Consistencia y límites del género cinematográfico

 

Definición de género fílmico

Antes de intentar explicar el género cinematográfico, es preciso puntualizar que el concepto de género es algo que el cine no inventa, sino que hereda de la Historia del Arte, de la pintura y de la literatura en particular, y que, en torno a él, ha existido un debate desde la Antigüedad [1]. Al nacer el cine hereda unas categorías tipológicas que son anteriores y exteriores a él mismo. Lo que hace es adoptar, acomodar esas categorías preexistentes en el arte y en la cultura anteriores.

La definición del género cinematográfico es múltiple:

Es una manera de clasificar convencionalmente las películas según sus temas y características, parecidas a las utilizadas en literatura (J. L. Guarner) [2]

  • Constituye una forma de expresión donde confluyen la herencia de una tradición cinematográfica y los cambios operados en el cine en el plano estético-narrativo (A. L. Hueso) [3]
  • El concepto de género reside en un tema y una estructura comunes, con un tratamiento similar (p. ej.: la configuración épica en el caso de western), según R Altman, a los que De Miguel añade una iconografía propia. Aunque suele concebirse como un corpus de películas ampliamente consensuado (p. ej.: el musical de Hollywood) [4].
  • Es resultado de las condiciones materiales de la producción comercial de las películas: la industria los establece reafirmando las creencias del público; el público los reconoce; y la crítica los designa bajo la influencia cultural a la que esta crítica se adscribe (Schatz, Braudy, Altman). Por su esencia misma el género es mutante, porque los gustos o creencias del público cambian. Luego se puede decir que no son neutrales ideológicamente hablando [5].

El “género” no es un término descriptivo cualquiera sino un concepto complejo de múltiples significados: por una parte, está configurado por un esquema básico cuya fórmula precede, programa y configura la producción de la industria; está dotado de una estructura sobre cuyo entramado formal se construye la película; da nombre a una categoría fundamental que sirve como etiqueta comercial; se erige en posición ideológica que reclama la atención a todo espectador de una película.

De ahí se deriva la polivalencia de su concepto, que es más amplia que la del género literario, sobre todo por sus conexiones con la totalidad del proceso de producción-distribución-consumo inherente a toda película.

Los géneros, en el cine, empiezan a formarse en Hollywood en torno a 1908, una vez se han trasladado a este barrio de Los Ángeles los estudios de New York, con películas de persecuciones y otros géneros narrativos (religioso-bíblico, melodrama, policíaco, terror, fantástico, historia americana o western…), se consolidan en la década de 1930 y dura su apogeo hasta 1960, conformando el llamado estilo clásico hollywoodiense. La caída del star-system y la llegada del cine de autor en la década de 1950 marcan su declive a partir de entonces.

Una vez consolidados en los estudios de Hollywood los géneros se irradian al resto del mundo, donde los países los adaptan ateniéndose al modelo clásico. Así surgen variantes locales de los grandes géneros estadounidenses, algunos de los cuales se erigen en subgéneros autóctonos por la impronta nacional que reciben (por ejemplo, las comedias de teléfonos-blancos y el spaghetti-western en Italia).

El género cinematográfico está delimitado por nociones como autor, obra, estilo y movimiento:

  • el concepto de autoría artística ha sido más utilizado que el de género por la crítica e historiografía europeas, situadas bajo la influencia de Cahiers du Cinéma y de la metodología literaria. Esto llevó a una valoración totalizadora de la filmografía de los grandes autores, sin distinguir lo bueno de lo malo, y a un olvido injusto de los realizadores “artesanos”, dando como resultado una visión sesgada de la Historia del Cine. Aunque es verdad que hay directores de cine que, por su personalidad, no encajan en ningún género;
  • en el pasado, pero sobre todo en la década de 1960, ha sido reivindicada la obra individual, tratando de superar los criterios clasificadores y de romper los límites que la condicionaban. La política de géneros ha pretendido encajar a la fuerza la obra en el género, desconociendo su autonomía y expresividad propias, además de la mezcla de géneros que en la práctica suele darse en muchas películas;
  • el estilo es la sublimación de la técnica al servicio de la estética particular del realizador, por ello no es comprensible la teoría según la cual a un género concreto corresponde un estilo único, puesto que ni autores ni obras son fácilmente encasillables en géneros concretos. Estilo tiene que ver más con la forma de comunicación y la estética que con el tema y la estructura (exigencias del género según Altman);
  • el movimiento es un concepto complementario, una perspectiva de estudio tendente a superar ese cierto aislamiento del autor y su obra, recurriendo a una sistemática global y contemplando las implicaciones socio-histórico-culturales de éstos.

La consideración de estas categorías refuerza su polifacetismo intrínseco (ser a la vez industria, comercio, arte y lenguaje, medio de comunicación y de ideologización) y su funcionalidad, pues ya vemos que no es un concepto autónomo, sino sometido a estas nociones que acabamos de expresar.

Los géneros responden a una necesidad popular: necesidad de catarsis ante los problemas cotidianos, de extroversión, de diversión y de afirmación de valores ampliamente aceptados. Por eso las películas de género raramente son inquietantes o innovadoras, se someten a la cultura de masas y presentan por ello esquemas relativamente fijos (aunque luego veremos que de hecho evolucionan y que también pueden vulnerar reglas “establecidas”) [6].

