Navarra. Las cuatro estaciones de Pío Caro Baroja

 

Se ofrece el texto revisado de mi presentación en la Filmoteca Navarra, el 12 de junio de 2014, del filme “Navarra las cuatro estaciones, documental etnográfico” (1972), del documentalista cinematográfico Pío Caro Baroja.

El documentalista Pío Caro Baroja

El cineasta

El etnógrafo y documentalista cinematográfico Pío Caro Baroja nació en Madrid el 5 de abril de 1928, cuarto hijo del editor Rafael Caro Raggio y de Carmen Baroja Nessi, aficionada al teatro y a la orfebrería, etnóloga y autora de los libros “Recuerdos de una mujer de la generación del 98”, “El encaje en España” y “Joyas populares y amuletos”. Entroncado con una culta familia de la que sobresaldrán su abuelo Serafín, ingeniero de minas, editor, periodista y escritor; sobrino del novelista Pío y del pintor, grabador y escritor Ricardo; y hermano del antropólogo Julio. Todos tenían en común el ser librepensadores y vascófilos.

Pasó su infancia en Bera, en la casa de Itzea, vinculada al pueblo y a sus gentes, que con frecuencia la visitaban, y cuya experiencia quedará como un rescoldo bajo su futura filmografía.

Cursa estudios de Derecho en la Universidad Central de Madrid, pero lo hace a regañadientes. En 1952 decide marcharse a México, asqueado de la España de entonces y en este país vive hasta 1959.

Despierta su interés por el cine el visionado del filme neorrealista “El ladrón de bicicletas”, de Vittorio De Sica con guión de Cesare Zavattini. Este interés lo alentará su trabajo como crítico para las revistas Claridades, Cinema Nuovo y Objetivo, en las que escribe sobre el documentalismo mexicano. Además escribe monografías sobre “El neorrealismo cinematográfico italiano” (1955), “Estructuras fundamentales del cine” (1957) y, ya en España, “Apuntes sobre la expresión subjetiva en el cine y la televisión” (1969) y “Recuerdos de un documentalista” (2002).

Como realizador de cine su actividad se centra en el cortometraje hasta 1972 y a partir de esa fecha se decide por el largometraje, dirigiendo los imprescindibles títulos de “Navarra, las cuatro estaciones” (1972) y “Guipúzcoa” (1978).

En un principio fue ayudante de dirección de Emilio Fernández “el Indio” en dos películas que hizo con el poeta Manuel Altolaguirre, y del documentalista alemán Walter Reuter, en México; de Giusseppe de Santis en Italia; y de Juan Antonio Bardem en la producción hispano-mexicana “Sonatas” (1959).

Sus primeros documentales mexicanos en 16 mm se titularon “Carnaval de Tepozotlán” y “Fiesta vasca en México” (que rueda entre 1955-56), en los que ya se adivinan sus líneas maestras, como el alejamiento del cine de ficción; su atracción por los temas de corte antropológico: los usos y costumbres populares; y su pulcra actitud notarial a la hora de plasmar esta temática: “conocer, denunciar, acercarme a la calle, enseñar las formas de vida del hombre”, coincidiendo en su propósito con el guionista del cine neorrealista italiano Cesare Zavattini [1], que visita el país azteca en esa década.

Para la entidad española UNINCI (Unión Industrial Cinematográfica, S.A.) rueda en 1959 “El Greco en Toledo” y “El entierro del conde de Orgaz”, ocupándose del guión y la dirección).

Tras fundar su propia productora Documentales Folklóricos de España, en la que interviene su hermano Julio como guionista, filma cortos para la serie “Conozca usted España” como los titulados “Los diablos danzantes” de Almonacid del Marquesado (Cuenca), “El carnaval de Lanz”, ambos con guiones de Julio; y “Romería de la Virgen de la Peña” de la Pueble de Guzmán (Huelva) y “La última vuelta del camino”, adaptación de la novela homónima de su tío Pío, trabajos que desarrolla entre 1964 y 69.

