Biografía artística de Montes Iturrioz

El pintor realizando un apunte al aire libre, h. 1980

Gaspar Montes Iturrioz nace en Irún el 27 de febrero de 1901. Su abuelo paterno había llegado desde Asturias para trabajar como carpintero en las minas de Escolamendi, mientras que la familia de su madre era originaria de la villa guipuzcoana de Fuenterrabía. Su padre, ebanista de renombre y con dotes para el diseño, queda viudo con seis hijos cuando Gaspar cuenta nueve años. Inicia sus primeros estudios en las escuelas públicas de Irún, y sus maestros son D. Pedro Basauri, D. Cástor González y D. Guillermo Martínez, los cuales valoran desde un principio las dotes de su pequeño alumno para el dibujo. “El maestro de la escuela -confiesa el artista- me mandaba dibujar en el encerado cuando había alguna visita”… “yo siempre estaba dibujando, hacía cuadernillos con dibujos y aleluyas…” [1]. De esta época, anterior a los diez años de edad, se recuerdan sus dibujos del cazador disparando, el fraile con su cíngulo y capucha o la cantinera del alarde sanmarcialero de Irún.

Cuando el pequeño contaba once años ingresa en la Academia Municipal de Dibujo de la ciudad, y es ahí donde recibirá las enseñanzas del escultor Julio Echeandía hasta sus dieciséis años. Recuerda Montes: “Echeandía había estudiado en Munich durante diez años en la Academia en que Von Stuck era profesor, junto a los iniciadores del abstracto, tal vez con el propio Kandinsky”…”después volvió a Irún, tuvo una tercera medalla en la Exposición Nacional de Madrid y apenas hizo escultura” [2]. Mas a pesar de esta acomodación del escultor, Echeandía tiene una gran importancia en la educación de este artista en ciernes, al que forma y dirige con responsabilidad.

Paralelamente, Montes Iturrioz va familiarizándose con su entorno irunés y sobre los doce o trece años comienza a pintar el paisaje que ve, en compañía de sus amigos del colegio, como una diversión. Un año más tarde se produce el encuentro entre el muchacho y el paisajista irunés José Salís, pintor formado junto a Haes, amigo de Sorolla y gran viajante por las sendas artísticas europeas, a quien Montes debe no solo gran parte de su formación, sino la ayuda económica y moral que todo artista necesita para la consecución de sus proyectos. Para Montes fue Salís “un hombre feliz, religioso y un caballero, entusiasta de Velázquez, de Goya y de la buena música, y de la literatura española de fin de siglo” [3]. A las primeras lecciones de oficio y de dibujo, se sumarían los paseos con Salís por los alrededores de la ciudad: “esta gimnasia de espíritu ayudó a aprender a ver y sentir la naturaleza” [4]. También heredará de su maestro Salís toda la experiencia del impresionismo francés en su aplicación a la pintura de paisaje, tal como había sido vivida por él en sus viajes a Bruselas y París. Mas Salís no se limitó simplemente a dar lecciones a su alumno sino que, junto a otro adinerado irunés, D. Nemesio Camio, anima a Montes para que marche a Madrid a proseguir sus estudios, corriendo con el mecenazgo consiguiente.

Gaspar Montes Iturrioz se halla en Madrid con diecisiete años cumplidos. En la capital de España recibe enseñanzas de López Mezquita y de Sotomayor, de quienes aprende sobre todo el oficio. Junto a él acuden al taller de López Mezquita Carlos Sáez de Tejada, pedro Antonio, Reinoso, el arquitecto Arniches, Alfonso olivares y la hija del israelí Max Nordau. Recuerda Montes: “Mezquita era un gran maestro, había alcanzado una medalla a sus dieciocho años y era retratista de la aristocracia, muy sobrio y nada halagador, velazqueño” [5]. Por las tardes acudía al taller de Sotomayor, en compañía de los pintores Guardamino, Bienabe y Souto, entre otros. Prácticamente todos los discípulos eran o vascos o gallegos: “ambos pintábamos y cantábamos aires de nuestras tierras… y jugábamos al balón en la terraza… “Sotomayor era otro retratista de la aristocracia, era gran pintor y gran persona” [6]. La insistencia en el retrato era lógica, porque era la única forma en que los artistas más conocidos podían vivir de la pintura y dedicar parte de su tiempo a la formación de sus discípulos. En Madrid conoce también a Vázquez Díaz, aunque el trato con el pintor onubense se hizo más estrechos posteriormente, con ocasión de sus veraneos en Fuenterrabía. “Entonces solíamos pasear mucho… él nos trajo las ideas de la escuela francesa de Cézanne, en la que bebimos muchos” [7]. Después de haber adoptado la pintura constructiva, Gaspar Montes confesará al cabo de los años: “aquél fue uno de mis mejores momentos [los años 30] … los cuadros de entonces, vistos ahora, han ganado” [8].

Madrid le sirvió para trabajar a fondo y aplicarse en el cultivo de las letras. Si no frecuenta la Escuela de San Fernando, si asiste con cierta regularidad al Ateneo y allí conoce a Valle Inclán, a Unamuno, a Baroja (al que considera el impresionista de los escritores), trata a Hemingway y visita el estudio de Sorolla en compañía de Salís. Las visitas a los museos son constantes: el Museo de Reproducciones de El Casón, al que acudía junto a Rafael Alberti, a Esplandiú, Beobide y Flores Kapertoxipi; el Prado, para admirar a Ribera, al Greco, a Murillo, a Zurbarán, a Goya y, más que a ninguno, a Velázquez, pues él “nos dio una visión moderna del paisaje al aire libre” [9]. A sus setenta y seis años, declara sobre la pintura de Velázquez; “ahora sigo asombrándome de ella” [10]. En Madrid desarrolló, igualmente, la afición iniciada ante la biblioteca de los Salís: la lectura. Don Eduardo Guillén, a la sazón director de la Escuela de Minas de Madrid y gran admirador del paisaje de Irún, le proporciona libros. Montes repasaba las librerías de viejo de la capital, encontrándose casualmente con Pío Baroja, entregado por su lado a iguales pesquisas bibliográficas. Los Baroja, Pío y su hermano Ricardo, pintor-escritor, eran objeto de su admiración, por la entereza con que soportaban la incomprensión y las críticas más acerbas, entregados independientemente a su quehacer literario o pictórico. Poco a poco va concretando sus preferencias literarias a los hombres de la Generación del 98 (Baroja, Ortega, Azorín, Gómez de la Serna, Unamuno, Machado) y a los novelistas rusos y franceses. En cuanto a la música, se confiesa apasionado de Beethoven, Mozart, Scarlatti y Chopin.