Las críticas dirigidas a los géneros se orientan a considerarlos únicamente como una mera manifestación de determinados ambientes o fórmulas sociales. Según esta opinión serían, por tanto, inconsistentes. Por el contrario, Tudor sostiene que “definen un mundo social y moral, así como un entorno físico e histórico”. En cuanto a su extensión en el tiempo como en el espacio, su perdurabilidad ha hecho que se configuraran como tabla de salvación en épocas de crisis (por ejemplo, el trhiller y el musical en la crisis de la segunda posguerra mundial coincidente con la aparición de la fórmula televisiva). En cuanto a la expansión espacial, han sido acogidos por todo tipo de públicos, independientemente de sus razas, creencias y formación, y asimilados por encima de sus peculiaridades (como ha sucedido con el western y la comedia) [7].

Escena de inicio de 2001. Una odisea del espacio, de Stanley Kubrick, 1968

Se les achaca también una estereotipación de las formas tanto temáticas como expresivas. En realidad, la repetición de temas y formas es consustancial a todas las formas artísticas, si bien en los moldes fijados se van introduciendo alteraciones por la aportación de autores y movimientos. A veces estas claves de los estereotipos han llegado al cine provenientes de la literatura o de la pintura [8].

Los géneros pueden examinarse desde varios ángulos:

  1. Desde el punto de vista del sistema de producción, con el fin de comprender la naturaleza y la complejidad de los fenómenos que han provocado su formación. La subdivisión en géneros fue una de las exigencias fundamentales del “sistema de los estudios” del que dependían la organización del trabajo y la programación de la producción. La diferenciación de productos obligaba a repartir las inversiones en distintos géneros, con el fin de adecuarse a las tendencias del mercado y de favorecer la identificación de un género concreto y la empresa de producción (podríamos llamarlo “estrategia de la imagen”) [9].
  2. Desde un enfoque figurativo y narrativo, con el fin de comprender sus mecanismos de funcionamiento y sus reglas compositivas, que en cierta manera comparte con otras formas expresivas como la novela y el teatro, o las artes plásticas, y también solo en cierta manera pertenecen al cine. Un examen iconológico de una película arroja significados diferentes a los que se deducen de una descripción literal de la imagen. Por este camino, el cine, no sólo ha sorteado censuras impuestas, sino alcanzado valores simbólicos, a través de los cuales es posible advertir determinadas concepciones del mundo [10].Desde el punto de vista narrativo, a una película, en cuanto relato, pueden serle aplicados los análisis literarios, pero sin olvidar el peso figurativo que tienen sus imágenes, y más en concreto los análisis semántico-sintácticos, como explica Altman, quien reconoce en los géneros elementos semánticos temas y tramas en común, escenas clave, tipos de personajes, objetos familiares o planos y sonidos reconocibles, y en el plano sintáctico estructuras de la trama determinadas, relaciones entre personajes o el montaje de imagen y sonido. Esta metodología permite adscribir con seguridad las películas a sus géneros, a la vez que sirve para definir sus señas de identidad [11].
  3. Finalmente desde una perspectiva ideológica-política, pues los géneros mantienen una relación con la situación histórico-social de un país. Como ha demostrado La Polla, el western representa el expansionismo colonialista de los Estados Unidos de América y el musical ofrece en términos espectaculares los ideales a que aspiran los norteamericanos [12].

Clasificación

La mayor parte de los críticos de los géneros cinematográficos han intentado clasificarlos buscando un camino cómodo para su análisis, basando su criterio en la apreciación del contenido del film (el asunto), y no tanto en su forma, y advirtiendo del peligro limitativo de las clasificaciones. Para Agel y Zurián, toda clasificación tiene que ser abierta, flexible y basada en la concordancia. Cebollada recuerda la utilidad didáctica de la clasificación. Altman destaca la dificultad del encasillamiento genérico, pues a este fin tanto sirve el contenido, como la identidad del autor, la iconografía de la película, la experiencia del espectador, y la influencia institucional.

No son muchos los autores que se han servido, en sus clasificaciones, de la forma fílmica como referencia. Lamet-Ródenas-y-Gallego ordenan las diversas maneras de hacer cine por el modo de obtener la imagen, por la manera en que ésta fija su atención, por la actitud estética adoptada y por el contenido temático del resultado. Taddei defiende la naturaleza expresiva y lingüística del film y esto le lleva a apoyar al autor como creador de formas dinámicas, de modo que clasifica los géneros en obras de libre expresión, obras de evasión-espectaculares-comerciales, obras de construcción histórica, obras de ilustración documental, obras de documentación y encuesta, obras de publicidad y propaganda, y obras didácticas [13].

Por nuestra parte, siguiendo la útil recomendación de Agel y Zurián, proponemos una clasificación abierta, que es síntesis del conjunto de clasificaciones genéricas, partiendo de la seguridad de que los géneros no son siempre inmutables:

El cameraman, Buster Keaton, 1928

POR LA MANERA DE OBTENER LA IMAGEN

  • Documental (en la realidad)
  • Cine de ficción (de la realidad fingida o representada

POR LA MANERA EN QUE SE FIJA SU ATENCIÓN

  • Cine descriptivo (sobre el mundo exterior)
  • Cine narrativo (si capta los sucesos)
  • Cine psicológico (si se dirige al mundo interior)

POR LA ACTITUD ESTÉTICA

  • Cine-puro (si ésta es normal)
  • Cine-lenguaje (si ésta es expresiva)

Nanook el esquimal, Robert Flaherty, 1922

POR LA INTENCIONALIDAD

  • Cine espectáculo (si se propone el entretenimiento)
  • Cine artístico (si se propone sensibilizar)
  • Cine informativo (si comunica ideas)
  • Cine ideológico (si transmite ideas para convencer)

