y pendientes grandes, colgantes.
Escena del interior:
Cena: primeros planos de rosas amarillas.
Vestuario: Karin sigue de rojo. David viste camisa, americana y corbata gris.
Ruidos naturales: el hielo dentro del vaso, cierre de puertas, máquina de proyección, ventilador, tic-tac del reloj, pisadas, vajilla.
Iluminación tenue de dos lámparas.
Destaca la afición de Andreas por las flores (proyecta la diapositiva de una orquídea. Proyecta otra de la madre, y más que presentan la vida del feliz matrimonio).
Un plano americano de Andreas cerrando la puerta. Ante él un perchero desenfocado.
Karin y Andreas solos en la habitación
Mientras hablan vuelve a sonar un reloj y las campanas de la iglesia.
Plano de Andreas y Karin enmarcados por una puerta.
Plano vertical sobre la cama, cogidos de la mano, con las alianzas visibles.
Ruidos: diálogos, roce de la ropa.
Karin viste camisón naranja.
Secuencia de la mañana, despertar, marcha al trabajo
Música moderna: guitarras, coros, batería.
Planificación a ritmo rápido: Karin corre las cortinas. En la cocina primeros planos de una cara a otra. Planos medios de la mesa del desayuno. Risas. Flores amarillas sobre la mesa. Andreas, enmarcado en la puerta, con su gabardina.
Karin viste camisa de seda verde, pantalón negro, zuecos blancos.
Limpieza absoluta: brillo, orden, funcionalidad.
Plano largo al quedarse sola en casa Karin. Silencio.
Ruidos: el café sobre la taza y del periódico.
Enciende un pitillo.
Secuencia de la ermita. Aparece la talla de la Virgen
Fondo sonoro de campanas.
Vestuario: Karin jersey y gorro de punto grises, chaquetón granate a tono con los labios, pantalón y guantes de ante marrón.
Interior. Primeros planos. Karin mira a su alrededor. Dios. Santos. Ángeles. Karin y David miran embobados por el hueco a la imagen de la Virgen iluminada por su linterna, su sonrisa, su manto, su cuerpo, el Niño. Canta una dulce voz.
Exterior: Karin palpa con su mano el fino relieve con trazo a modo de serpiente y alfabeto primitivo, ilegible. David toma la mano de ella y la acaricia. Ella se desase y se niega.
Regreso de Karin a casa. Habla con su marido
Barrido de la cámara desde el perchero al espejo y viceversa.
Karin se mira en el espejo, se contempla, sonríe. Habla con Andreas del servicio doméstico, planos cortos en que se prescinde del fondo.
Campanas, suena la hora en el reloj.
Segunda mañana en la casa de los Vergerus
La misma música de la primera mañana. Cámara muy móvil que sigue a Karin en su faena de hacer la cama y pasar el aspirador.
Planos originales: uno de Karin a través de la rejilla del respaldo de una silla; otro tomado desde el fondo del armario de ropa cuando Karin guarda las camisas.
Música, pues, alegre y dinámica.
Luz, movimiento.
Vestuario de Karin: el mismo que en la primera mañana.
Probándose la ropa: lo hace varias veces, marchándose de su cuarto al espejo en escenas muy rápidas, en donde se mira. Cada prueba se ve acortada en el tiempo por el truco de la cámara (como en el cine mudo cómico). Sigue la música de batería, coros y guitarra. Termina por quedarse con el primer conjunto que se probó: jersey jaspeado gris, pantalón rojo y chaqueta de punto gruesa de color marrón. Gafas.
Riqueza visual: la imagen de Karin se refleja en dos espejos, además de tomarla a ella la cámara. Karin en plano medio.
Primera visita a la casa de David
Los alrededores de la casa de David son solitarios, como no frecuentados y lejanos, con sombras y luces contrastadas tal como en el amanecer (recuerda el sueño del profesor Borg en “Fresas salvajes”). El interior es feo, sucio, sin brillo, sin adornos (salvo las rosas rojas de la mesita. Los colores son oscuros: paredes de verde oscuro, muebles marrones, puertas blancas pero desvaídas, armarios vacíos, poca iluminación natural.
Salta a la vista enseguida el contraste entre esta casa y la de Karin, elegante, rica, limpia, ordenada y luminosa.