G. Montes Iturrioz. Baile de 1918

Al cabo de unos años de permanencia en Madrid viaja a París en 1924, animado por su amigo Ramiro Arrúe, frecuentando la Academia Libre Colarossi y otros ambientes, en compañía de José de Togores, Miguel Villá, Peinado, Cossío y Ucelay. También conoce al cineasta Buñuel. París le ofrece la libertad de acción para hacer figura y paisaje resueltos y libres, lejos del ambiente clásico y constreñido de Madrid. Siguiendo el consejo de Arrúe, “debes tener una visión nueva”, se mezcla entre los pintores franceses postimpresionistas, los “jóvenes” Utrillo, Mattisse…, pero su peculiar moderación le aleja de os movimientos de vanguardia, volviendo los ojos al último gran genio, Goya, y definiéndose todo o más como constructivista [11]. No obstante, nada le impide confesar: “Para mí los pintores franceses que siguieron a los impresionistas fueron los más importantes de la era contemporánea: Utrillo, Marquet, Derain. También los escultores de ese momento, como Maillol o Rodin” [12].

Vuelve a Irún “por culpa del paisaje”. “Siempre me gustó mucho el paisaje del País Vasco y cuando iba fuera no era capaz de hacer nada. En París dibujaba mucho, lo mismo que en Madrid, pero pintar, lo que se dice pintar, sólo lo hacía en Irún” [13]. En estos años, su pintura se recortará a lo Cézanne. Más tarde, en los años veinte y treinta repetirá los viajes esporádicos a París.

En 1928 fija temporalmente su residencia en Aranjuez, atraído por la posibilidad de intervenir en la vida artística de Madrid sin mezclarse excesivamente en su ambiente, cautivado al mismo tiempo por la belleza del lugar. Desde esa base hace viajes a Toledo, Ávila y Segovia, Vázquez Díaz le presenta a Rusiñol, afincado también en Aranjuez y entre ambos surge rápidamente el trato. De esta época data su asistencia al Salón de Otoño y a alaguna delas exposiciones Nacionales de Madrid.

Desde 1932, y por las dificultades económicas surgidas con la república, que le hacen volver a Guipúzcoa, se instala definitivamente en Irún, dedicándose a la docencia artística y fundando la Academia de Beráun, donde habrían de recibir sus clases Menchu Gal, Gloria Salís, su hijo Jesús Montes, Noain, Ana Rosa Izura, Albizu, Gracenea, Victoria Aramendía y otros jóvenes que más tarde descollarían en las artes plásticas.

En 1935 realiza sendos viajes a París y Bruselas. Más tarde acude a Roma y se traslada a Florencia y Venecia, estudia detenidamente la pintura italiana y visita Jerusalén. Si en Italia admira la gran pintura mural, aquí se asombra ante las vidrieras de Chagall.

En 1977 declara ante el periodista: “De regalarme siete cuadros famosos aceptaría sin vacilar “las Meninas” de Velázquez, “El entierro del conde de Orgaz” de El Greco, “la primavera” de Botticelli, “La muerte de la Virgen” de Mantegna [14], “El retrato de un cardenal” de Rafael, un paisaje de Corot y “los jugadores de cartas” de Cázanne” [15].

Montes Iturrioz ha destacado sobre otros géneros en el paisaje, pero ha dirigido su atención de igual modo a la pintura mural y de vidriera, al retrato e incluso a la ilustración, llevado por su gran soltura en el dibujo.

“El paisaje de aquí [del Bidasoa guipuzcoano] le he pintado -manifiesta Montes- sobre todo en mi juventud, con amor. Pero el paisaje de Navarra es completo, es como el de España, verde en el norte y otros colores calientes por el sur. Me hubiera gustado ser un paisajista en Navarra. Al paisaje del Bidasoa lo han matado, sobre todo en la desembocadura”… “la luz de otoño e invierno es la que más me gusta aquí, y el maravilloso otoño en Aranjuez, ¿y la luz fina de Madrid y el paisaje de París? Para pintar, no al sol del verano. En los montes de la provincia de Alicante he visto maravillas. Rioja, formidable” [16]. Sin embargo, donde más se encuentra como artista es ante el paisaje navarro y guipuzcoano, que es el que más siente: “Tal vez sea ello porque tengo más influencia del impresionismo francés que de la escuela madrileña” [17].

En el retrato, Montes se nos presenta como digno discípulo de sus maestros López Mezquita y Sotomayor, como así lo evidencian las que tal vez son sus mejores manifestaciones: “Don Sebastián de Lartáun”, “Pío Baroja” y “Don José Gurruchaga”. Al mismo tiempo, cabe mencionar su dedicación a la ilustración en prensa y libros, y aquí destacaremos su colaboración en El Bidasoa y en las publicaciones El Boticario de Ibarrola, de Antonio Arabolaza; Irún en el siglo XX, de Emilio Navas; y los libros de Luis de Uranzu Lo que el río vio y Cuentos del Bidasoa.

Ha pintado murales en iglesias de Santander, Guipúzcoa, Navarra, Aragón, Valencia y Asturias, en el campo de aviación de Valladolid, Frontón Euskalduna de Bilbao y en varios hoteles. Sobre 1939 inicia su trabajo como diseñador de vidrieras. Como afirmó Jesús de Lucas, ésta es la “época arrecubietada de trabajo recoleto sin brillo, asalariado, modesto, que sirvió al artista para afirmarse… en el oficio de dibujar” [18]. Es el momento difícil de la posguerra, que precisamente él elige para contraer matrimonio con una navarra, de Urroz de Santesteban, María Iribarren.

