Una nueva mirada a los Zaragüeta, fotógrafos profesionales pamploneses

El Museo de Navarra ofrece desde el pasado 9 de noviembre de 2023 y hasta el 13 de octubre de 2024, una revisión del fondo fotográfico Zaragüeta en la sala 4.2 dedicada a esta especialidad artística, que va renovándose año tras año para incorporar de manera continua esta manifestación creativa a las más tradicionales que viene mostrando, y lo hace con el fin de divulgar el fondo fotográfico que posee desde que en 1984 se adquiriese el de Nicolás Ardanaz, coincidente con la primera exposición fotográfica del Museo, que fue la del fotógrafo y pintor estadounidense Ben Shahn.

Desde entonces este fondo ha crecido con las colecciones completas de los fotógrafos históricos Julio Altadill y de Pedro Irurzun, que se añaden a los dos ya mencionados y a los de otras representativas de José Martínez Berasáin, Félix Mena Martín, Gre­gorio Pérez Daroca, Benito Rupérez Herrero, Luis Rupérez Pérez, Nicolás Salinas y Fernando Galle Gallego. También dispone de una muestra significativa de fotógrafos navarros del siglo XX.

El estudio Zaragüeta e Hijos, “notables fotógrafos de gabinete, de calle y de paseo”

Agustín Zaragüeta Colmenares (San Sebastián, 1859-Pamplona, 1929)

Agustín Zaragüeta Colmenares (San Sebastián, 1859-Pamplona, 1929)

Gerardo Zaragüeta Zabalo (Pamplona, 1895-Pamplona, 1985)

Gerardo Zaragüeta Zabalo (Pamplona, 1895-Pamplona, 1985)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Entre los estudios fotográficos comerciales que menudearon en Pamplona desde mediados del siglo XIX surgieron, ya en el último cuarto del siglo, asociaciones profesionales,  como las de Leopoldo Ducloux con Emilio Pliego y José Roldán con Félix Mena. En ese contexto hay que fijar la constituida por Agustín Zaragüeta con sus hijos en la década de 1880, en su estudio de la Plaza de la Constitución 31, ático, hoy Plaza del Castillo, bajo el marchamo publicitario de “notables fotógrafos de gabinete, de calle y de paseo”, siguiendo una práctica bastante usual de prolongar la vida de los estudios a través de descendientes familiares.

Agustín Zaragüeta, nacido en San Sebastián en 1859, decidió establecerse en Pamplona, donde contaba con familiares acomodados dedicados al negocio de la Harinera La Pamplonesa, y en nuestra capital sobresaldrá como retratista de personajes de la alta sociedad, al mismo tiempo especializado en la clase militar, en cuya materia alcanzará renombre popular, así como en la crónica social ligada a los acontecimientos locales. Se caracterizaron sus fotografías por su cuidada composición, depurada técnica y elegancia de sus modelos. Cabe situarlas entre 1885 y principios de la década 1920.

Agustín Zaragüeta Colmenares. Retrato de dama. Hacia 1890-1900

Agustín Zaragüeta Colmenares. Retrato de dama. Hacia 1890-1900

Contrajo matrimonio con Luisa Zabalo Alzugaray, hija de un notario de la ciudad, de quien tendría seis hijos, dos de los cuales se dedicarán a la fotografía: el mayor, Luis, terminaría por establecerse por su cuenta en la calle Blanca de Navarra 16 (luego renombrada Mercaderes), aunque su trayectoria profesional no sería tan notoria como la de su penúltimo hermano Gerardo (Pamplona, 1895-1985), que fue quien aseguró la pervivencia del estudio desde que se jubilara su padre en 1920, después de haber aprendido el oficio fotográfico como su aprendiz desde 1908, cuando apenas contaba 13 años de edad. El estudio pervivirá hasta la década 1960, aunque en los últimos diez años su sede se trasladaría a la calle Amaya 4, 2º A, cerrándose tras su jubilación.

Agustín Zaragüeta Colmenares. Retrato de teniente coronel del Ejército con su esposa. Hacia 1900

Agustín Zaragüeta Colmenares. Retrato de teniente coronel del Ejército con su esposa. Hacia 1900

Agustín Zaragüeta Colmenares. Retrato familiar. Hacia 1900-1910

Agustín Zaragüeta Colmenares. Retrato familiar. Hacia 1900-1910

El fotógrafo Gerardo Zaragüeta Zabalo

Gerardo continuó en parte el trabajo en estudio dedicado al retrato fotográfico, como hizo su padre, pero pronto se orientó al reportaje de calle, abriéndose a un segmento social no limitado a las clases acomodada y militar. Su actividad se centrará en Pamplona, bien como escenario o como referencia indirecta, al haber seguido con su cámara los movimientos de los pamploneses en el exterior. Entre aproximadamente 1923 y 36 trabajará como redactor gráfico para el diario católico y nacionalista vasco, fundado por Manuel Irujo, La Voz de Navarra, el segundo en tirada después de Diario de Navarra, como también para otros medios (ABC, La Vanguardia, La Gaceta Sportiva…) y entidades (como el Club Atlético Osasuna)

En su aspecto temático, las fotografías de Gerardo abarcan retrato, reportaje, arquitectura y urbanismo, patrimonio artístico, producto comercial, paisaje rural y fiestas.