POR EL TEMA ESCOGIDO

  • Género Animación. Variantes: Dibujo animado, Dibujo infográfico, Figuras en 3 D
  • Género Aventuras
  • Género Bélico. Variantes: Film belicista, Film pacifista, Film propagandista, Documental de guerra, Film psicológico
  • Género Biográfico
  • Género Buddy film
  • Género Burlesco o cómico. Variantes: Slapstick. Derivación: Comedia Americana (Screwball)
  • Género Catastrofista. Variantes: Cataclismos, Hundimientos, Aterrizajes forzosos, Ataques de monstruos
  • Género Ciencia-Ficción. Variantes: Espacial, Especulativo, Del Futuro
  • Género Comedia. Variantes: Americana (Burlesca, Romántica, Sofisticada y/o extravagante o Screwball, Juvenil y de Estudiantes), Fantasía-Comedia, Comedia entre bastidores, Docudrama, Italiana, Española (Landismo), Chanchada brasileira
  • Género Criminal. Variantes: Thriller o de Gángsters, Negro o policíaco-detectivesco-de intriga criminal y suspense, Espionaje-guerra fría, Cine de Bandidos, Cine de Agentes Secretos, Big Caper Film, Ambiente Carcelario, Acción, Mafia Italiana. Derivaciones: Acción (> Persecuciones, Catástrofes, Deportes)
  • Género Documental. Variantes: Informativo (Derivaciones: Reportaje, Noticiario, Cine de Propaganda, Cine Directo, Cine Militante, Film Encuesta, Film de Ficción Histórica, Spot Publicitario) y Divulgativo (Derivaciones: Agrícola, Artístico Cultural, Deportivo, Educativo, Etnográfico, Laboral, Militar, Musical, Naturalista, Quirúrgico, Religioso, Submarino, Turístico, De Viajes…)
  • Género de Episodios. Derivación: Telefilm
  • Género Fantástico. Variantes: Hollywoodiense, Británico, Italiano. Derivaciones: Ciencia-Ficción, Terror, Espacial, Poético, Sobrenatural / Sagrado
  • Género Experimental. Variantes: Arte y Ensayo, Underground. Derivaciones: Vanguardista (> Abstracto-Formalista, Cubista, Dadaísta-Surrealista, Futurista…)
  • Género de Cine Gay
  • Género Histórico. Variantes: Documental Histórico, Film de Ficción Histórica, Reportaje, Historias Nacionales (Mitos, Leyendas), Epopeyas, Revoluciones Sociales y Cambios Políticos, Guerras y Batallas, Tradiciones y Costumbres, Inventos y Hazañas, Héroes, Biografías, Historia bíblica. Derivaciones: Western, Cine Bélico, Cine Bíblico (> Antiguo Testamento, Jesucristo, Épica Romano-Cristiana, Peplum
  • Género Cine para la Infancia

    Lo que el viento se llevó, de Víctor Fleming, 1939

  • Género Musical. Variantes: Opereta, Singie, Minstrel, Disco-Film
  • Género Nasty. Variantes: Stag-movies, Pinku Eiga, Film Bodies, Grossout Films
  • Género Religioso. Variantes: Intimista, Biográfico, Histórico (Bíblico-Sagrado), Exótico (Misional), Didáctico
  • Género Social. Variantes: Blaxploitation, De Ambiente Sindical, Sobre Inadaptados, Conspiraciones Políticas. Derivaciones: Cine Político, Cine Militante
  • Género de Terror. Variantes: Exploitation, Gore, Series (Hombre-Lobo, Frankenstein, Drácula, Vampiros, Momias). Derivaciones: Ciencia-Ficción
  • Género Tragedia, Drama. Derivaciones: Melodrama (> Weepie, Materno, Familiar, Woman’s Film, Melodrama Hindú)
  • Género de Viajes. Variantes: Ferroviario, Road-Movie
  • Género Western. Spaghetti Western, Pennsylvania Western, Western Musical, Western épico
  • Género Wooman’s Film. Variantes: Wooman’s Gothic, Wooman’s Horror, Wooman’s Film Noir, Wooman’s Melodrama. Derivación: Culebrón (TV)

Las películas de género comparten ciertas características fundamentales:

  • Parten de un protagonismo dual y de una estructura dualista (en lo que Altman llama textos de foco dual). Así, el sheriff de un western se enfrenta a un fuera-de-la-ley, el gángster de un trhiller se opone a un agente de la F.B.I., el comandante estadounidense de un filme bélico lucha contra su homólogo japonés, Fred Astaire forma pareja con Ginger Rogers en un musical etc. De aquí se deriva una de las críticas al género cinematográfico, su naturaleza repetitiva (“vista una, vistas todas”, suele decirse). Se resuelven una y otra vez los mismos conflictos fundamentales, de una forma similar. Cada película varía los detalles, dejando intacto el esquema básico;
  • Responden al efecto acumulativo de las situaciones, temas e iconos frecuentemente repetidos a lo largo del filme. La naturaleza repetitiva del género tiende a disminuir la importancia del desenlace de las películas, y simplifica las relaciones de causa-efecto que conducen a dicha conclusión. El espectáculo que se ofrece a un espectador de películas de gángsters se propone más deleitar con las escenas de acción que tratar de las causas del conflicto. Lo mismo sucede con los roads movies, donde más importantes son los encuentros e interacciones de la pareja coprotagonista, que el resultado concreto derivado de estas;
  • La naturaleza repetitiva y acumulativa de las películas de género, y la presencia de grandes estrellas en ellas, las hace predecibles en gran medida. El placer de ser espectador de género deriva más de la reafirmación que de la novedad. Quien va a ver películas de género lo hace para participar en acontecimientos que, en cierto modo, le resultan familiares;
  • Utilizan continuamente las referencias intertextuales. El western respeta y evoca la historia del género western mucho más que la propia historia del Far West estadounidense; los musicales remiten constantemente a musicales anteriores etc.;
  • Suelen partir de un uso simbólico de imágenes, sonidos y situaciones clave, que simplifica en exceso la historia del film y las relaciones humanas que muestra. Así, en el caso de los planos generales paisajísticos del western, importan menos las localizaciones reales en sí que el uso del paisaje como visualización del peligro para quien, por ejemplo, atraviesa el desierto. Pero esa simplicidad constituye precisamente uno de los valores más destacados del género cinematográfico: los cowboys, gángsters, bailarines, detectives y monstruos que pueblan los géneros adquieren de este modo un valor simbólico más directo;
  • Son trans-históricos, es decir, el filme de género se sitúa fuera del tiempo, al retomar del pasado mitos o rituales y actualizarlos en presente. Así, para Bazin, el western nace del encuentro entre una mitología y el medio de expresión cinematográfico. La saga del Far West existía antes del cine bajo formas literarias o folclóricas y la multiplicación de filmes no ha hecho desaparecer esta literatura western, sino que sigue aportando a los guionistas sus mejores asuntos [14].
  • Finalmente los géneros resultan funcionales desde un prisma social, porque, por un lado, son productos comerciales que satisfacen a productores, distribuidores y exhibidores; y, por otro, porque ayudan al espectador a evadirse en la sala de proyección de las contradicciones que le rodean dentro del complejo sistema cultural en que se halla inmerso, y que no logra dominar. Tampoco falta quien opina que los géneros son como canciones de cuna letárgicas que adormecen ideológicamente al espectador [15].

