Texto de la presentación de este filme del director de cine danés en el Cine Club Universitario Belagua, de Pamplona, el 1 de marzo de 1999.
Tras la difusión por la Nordisk, en 1918, de “Intolerancia”, de D. W. Griffith, Dreyer recibe un año después de la productora danesa el encargo de realizar una película cuyo argumento se centrase en un gran tema. Dreyer elige el mismo de Griffith, la intolerancia.
Escoge para ello la obra de un dramaturgo de éxito (Edgar Höyer), adaptador de una novela de Marie Corelli “Las aflicciones de Satán”. La adaptación final sería protestada por el dramaturgo.
Le atrajeron de la pieza literaria su carácter sociopolítico, su fondo teológico, y su temática fantástica y satánica entonces de moda, que había interesado a directores como Sjoström, Christensen y Murnau.
A Dreyer le interesa la intolerancia derivada del ciego fanatismo, como airada protesta contra los excesos que éste comporta.
Pone en el mismo plano revelador los abusos revolucionarios y los de la Inquisición, como estructuras de poder diferentes pero coincidentes en la ignorancia e incomprensión.
También acomete en su película las relaciones del Bien con el Mal, para lo que se sirve de Satán como leit-motiv en diversas épocas y lugares geográficos, como la Palestina de Jesucristo, la Sevilla del Siglo XVI, la Francia revolucionaria y la Finlandia convulsionada por la invasión del Ejército Rojo soviético en 1918, temas que condicionan la estructura del film en cuatro episodios.
La conclusión a la que llega es la de que los hombres son los causantes del Mal, ya que practican la violencia, la intolerancia y el engaño; si no actúan bien es porque han perdido la conciencia de este Bien. Esta situación, pues, se presenta sobre un fondo religioso.
Otro tema que paralelamente trata Dreyer en este filme es el de la mujer como ser idealista, íntegro y sacrificado, que reacciona heroicamente ante los hechos que la rodean. Sus principales personajes femeninos, Siri, ofrece su vida para no traicionar a su país, y Naima libera de la muerte al jefe de estación condenado al fusilamiento (en el 4º de los episodios), anticipando así el papel de Juana del Arco y la importancia que la mujer tendrá en toda su filmografía posterior.
La técnica de la que se sirve utiliza tres recursos principales:
- La interpretación, mediante actores profesionales para los papeles principales y no profesionales (tipos) para que recreasen los papeles secundarios.
- El montaje paralelo para facilitar la narración de forma inteligible. Así, las ocupaciones mundanas de la familia Cambord se alternan con la llegada de la guillotina; frente al filme de Griffith, “Intolerancia”, se narran los episodios en orden cronológico, ligadas y puntuadas por la inserción de un primer plano del rostro de Satán.
- La cámara se sirve de planos en picado (en el arresto de Jesucristo), panorámicas (para resaltar a los personajes y acompañar sus movimientos). Cabe mencionar un primer plano largo, de Siri en el momento de su suicidio (al que puede considerarse el primero de los grandes planos utilizados por Dreyer).
La película tuvo serios problemas con la censura, ya que produjo reacciones airadas de la Iglesia Luterana por convertir en espectáculo la figura de Jesús; de la izquierda proletaria, por presentar a los revolucionarios franceses y a las Guardias Rojas como fautores de Satán, al considerar la película como propaganda de la clase burguesa.
En Suecia y Finlandia se cortó el cuarto episodio. En los países latinos se suprimió el segundo (sobre la Inquisición). Y en Noruega la proyección se ofreció a una velocidad mayor a la normal.
Sin embargo, y como conclusión a lo explicado, “Páginas del libro de Satán” es una
obra de relevante importancia por lo que significó de aprendizaje, dominio de la técnica y del arte cinematográfico, y porque en esta cinta se abordan varios de los temas típicos del cine del gran maestro danés.
La dirección general y artística, más el montaje, correspondieron a C. T. Dreyer. Su productora, como se ha dicho, fue la Nordisk Film. En la redacción del guión participaron E. Hoyer y el mismo Dreyer, a partir de la novela de Marie Corelli «Satans Sorger». La escenografía estuvo a cargo de Dreyer, Axel Brun y J. G. Lind. El reeponsable de fotografía fue George Schneevoigt. Y los intérpretes fueron: Helge Nissen (Satanás, personaje principal en los cuatro episodios); en el primer episodio, En Palestina, Halvard Hoff (Jesús de Nazareth), Jakob Texière (Judas) y Erling Hansson (Juan); en el segundo, La Inquisición, Hallander Helleman (don Gómez de Castro), Ebon Strandin (su hija Isabel) y Johannes Meyer (el joven profesor don Fernández), Calle Halden (el mayordomo), Hugo Bruun (el conde Manuel); en el tercero, La Revolución Francesa, Tenna Kraft Frederiksen (María Antonietta), Viggo Wiehe (el Conde de Chambord), Emma Wiehe (la Condesa de Chambord), Elith Pio (Joseph, el ayuda de cámara de Chambord, y después comisario de policía), Jeanne Tramcout (la condesa Geneviève, su hija), Emil Helsengreen (el comisario del pueblo), Sven Scholander (Michonnet), Viggo Lindstrom (Padre Pitou), Vilhelm Petersen (Fouquier-Tinville); y en el cuarto, La Rosa roja de Suomi [1], Carlo Wieth (el jefe de estación Paavo Rahja), Clara Wieth Pontopiddan (su esposa Siri) y Carl Hilldebrandt (Rautaniemi), Karina Bell (Naima, la campesina), Christian Nielsen (el cabo Matti).
El rodaje fue realizado el verano de 1919 (por el año de ejecución se deduce fácilmente que se trata de una cinta muda). La duración del filme son 114’.
Imagen de la portada: Carl Theodor Dreyer fotografiado por H. H. Jacobsen
Notas
[1] Denominación de Finlandia en finés.