En el dibujo, si bien esta técnica la mantiene durante toda su vida, pasa del aprendizaje intensivo de figura durante sus estancias en Madrid y París, al interés por el desnudo femenino, la delineación de perfiles humanos para la prensa y el estudio de figuras insertas en un grupo en movimiento (los bailes vascos, por ejemplo).

Montes Iturrioz gusta de pintar al aire libre y a plena luz. El estudio es solo lugar de arreglos, de retratos o de composiciones al pastel. Su horario de trabajo es irregular. No le gusta producir mucho y rehúye el cuadro de grandes dimensiones a favor del cuadro pequeño, ya empleado por Regoyos en los años en que primaba el gran cuadro de tema histórico. Aunque hoy día, se explica Montes, “ya solo se pueden pintar fragmentos de naturaleza”. Añade: “¡Qué diferencia con este Irún de ahora, gris y vociferante!” [19].

“En cuanto a los colores -continúa- me gustan los grises y también el otoño, con sus tonos más calientes, y esa privación que sufre nuestro paisaje al dominar los verdes habituales” [20]. José Berruezo alaba en su pintura de paisaje:

  • Un dominio absoluto de los verdes y dominio cromático en general (grises y violetas, sobre todo).
  • Un personal sentido para la captación de la luz.
  • Una natural disposición para captar, con acento impersonal, los matices que la luz pone en el paisaje.
  • Un dominio de la técnica que hace que el pincel se detenga en el momento justo.
  • La armonía de los términos (primero, medio, lejanías). Concluye Berruezo: “hay que pensar en Regoyos por la temática y en los impresionistas por el color” [21].

G. Montes Iturrioz. Botes en Fuenterrabía (1965)

En cuanto a Montes Iturrioz-hombre, Antonio Viglione le llama “amigo fiel, conversador, enemigo de las banderías extremistas en arte, de toda postura inflada o posista ante la vida” [22]. Jesús de Lucas encuentra tres dimensiones fundamentales en su personalidad: una vocacional, por no haber desoído jamás la llamada del arte; otra de honestidad, por haber sido fiel a sí mismo, volviendo la espalda a las modas; y una tercera, la paciencia, por su perseverancia [23].

Añadiremos, a continuación, un diálogo de los hitos más relevantes dentro de su vida artística:

1920

Primer premio ex aequo con E. Martí Alonso, en la Exposición de Artistas Noveles Guipuzcoanos. San Sebastián (Diputación Provincial).

1921

Primer premio en la II Exposición de Artistas Noveles Guipuzcoanos. San Sebastián (Diputación Provincial).

1922

Segundo premio en la III Exposición de Artistas Noveles Guipuzcoanos (Diputación Provincial).

1923

El Alcalde de Irún, Sr. Salís, solicita del Ayuntamiento la adquisición de obras de Gaspar Montes Iturrioz y de Bernardino Bienabe Artía, recientemente homenajeados en el Hotel Palace

Segundo premio en la IV Exposición de Artistas Noveles Guipuzcoanos, tras Bernardino Bienabe Artía. San Sebastián (Diputación Provincial).

1924

Tercer premio, ex aequo con Bienabe Artía, de la V Exposición de Artistas Noveles Guipuzcoanos, detrás de Olasagasti y Flores Kaperotxipi, respectivamente.

1925

Expone con Bienabe en el Ayuntamiento de Irún.

Viaje a París con Bienabe.

Primer premio en el Certamen Literario, de Pintura, Dibujo y Fotografía del Ayuntamiento de Irún.

Tercer premio, ex aequo con Luis Vallet, en el concurso de carteles murales anunciadores de las Fiestas, organizado por el Ayuntamiento de Fuenterrabía.

Participa en una exposición colectiva durante las Fiestas Eúskaras de Fuenterrabía (Escuelas Viteri), con varias obras de paisaje y desnudo.

Tercer premio en la VI Exposición de Artistas Noveles Guipuzcoanos, San Sebastián (Diputación Provincial), tras de Olasagasti y Bienabe respectivamente.

1926

Interviene en una Exposición de Artistas Vascos que se desarrolla en el Museo de arte Moderno de Bilbao, organizada por la Junta de Cultura Vasca de la Diputación de Vizcaya. Junto a él participan Bienabe, Arrúe, Urrutia, Maeztu, Aranoa, Olasagasti, Bicandi, Pérez Orúe, Basiano, Tellaeche y Losada, entre otros.

Presenta a la Exposición Nacional de Bellas Artes las obras “Roncesvalles” y “Paisaje de Irún”, siendo admitidas [24].

Expone en Tolosa (Guipúzcoa) con Bienabe y Salís, durante las Fiestas Patronales de san Juan (Ayuntamiento).

Segundo premio en el concurso para el cartel anunciador de la VII Exposición de Artistas Noveles Guipuzcoanos, tras de Olasagasti.

Expone en el Hogar vasco de Madrid.

Expone con Bienabe en el Saloncito del Ateneo de Madrid, recomendados ambos por Unamuno [25].

Expone en el Café “Ramuntxo” de Irún.

1927

Interviene como actor en la representación teatral de las obras “El charlestón”, “Cuento inmoral” y “El tango Milonga”, de Los Gavilanes, llevada a cabo en el Cine Bellas artes de Irún, a beneficio de los comedores públicos.

Ilumina las lunas del Casino de Irún con sus dibujos, para los bailes del Carnaval.

Expone en la Salle Pétrou de Pau (Francia) una serie de paisajes del “riente valle del Bidasoa” [26].

Expone en el Ayuntamiento de Irún junto a Salís, Ricardo Baroja, Berrueta y Bienabe [27].

Participa en el Homenaje que se rinde en Fuenterrabía a Ricardo Baroja.