A lo largo de la historia crítica del género se han diferenciado los géneros fundamentales de los subgéneros, y estos se han desdoblado en especies, variantes o ciclos temáticos. Se habla también de géneros puros e híbridos, y hasta, durante la época dorada de Hollywood, se distinguían géneros de interés para hombres y para mujeres, habiéndolos también no adscritos a sexo concreto [16]:

  • Géneros fundamentales serían los primigenios, aquellos de los que, mediante especialización, surgirían, primero como subgéneros, luego como géneros aceptados, otros géneros independientes. En la historia del cine se han distinguido géneros fundamentales como el cómico, del que derivaría el slapstick como subgénero, o la comedia, de la que nacería el subgénero de comedia romántica y de él como variante el remarriage (comedia basada en enredos matrimoniales). En general, la crítica ha tendido a delimitar las fronteras de cada género, pero estas han sido siempre tan permeables como variables los intereses de la industria y los gustos del público, por lo que puede concluirse que no existen géneros absolutamente puros sino híbridos y mutantes. Aunque se tiende a considerar fundamentales los géneros aportados por la tradición clásica de Hollywood y géneros híbridos los constituidos a partir de 1960, más atentos a la compleja realidad del momento;
  • A su vez el género surge de un prototipo que se explota industrialmente y termina por ser aceptado por el público, al que se le integran poco a poco nuevos iconos, que son los que permiten su identificación genérica, hasta alcanzar una personalidad que sirve de referencia a posteriores películas. Es el caso de “Asalto y robo a un tren” (The great train robbery, Edwin S. Porter, 1903), primer western reconocido como tal, a pesar de que ya utilizaba la alternancia de escenarios, víctimas y salvadores presentada por el británico James Williamson en su “Ataque a una misión de China” (Attack on a China mission station, 1900). De manera análoga “La Calle 42” (42nd Street, de Lloyd Bacon y coreografía de Busby Berkeley, 1933) será el prototipo que imitará el musical estadounidense [17].

Nacimiento y evolución del género cinematográfico

Como ha explicado Altman, la creación de nuevos géneros conlleva la unión de un adjetivo (que representa al género nuevo) a una serie de nombres distintos (que designan a los antiguos géneros) [18]. Por ejemplo, la comedia burlesca era una simple variante del género de la comedia adscrita al modo de lo burlesco, caracterizada por la parodia, la caricatura y el humor absurdo. Pero la comedia calificada de burlesca adopta una nueva identidad cuando aparecen otras fórmulas de lo burlesco (la farsa, la mascarada…), liberándose el adjetivo del sustantivo y adquiriendo naturaleza independiente. Surge entonces el género burlesco.

En algunos casos se requiere un neologismo para pasar del adjetivo al nombre. Por ejemplo: biographical picture (película biográfica) se convierte en biopic; drama musical en melodrama; drama documental en docudrama etc.

Pero hay ciclos de películas que no llegan a transformarse en géneros al no ser reconocidos por la industria como fórmula aplicable, ni apoyadas por un vocabulario crítico. Por el contrario, cuando hay interés se afirma un género. Es el caso del woman’s film, en origen un simple ciclo temático de cine en torno a la problemática femenina conectado semánticamente con el melodrama familiar, que fue apoyado por la crítica feminista en un momento favorable a la emancipación de la mujer (década de 1980).

Por otra parte, el género está bajo la influencia de factores desestabilizadores que amenazan su existencia. Entre ellos señala Altman:

  • Circunstancias determinadas por la exhibición. Así, las películas “de festival” –presentadas a concurso en Festivales Cinematográficos- se seleccionan no en virtud de sus características textuales sino bajo criterios oportunistas; los programadores de TV se interesan primero por la duración de las películas y luego por su contenido, y para su lanzamiento en vídeo, si conviene, se encajan en el género de moda;
  • La crítica cinematográfica, con el apoyo sustancial de sus lectores, puede imponer nuevas consideraciones genéricas, no ajenas a las corrientes socio-culturales vigentes. Ahora se discute, por ejemplo, si deben aceptarse como nuevos géneros el gay (de y para homosexuales) y el black film (tipo de películas protagonizadas por actores de raza negra);
  • El interés de ciertos exhibidores y espectadores por aspectos como la violencia y el erotismo, les lleva a despreciar el género (aunque estos atractivos también han sido capaces de producir nuevos géneros –como el nasty film– o reavivar los clásicos, en el caso del género de terror, con nuevas variantes).