La casa de David recuerda también al caserón del hospital que hemos visto al principio del film: ambos viejos y como sucios. Las paredes del pasillo del hospital son de color verde oscuro, como en el piso de David.
Plano medio de la pareja haciendo el brindis sentados en el butacón inglés. Es muy largo, y ambos actores tienen una gran naturalidad.
Vestuario: Karin de marrón, en contraste con los colores vivos que antes ha utilizado; David camisa abierta y chaqueta gris de punto. Luego bata de felpa gris.
Escena de la cama. David es de pelo moreno y revuelto, barbudo, y muy piloso, respira profundamente. Andreas no es así, sino rubio, un tipo nórdico puro y no meridional. Karin explica a David que su cuerpo era antes bonito, que se ha vuelto feo con la edad (38 años), que tiene dos hijos y le habla de su condición de ama de casa. Le enseña sus pechos, sus cortas piernas… David la besa. Ella le dice: “no hagas nada por gustarme, no se por qué lo hago, no estoy enamorada…”. David pierde el impulso de amarla, se levanta. Karin se queja de frío, le llama a la cama. Quedan abrazados, pero no se aman.
Todo se ha enfocado en planos generales de la cama, tomados desde ambos lados, y otros más cercanos, medios, en plano – contra plano.
Al despertar, plano general de sus caras, se besan, suenan unas campanas de fondo.
Los ruidos fundamentales han sido: respiraciones, roces de la piel (besos muy físicos y apasionados), pasos, puertas al cerrase, los diálogos con todas sus inflexiones, pero sin música, con los sonidos de las campanas (que suenan como si fueran irreales).
Tercera mañana en la casa de los Vergerus
De nuevo la luz, pero sin la música alegre de antes.
Planos de visillos y de ventanas, y de perfiles de rostros.
Ruido del motor del coche de Andreas. Karin se despide de su marido desde la ventana, se saludan.
Inmediatamente suena el teléfono, David la llama.
La conversación telefónica es seguida por la cámara filmando a David y Karin en sus casas respectivas. David ha bebido y ha tomado pastillas para dormir, pero no ha logrado impedir el insomnio, pensaba que no volvería a ver a Karin, que ella ya no se acordaría de él. En realidad, Karin esperaba su llamada. David susurra al teléfono, luego se exalta (está ebrio), le exige que vaya.
Segunda visita de Karin al piso de David
Karin decide ir. Como de costumbre para visitar a David viste colores oscuros: chaquetón de cuero negro, jersey marrón, faldas a cuadros marrones y blancos, medias negras.
David, la bata de felpa y camiseta blanca.
Besa a Karin violentamente, ha herido a Karin en el labio. Respiraciones violentas. Karin tocándose el labio mira a David, que se ve mal reflejado en el espejo del armario.
David está enfurecido, ebrio, apasionado. Karin se evade siempre de los impulsos violentos de David.
Sonido metálico como de una sierra eléctrica.
Contrapicado de David, y picado de Karin en la cama.
Durante el coito (vestidos), David respira cada vez más fuerte, jadea, aumenta el volumen de la sierra, hasta que grita: “¡no me mires!”.
Finca y hogar del matrimonio Vergerus
Jornada de paz.
Andreas y Karin llenan un cesto con las manzanas que cogen del árbol, en el jardín. Visten cazadoras, pantalones y botas.
A la noche, pacífica escena familiar, cada uno en lo suyo: Karin pega fotografías en el álbum familiar. Andreas lee, el chico come una manzana, la chica ve televisión.
El matrimonio en la cama: él la arropa a ella, acaricia su pelo.
Campanas.
Visita de Karin a las excavaciones. Conversación del lago
Andreas limpia un cráneo cuando llega Karin (viste abrigo granate amplio y pantalón negro, botas marrones claras, jersey blanco). Él botas, mono azul.
Es otoño.
Conversan en el lago, un lugar bello y pacífico: hojas amarillas, piar de pajarillos.
Casa de David: recuerdos familiares de David
En primer plano la pareja.
Por el cristal se ve caer la nieve.
Ruidos naturales: de las hojas del álbum al caer.
Velas encendidas: intimidad.
Karin: pantalón y jersey granate.
David recuerda a sus parientes: murieron en campos de concentración nazis. Es un desconocido sin raíces, judío. Se refugió en los Estados Unidos con un pariente lejano. Luego en Israel, de donde también se fue.
Es un hombre completamente desarraigado.
