El cine de John Huston

Presentación del director de cine estadounidense John Huston con motivo de la proyección de su película “Cayo Largo”en  el Cine Club Lux, de Pamplona, el 23 de febrero de 1980.

El director estadounidense John Huston nace el 5 de agosto de 1906 en Nevada (Missouri), hijo del célebre actor de cine y de teatro Walter Huston, camino por el que John llegará al cine.

Estudia en Los Ángeles y se destaca por sus éxitos deportivos, que le llevan al boxeo profesional. Disputó 25 combates, perdiendo sólo dos.

Marcha a México y se enrola en el Ejército, llegando a teniente de caballería.

Después vuelve a Los Ángeles y escribe cuentos y novelas, en los que recoge su experiencia como boxeador. Escribe también una obra teatral de cierto éxito, Frankie and Johnny.

Viaja a París a aprender pintura.

Su padre le relaciona con el director cinematográfico William Wyler y con un actor de su compañía llamado Humphrey Bogart. Wyler le da pequeños papeles en 1930 y le invita a escribir con él el argumento de “Una casa dividida” (1932). También colabora en otros guiones.

En Inglaterra y trabaja como argumentista de la Gaumont British durante tres años.

En 1934 vuelve a Estados Unidos para dedicarse al reportaje periodístico. Torna a Hollywood y entra como argumentista en la productora Warner Bross (1938) e interviene como tal en las cintas Jezabel, de Wyler, “Juárez” y “El Doctor Ehrlich”, de Dieterle, “El Último Refugio” y “Altas Sierras”, de Walsh, y “El Sargento York”, de Hawks. “El Último Refugio” ya contiene los caracteres de la obra que ha de hacer como realizador de cine.

Durante la Segunda Guerra Mundial entra en los servicios cinematográficos de la Armada, en la que realiza algunos documentales en torno al tema de las repercusiones de la guerra entre los soldados norteamericanos, chocando por primera vez con la censura. Después es acusado de procomunista por el Comité de Actividades Antiamericanas, y debe exiliarse al extranjero.

La Generación Perdida

Este es el nombre que se ha dado a los que como él fueron encausados por este tribunal: Jules Dassin, Joseph Losey, Robert Rossen, Fred Zinnemann (un vanguardista alemán que huyó de Hitler), Edward Dmytrik y Elia Kazan (emigrante griego), aunque también fueron relacionados con ellos Lazlo Benedek y Stanley Kubrick.

Fu el senador MacCarthy quien inició la llamada “caza de brujas” por medio del mencionado Comité entre 1950 y 1951. Para él todos eran sospechosos de simpatizar con el comunismo por ser intelectuales y progresistas. La guerra de Corea endureció las posiciones. Fueron incluidos en una lista negra 106 guionistas, 63 actores y 11 realizadores.

Esta caza tuvo como resultado la prohibición de trabajar en los Estados Unidos a más de 324 personas relacionadas con el cine. Surgieron voces de protesta ante ella de realizadores como el propio Huston, y también de Thomas Mann y de William Wyler.

Robert Rossen, Edward Dmytrik, Elia Kazan y Martin Berkeley terminaron por colaborar con la Comisión y delataron los nombres de sus camaradas. Esto tuvo como consecuencia el éxodo hacia Europa de Charles Chaplin, Orson Welles, Jules Dassin y Joseph Losey.

En el estricto plano cinematográfico su resultado fue el Cine Negro o de temática criminal provocado por la situación de neurosis colectiva que creó la Caza de Brujas, asimismo por el aumento de actos criminales en el país, ya que se producía por entonces un delito grave cada 15’’.

El iniciador de la serie negra fue precisamente Huston con “El Halcón Maltés” en 1941, con el protagonista Humphrey Bogart, que postergó al que hasta entonces había encarnado al último gánster de la vieja escuela, Edward G. Robinson.

El Cine Negro estaba en consonancia con la realidad social del país, de la que era un reflejo pesimista, mostrando un mundo en descomposición. Recoge un clima de crisis moral, rompiendo todo conformismo ético y el esquema tradicional del Bien vencedor del Mal, y recubriendo a sus personajes (fueran detectives o gánsters) de un baño de absoluta ambigüedad moral.

Se puede decir que s el pesimismo el rasgo dominante del cine estadounidense de la posguerra.

En la actualidad, John Huston vive en Irlanda en un antiguo castillo. Se ha nacionalizado irlandés, aunque se siente profundamente norteamericano. Tiene 74 años.

Sus películas más importantes han sido, además de “El Halcón Maltés”, “El Tesoro de Sierra Madre”, “La Jungla del asfalto”, “La Medalla Roja al Valor”, “La Reina de África”, Moby Dick, “Vidas Rebeldes” y “Freud, una Pasión Secreta”.

Humprey Bogart y Lauren Bacall en un fotograma de «Cayo Largo»

Aspectos del héroe hustoniano

La primera de ellas es la noción del absurdo y el sentimiento de fracaso.

Aunque el fracaso no tenga nada de absurdo, sin embargo en los filmes de Huston la repetición del fracaso -su carácter inevitable- arrastran a la noción del absurdo.

En la obra de Huston hay un sentimiento de fatalidad. Incluso si los personajes ignoran que se precipitan hacia el fracaso, nosotros, los espectadores, sin embargo lo sabemos, y esto basta para que nos parezcan marcados por el sello de la fatalidad.

El héroe hustoniano no tiene muchas ilusiones respecto al éxito de sus empresas. Al comienzo está lleno de confianza, pero una duda se insinúa pronto en su espíritu y llega a atormentarle. Es esta duda la que le da su espesor dramático.

Otra constante es que el héroe se define por su hiperactividad. En Huston, la acción no es sino la manifestación exterior de una búsqueda en profundidad, la traducción visual y en movimiento de un itinerario espiritual. Sobre el plano de la acción aparece como un súper hombre, pero su energía desmesurada, su voluntad sin desfallecimiento no son, en el fondo, más que un alarde desesperado ante la perspectiva de fracaso que se perfila.

Otro de los resortes principales que conduce a los personajes de Huston es el miedo, como acertadamente observa Paul Davay. Miedo a vivir, porque es un inadaptado, un fracasado. Miedo de no llegar a tiempo: los héroes de Huston andan demasiado acosados para “tener tiempo”. La persecución es su enfermedad incurable, porque no tiene el centro de gravedad en sí mismo. No puede permanecer en un lugar, le domina su espíritu de aventura.

Finalmente, el destino. Su héroe se siente derivar al fracaso pero continúa cegándose sobre sus posibilidades de éxito, esta es su propia contradicción.

La acción es para sus héroes como un cáncer que les corroe.

Valoración del cine de Huston

Su filmografía refleja las contradicciones de la condición humana.

Es un testimonio de nuestro tiempo atormentado. La carrera que envuelve a sus personajes es un poco la de nuestra época en que vivimos: estamos condenados a un movimiento prodigioso y tratamos de encontrar un refugio en esa misma aceleración.

La obra de Huston se inscribe en la gran corriente del arte contemporáneo, que podría definirse como “una deserción de lo humano”. Arte de ruptura que refleja no una crisis del gusto, sino -como en Huston- una crisis del espíritu.

La marcha del héroe hustoniano es, a la vez, una carrera hacia un futuro inaccesible y una forma de huida consternada.

En la imagen de la portada el director de cine John Huston