Un diario local del 11 de julio pasado publicó el artículo firmado por J. Irurtia titulado Puente la Reina: el Ayuntamiento presentará alegaciones al trazado provisional del Camino de Santiago, donde se alude al recurso que los puentesinos van a elevar al gobierno de Navarra reclamando para su villa el honor de ser encrucijada de los caminos que desde Roncesvalles y Somport se dirigen a Santiago de Compostela.
Como es sabido, el Gobierno de Navarra, con la colaboración del Ayuntamiento de Pamplona y la asociación de Amigos del Camino, dentro del ambiente creado por la declaración de Itinerario Cultural Europeo de dicho Camino, está preocupándose en trazar el itinerario genuino del que se ha llamado “camino navarro”, una vez que ya se fusionan en uno sólo, dentro de nuestra región, las Vías francesas conocidas como Podense, Lemovicense, Turonense y Tolosana, que penetran en España por Roncesvalles (las tres primeras) y Somport (la cuarta).
El proyecto del trazado oficial fija la unión de estos caminos en Obanos y no en Puente la Reina, razón por la que los puentesinos reclaman para sí algo que entienden les pertenece, según los datos históricos que presentan en su alegación presentada al Gobierno Foral, que yo desconozco y por tanto no voy a discutir. Sin embargo, sus alegaciones les llevan a sostener, en el citado artículo, que por Obanos ni tan siquiera pasaba el Camino de Santiago tradicional, circunstancia -aseguran- reconocida por los mismos delimitadores del trazado y por otros autores.
Pienso que las razones sentimentales, y aún históricas, de los puentesinos para reclamar su encrucijada, deben probarse objetivamente con documentación y cotejarse, en su caso, con la que pudieran aportar otras fuentes.
Precisamente a ello queremos colaborar, sin pretender otra cosa que el esclarecimiento de la verdad histórica.
Y la verdad histórica debe rastrearse en la documentación, en la toponimia y en el análisis cuidadoso del trazado viario.
Según todo ello se puede asegurar:
1º La existencia de Obanos como población es anterior a Puente la Reina. Así parece deducirse de la carta fundacional de Puente la Reina, emitida por el rey Alfonso el batallador en 1121, en que al fijarse su demarcación se tomó como referencia a Obanos de la siguiente manera: “De illo ponte supranominato usque illo prato de Obanos super Muruarren”, o sea, “desde el puente así conocido al prado de Obanos que está sobre Murugarren” (tomado de F. Idoate. El Señorío de Sarría, Pamplona, 1959, p. 144).
Se podrá objetar que antes de la fundación de Puente la Reina ya existía en ese lugar desde fines del siglo XI un poblado de francos, y es verdad. Pero puede presumirse que Obanos, ya desde 978 al menos, es una población organizada, pues contribuye con el impuesto de su sal al Monasterio de Siresa, en Aragón, y sucesivamente y hasta el siglo XII mantienen posesiones en el lugar los Monasterios de San Martín de Biel, Leyre e Irache. Cuando sobre Murugarren hay un poblado de francos, carente de la ordenación urbana posterior de Puente la Reina, la iglesia de Obanos ya estaba asignada a la Catedral de Pamplona (según datos tomados de Goñi Gaztambide, Idoate Iragui y Sarralullana).
El prestigio de Obanos sin duda fue determinante para que en su lugar se tuvieran a partir del reinado de sancho el Fuerte y hasta 1329 las Juntas o Hermandades de Infanzones, auténticas defensoras de la libertad frente a los abusos de la monarquía.
Si desde fines del siglo IX ya eran una realidad pujante las peregrinaciones hacia la tumba del apóstol Santiago, no tendría nada de particular que el trazado del Camino se dirigiera hacia Obanos antes del encuentro con el río Arga, por ausencia de un núcleo bien definido más allá de la villa obanesa, al menos hasta fines del siglo XI. Hasta entonces, desde doscientos años antes, Obanos había sido la única población estable en los confines del río Robo con el Arga en dirección Pamplona-Estella.
La preposición “ad”
El propio Codex Calixtinus de Aymeri Picaud, auténtica guía del peregrino del siglo XII, viene a indicarlo, cuando se refiere a los caminos de Roncesvalles y Somport, que, dice, “ad pontem Regine sociantur”, es decir, “se unen cerca de Puente la Reina”. Hasta ahora se había dado a la preposición “ad” un carácter locativo equivalente a “en”, cuando una traducción correcta de ad + nombre de lugar en latín equivale al castellano “cerca de”, “en torno a” o “hacia”. Por tanto no en Puente la Reina y sí cerca de ella. El punto donde los caminos se hacen uno sólo está hoy situado en la carretera N-111, a la entrada de Puente la Reina, junto al Monumento al peregrino. Pero las carreteras de ahora no son los caminos de antes.