El mundo de Karin está anclado en sus tradiciones.
David echa mucho de menos a su madre.
David echa a Karin sobre la cama y la besa con pasión.
Los Sres. Vergerus asisten a una comida con amigos
Karin es la mujer eficiente que sabe alternar con los invitados, y es elegante. La cena es de gala. Viste vestido largo de etiqueta, marrón, con gargantilla de perlas.
Música de piano, en un segundo plano las voces de la conversación.
Primeros planos de los comensales.
Karin recibe una llamada de David, pide que vaya a verla. Ella se disculpa de los invitados. Se pone un abrigo de pieles marrón – negro plateado y sale.
Escuchamos ahora el reloj de un campanario.
Tercera vista de Karin al piso de David
Karin llega al piso de David en un taxi de color negro, las calles están vacías y oscuras, rojizas, como muertas, y se oyen de nuevo campanas.
Hay un sentimiento de muerte en esos planos.
En casa no hay luz. Karin abre las persianillas.
David vive solo (lo volvemos a recordar).
Cámara móvil y rápida. David la abofetea, cierra de golpe la puerta, rompe una silla, arranca un cuadro de la pared, se gritan. Karin se ríe porque David está enfadado. David parece quedar en ridículo. Enfadado se sienta a leer el periódico (pasa sus hojas con fuerza y la mira con furia). Le pide siga con su marido burgués mediocre.
(Y tras el primer momento de violencia real ha seguido otro de violencia interna).
David había abofeteado a Karin. Luego ella se ríe (aunque no le desprecia). Le compadece: “Pobre David, que mal lo vamos a pasar los dos”.
Hay una serie de perfiles de él. Pasos, cierres de puerta.
Karin se va. En las escaleras llora, más bien gimotea. Pasa una vecina que la mira con indiferencia.
David baja: se reconcilian y besan, abrazan, la sube en brazos (religiosamente), mientras suena música de piano y viento.
Ahora se miran largo rato.
(En realidad parece que David busca el sufrimiento de Karin y, tras haberlo conseguido, se aplaca y la ama. Pues ahora apoya su cabeza en el pecho de ella (maternidad). SE desnudan y acarician sus cuerpos).
(La música alegre de las mañanas desaparece en casa de David, y aparece la sintonía de piano, suave y reposada. En momentos de tensión entre los amantes, en otras ocasiones, hemos escuchado ruidos metálicos)
El amor de los esposos es suave, entre los amantes apasionado, físico en extremo.
El esposo es rubio y limpio, David es moreno, peludo y respira con fuerza.
David parece débil: el discurso que le lanza Karin cuando se acuesta por primera vez hace que él pierda la capacidad de amar, temporalmente.
Karin es indecisa, teme perder la seguridad y la busca a través de David.
David sube a Karin en brazos con el mismo espíritu religioso con que limpia la calavera o coloca la imagen de la Virgen.
Cuando David se precipita escaleras abajo hasta el portal para reconciliarse con Karin, vuelve a pasar la vecina de antes, que les mira con enfado. Es algo de lo que ellos no se enteran, pero sí el espectador. Es un momento divertido que aligera la tensión anterior.
Hogar de los Vergerus. Partida de ajedrez
Los esposos se hallan jugando al ajedrez (¿hay algo de muerte también en esto?). Cuando llega el hijo, que ha estado “bebiendo como emborrachado”, dice la voz en off. Sus padres le preguntan que tal lo ha pasado. Él contesta: “Demasiados besos y abrazos”, pone cara de asco y se va a dormir.
(David también había bebido, fumado y tomado pastillas)
Esta escena del muchacho sorprende ¿Puede ser un ejemplo del estado de la adolescencia en Suecia?
Andreas habla a Karin de una amiga mutua que se halla solitaria tras su divorcio.
Relojes y campanas.
Él, chaqueta verde de punto y camisa negra.
Ella, botas rojas.
Plano medio en profundidad con reflejo en el espejo: los esposos se miran en el espejo largo rato. Los dos en albornoz. Andreas detrás de Karin. Al fondo el lecho marital. Andreas apaga las luces y la mira, abre la bata y contempla el cuerpo de Karin, la acaricia y la besa. La conduce a la cama. Karin se ríe como una furcia. Hacen el amor.
Campanas.
Ha sido una escena erótica.
Iglesia exterior. Separación de los amantes
Con el invierno, al aire libre, en la nieve, viene la separación.