Junto a Luis Vallet realiza las decoraciones para el escenario de las representaciones de la compañía El Mirlo Blanco, de Carmen Baroja de Caro, en el Cine Bellas Artes de Irún. Se representaron “El gato de la Mère Michele”, de Carmen Baroja, y “El café chino” y “El torneo”, de Ricardo Baroja.

Expone con Olasagasti y Bienabe en el Musée Basque de Bayonne (Francia) [28].

1928

Exposición individual en el Musée Basque de Bayonne. Realiza el retrato de Sebastián de Lartáun, obispo del Perú, por encargo de la Diputación de Vizcaya, con destino a una Exposición en Sevilla.

Primer premio en la VIII Exposición de Artistas Noveles Guipuzcoanos. San Sebastián (Diputación Provincial).

El 28 de septiembre se celebra un homenaje en su honor en el Hotel Palace de Irún.

El Ayuntamiento de Fuenterrabía le adquiere un cuadro [29].

Exposición en la Asociación de Artistas Vascos de Bilbao [30].

G. Montes Iturrioz. Carnaval de Lanz (1976)

1929

Colaborador gráfico de El Bidasoa, de Irún, realizando incluso historietas infantiles y los gráficos de la Historia de Irún del Padre Gaínza.

Expone con Bienabe en el Musée Basque de Bayonne [31].

Segundo premio en la IX Exposición de Artistas Noveles Guipuzcoanos, San Sebastián (Diputación Provincial).

1930

Se presenta en la Exposición del Salón de Otoño de Madrid.

Se presenta a la Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid, admitido con las obras “Fuente de Narciso” y “El embarcadero”, esta última vendida.

1932

Participa en la Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid con una obra. Es admitido.

Nueva Exposición en la Asociación de Artistas Vascos de Bilbao.

Expone en el Centro de Atracción y Turismo de San Sebastián.

Antes de 1934 expone en la sociedad donostiarra “Euzko-Pizkunde”.

1934

Miembro fundador de la Sociedad recreativa-cultural Gu (Nosotros). San Sebastián.

Nueva exposición en San Sebastián, con paisajes de Irún, Fuenterrabía y Aranjuez.

1935

Inauguración del Hostal Rey Noble, de Pamplona, decorado con murales de Montes Iturrioz.

Exposición en el Ateneo de Pamplona, invitado por el Dr. Juaristi. Hace su presentación Fernando Tobalina.

Exposición con Bienabe y el escultor Díaz Bueno en el Centro de Atracción y Turismo de San Sebastián [32].

1936

Establece la Academia de Dibujo de Beráun (Irún).

1937

Junto a obras de Bienabe, Regoyos y Rochelt expone en el pabellón vasco de la Exposición Internacional de París.

1940

Interviene en la V Exposición de Artistas Guipuzcoanos (Salones del Círculo San Ignacio de San Sebastián). Con anterioridad ya había participado en este mismo lugar en dos o tres exposiciones más compartidas con Zuloaga, Landi, Ribera, Dunixi, Basiano, Lojendio y otros.

Organiza en Irún (Ayuntamiento) una exposición colectiva en la que participan, además de él, Berrueta, Salís, Sorolla, Echenagusía, Aramburu, Regoyos, Gili Roig, Pedro López, Olazábal, Ugarte, Bienabe y Menchu Gal.

1944

Nombrado Director de la Academia Municipal de Dibujo de Irún.

1945

Encargados él y Francisco Sagarzazu de la ornamentación de Irún durante el Congreso Eucarístico.

1946

Expone en Galería de Arte de San Sebastián [33].

1949

Expone en Salas Municipales de arte (San Sebastián).

Exposición en Irún, con Bienabe, Berrueta, Salís y cuadros de Regoyos.

1951

Premio Excmo. Ayuntamiento de San Sebastián al “Cuadro de nieve”, en el II Certamen de Navidad, organizado por La Voz de España (Salas Aranaz Darrás) [34].

1952

Expone en sala de arte, Bilbao.

Interviene en una colectiva de artistas vascos en Mar de Plata (Argentina), junto a Arrúe, Arzuaga, Baroja, Cruzalegui, Flores Kaperotxipi, Joalde, Muñoa y Veyrin.

1954

Se coloca en el despacho del Alcalde de Irún su cuadro dedicado a la Virgen del Juncal.

La Editorial Vasca Ekin publica en Buenos Aires el libro de Mauricio Flores Kaperotxipi Arte Vasco. En él se dice: “A Montes Iturrioz se le ha llamado el pintor franciscano por la dulzura que comunica a sus paisajes, preferentemente del último sol… Pintor de paisajes, pero también pintor de figuras. Sentado a i lado -continúa Flores- en la Academia Colarossi de París, llamaba la atención por su destreza en dibujar los desnudos, a los que les daba algo del encanto de sus paisajes dorados. Amigo de la buena música y de los buenos libros, silencioso y trabajador, es uno de nuestros pintores más serios”.

1956

Expone con su hijo Jesús Montes Iribarren en la Sala Aranaz Darrás de San Sebastián [35].

Premio “Darío de Regoyos” en el IV Certamen de Navidad, patrocinado por La Voz de España (Sala Aranaz Darrás). San Sebastián. Lo obtiene con un paisaje.

1957

Expone con su hijo Jesús en la Escuela Gratuita del Cincuentenario (Irún).

1959

Antonio Viglione escribe en El Bidasoa: “Los paisajes de Montes están hechos de una unión perfecta de color y de línea, de una armonía que a veces no existe en lo visto por el pintor y que el magín del artista construye intuitivamente”… “Tiene el don de recrear la naturaleza, de hacer que su paisaje vasco sea universal”.

G. Montes Iturrioz. Lanchas en Fuenterrabía (1965)

1960

En torno a este año emprende, por encargo de importantes folkloristas, varios viajes de estudio por el País Vasco y singularmente Navarra, tomando apuntes y acuarelas de los trajes típicos de la región.

Expone en las Salas Municipales de Arte. San Sebastián [36].

Expone en Galerías de arte. San Sebastián [37].

1962

Nueva exposición en las Salas Municipales de Arte (San Sebastián).

1963

Nueva exposición en las Salas Municipales de Arte (San Sebastián) [38].