En la década de 1960 su trabajo como cortometrajista es intenso. Para X Films filma “El País Vasco” (1966), con guión de su hermano. Para la segunda cadena de Televisión Española, entre 1966 y1970, por deseo de Manuel Fraga Iribarne que promueve la serie ya mencionada de “Conozca usted España” y en la que interviene incluso como supervisor, firma los reportajes “Deportes vascos”, “Pescadores gallegos” (dirección y guión), “La Mancha” (dirección), con guiones de Julio; para las series “Fiesta” y “Cuentos y leyendas” los documentales “El País Vasco de Pío Baroja”, “El Valle del Iraurgui”, “Traineras”, “Arcos de la Frontera”, “Bertsolaris”, “El día de San Froilán en Lugo”, “Las Móndidas” de San Pedro Manrique, “La Javierada”, “Las figuras bíblicas” de Puente Genil (Córdoba), todos sobre guiones de Julio; “La sima” (adaptación de Pío Baroja) y “La Alberca, vida y muerte”, rodado en Salamanca, con guión de José Mª Requejo. Al final, una discrepancia con Televisión Española por la censura de su adaptación de Pío Baroja “Marichu (Vidas sombrías)”, le lleva a abandonar su colaboración con el ente público.

Se centra entonces en NO-DO (1969-1972). Para el Noticiario Cinematográfico Español dirige “La ciudad medieval” de Santiago de Compostela, “El castillo medieval”, “El pueblo medieval”, “De mar a mar por los Pirineos” (con guiones de Julio), y “Las vidrieras de la catedral de Toledo”, cortos de 10` que, salvo el mencionado, llevan guiones propios.

Con su empresa PROYDUCEK (Producciones y Documentales Culturales de Euskadi) produce “El Mayorazgo de Labraz”, miniserie de cuatro capítulos, adaptación de la novela homónima de Pío Baroja precedida del mediometraje “Baroja a través de Baroja” presentado y narrado por Julio, que emitirá Televisión española en 1983.

Pero se puede afirmar que la culminación de su carrera como documentalista vendrá con los rodajes de los largometrajes “Navarra las cuatro estaciones” (1972), financiado por la Institución Príncipe de Viana de la Diputación Foral de navarra y “Guipúzcoa” (1979), gracias al apoyo de la Caja de Ahorros Municipal de San Sebastián, ambos títulos sobre guiones de su hermano el antropólogo Julio Caro Baroja [2].

La matanza del cerdo en invierno

Navarra, las cuatro estaciones

“Navarra, las cuatro estaciones. Documental etnográfico”, dirigido por Pío Caro Baroja con el apoyo de su hermano Julio autor de los textos, contó con el asesoramiento artístico del entonces director de la Institución Príncipe de Viana, José Esteban Uranga, el complemento de las fotos del Marqués Santa María Villar y la música de autores navarros.

El documental es un recorrido geográfico por nuestro territorio, que muestra la diversidad de sus manifestaciones culturales a lo largo de las cuatro estaciones del año en sucesión cronológica: tareas agrícolas, fiestas, deportes, oficios, costumbres y tradiciones del ámbito rural amenazados, que se trata de rescatar antes de que se las lleve el “progreso”. Y siempre ante un medio natural envolvente.

Se estructura por tanto en cuatro partes de 30’ de duración en total 150’. El rodaje se llevó a cabo entre los años 1970 y 1971. No se empleó durante la filmación sonido sincrónico con el fin de disponer de mayor autonomía en el trabajo de campo. Se empleó película de 35 mm en color.

Tras la productora Documentales Folklóricos de España se hallaba la Institución Príncipe de Viana que aportó los 4 millones de pesetas necesarios [3].