Es en los exteriores de la iglesia, hasta donde llegan los cantos de los ensayos de la reapertura de la iglesia.
Es un largo plano, sentados ambos en los troncos, con los coros religiosos al fondo (plano general).
David apoya su cabeza en el vientre de ella. Es Karin quien se despide de él. Es más fuerte, es maternal.
Vestuario: Karin lleva un abrigo de piel vuelta marrón, jersey granate, botas y guantes marrones. David, tonos grises azulados y botas.
Casa de David. Lectura de las cartas de los amantes
Alternancia de planos entre David y Karin. Karin lee una poesía amatoria. Primeros planos.
Primeros planos de las cartas que se escriben los amantes.
Se desdoblan y parecen el texto (David las escribe a máquina, Karin a Mano). La lectura de los textos lo hacen cada uno por turno, alternando la imagen del texto de la carta con la de ellos (en primer plano), recitándola de memoria, mirando al espectador.
Hay un zoom hacia una carta.
David aparece con jersey rojo. Karin en tonos beige y verdosos. El fondo es oscuro, no interesa. Se trata de un estudio de rodaje.
Las cartas son medio de comunicación (recordemos “Pasión”)
Hogar de los Vergerus: Regreso de David
Karin se halla trabajando en casa en espera de la llamada de David, que había anunciado regresaba. Viste de marrón (camisa, pantalón y zapatos).
Hay una tensión, suspense.
Karin se ve sorprendida al teléfono por su marido, cuelga, planos y contra planos de ambos. Disimula. Siente que hace mal en llamar.
Tic-tac del reloj.
Karin coge el teléfono y marca. Señal de que no cogen. Karin parecía atraída por el mal.
Suena el teléfono. David llama. Tic-tacs. No se oye su voz, pero apenas deja hablar a Karin. David chorrea palabras.
(Saltan a la vista las gruesas alianzas de Karin, ¿será una de ellas la de su madre?, ¿puede ser la presencia de ella un leve recuerdo a la muerte y a la ausencia de la madre?)
Antes de salir, Karin se mira al espejo: es como una reflexión ante su conciencia, de sus actos. Sale corriendo.
Sigue oyéndose el tic-tac. Antes de salir suena la hora (hay una obsesión por el paso del tiempo a lo largo de todo el film, así como por la brevedad de la vida).
Encuentro de los amantes en el piso de David
Karin viste abrigo de piel vuelta claro, bufanda y gorro granate, marcha con la ropa que tenía puesta en casa. Llega al piso, se pasea por él en silencio.
Aparece David, que está como transformado: afeitado, con traje de chaqueta marrón, camisa blanca y corbata.
Los dos miran por la ventana en largo silencio.
Se acuestan luego. Silencio.
Cocina. Casa de los Vergerus. Madre e hija
En la cocina, llena de luz, madre e hija pelan patatas. Karin dirige la mirada a su hija, pero retira la vista al tropezar con la de ella.
Karin viste bata rosa. La hija jersey.
Andreas se despide de ellas, de su hija más cariñosamente (recuerda la despedida de Töre y Karin en “El manantial de la doncella”).
Piso de David. Visita de Andreas
David y Karin, desnudos, se besan en el agua. Karin lava el cabello a David. Se acuestan, él se deja querer, se besan con sensualidad. David se ríe. Cierra en negro.
La escena se rompe con un timbrazo.
Viene Andreas (abrigo de espiga marrón).
David es un sádico que invita a Andreas a hacerse el desgraciado para recuperar a Karin, pero en realidad no cree en ello. Además es un desagradecido, pues Andreas le salvó la vida cuando él intentó suicidarse con el gas y cómo su vida dependió de él entonces. Se disculpa diciendo que fue un accidente.
Andreas afirma: “No creo que el matrimonio sea un seguro contra el mundo exterior”.
Karin escucha tras la puerta cerrada. Se ha vestido de negro, sobre fondo negro, apoyada sobre la puerta blanca…
Se viste con un abrigo de piel. Marcha.
Regreso de Karin al hogar
Karin siente dolor por haber traicionado a su esposo. Andreas quiere consolarla, pero le rechaza ella (había puesto su mano sobre el hombro de Karin).
Karin llora, pero por fin se deja consolar.
La escena termina con un plano de gruesas cortinas blancas que aíslan la casa del exterior.
