Tríptico de la Virgen con el Niño, San Miguel y San Jorge del Museo de Navarra

Tríptico del Museo de Navarra

AUTOR:                    Desconocido.

TÍTULO:                   Tríptico de la Virgen con el Niño, San Miguel y San Jorge.

PERIODO:                 H. 1440-1460. Estilo gótico internacional.

PROCEDENCIA:      Comisión Provincial de Monumentos de Navarra.

TÉCNICA:                 Pintura al temple, dorado al agua, plumeado y gofrado.

MATERIAL:             Tabla de pino con preparación de yeso y estopa. Arquería coetánea de madera aplicada.

DIMENSIONES:       87,50 x 82,7 x 6,5/7 cm. Enmarcado.

MUSEO:                    Museo de Navarra. Procedente del Museo Artístico-Arqueológico de Pamplona.

Nº INVENTARIO:    4.211.

Conjunto de tres tablas fijas cuya unión se disimula con pilastras que soportan una arquería triple, formada por gabletes en las laterales y arco conopial en la central, con vanos calados por tracería gótica y galería superior de arquillos apuntados. El tríptico carece de las puertas que debió tener para facilitar su transporte. En la central, principal por tamaño y jerarquía, se representa a la Virgen Madre de Dios, en tanto en las laterales a los Santos Miguel, a nuestra izquierda, y, en el lado contrario a Jorge, todos ellos nimbados, con los donantes de estatura menor arrodillados, junto a su protector, en oración. La luminosidad del dorado nos lleva a imaginar el Cielo.

La Virgen se halla sentada en una silla de caderas, sobre un almohadón, vestida con túnica fruncida al pecho y manto que en parte abriga al Niño. Éste, vestido con túnica azul, está sentado sobre su pierna derecha. Las figuras se comunican con la mirada y el Niño lleva en su mano izquierda un pajarito. María le sostiene maternalmente por la cintura al tiempo que pasa una página del Libro de la Sabiduría colocado en su regazo. El pájaro es un detalle gracioso que se afirma sobre la leyenda del petirrojo posado sobre la cabeza de Cristo Crucificado en el Calvario, que obtuvo su mancha característica al ser salpicado por la sangre del Salvador tras sacarle una espina de la frente. Los Santos, en paneles independientes, se ladean hacia María en actitud reverente. San Miguel, vestido con coraza de guerrero y elegante faldellín rojo plisado, la espada al cinto, y alado, alancea a Satanás, que en forma semi-humana yace bajo su pie. Es muy realista el dramático momento: el dragón negruzco recibe la lanza por la boca, sus ojos rojos se desorbitan, y su cuerpo se rinde inevitablemente, alusión a la victoria de la fe cristiana sobre el mal. San Jorge está caracterizado como noble medieval, apuestamente vestido, al modo como se le representa en el norte de Europa, con una cruz en su derecha, que mantiene en vilo, y de cuya asta pende una piedra preciosa, lo que lleva a pensar que se trata de un tríptico importado, algo que concuerda con el estilo gótico internacional de su datación.

En su estilo artístico se funden características de la corriente franco-gótica y flamenca. De la primera tomaría el abandono del hieratismo anterior, la individualización de los personajes, el enmarque de las figuras con arquitecturas, la elegancia cortesana, el canon de formas humanas alargadas, modeladas con una delicadeza apreciable en los rostros. De la segunda, la técnica del estuco dorado, el ropaje suntuoso (en parte desaparecido) y la penetrante capacidad de observación, si bien pervive la linealidad en las figuras de los Santos, como resabio arcaizante del estilo italo-gótico precedente.