Exposición con motivo de la presentación de su película «El color púrpura» en la Parroquia del Corazón de Jesús, de Pamplona, el 19 de mayo de 1996.
El director de cine estadounidense Steven Spielberg nace en Cincinnati, Ohio, el 18 de diciembre de 1947.
Su infancia transcurre entre Haddenfield (Nueva Jersey), Phoenix (Arizona) y San Francisco (California), donde realiza a sus doce años sus primeros cortos en 8 mm. (con actores) y a los trece gana un premio con un mediometraje sobre la guerra. A los diecisiete realiza su primer largometraje.
Estudia lengua inglesa en la California State University de Long Beach, pero no termina sus estudios para dedicarse al cine, estudios de cine que sí hace en el California State College.
Sus primeros premios llegan de la mano del mediometraje Amblin (1969) en los Festivales de Atlanta y Venecia.
Pasa a la televisión, contratado por la Universal, para dirigir a Joan Crawford en Nigth Gallery (1969), a Sandy Dennis en “El influjo del mal” (1970) y episodios de las series “Audacia en el juego”, “El psiquiatra” y “Marcus Welby, doctor en medicina”.
El inicio de su fulgurante carrera como realizador vendrá en 1972 con su película “El diablo sobre ruedas”, producida inicialmente para la televisión, cuya trama se reduce a muy pocos medios: una carretera, un automóvil y un terrible y amenazador camión cuyo enfrentamiento con el automovilista está llevado a sus últimas consecuencias.
Entre las películas realizadas desde entonces, se hallan aquellas primeras en que el ritmo (que genera la tensión) se une al sentido de la fantasía y la producción espectacular, bajo la influencia del cine de Hitchcock (en aspectos como la amenaza, persecución, acoso, tensión e ironía); con un sentimiento interior de burla: el hombre que puede destruir hoy medio mundo con una bomba atómica, no puede zafarse de un camión o de un tiburón amenazantes ; surgen así en su cine los primeros «monstruos»:
- “El diablo sobre ruedas”: en la que un hombre es implacablemente perseguido por un camión, que aparece ante los ojos del espectador como un monstruo, en una parábola sobre la lucha del hombre contra el revulsivo del progreso.
- “Loca evasión” (1974), primera producción estrictamente cinematográfica, una fantasía sobre el tema de la persecución automovilística.
- “Tiburón” (1975), en el que juega con el miedo y la complicidad del espectador a favor de la destrucción del monstruo, provocando el susto con la aparición súbita del cetáceo, presentando en este caso un discurso sobre la lucha del hombre contra la naturaleza.
En otra serie de películas sigue el enfoque de la ciencia-ficción con mensaje humanista en torno a la defensa de la tolerancia y el espectáculo de lo maravilloso, en títulos como:
- “Encuentros en la tercera fase” (1977) y su versión ampliada (1980), sobre la realidad de los marcianos.
- “E.T., el extraterrestre” (1982): film dirigido a los niños, su público preferido, junto a los jóvenes.
Otro grupo de sus películas se centran en el género de aventuras con predominio del espectáculo y los efectos especiales, con voluntad de entretenimiento, que genera grandes recaudaciones. En ellas la narración se apoya en una realización técnica impecable, el realismo en los efectos especiales, fantasía en la historia (que evoluciona del «realismo» a la pesadilla), dentro de un contexto de persecución/acoso, y el triunfo de las fuerzas positivas (en tal caso la violencia se justifica para destruir el mal):
- “En busca del arca perdida” (1981), “Indiana Jones y el templo maldito” (1984) e “Indiana Jones y la última Cruzada” (1989). En ellas Spielberg define un tipo de «héroe», un tímido profesor universitario con gafas que se transforma gracias a unos «superpoderes» que le convierten en paladín del Bien, realiza una misión de rescate con ribetes sagrados (el santo Grial), interpretado por Harrison Ford.
- Hook: recreación de la película de Walt Disney. Con Robin Williams como actor protagonista.
- “Parque Jurásico”
A estas películas suma otras que pueden calificarse de sentimentales. En ellas lo fantástico cede ante lo intimista y lo épico; se trata de dramas sencillos con visos de universalidad ; se presenta la fantasía con valor terapéutico para superar situaciones humanas negativas ; es una visión atemporal subrayada con una estética de los 40 y una iluminación ocre; prácticamente desaparecen las secuencias de acción (en “Para siempre” se ven sustituidas por incendios forestales y picados de avión; Es el momento en que afronta adaptaciones literarias de prestigio:
- “El color púrpura” (1985): evocación de una familia negra del sur de Estados Unidos entre 1910 y 1950 y el proceso por el que una mujer maltratada desde niña, llega a conocer el orgullo de ser libre y la autoestima.
- “Para siempre” (1989): un ex piloto convertido en bombero aéreo «regresa» a la tierra desde el cielo para ayudar a uno de sus compañeros.
- “El imperio del sol” (1987): el protagonista vuelve a ser un niño (como en el caso de E.T.), ahora en la colonia británica de Shangai, poco antes de la invasión japonesa, y se describe la ruptura de su aislamiento y su enfrentamiento con la realidad de la guerra, la miseria y el campo de concentración.
Ha intentado, también, otra vía de cine más personal, un cine de autor ya insinuado en la etapa anterior, que responde a un compromiso interior, al ser judío:
- “1941” (1979) : ficción sobre un desembarco japonés en California después de Pearl-Harbor.
- “La lista de Schlinder” (1993): en que revive en blanco y negro los esfuerzos del industrial alemán así llamado por salvar de la muerte a un millar de judíos polacos durante el Tercer Reich. En ella advierte solapadamente sobre los peligros del totalitarismo y alienta la solidaridad humana.
Otra faceta suya es la de productor, así por ejemplo de películas como “Gremlins” (Joe Dante, 1984), “Regreso al futuro” (Robert Zemeckis, 1985), “El chip prodigioso” (Joe Dante, 1987), y otras.
Steven Spielberg ha tendido a la gran superproducción y dependido desde un principio del éxito comercial (de las veinte películas consideradas en la historia del cine como más taquilleras siete son suyas). Su cine-espectáculo se ha basado más en la tecnología que en la dramaturgia, por ello se le ha situado entre Kubrick y Lean.
Otra característica suya es que ha demostrado una adaptabilidad sorprendente entre géneros que parecen excluirse mutuamente: así el cine de aventuras y de ciencia-ficción con el cine humanista e intimista (tipo “El color púrpura”).
Sus mayores virtudes han sido el dominio de la técnica cinematográfica y la dirección de actores (inclusive de niños).
Su cine-espectáculo ha recuperado para el séptimo arte a la generación del vídeo y la televisión, que parecían ya desarraigadas del celuloide.
Imagen de la portada: Steven Spielberg en una imagen sacada de la película ‘Ready Player One’, de Erik Tanner.