Karin va de compras con su hija por la ciudad
David las sorprende a las dos dentro de un almacén de ropa.
Ruido de tráfico, fuerte.
Pega en la luna para llamar su atención. Cuando le ven no le hacen caso. La hija de Karin no le dirige ni la mirada. David, en la calle, quiere coger a Karin pero ella se desase, él queda con los brazos abiertos.
En plena calle de la ciudad, cuando las dos van de compras (Karin con abrigo de piel), David va con un mono de color butano que choca mucho con la respetabilidad de Karin.
David se va solo, y un transeúnte queda mirando su aspecto un tanto grotesco.
Encuentro de los amantes en la iglesia al día siguiente
Campanas.
La Virgen.
Karin mirando a la Virgen (viste jersey negro, abrigo granate, y David abrigo de pana marrón).
David descubre a Karin que la carcoma ha comido por dentro la imagen de la Virgen y el Niño. Un plano nos muestra cómo las larvas están localizadas en un rincón de la imagen. David toma una y se la enseña a Karin. Las larvas dan asco, son de un negro intenso brillante.
La imagen se muestra como símbolo de la perfección de hogar de los Vergerus, armonioso y bello, pero carcomido, destruido internamente. Puede también ser símbolo de la muerte.
Palabras de Karin a David: “No puedo vivir sin ti, es como si fueras mi hijo recién nacido; sé que me quieres como yo a ti, pero sé que me vas a dejar. No se puede vivir con tu odio a ti mismo. Hace frío. Te odias a ti mismo y por eso me odias a mí”.
(De este contexto se pueden entresacar unas ideas que Bergman siente como propias:
Karin compara su amor hacia David con la necesidad de un hijo, del que no puede desprenderse (inquietud de Bergman por la maternidad).
El destino, la atracción de la nada o el mal.
La infelicidad, el odio a uno mismo, la vida como un infierno y la búsqueda del amor como salida (pero más un amor sensual, apasionado).
La sensación de frío en los momentos infelices).
Los amantes se abrazan, se separan.
Al fondo aparece un cuadro de la Crucifixión de Jesucristo.
(¿Por qué ocupan en el film puestos importantes la iglesia, las campanas, las imágenes religiosas y la misma Crucifixión?)
Salen de la iglesia: luz, graznidos de aves, se detiene, más luz, de nuevo graznidos. Karin pide perdón a David, se acarician las manos enguantadas, se dan un abrazo, más campanadas.
Hogar de los Vergerus. Llamada de Karin
Karin en su casa, blancura y luminosidad. Lleva albornoz blanco.
Planos generales: Karin va de un sitio a otro de la habitación con la duda de si deberá o no telefonear a David. Se la ve ir por la habitación, detenerse y mirar al teléfono. Sin duda se siente tentada. El teléfono en primer plano desenfocado.
Por fin marca (tensión). Suena dos veces. No responde nadie.
Karin va al piso de David. Nadie
En el apartamento de David. Abandonado.
Paredes desnudas.
Vestida con abrigo de piel negra, jersey granate jaspeado de cuello alto.
Suena una especie de sierra eléctrica.
La cámara repite encuadres de ella entre los marcos de las puertas.
Se oye su jadeo al ver unas fotos suyas que David guarda en el cajón de la mesa.
Aumenta el sonido de la sierra.
Quejidos (parece acorralada).
Panorámicas de la casa vacía.
Respiraciones.
Abre la boca en primer plano. Sufre. Duele.
Bebe agua de un vaso: lo rompe, se quita el guante y se clava voluntariamente en la mano un trozo de vidrio (esto mismo se repite en otras películas como “Persona” y “Gritos y susurros”).
Plano de su rostro. Ya más tranquila.
David se ha ido. A partir de ahora se muestra ausente.
Otro día. Karin visita la consulta de su marido
Karin tiene los ojos idos, su aire es ausente, mira sin inmutarse las fotografías en que aparece con su marido, tono de voz más grave.
Andreas le dice que cargue con su responsabilidad.
Karin viste abrigo de ante con cuello de piel y pañuelo de colores marrón, negro y blanco en torno a su cuello, y vestido negro.
La secretaria, camisa beige y falda estrecha.
Llegada a Londres. Calle. Casa de David
En la calle se vuelven a oír campanadas.