1964

Nueva exposición en las Salas Municipales de Arte (San Sebastián).

1965

A J. A. Larrambebere (El Pensamiento Navarro, 2 de febrero) explica cómo el paisaje navarro tiene más fuerza que el guipuzcoano: “Urroz (de Santesteban), Lesaca, el río Onín, Sumbilla con su puente, es la encarnación y la vida del verdadero paisaje romántico”.

1966

N. Alzola publica en vascuence una biografía del pintor, editada por Egan, San Sebastián. Ilustraciones del propio artista.

Artes Gráficas Grijelmo edita el estudio de Manuel Llano Gorostiza Pintura Vasca. Refiriéndose a la obra de Montes Iturrioz escribe Llano: “Obra sencilla y humilde, tocada de líricas emociones y resuelta armónicamente dentro de una calidad cromática mate verdaderamente grata”. Y a su magisterio: “No se sabe de ningún discípulo a quien anulara su personalidad”.

1967

Expone en las Salas Municipales de arte (San Sebastián) una colección de cuadros iruneses y dibujos de la época parisina [39].

1968

Hace las siguientes declaraciones a Miguel del Bidasoa, en la prensa donostiarra del 28 de junio: “Entre los grandes pintores que ha tenido Vasconia, hay dos grandes: Zuloaga y Regoyos. La pintura del primero era espectacular, de gran efecto teatral; la de Regoyos, todo lo contrario: íntima, sencilla y muchas veces infantil…”, “esta manera de ser es la que se refleja en mis cuadros, mis cuadros no tienen espectáculo, son íntimos”.

Expone en las Salas Municipales de Arte. San Sebastián [40].

1969

Expone en Galería Edurne, de Madrid, dentro de una colectiva de obra gráfica, en la que están presentes, además de sus cuadros, el Álbum del País Vasco (1897) de Darío de Regoyos, aguafuerte de Ricardo Baroja y litografías de Daniel Vázquez Díaz.

1970

Expone en Galería Edurne, de Madrid, con un gran éxito de crítica [41], consagrándose definitivamente en esta capital.

Toma parte en la Exposición “Siete Maestros Españoles del Dibujo”, junto a Vázquez Díaz, Casas, Martínez Ortiz, Arteta y Colmeiro.

Juan Antonio Gaya Nuño, en su obra La Pintura Española en el siglo XX, publicada este año por Ibérico Europea de Ediciones, explica: “De los nuevos nombres de la Escuela Vasca, el mayormente vinculado al nervio plástico de la región parece haber sido Gaspar Montes Iturrioz, recio dibujante como buen colorista”.

1971

Figuran cuadros suyos en la Exposición itinerante “Guipúzcoa vista por sus pintores”.

Expone en Galería Edurne, de Madrid, recibiendo las críticas afirmativas de Antonio Manuel Campoy [42].

Expone en Sala Décar (Bilbao) [43].

Expone en las Salas Municipales de Arte (San Sebastián) [44].

1972

José Berruezo publica en Ibérico Europea de Ediciones (Madrid) su estudio Dibujos de Montes Iturrioz, en la Colección “Maestros Contemporáneos del Dibujo y la Pintura” [45].

Junto a Bienabe Artía, y como únicos artistas vivos, intervienen en la Exposición “Cincuenta Años de Pintura Vasca (1885-1935)”, celebrada en Madrid (Museo español de arte Contemporáneo) y en San Sebastián (Museo de San Telmo), organizada por la Academia de Bellas Artes. Forman parte de la misma 31 artistas y 200 obras [46].

Expone en Galería Frontera, de Madrid, dibujos y acuarelas.

Expone en la Sala de Arte de la Delegación Provincial del Ministerio de Información y Turismo (San Sebastián) [47].

Expone en las Salas Municipales de Arte (San Sebastián) [48].

Expone en Galería Echebarría (San Sebastián) [49].

1973

J. M. Álvarez Emparanza publica Origen y Evolución de la Pintura Vasca, editado por la caja de Ahorros Provincial de Guipúzcoa. Explica el autor que “Montes y Bienabe Artía pueden ser considerados como continuadores del movimiento artístico irunés abierto por José salís y Vicente Berrueta”.

A. M. Campoy, en el Diccionario Crítico del Arte Español Contemporáneo, escribe: “Pintor de tibia paleta y sensible grafía, su pintura se corrobora en una mocedad inalterable. Es una pintura de hoy, no importa que su estética se avecine a un postcubismo en la línea de cierto Vázquez Díaz, por una parte, y por otra linde con Darío de Regoyos”.

Es incluido por Raúl Chávarri en la nómina de Maestros de la Pintura Vasca (Ibérico Europea de Ediciones, Madrid). Para el autor, los más fieles discípulos del maestro Vázquez Díaz en el País Vasco, son Montes Iturrioz en lo relativo al paisaje y Martínez Ortiz de Zárate en la figura [50].

La Gran Enciclopedia Vasca (Bilbao) publica en su Colección “Pintores y Escultores Vascos…” un cuaderno dedicado al pintor.

Expone en Galería-7, de San Sebastián.

1974

Expone en Galería Tartessos, de Madrid, una colección de óleos, gouaches, pasteles y temples.

Expone en Galería Décar (Bilbao).

Mario Ángel Marrodán dedica al pintor su poema “Las formas entrañables de Montes Iturrioz” (Los Pinceles de Vasconia. Bilbao, La Gran Enciclopedia Vasca).

La Gran Enciclopedia Vasca (Bilbao) publica Guipúzcoa vista por su pintor Gaspar Montes Iturrioz a través de siete de sus óleos.

G. Montes Iturrioz. La Ermita de Santa Elena en Irún (1976)

1975

Expone en Galería Tartessos, de Madrid, dentro de una Colectiva.

Expone en galería Frontera (Madrid), en la Colectiva “Tres Decanos Maestros de la Pintura Vasca”.

Exponen su obra en la Galería Studium (Valladolid) dentro de la Colectiva “Cuarenta Artistas”.

Expone en la Galería Pórtico, de Fuenterrabía (Guipúzcoa).