Como conclusión a lo expuesto, se puede afirmar que un género está sometido a una ley evolutiva según la cual, tras un periodo inicial de articulación, pasa a una fase de autoconciencia reflexiva por parte de los creadores y el público, para llegar a un momento en que los esquemas genéricos son tan conocidos ya que la gente se cansa de su predecibilidad [19]. Los géneros más resistentes a este proceso serán los que posean una sintaxis más sólida (por ejemplo, el western y el musical).

Actualidad del género

Podemos asegurar que nos encontramos hoy ante la siguiente coyuntura.

39-3

Harrison Ford dirigido por Steven Spielberg en la película En busca del arca perdida, 1981

Por una parte los géneros se desdibujan al intercambiarse elementos iconográficos propios y otros ajenos procedentes de la curiosidad posmoderna dominante. Es el caso de las películas protagonizadas por el héroe Indiana Jones, llevado al cine por Steven Spielberg, que resultan ser mezcla de los géneros fantástico y de aventuras, que recuerdan a los seriales de los años 30 y están llenas de referencias al mundo ya clásico del cómic.

A su vez, son frecuentes las películas de ficción actuales que intercalan entre sus fotogramas imágenes generadas por ordenador, con el fin de transmitir a un público mayoritariamente juvenil efectos de impacto visual cada vez más espectaculares, asumiendo el cine de este modo el reto de la innovación tecnológica, reto que siempre le ha desafiado. Pero, al mismo tiempo, el mundo audiovisual y multimediático están provocando en el cine una intensificación del proceso de generificación, junto a un reforzamiento de los géneros clásicos que buscan sacar al consumidor de su ensimismamiento: en la TV se va extendiendo un género de telefilms en torno “a la familia nuclear” y sus ramificaciones hacia grupos de “compañeros”, “comisarías de policía”, “hospitales” etc., en tanto que otros competidores del tiempo libre como los juegos electrónicos y la navegación por el ciberespacio trata de neutralizarlos la industria cinematográfica reavivando viejos géneros (como el terror, la ciencia-ficción, el cine de aventuras, el género catastrofista…), con recursos más seductores que los que puede ofrecer la micropantalla del televisor o del ordenador..

Los géneros cinematográficos, lejos de morir, se irán regenerando en un proceso sometido a los intereses industriales y comerciales. Seguirán orientando los gustos del espectador e imponiendo a los guionistas unas reglas de juego. En cualquier caso, no evolucionarán ingenuamente.

Bibliografía sobre géneros cinematográficos

General

Agel, H. y G.-Zurián, F. “Manual de iniciación al arte cinematográfico”. Rialp, Madrid, 1996. Cap. IV, 2ª parte, 148-211.

Cebollada, P. “Una mirada al cine”. Centro Español de Estudios Cinematográficos y Audiovisuales, Madrid, 1997. Cap. 5.

Costa, A.. “Saber ver cine”. Paidós, Barcelona, 1997. Cap. 6.3, 109-123.

Lamet, P. M.-Ródenas, J. M.-Gallego, D.. “Lecciones de cine. Historia, estética y sociología”. Hechos y Dichos-Mensajero-Razón y Fe-Salterrae, Zaragoza-Bilbao-Madrid-Santander, 1960. Tomo II, lección 27, 116-139.

Moreno Lara, X. “El cine. Géneros y estilos”. Mensajero, Bilbao, 1980.

Taddei, N. “Giudizio crítico del film”. Edizioni “i7”, Milano, 1966.

Idem. “Lettura strutturale del film”. Edizioni “i7”, Milano, 1966.

Tudor, A. “Cine y comunicación social”. Gustavo Gili, Barcelona, 1974. Cap. 8, 195-259.

Especializada

Altman, R. “Los géneros cinematográficos”. Paidós, Barcelona-Buenos Aires-México, 2000. Con bibliografía.

Austin, B. A.- Gordon, F. T. “Movie genres: toward a conceptualized model and standardized definitions”, en Austin, B. A. (Comp). “Current research in film: audiences, economics, and law 3”. Norwood, NJ Ablex, 1987, 12-33.

Bordwell, D.-Staiger, J.-Thompson, K. “El cine clásico de Hollywood: estilo cinematográfico y modo de producción hasta 1960”. Paidós, Barcelona, 1997.

Gubern, R. Cine de género, cine de autor., en V.V.A.A. “Perspectivas del cine actual. Cine clásico, cine moderno”. Instituto de Estudios Almerienses, Almería, 1993, 65-80.

Hueso Montón, Á. L. “Historia de los géneros cinematográficos”. Heraldo, Valladolid, 1976.

Idem. “Los géneros cinematográficos (materiales bibliográficos y filmográficos)”. Mensajero, Bilbao, 1983.

Kaminsky, S. M. “American film genres: Approaches to a critical theory of popular film”. Pflaum, Dayton, 1984.

Schatz, T. “Hollywood genres: formulas, filmmaking and the studio system”. Temple University Press, Philadelphia, 1981.

Animación

Manzanera, M. “Cine de animación en España. Largometrajes 1945-1985”. Universidad de Murcia, Murcia, 1998.

Rosa, E. de la-Vivar, H. “Breve historia del cine de animación en España”. Animateruel, Teruel, 1993.

