El estilo nuevo de Sjöberg

La visión de FADERN (El Padre) del sueco Sjöberg que la Semana del Cine Club Lux ofrece, nos da pié para interrogarnos sobre este inteligente autor de cine ¿Quién es este desconocido nórdico llamado Alf Sjöberg? ¿Cuál es su contribución a la cinematografía mundial?

Del marco estético y artístico del cine sueco surge el nombre de este clásico, que no ha podido eclipsar el mismísimo Bergman. Heredero de los valores nórdicos de la reflexión sobre la existencia, la afición a la Naturaleza, la intimidad hogareña, la estilización del paisaje, el ocultismo…) Alf Sjöberg es el gran hombre del pos naturalismo sueco que forma la generación intermedia entre los dos grandes maestros (Sjoström y Stiller) y la nueva generación de jóvenes directores (Donner, Sjoman, Zeterling…) Y se puede decir de él que es un poeta auténtico, no solo porque parte de la vena mística de los poetas Fröding, Munk y Lindström, sino porque continúa la constante psicológico-popularista de clara raíz en la obra de Srindberg, Director del Teatro Real de Estocolmo. Sus ideas se han identificado con los dramaturgos y poetas nórdicos, de donde Sjöberg forma su aguijón punzante. Pero, particularmente, constantes del cine de Sjöberg, como el conflicto de las voluntades, la hostilidad de la mujer contra el hombre, el misticismo y la tragedia, tienen su inspiración directa en el atormentado Strindberg, profundo renovador del lenguaje en la moderna literatura sueca.

Pero si EL PADRE –sombría y cruel tragedia- es un film correcto y bien interpretado, con todo, no es el que le ha dado toda la importancia que este director ostentará en el cine. Fue LA SEÑORITA JULIA. Con este film se analiza la dinámica de las incursiones irracionales y el dominio de los poderes subconscientes sobre la persona humana. La verdadera contribución de Sjöberg al cine se encontraba ahí. Este film mostraba saltos narrativos de un espacio a otro y de un tiempo a otro, inventando transiciones hasta entonces inéditas, llegando a duplicar la presencia en escena de un personaje en dios edades de su vida. Así, se puede decir con justicia que Sjöberg no creó únicamente una obra maestra, sino que abrió un camino nuevo de gran importancia para el arte cinematográfico. Sjöberg aportó al cine un gigantesco paso hacia la fusión perfecta del pasado con el presente, mezclando ambos tiempos en la conciencia del protagonista.

Con ello, el cineasta sueco va mas allá del “monólogo interior” de Eisenstein, sintetizado en el soliloquio del zar Iván (en LA CONJURA DE LOS BOYARDOS), cuando recuerda trágicamente sus desventuras de niño y la suerte que corrió su madre. Su importancia en el cine contemporáneo se refleja, por ejemplo, en dos grandes directores: Bergman y Resnais. En efecto, piénsese en el Bergman de FRESAS SALVAJES, cuando el Profesor Borg –atormentado por el sueño premonitorio de su muerte- recorre en su imaginación los lugares que le vieron crecer en plena armonía y paz de vivir. Téngase presente toda la obra de Resnais –en particular HIROSHIMA MON AMOUR-, y veremos en que manera Sjöberg ha influido en el cine contemporáneo.

El cine de Sjöberg camina entre el sensualismo de una poética devoción por la naturaleza (la imagen cinematográfica) y el racionalismo de una hábil construcción dramática (el diálogo teatral) Esto último y la conquista del espacio-tiempo hacen del independiente Alf Sjöberg un cineasta que hoy podemos considerar como clásico y como hombre de talento, cuya obra deberá estar por encima del tiempo.