Expone en la Galería Tatra de Gijón (Asturias), en el seno de una Colectiva.

Expone con Menchu Gal y Julio Caro Baroja en la Galería Décar de Bilbao.

Declara ante Roberto Pastor (La Voz de España, 22 de junio): “Me gusta simplificar lo que puedo. Quitar lo superfluo y ahondar más en la observación de la naturaleza. Un buen novelista es el buen observador. Y el mejor pintor es también el que más ahonda en la realidad”.

1976

Leonardo de Urteaga publica su Guía sentimental del Bidasoa, dedicando al pintor una selección de textos escritos en su honor por Pedro Mourlane Michelena, Javier de Aramburu y Antonio Viglione.

Expone en la Sala de Arte Echeberría (San Sebastián) [51].

José Berruezo (Diario Vasco de 1 de febrero) apunta: “Montes Iturrioz es el eslabón de plata que une dos generaciones de artistas en torno a la zona fronteriza entre Guipúzcoa (Bidasoa) y Francia: entre los procedentes de la Escuela del Bidasoa (Regoyos, Salís, Berrueta, “epónimos de esta Escuela”, a los que se sumó Vázquez Díaz, “cuyo temblor de grises y malvas late en Montes”) y los irundarras y ondarribiarras Menchu Gal, Albisu y Noain, principalmente”.

Expone en Galería Lorca (Bilbao).

Recibe un nuevo homenaje de los vecinos de Irún (comienzos de julio).

Expone en Sala Medievo (Fuenterrabía, Guipúzcoa).

Expone en Galería de Arte Kayúa, de Zarauz (Guipúzcoa).

Expone en la Sala Torre Nueva de Zaragoza, dentro de la Colectiva “El País Vasco”, entre las obras de Baroja, Ugarte, Salís, Gordon, Arrúe, Sagarzazu, Gonzalo Chillida, Arocena, Cruceta, Erenchun, Álvarez y Gallego.

Expone en Galería-7 (San Sebastián) dibujos parisinos, y paisajes riojanos y de Fuenterrabía [52].

Expone en la Galería de arte Tartessos (Madrid) [53].

1977

Exponen su obra en Galearte (Pamplona).

Expone en la Sala de Arte Echeberría (San Sebastián).

Expone en Galería Medievo (Fuenterrabía, Guipúzcoa).

Expone en Galería Kayúa (Zarauz, Guipúzcoa).

La Gran Enciclopedia Vasca (Bilbao) edita un nuevo cuaderno sobre el pintor en su Colección “Pintores y Escultores Vascos…”.

Mª Luisa Huertas, en un estudio inédito del pintor para la Universidad de Barcelona, le compara con el catalán Jaume Mercadé, “no sólo en el estilo, paisajista, sino también en la preocupación por la composición, en la solidez del dibujo, en la ausencia de todo preciosismo que recuerde los preceptos académicos y en la singular interpretación del paisaje, conjugada con una atenuada luminosidad”.

1978

Juan Mª Álvarez Emparanza contempla la figura del pintor en estos términos (La Pintura Vasca Contemporánea): “se caracteriza su obra por un cromatismo vibrante y tenue a la vez; conjunción de matices bien armonizados; pincelada rápida y suelta, que da jugosidad al paisaje…; y un sentido lírico del tema elegido que le aleja de una mera representación realista…”

Participa en una Exposición Colectiva de la galería Frontera (Madrid).

Expone en Sala Echeberría-2 (San Sebastián).

1979

Expone en la sala arte, de San Sebastián, una colección de dibujos.

Expone en la sala Ttopara (Fuenterrabía, Guipúzcoa).

1980

Expone en la Sala de Cultura de la caja de ahorros de Navarra en Burlada.

Gaspar Montes Iturrioz ha sido uno de los animadores iniciales de la Asociación Artística Guipuzcoana y su obra fue seleccionada para participar en la I Bienal Hispanoamericana de arte (Madrid), junto a la de Ricardo Baroja.

Sus obras se encuentran, además de en numerosas colecciones particulares, en los siguientes lugares de mayor distinción: palacio dela diputación de Guipúzcoa, Museo Municipal de San Telmo (San Sebastián), Museo de Bellas Artes de Bibao y Museo de Mar de Plata (Argentina)

Lista de obras de esta exposición

  1. Paisaje de Irún
  2. Chingudi
  3. Caserío Leguiya. Irún
  4. Río Amute. Fuenterrabía
  5. Puente de Sumbilla
  6. Paisaje de Sumbilla
  7. Santa Engracia. Fuenterrabía.
  8. Caserío de Yanci. Iruyenborda
  9. San Miguel. Estella
  10. Otoño en Oyarzun
  11. Camino de Fuenterrabía
  12. Vera de Bidasoa. Puente
  13. Casas de Vera. Navarra
  14. Botes y gabarras. Fuenterrabía
  15. Irún
  16. Plaza de Irún
  17. Navarra
  18. Pescadores
  19. Elizondo
  20. Navarra
  21. Labastida
  22. Caserío de Irún. Lodienea
  23. Nieve y luz
  24. La barca azul
  25. Miguel Machaín (de La Dama de Urtubi)
  26. La diligencia
  27. Danza
  28. Máscara de Lanz
  29. Máscaras
  30. Txistulariak
  31. Máscara de Lanz
  32. Casas sobre el río. Sumbilla
  33. Camino de Behobia
  34. Casa de los Baroja. Vera
  35. Carnaval en Lanz
  36. Txuntxurros de Ituren
  37. Alicante
  38. Navarra
  39. Casarío de Yanci
  40. Pescadores

Fotografía de la portada: Caserío vasco, Irún. Apunte al óleo de Gaspar Montes Iturrioz

Notas

[1] En la carta que me dirigió el 27 de diciembre de 1979.

[2] Id.

[3] Id.

[4] A Genoveva Gastaminza, en La Voz de España de 11 de agosto de 1976.

[5] En la carta que me dirigió el 27 de diciembre de 1979.

[6] Id.