Schickel, R. “The Disney version: The life, times, art, and commerce of Walt“. Avon Books, New York, 1968.

Aventuras

Taves, B. “The romance of adventure: The genre of historical adventure movies”. University Press of Mississipi, Jackson, 1993.

Bélico

Basinger, J. “The world war II combat film: Anatomy of a genre”. Columbia University Press, New York, 1986.

Biográfico

Custen, G. F. “Bio/pics : How Hollywood constructed public history”. Rutgers University Press, New Brunswick, 1992.

Ciencia-ficción

Gasca, L. “Cine y ciencia-ficción”. Planeta, Barcelona, 1975.

Miguel, C. de. “La ciencia-ficción. Un agujero en el cine de género”. Servicio Editorial de la Universidad del País Vasco, Bilbao, 1988.

Sobchack, V. “Screening space. The american science fiction film”. Ungar, New York, 1987.

Comedia

Karnick, K. B.-Jenkins, H. (comp.). “Classical Hollywood comedy”. Routledge, New York, 1994.

Montgomery, J. “La comedia en el cine”. AHR, Barcelona, 1955.

Paul, W. “Laughing screaming: Modern Hollywood horror and comedy”. Columbia University Press, New York, 1994.

Criminal

Borde, R.-Chaumeton, E. “Panorama du film noir américain”. Flammarion, Paris, 1988

Coma, J. “Diccionario del cine negro”. Plaza y Janés, Barcelona, 1990.

Coma, J.-Latorre, J. M. “Luces y sombras del cine negro”. Publicaciones Fabregat, Barcelona, 1981.

Idem. “Especial cine negro”. Dirigido Por, núm. 268, Barcelona, mayo 1998, 42-87; núm. 269, Barcelona, junio 1998, 34-73.

Mcarthur, C. “Underworld USA”. Secker and Warburg, London, 1972. (Gángsters).

Rodenberg, H.-P.. “El cine de gángsters y la Depresión: “Cara cortada” (1930-1932)”, en Faulstich, W.-Korte, H. “Cien años de cine. Una historia del cine en cien películas”. Siglo XXI, Madrid, 1995. Vol. 2: 1925-1944.

Schrader, P. “Notes au film noir”, en Film Comment, núm. 8, primavera, 1972, 9-13.

Thomson, D. “America in the Dark: Hollywood and the gift of unrreality”. William Morrow and Company, New York, 1977. (Cine de gángsters).

Warshow, R. “The inmediate experience”. Atheneum, New York, 1974 (“The gangster as tragic hero”), 127-134.

Documental

Barnouw, E. «El documental». Gedisa, Barcelona, 1996.

Experimental

Mitry, J. “Historia del cine experimental”. Fernando Torres Ed., Valencia, 1974.

Fantástico

Lenne, G. “El cine “fantástico” y su mitología”. Anagrama, Barcelona, 1974.

Todorov, T. “The fantastic”. Cornell University Press, Ithaca, 1970.

V.V.A.A. “El cine fantástico y de terror de la Universal”. Donostia Cultura, San Sebastián, 2000.

Melodrama

Neale, S. “Melo talk: On the meaning and use of the term “melodrama” in the American Trade Press”, en Velvet Light Trap, núm. 32, 1993, 66-89.

Musical

Altman, R. “Genre: The musical”. London, Routlledge & Kegan Paul, 1981.

Idem. “The american film musical”. Bloomington, Indiana University Press, 1987.

Croce, A. “The Fred Astaire and Ginger Rogers book”. Galahad Books, New York, 1972.

Feuer, J. “El musical de Hollywood”. Verdoux, Madrid, 1992.

Fontenla, C. S. “El musical americano”. Akal Editor, Madrid, 1973.

Munsó Cabús, J. “El cine musical”. Royal Books, Barcelona, 1996.

Nasty

Barker, M. (comp.). “The video nasties: Freedom and censorship in the media”. Pluto Press, London, 1984.

Religioso

Fernández Cuenca, C. “Cine religioso. Filmografía crítica”. Semana Internacional de Cine. Valladolid, 1960.

Social

García Escudero, J. M. “Cine social”. Taurus, Madrid, 1958.

Zimmer, Ch. “Cinéma et politique”. Seghers, Paris, 1974.

Terror

Carroll, N. “The power of horror or paradoxes of the heart”. Routledge, New York, 1990.

Clarens, C. “An illustrated history of the horror film”. Capricorn, New York, 1967.

Gifford, D. “A pictorial history of horror movies”. Hamlyn, London, 1973,

Molina Foix, J.A. “Mitos básicos del cine de terror”. Nostromo, Madrid, 1973-1974. 2 vols.

Paul, W. “Laughing screaming: Modern Hollywood horror and comedy”. Columbia University Press, New York, 1994.

Wood, R. “An introduction to the american horror film”, en Nichols, B (comp.) “Movies and methods II: An anthology”. University of California Press, Berkeley, 1985, 195-200.

Underground

Tyler, P. “Underground film: A critical history”. Grove Press, New York, 1969.

Western

 Astre, G.-A.-Hoarau, A.-P. “El universo del western”. Fundamentos, Madrid, 1976.

Bazin, A. “La evolución del western”, en “¿Qué es el cine?”. Rialp, Madrid, 1966. Cap. XVII de la Tercera Parte.

Cawelti, J. G. “The six-gun mystique”. Bowling Green University Popular Press, Bowling Green, 1975.

Idem. “Adventure. Mystery and romance”. University of Chicago Press, Chicago, 1976.

Coma, J. “Diccionario del western clásico”. Plaza Janés, Barcelona, 1992.

Fenin, G.-Everson, W. K. “The western: From silents to cinerama”. Bonanza Books, New York, 1962.