En cuanto al método de trabajo se hizo por fases: un estudio previo de carácter bibliográfico, del que se ocupó Julio, la discusión de los puntos de vista de ambos hermanos, el traslado al lugar de rodaje, la planificación del trabajo in situ, el rodaje propiamente dicho por el equipo desplazado (operador, técnico sonido, director), y la post-producción en laboratorio de las imágenes impresionadas (su montaje y la adición del sonido grabado paralelamente, consistente en la música tradicional, los ruidos, las entrevistas y la voz del narrador).

Destacaré los rasgos formales más llamativos de esta cinta:

  • Claridad didáctica de las imágenes, que buscan una divulgación de los hechos culturales en línea con la escuela documental británica de Grierson, con un toque de romanticismo a lo Flaherty.
  • Enfoque humano de las acciones protagonistas en coincidencia con el neorrealismo italiano.
  • Visión apolítica, al margen de presiones de tipo ideológico, siguiendo solamente un criterio científico.
  • Recurso en algún caso a reconstrucciones, como el carnaval de Lantz, que ya no se representaba desde hacía treinta años.
  • En cuanto al sonido, la voz en off del narrador garantiza la continuidad de la película y las diferentes músicas el cambio de secuencia; se recogen los sonidos del ambiente (voces y ruidos); los comentarios en off de los protagonistas se añaden en postproducción, como en el caso del almadiero Eusebio Tolosana; los silencios favorecen la reflexión.
  • El mosaico de secuencias de 2’ de duración son introducidas por planos de conjunto del entorno (mediante panorámicas) o detalles arquitectónicos (con primeros planos). Encuadres cuidadosos.
  • Respeto a la iluminación natural.
  • Introducción de planos adicionales que sirven de guiño al espectador y confieren viveza al documento (gente asomada a las ventanas, primeros planos de rostros, herrador en el taller con caballo asomado a su ventana…).
  • Elipsis temporales para abreviar los procesos técnicos de los artesanos.
  • Montaje descriptivo con la inclusión de acciones paralelas para dinamizar la narración. Corresponde a una actitud observacional.
  • Orientación poética de la narración para acercar al espectador el mundo interior de los personajes.
  • Sólida base documental (aportada por su hermano Julio) sobre la que se elabora el guión.
  • Empleo de cámara equivalente a los ojos del etnógrafo-realizador, mediante la cual contempla la realidad (así los planos subjetivos de Miel Otxin en el carnaval de Lanz). Reforzada por planos de espectadores de los acontecimientos filmados.

El carnaval de Lantz

Sostiene Aumesquet que en el largometraje de Pío Caro Baroja el pueblo navarro se muestra como una comunidad aislada, sin influencia, los hechos no se explican dentro del sistema cultural, simplemente se exponen; y se trata de una cultura únicamente rural y artesanal, con un planteamiento que oculta el mestizaje cultural, una postura que valora los hechos según su antigüedad y su arraigo. En tal sentido, la cámara actúa como un macroscopio que busca observar a fondo los sujetos y objetos expuestos a su objetivo. Se trata, pues, de un documento descriptivo -etnográfico- no teorizador o etnológico [4].

“Navarra, las cuatro estaciones” es un documento etnográfico científico, pues detrás de él se halla todo el peso de Julio Caro Baroja, muy valioso, de unos modos de vida que han desaparecido y que hoy en parte se conocen por este filme agrandado por el paso del tiempo.

Pío Caro Baroja es reconocido hoy como promotor del documental etnográfico en España, género éste que ya tuvo sus precursores en Fructuoso Gelabert y Manuel de Ynchausti, que buscaron en sus cortometrajes captar acontecimientos relacionados con la cultura; en Luis Buñuel con su mediometraje de denuncia social “Las Hurdes, tierra sin pan” (1933); y en las filmaciones del entomólogo Carlos Velo “Almadrabas” (codirección de F. G. Mantilla) sobre la pesca e industria del atún en Vejer de la Frontera, Cádiz (1934), documental social al estilo del “Drifters” (1929) de Grierson, sobre los pescadores de arenques del Mar del Norte.