[7] A Albino Mallo, en La Voz de España (Supl. Dominical), de 26 de noviembre de 1978.

[8] A Albino Mallo en Unidad de 28 de enero de 1976.

[9] En la carta que me dirigió el 27 de diciembre de 1979.

[10] A Albino Mallo en Unidad de 20 de mayo de 1977.

[11] Nota del autor: este término debe entenderse como partidario de la pintura constructiva.

[12] A Albino Mallo en Unidad de 20 de mayo de 1977.

[13] Id.

[14] Nota del autor. Se refiere a “El tránsito…” o “La dormición…” de la Virgen María (Museo Nacional del Prado).

[15] A H. Gaba, en Unidad, número de junio de 1977.

[16] En la carta que me dirigió el 27 de diciembre de 1979.

[17] A Albino Mallo, en Unidad, 6 de noviembre de 1972.

[18] Jesús de Lucas en La Voz de España, un número de 1960 probablemente. Nota del autor: se refiere este autor de manera humorística como “arrecubietada” a esta época, porque fue Jesús Arrecubieta Otaño quien junto con Luis Boada Rolín y Juan José Echániz fundaron en 1923 el primer taller especializado en la construcción de vidrieras en Irún, convertido después de la Guerra Civil en   la Unión de Artistas Vidrieros de Irún, siendo aquel primero quien le contratara.

[19] En la carta que me dirigió el 27 de diciembre de 1979.

[20] A M. J. G. en La Gaceta del Norte, ed. Bilbao, número de octubre de 1971

[21] José Berruezo en Diario Vasco, de 5 de noviembre de 1972-

[22] Antonio Viglione en El Bidasoa de Irún, en torno a 1959.

[23] Jesús de Lucas en La Voz de España, en torno a los años 1960-1962.

[24] Flores Kaperotxipi para El Pueblo Vasco de ese año: “una pluma autorizada de Madrid vio en sus obras a un sensible observador poeta. Hay en él -continuaba- promesas alentadoras y una naturaleza lírica de emoción franciscana”. No obstante su concurso a tres Exposiciones Nacionales, declara a Albino Mallo (La Voz de España, 26 de noviembre de 1978): “a los artistas vascos no nos gustaba el ambiente de Madrid, a donde había que ir a por las medallas en las Nacionales y nunca fue algo que nos interesó. Por eso nos cerramos a hacer la vida reflejando nuestro paisaje… viviendo con sencillez pero sin pasar hambre”.

[25] A juicio de Francisco Alcántara, corresponsal de El Sol de Madrid, “está cerca de la madurez artística, su pintura es la de un sentimental”.

[26] Germán Baraibar, en Le Patriote, destaca en él su arte sobrio y su sinceridad.

[27] Montes expone entonces los retratos de una muchacha y de Laserna. Al encomiarlos, Íñigo de Andía (El Pueblo Vasco, 16 de julio de 1927) comenta de ambos su resolución con “clasicismo y ciertos visos de modernidad, aunque lo moderno en él es accidental y externo”. Concluye: “las posibilidades artísticas de M. I. adquieren horizontes inesperados”.

[28] Se escribe en la prensa donostiarra que Montes “es un lírico y romántico del siglo XX…, moderno por su técnica y clásico por su temperamento”. José Iribarne (La Voz de Guipúzcoa) le alaba pero critica a un tiempo “el color sordo y opaco de su paleta, la carencia de atmósfera”.

[29] Al acto acudieron más de 150 personas, entre ellas, los entonces alcaldes de Irún, Gabriel Eceizabarrena, y de Fuenterrabía, Francisco Sagarzazu; Isidoro Navarro, el Marqués de Casa-Ximénez, Enrique Borredá y el crítico Antequera Azpiri. Años más tarde, Montes declararía a Luis Eceizabarrena (Unidad, junio de 1977): “el momento más emocionante para mí fue cuando el Secretario don Emilio Navas leyó unas cuartillas que Mourlane Michelena envió como adhesión al acto”.

Un resumen de éstas añadimos a continuación: “Hay que pelear sin tregua para salvar tu prerrogativa de pintor: el gusto. Un artista no puede, en materia de gusto, ni capitular, ni condescender… No reposes en tuis triunfos, ni te ufanes tampoco en ellos. El artista de raza no se cura jamás de insatisfacción, que es el signo de las almas bien hechas. Exigirse: ese es el primer deber del artista, ese es el último también. Exígete, Gaspar, y sé dura contigo mismo. Piensa, al fin, que si el hombre pasa, la ciudad queda, y es Irún quien quedará cuando pasemos…”

[30] Crisanto de Lasterra (Euskadi, Bilbao) advierte al artista que “no ceda demasiado al blando encanto del color local y mire al paisaje más en profundidad que en ambiente”.

[31] Eduardo Ortega y Gasset, bajo pseudónimo, escribe en La Libertad de Madrid que la amistad de estos dos artistas de Irún “ha acabado por convertirse en una fusión de sus temperamentos artísticos, auxílianse las obras de ambos para la mutua comprensión”.

[32] Un recorte de la prensa donostiarra llama la atención sobre “la tendencia decorativa con sobriedad de líneas” de la obra de Montes Iturrioz.

[33] Carlos Ribera en La Voz de España: “A la gama fría de color, a la luminosidad plateada y a la estilización geométrica, va sucediendo, en la obra de Montes Iturrioz, una mayor fogosidad en la pincelada y en la concepción del conjunto, un apasionamiento mayor del artista por el tema, un colorido más cálido, con predilección por los paisajes soleados y también una mayor ductilidad en el trazo, abandonándose al natural y alejándose de ideas estéticas rígidas y preconcebidas”. “Podemos observar en sus óleos dos tendencias, maneras o criterios, más bien técnicos que estéticos, de interpretación y ejecución: uno, que le empuja al comentario estilizado, rítmico y rico en posibilidades decorativas y otro, más realista, crudo y vigoroso”.

[34] Alberto Clavería en La Voz de España de 16 de diciembre de 1951: “En su lienzo ha seguido una línea menos constructivista que la presagiada en su anterior “vazquezdiísmo” y más entroncada con la que Baroja desarrolla”.