Leguebe, E. “Histoire universelle du western”. France-Empire, Paris, 1989.

Leutrat, J.-L. “Le western. Archéologie d’un genre”. PUL, Lyon, 1987.

Leutrat, J.-L.-Liandrat-Guigues, S. “Les cartes de l’Ouest: un genre cinématographique, le western”. Colin, Paris, 1990.

Rieupeyrout, J.-L. “El western o el cine americano por excelencia”. Losange, Buenos Aires, 1957.

Idem. “Historia del Far West”. Luis de Caralt Editor, Barcelona, 1973. 2 vols.

Woman’s Film

 Doane, M. A.-Mellencamp, P.-Williams, L. “Re-vision: Essays in feminist film crticism”. Frederick, MD, American Film Institute-University Publications of America, 1984, 67-82 (Art. de Doane, M.A. “The woman’s film: possesion and adress”).

Haskell, M.. “Fron reverence to rape: The treatment of women in the movies”. Penguin, New York, 1974.

Kaplan, E. Ann. “Las mujeres y el cine a ambos lados de la cámara”. Cátedra, Madrid, 1998.

Kuhn, A. “El cine de mujeres”. Cátedra, Madrid, 1994.

 

Glosario

Big caper film: película que narra historias de atracos (golpes) complicados y aparentemente imposibles, destinados a celebrar la astucia y destreza de los pillos en cuestión, aunque los resultados no fueran del todo afortunados [20]. Surge en la década de 1950 y se desarrolla en los 70.

Blaxpoitation: género centrado en la defensa de los derechos civiles (en Estados Unidos).

Buddy-film: Película sobre la amistad entre dos miembros del mismo sexo, también llamada “de compañeros”, normalmente trhillers, a veces con tendencia a la comedia, que se centran en dos policías que trabajan juntos. Surge a fines de la década 1980. Cuenta con una tradición dual de emparejamientos cómicos (Stan Laurel y Oliver Hardi), de cantantes y comediantes (Bing Crosby y Bob Hope) y de hombres serios y cómicos (Dean Martín y Jerry Lewis). En las últimas décadas han surgido variantes de este tipo de películas ampliando la relación a personas de diferente raza, sexo, clase social, edad, constituyendo géneros nuevos a través de estas combinaciones y entrecruzándose con otros géneros (policiaco, road movie…).

Cine negro: tomado de la novela negra francesa para describir, ya en el cine, aquellas películas de atmósfera y ambiente sombríos relacionadas con el género policíaco o de detectives.

Comedia entre bastidores: o backstager, se centraba en el ambiente del vodevil, con mezcla de interpretación teatral y musical. El término comenzó a usarse en Estados Unidos en torno a 1927-30, pero no llegó a constituir más que un ciclo de películas que hoy se valoran dentro del surgimiento del género musical.

Disco-film: subgénero del musical que incorpora danza de los jóvenes en discotecas y concursos de baile. Surge en 1977 con “Fiebre del sábado noche” (Saturday nigth fever, John Badham), que lanza a Travolta como prototipo de inmigrante italiano que se afirma por medio de su habilidad en el campo de la danza.

Exploitation: cine de terror particularmente violento.

Film bodies: o género del cuerpo, por extensión cine impúdico u obsceno.

Gore: cine de terror con abundante efusión de sangre, incluso mutilaciones, en la filmografía estadounidense.

Grossout film: película exageradamente grosera o impúdica.

Minstrel: en Estados Unidos, espectáculo en el que un cantante cómico se tiznaba la cara e imitaba a los tipos de raza negra. Esta costumbre se incorpora al cine en “El cantante de jazz” (The jazz singer, Alan Crossland, 1927), con Al Jolson de esta guisa.

Pinku eiga: literalmente cine rosa o cine erótico, tal como se le denomina en Japón, cuando no abiertamente pornográfico.

Pennsylvania western: género de películas estadounidenses que presentan aspectos estructurales relacionados con el western del Oeste Americano, pero situándose la acción lejos del Far West [21].

Peplum: literalmente manto (del griego peplos), designa a la película de acción, vagamente histórica, centrada en el mundo de la Antigüedad, que surge en la década de 1910 y alcanza su apogeo en los Estados Unidos entre los años 1955-1965.

Road-movie: cine centrado en encuentros repetidos e interacciones de pareja teniendo al viaje por carretera como hilo conductor de la acción.

Screwball comedy: Comedia americana por excelencia, aquella que hilvana una serie de episodios con personajes de la sociedad popular norteamericana extraños, estrafalarios, chiflados o excéntricos (screwballs[22].

Singie: comedia musical estadounidense cantada.

Slapstick: cortometraje del garrotazo o film cómico-burlesco producido por la compañía Keystone (de Los Ángeles en California) bajo la dirección de Mack Sennet en los años 1912 a 1929.

Spaghetti western: película que imita al western americano tomando ciertos arquetipos del género pero poniendo el acento en algunos epifenómenos (violencia gratuita, esquematismo de las situaciones), que ocultan el aspecto auténticamente histórico de su modelo [23].

Stag-movies: películas eróticas que se popularizaron en el cine estadounidense de las décadas 1940 y 1950 [24].

Underground: palabra inglesa que significa subterráneo y designa el cine anti-Hollywood y experimental estadounidense surgido en 1960, que, por su tendencia a la pornografía provocaría en 1966 el pase de sus efectivos al cine independiente y más propiamente experimental.

Weepie: de to weep, sollozar, película lacrimógena del género comedia, en Estados Unidos.