No deseo terminar mi presentación sin proponer al Consejo Navarro de Cultura y al Gobierno de Navarra la declaración como bien de interés cultural de esta película entendida como patrimonio mueble de Navarra, en su categoría de documento audiovisual, por su especial relevancia para la Comunidad Foral de Navarra.

Ficha filmográfica

Producción: Documentales Artísticos de España (Madrid). Dirección: Pío Caro Baroja. Jefe de producción: Federico Molina. Guión y comentario: Julio Caro Baroja y Pío Caro Baroja. Asesor artístico: José Esteban Uranga. Operadores: Joaquín Hualde, Francisco Sánchez, Juan Manuel de la Chica, Rafael Casenave, Juan Martín Benito, Leopoldo Villaseñor, Miguel Ángel Martín (Pantalla normal/Eastmancolor). Montaje:  Guillermo S. Maldonado. Fotografías antiguas: Marqués de Santa María del Villar. Laboratorios: Riera (Madrid). Sonorización:  Sincronía. Duración: 139 minutos.

Bibliografía esencial

ANÓNIMO. “El prólogo de la serie sobre El mayorazgo de Labraz, de Baroja, se emite hoy”, El País, 14 de mayo de 1983.

IDEM. “Comienza el homenaje a Pío Caro Baroja, un documentalista pionero”, dantzan.com, 18 de febrero de 2005. Sección Mirarte/Cultura, p. 78. Acceso: http://www.dantzan.com/hemeroteka/comienza-el-homenaje-a-pio-caro-baroja-un-documentalista-pionero

IDEM. El Gobierno de Navarra edita un libro sobre el cine etnográfico de Pío Caro Baroja del que se proyectan doce películas en el Festival ‘Punto de Vista’. Nota informativa del Gobierno de Navarra, Pamplona, 17 de febrero de 2005

AUMESQUET NOSEA, Santiago. El documental etnográfico en España: Pío Caro Baroja. Pamplona, Gobierno de Navarra, 2004.

AZANCOT, Nuria. “Pío Caro Baroja, “lo de la memoria histórica me parece un error”, El Cultural de El Mundo, Madrid, 29 de mayo de 2014. Acceso: http://www.elcultural.es/version_papel/LETRAS/18810/Pio_Caro_Baroja

BORAU, José Luis (dir.) Diccionario del Cine Español. Madrid, Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España – Alianza Editorial, 1988.

SALA, Teresa. “Pío Caro Baroja escritor y documentalista”, Euskonews & Media, 2006. URL: http://www.euskonews.com/0367zbk/elkar_es.html

ZUMALDE ARREGI, Imanol. “Navarra: Las cuatro estaciones. 1972”, en PÉREZ PERUCHA, Julio (ed.) Antología crítica del cine español 1906-1995. Flor en la sombra. Madrid, Cátedra, 1997, págs. 698-700.

Notas

[1] Véase el cap. VIII “Vittorio de Sica y Cesare Zavattini” del libro de HOVALD, Patrice G. El Neorrealismo y sus creadores. Madrid, Rialp, 1962, p. 174 y ss.

[2] Pío Caro Baroja es también autor de obras literarias de temática diversa sobre cultura popular y memorias de su propia familia: “La soledad de Pío Baroja”; “Esos cojos del camino”; “Imagen y derrotero de Ricardo Baroja”; “El romancero del tío Miguelillo” (recuerdos de Tendilla, Guadalajara); “Canciones de ida y vuelta”; “El Gachupín”; “El Gachupín en busca de la juventud perdida” (nostalgias y emociones de la estancia mexicana); e “Itinerario sentimental, guía de Itzea”, entre otros. Asimismo es editor y responsable de la edición de los poemarios “Haizegunea, el viento sur”, y “Tres Barojas” (libro de su madre Carmen).

[3] Su equivalencia en 2014 sería de 82.131.999 pts. o sea 493.623 euros.

[4] AUMESQUET NOSEA, Santiago. El documental etnográfico en España: Pío Caro Baroja. Pamplona, Gobierno de Navarra, 2004.