[35] Arramele en Unidad, explica que Jesús Montes “hereda de su padre sus dotes dibujísticas y su ingenuidad sincera”.

[36] José Berruezo (El Diario Vasco): “el pincel de Montes Iturrioz se mueve por un impulso subjetivo que al interpretar el tema y al darnos la versión del artista, nos redescubre con toda la fuerza de la emoción estética, mar, monte, río, árboles, casas, como plásticas manifestaciones del “alma” del paisaje, de esa “alma” que muy pocos están en condiciones de captar y mucho menos de expresar”.

[37] Arramele (Unidad) califica el temperamento del pintor de “inquieto y nervioso… dentro de cierta sosegada calma propicia a la contemplación. Alma de poeta, de sus cuadros no puede decirse que estén pintados sin haberlos sentido en lo más entrañable de su ser”.

[38] Arramele (Unidad, 22 de diciembre de 1963) observa que Montes Iturrioz acentúa progresivamente su visión y ahonda en el alma del paisaje al tiempo que en el alma de la pintura, “quintaesenciándolas a extremos inconcebibles”.

[39] Se dice en La Voz de España de 4 de marzo de 1967: “En cada una de sus pinceladas hay recuerdos de la pintura francesa, perfectamente asimilados en orden a la gran lección del impresionismo”.

[40] José Berruezo define: “pintura honrada, sincera, poética, confidencial…, en la que la mirada dl espectador descansa tras la contemplación” (Diario Vasco de 6 de diciembre de 1968).

[41] Adolfo Castaño: “el encuentro con la desconocida obra de Montes Iturrioz ha sido un encuentro con la sinceridad… en el quehacer artesano, artístico, de una vocación apoyada en la sincera vida de un hombre. Sus paisajes son gratos… tienen la poesía de lo humilde y cotidiano… acompañan” (La Estafeta Literaria, número de enero/febrero de 1970)

[42] A. M. Campoy: “es una pintura de hoy, no importa que su estética se avecine a un postcubismo en la línea de cierto Vázquez Díaz… y… linde con Darío de Regoyos… Montes Iturrioz, que aprendió a pintar con Salís, Sotomayor y López Mezquita, no se parece en nada a sus primeros maestros. Con el que coincide por espíritu y elección de temática regional es con Regoyos… en la actitud humilde y enamorada de las cosas. De pronto nos encontramos con un extraordinario pintor español, al que prácticamente desconocíamos” (ABC, Madrid).

[43] A P. Marzo y J. Ledesma: “yo escogí lo sencillo, lo que va conmigo, lo que nace de muy dentro. Me gusta extraordinariamente la Naturaleza y es lo que siempre he cultivado. Voy detrás de ella, como decía Cézanne. No tengo demasiada prisa. Me importan la solidez, la arquitectura de una tela. La trabajo. La matizo con esos tonos tenues que veo en nuestro paisaje” (La Gaceta del Norte, Bilbao, octubre de 1971).

[44] Antonio Viglione: “acudir a una exposición de Montes Iturrioz es como asistir a una cita de amor: una pura delicia para el corazón, la mente y los sentidos. Es tal la maestría que el contemplar… se siente sobrecogido por el embeleso ante una realidad configurada por un personalismo exquisito, estructurado sobre una laboriosa técnica y henchido de la antigua y siempre nueva poesía del intimismo” (La Voz de España).

[45] “De su época de París -escribe Berruezo- Montes Iturrioz guarda el recuerdo de Cézanne, de Renoir y de Matisse, que se esfuma con el tiempo, permaneciendo sin embargo siempre su eco lejano en las sinfonías cromáticas que son sus paisajes. En su dibujo encontramos también el lejano eco de aquella pálida perfección que caracteriza la obra de Puvis de Chavannes, magnífico dibujante y muralista”.

[46] Isidoro de Fagoaga escribe entonces: “Bajo muchos aspectos, morales y artísticos, recuerda Montes Iturrioz a Regoyos y Arteta. Como éstos ha alcanzado la perfección en el dibujo y colorido” (La Prensa, Buenos Aires, 6 de agosto de 1972).

[47] A Albino Mallo (Unidad, 6 de noviembre de 1972): “Regoyos fue un auténtico innovador amoldando la técnica impresionista al sentimiento del paisaje vasco”.

[48] A un periodista de La Voz de España le confiesa en esta ocasión: “Prefiero el impresionismo. Concede un alto rango a la luz, y ésta lo merece sin lugar a dudas: la prueba es que, pictóricamente, los puntales han sido Rembrandt y Velázquez y “han hecho la luz”, no con el blanco y el amarillo, sino en la sombra también”.

[49] Escribe J. M. Álvarez Emparanza: “en toda su obra hay un sentido lírico del tema que le aleja de una mera representación de la realidad naturalista, la cual, eleva su arte a una categoría singular” (La Voz de España).

[50] Aún más, añade Chávarri: “Montes Iturrioz aprehende todo el sentido de gran síntesis del paisaje y le presta una personal interpretación llena de gracia y de armoniosa dulzura”.

[51] En esta exposición se concitan -al decir de Vicente Cobreros Uranga- “sentimiento y cabal concepto del arte de pintar, pudiéndose decir que Gaspar Montes ha llegado a la alquiteración de su madurez pictórica”. “Destaca la sorprendente simbiosis ante el paisaje vasco -especialmente el bidasotarra- y el pintor, llevada a un extremo de compenetración” (Radio San Sebastián, Hora Trece, 3 de febrero de 1976).

[52] “En esta última época, la paleta… se ha espiritualizado, volviendo a las tenues entonaciones, a los grises y a los malvas, de las obras características de su madurez” (José Berruezo en Diario Vasco, 27 de diciembre de 1976).

[53] “Suave y amable versión del País Vasco ésta de Gaspar Montes Iturrioz, en la que como contrapunto a las delicias del paisaje, surgen de pronto personajes de intención expresionista” (A. M. Campoy en ABC, Madrid).