Woman’s film: Término acuñado en la década 1980, en Estados Unidos, para designar aquellas películas que tienen a la mujer como centro de su historia y a la vez como destinataria, que captan la subjetividad femenina. Por extensión, películas dirigidas por mujeres. Doane describe varios subgéneros dentro de este género: cine gótico de mujeres (w. gothic), cine de terror de mujeres (w. horror), cine negro de mujeres (w.film noir) y melodrama de mujeres (w. melodrama[25].

Notas

[1] R. Altman dedica el primer capítulo de su libro sobre los géneros cinematográficos a analizar el mismo (ver Altman, R. “Los géneros cinematográficos”. Paidós, Barcelona-Buenos Aires-México, 2000, 17-32).

[2] Guarner Alonso J. L. “Géneros cinematográficos”, en Enciclopedia Ilustrada del Cine, Tomo G-O, 27-38. Labor, Barcelona, 1971.

[3] Hueso, Á. L. “Historia de los géneros cinematográficos”. Industrial Litográfica, Valladolid, 1976. Vol. 1, 7-8..

[4] Altman, R. (2000), 45-47. C. De Miguel hace suyas las aportaciones de T. Ryall, E. Buscombe y R. Collins. Ver “La ciencia-ficción. Un agujero negro en el cine de género”. Servicio Editorial de la Universidad del País Vasco, Bilbao, 1988, .61-65.

[5] Schatz, T. “Hollywood genre: formulas, filmmaking, and the Studio System”. Random House, New York, 1981, 264; Braudy, L. “The world in a frame: what we see in films”. Anchor, New York, 1977, 179; ALTMAN, R. (2000), 31 y 37.

[6] Así sucede en los westerns de Sam Peckimpah “Duelo en la alta sierra” (Guns in the Afternoon, 1962) y “Grupo salvaje” (The wild bunch, 1969). Ver Tudor, A. “Cine y comunicación social”. Gustavo Gili, Barcelona, 1974. Cap. 8.

[7] Tudor, A. (1974), 195.

[8] Así el western recibe la influencia de las novelas de James Feminore Cooper y de las pinturas de F. Remington.

[9] Existía una estrecha relación entre la tipología de las “estrellas” contratadas y el género en torno al cual giraba la producción del estudio (así Fred Astaire y Ginger Rogers con la R.K.O.).

[10] Tal ha sucedido en la historia del cine con el empleo de sombras y espejos en largometrajes de las décadas 1940-50, para representar inquietantes enigmas y dudas acerca de la realidad. Así lo explica Wood, M. “America in the movies”. Basic Book, New York, 1975. Por tanto, serían aplicables al cine las teorías analíticas del arte propuestas por Panofsky y sus seguidores. Ver Panofsky, E.”Style and médium in the motion picture”, Critique, 3, en-febr. de 1947; y Calabrese, O. “El lenguaje del arte”. Paidós, Barcelona, 1987, 36-45.

[11] Altman, R. (2000), 128-129.

[12] La Polla, F. “Il nuovo cinema americano”. Marsilio, Venezia, 1978, 185-197.

[13] Agel, H. y G.-Zurián, F. “Manual de iniciación al arte cinematográfico”. Rialp, Madrid, 1996. Cap. VI; Cebollada, P. “Una mirada al cine”. Centro Español de Estudios Cinematográficos y Audiovisuales, Madrid, 1997, 96-97; Altman, R. (2000), 125-126; Lamet, P. M.-Ródenas, J. M.-Gallego, D .”Lecciones de cine”. Hechos y Dichos-Mensajero-Razón y Fe-Salterrae, Zaragoza-Madrid-Santander, 1968. Tomo II. Lección 27; y Taddei, N. “Giudizio critico del film”. Edizioni “i7”, Milano, 1966.

[14] Bazin, A. “¿Qué es el cine?”. Rialp, Madrid, 1966. Tercera parte, Sección cuarta (El “Western”), 397.

[15] Altman, R. (2000), 47-51.

[16] Se consideraban de interés para los hombres los géneros de aventuras y acción, cine de gángsters, cine bélico y western; para las mujeres el drama, el musical, la comedia romántica y el weepie; no adscribibles a sexo en particular eran los géneros de fantasía, cine de época/histórico, comedia slapstick y aventuras de viajes.

[17] Schatz es quien habla del prototipo genérico y Delamater del modelo integrado aplicándolo al género musical. Ver Schatz, T. “Hollywood genre: formulas, filmmaking, and the Studio System”. Random House, New York, 1981, 264; y Delamater, J. “Performing arts: The musical”, en Kaminsky, S. “American film genres”. Pflaum, Dayton, 1974, 130.

[18] Altman, R. (2000), 81-83, 93, 100, 115-119, 191-195, 221-222 y 238-239.

[19] Feuer, J. “The Hollywood musical”. Indiana University Press, Bloomington, 1993 (2ª ed.), 88.

[20] Russo, E.A. “Diccionario del cine”. Barcelona, Paidós, 1998. Ver también Kaminski, S. M. “American film genres: Approaches to a critical Theory of popular film”. Pfaum, Dayton, 1974., 75-76. Ed. revisada, 1984. Tomado de Altman, R. ( 2000).

[21] Tomado de Altman, R. ,(2000), 297-298.

[22] Tomado de Altman, R. (2000), 193-204.

[23] C. Rocle, en “Diccionario del cine” dir. por J.-L. Passek. Rialp, Madrid, 1992, 808.

[24] Tomado de Altman, R. (2000), 192.

[25] Doane, M. A.. “The Woman’s Film: possession and addrers”, en Doane, M.A.-Mellencamp, P.-Williams, L. “Re-Vision: essays in feminist film criticism”. Frederic, MD, American Film Institute/University Publications of America, 1984, 67-82.