Le recibe la hermana de David, una mujer misteriosa que se muestra sufriente, tiene parálisis en los dedos y es hereditaria, fuma mucho.
La casa está vacía, acaban de pintarla, no hay muebles apenas. Un plato lleno de colillas sobre una mesita. Una estufa como la del piso de David en Suecia.
Karin no se asusta de la parálisis, y sí la hermana después de habérselo confesado. Es fría, la mira con indiferencia, con aire ausente, está envejecida y espera un niño.
David no está.
En cuanto al vestuario de esta secuencia, Karin lleva un abrigo de ante marrón y vestido negro; la hermana de David, chaleco gris, medallón al cuello, traje de falda negro con ribete bordado en la chaqueta, y pulsera-brazalete.
Campanas a lo lejos.
Durante la conversación se emplean planos de conjunto, medios y primeros.
Habitación de Karin. De noche. Insomnio
Elipsis temporal.
Karin ya no duerme con su esposo. Parece que se trata de la habitación de un hotel. En una de las habitaciones que recorre hay un gran cesto de mimbre que parece como de conservar ropa (y esto alude a su condición de ama de casa).
Son habitaciones desconocidas.
Andreas no está.
Karin presenta un embarazo avanzado.
A pesar de ser noche cerrada suenan las campanas. Karin no puede dormir, se levanta, va al cuarto de baño, bebe agua. Viste camisón blanco con puntos azules, y el fondo del baño también es blanco.
Se oyen campanadas.
Llama a Andreas dos veces (este proceder también lo hemos visto en “Pasión” y en “Gritos y susurros”).
Descalza, sale del baño y se tumba en el suelo enmoquetado de otra habitación y acaricia su vientre.
Parece dormirse.
Encuentro final Karin – David. Invernadero. Lago. Despedida. Fin de “La carcoma”
Karin llega al lago donde está el invernadero, donde debió quedar con David.
Entra al invernadero. Seguida de un travelling lateral llama a David, que aparece tras unas plantas.
Primeros planos de flores amarillas y rojas.
La conversación es en el exterior.
Todas las hojas de los árboles han caído.
Ruido de las hojas movidas por el viento.
Agua del lago. La escena entre ambos se rueda a base de plano – contra plano. A Karin se la toma con el fondo del lago azul. A David con el fondo de las hojas y los árboles azotados por el viento. Cuando habla es mayor el ruido ambiente.
Graznidos de aves.
Campanadas rápidas.
Llueve.
Discusión: David se despide de Karin, le tira los libros, se va David. Karin recoge los libros y se vuelve hacia él, avanza unos pasos y se detiene.
Llueve con más fuerza, graznidos.
Fin. Cierra en rojo.
Ficha técnico – artística del film
“La carcoma” (Beröringen/The Touch, 1970). Producción: A.B.C. Pictures Corp. (New York) y A.B. Cinematograph. Productor: Lars-Owe Carlberg. Argumento y guión: Ingmar Bergman. Realizador: Ingmar Bergman. Fotografía: Sven Nykvist, en eastmancolor y cinemascope. Música: Jan Johansson. Escenografía: P. A. Lundgren y Ann-Christi Lobraten. Montaje: Siv Kanalv Lundgren. Vestuario: Mago (Max Goldstein). Intérpretes: Bibi Andersson (Karin Vergerus), Max von Sydow (Andreas Vergerus), Elliot Gould (David Kovac), Staffan Hallerstam (Anders Vergerus), Maria Nolgard (Agnes Vergerus), Ake Lindstrom (un doctor), Mimmi Wahlander (una enfermera), Elsa Ebbesen (una matrona del hospital), Anna von Rosen y Karin Nilsson (vecinas de los Vergerus), Eric Nynlen (un arqueólogo), Margareta Bystrom (secretaria de Andreas), Alam Simon y Per Sjostrand (celadores del Museo), Aino Taube (mujer de la escalera), Ann Christin Lobraten (trabajador del Museo), Carol Zavis (azafata), Dennis Gotebed (oficial británico de inmigración), Sheila Reid (Sara, hermana de David), Bengt Ottekil (botones de Londres), Barbro Hiort af Ornäss (madre de Karin). Duración: 117’. V.O. en inglés.
Imagen de la portada: Elliot Gould y Bibi Andersson reciben instrucciones de Ingmar Bergman en el transcurso del rodaje de «La carcoma» en presencia del operador Sven Nykvist.