Y vamos a hablar de ello.
2º La actual carretera de Pamplona-Astrain-Legarda-Puente la Reina, por donde hoy se hace discurrir el Camino de Roncesvalles, se hizo sobre el camino proyectado en 1780 por Ochandátegui, llamado entonces el camino de Logroño, más cómodo para la circulación de carruajes (ver un trabajo alusivo de Teresa Melchor en “Príncipe de Viana”, núm. 176, 1985). Pero los viandantes, por regla general, han elegido siempre el camino tradicional para sus desplazamientos, que suele ser el más recto, y por tanto más corto, el más próximo a fuentes y, en el caso de los peregrinos, el más cercano a los templos advocacionales.
Tal camino ha sido hasta hoy (en la primera semana de julio aún lo transitaron casi un centenar de peregrinos) el que de Cizur Menor llevaba a Guenduláin, Zariquiegui, Alto del Perdón por la Fuente de Reniega y Francoandía, Aquiturráin (donde ha poco hubo una ermita de San Salvador), Uterga, Muruzábal y Obanos, hasta confluir con el procedente de Somport en las inmediaciones de la ermita, también, en el denominado “calvario”.
De este camino -llamado “Irun bidea” o “Garés bidea”, según la dirección que se escogiese, es decir, hacia Pamplona o Puente la Reina- nos hablan las capitulaciones Matrimoniales de la Casa Rebolé de Obanos, situada al borde del Camino en su entrada al pueblo. Dicen estas capitulaciones de 1700 que la casa “afronta con camino real que van de Muruzábal a Puente la Reina”. Oras de 1768 definen a este camino como el “real que se va a Pamplona” y aún son más explícitas otras de 1787 que indican que dicha casa afronta “con calle pública que por ella transitan los de Puente a Pamplona…”. Este camino se transforma en las faldas del Perdón en el de “Frankua bidea”, es decir, el Camino francés.
El Camino de Somport, por su parte, proveniente de Enériz, llevaba, antes de la carretera actual, que es moderna, hasta Eunate y de allí por el Camino del mismo nombre subía a Obanos paralelamente al actual cementerio, hasta su encuentro con el anterior junto a la ermita de San salvador, tras vadear el Regacho de Muruzábal y flanquear las casas de Saralegui, el Mayorazgo y Mutikoandia. Todavía hoy se conoce en Obanos a este Camino como “el de Enériz a Puente”. A su izquierda quedaban, en término de Obanos, las ermitas de San Martín (hoy desaparecida) y la de San Guillermo, un Santo jacobeo.
3º Y, en tercer lugar, la toponimia religiosa también es elocuente: la ermita de la Virgen del Perdón en la Sierra de Reniega, San Salvador de Aquiturráin, la imagen del Apóstol Santiago en el retablo mayor de Muruzábal y San Salvador en Obanos, por un lado; Nuestra Señora de Eunate con sus enterramientos de peregrinos y la desaparecida iglesia de San Martín, al pie de Obanos, son advocaciones o signos objetivamente unidos al Camino.
Argumentos incontestables
La advocación de san Salvador parece incluso ligada a la encrucijada: así en Ostabat confluyen los caminos franceses en el Monte de San Salvador, como ha probado fehacientemente el investigador bajo-navarro Urrutibehéty, con quien coincido en la opinión de que en Obanos se han unido los dos caminos procedentes de Ostabat-Roncesvalles y Somport-Jaca. Su tesis fue defendida en el Primer Congreso General de Historia de Navarra y espera una pronta publicación. Otras personas como los sacerdotes Dn. Santos Beguiristáin y Dn. Javier Navarro han defendido y defienden esta interpretación.
Para mí los argumentos a favor de Obanos como encrucijada de los caminos de Santiago son incontestables por su acrisolada antigüedad y probada historicidad. La documentación habla por sí sola de ello y está a disposición de quien la quiera consultar.
Otra cosa distinta es que Puente la Reina gozara, como así fue de la protección real y por razones estratégico-económicas se dotara pronto de una estructura urbana al modo de las bastidas medievales, con mayor capacidad de acogida al peregrino. Pasó a ser “buena villa” con asiento en Cortes antes que Obanos y su importancia fue en aumento, hasta el punto de desplazar a la Villa de los Infanzones como población más renombrada del camino Compostelano.
Pero esto no quita a Obanos su papel de primera encrucijada, que se localiza a unos 2 km. al este del actual -y reclamado por los puentesinos- punto de confluencia.
Esta, creo yo, es la verdad sobre la posición de Obanos en el camino de Santiago.
Afirmar que por Obanos “ni tan siquiera pasaba el Camino tradicional”, resulta excesivo e inexacto.