El retrato es de estudio o tomado en directo, sea retrato individual (de personas, difuntos, incluso artefactos como autobuses de línea…); corporativo, ligado a profesiones, oficios o ciertas prácticas (enfermeras, médicos,  catedráticos, actores, músicos, militares, políticos y artesanos), tomados por la cámara en su propio ambiente; y de grupo  (familiar que no excluye al servicio doméstico, promociones de estudiantes de la Escuela Normal de Magisterio con sus profesores…, que posan ex profeso para el fotógrafo) Mayormente sus personajes son adultos, pero muchos de ellos son jóvenes, abundan los grupos femeninos, incluso los de niños, sin diferenciaciones sociales en aparente armonía.

Gerardo Zaragüeta Zabalo. Niñas al cuidado de una Hija de la Caridad. Década 1930

Gerardo Zaragüeta Zabalo. Niñas al cuidado de una Hija de la Caridad. Década 1930

Su reportaje tiene una dimensión social acusada y está ligado al acontecimiento y la celebración, bien la inauguración de un monumento, la ampliación de la trama urbana pamplonesa con nuevos edificios, oficinas o instalaciones, con que se nos presenta la incipiente modernidad, funcionalismo y bienestar de una época;  actos oficiales a menudo de carácter político (relacionados con el nacionalismo vasco, elecciones, discursos patrióticos, manifestaciones, movilización contra la República); desfiles folklóricos, cortejos fúnebres y procesiones (Corpus Christi, Domingo de Ramos, llegada de la imagen del arcángel San Miguel de Aralar, Sagrado Corazón de Jesús…); competiciones deportivas entre futbolistas, ciclistas, pelotaris, nadadores, boxeadores, gimnastas o figuras del pedestrismo; espectáculos taurinos… Reportaje a menudo ligado a noticias relevantes  para la sociedad del momento, pero siempre primando su impacto en el público (de ahí su atracción por las aglomeraciones humanas motivadas por la repetición de costumbres inveteradas) Como fondo, siempre la ciudad con su vida propia.

Dentro de la clasificación “patrimonio artístico” entran, además del reportaje, la reproducción. En el primer caso, sus fotografías informan, por ejemplo, de la recuperación en 1935 de la Arqueta hispano-árabe de Leire robada de su antiguo emplazamiento, la Catedral de Pamplona; de exposiciones en la seo pamplonesa  con elementos del exorno artístico y diseños neogóticos de los profesionales Artieda y Menchón. También incluye reproducciones de carteles de las fiestas de San Fermín o del Aberri Eguna, y obras de algunos pintores como Ciga, Basiano, Lizarraga y Gutxi.

Un aspecto novedoso de su profesión en las décadas 20 y 30 del pasado siglo es su interés por la fotografía  de mobiliario con fines publicitarios (mesas de despacho, radiadores, plafones, sillones, incluso casullas y confesionarios) con destino a catálogos comerciales y periódicos.

Además del paisaje urbano de Pamplona, Gerardo se ocupa de fotografiar los cascos históricos de pueblos vistos en conjunto (Viana, Roncesvalles y los de la Zona Media), y paisajes asociados  al progreso industrial (mostrando el embalse de Irabia, la Electra Puente Marín de Mugaire-Almándoz, serrerías, pabellones fabriles, los primeros chalets para una clase acomodada), ligados en ocasiones a la belleza natural de parajes como el nacedero de Arteta.

Gerardo Zaragüeta Zabalo. Madrinas de las peñas en la Plaza de Toros de Pamplona. Década 1930

Gerardo Zaragüeta Zabalo. Madrinas de las peñas en la Plaza de Toros de Pamplona. Década 1930

Las fiestas tan populares de los Sanfermines le interesaron de modo especial, y en sus imágenes vemos el cortejo municipal que se abre paso por las calles; todo el ciclo taurino (enchiquerado de los astados, encierro, suelta de vaquillas, bombero torero, banda bufa del Empastre, novilladas y corridas con todos sus lances, tendidos abarrotados de espectadores…); las peñas y sus madrinas; la comparsa de gigantes, cabezudos, kilikis y zaldikos; y las atracciones de feria.

En sus característicos planos de conjunto, Gerardo logró individualizar a cada persona con su espontánea expresión, gracias a su depurada técnica fotográfica que se apoyaba en el uso de lentes de gran angular sobre cámaras de relativa ligereza tipo “Linhof Technika” para usar  con trípode o sin él e impresionar placas de cristal gracias al dominio de la escala de planos que le permitía visionar la totalidad y sus detalles, así como a los emplazamientos escogidos y a su don de la oportunidad para estar en el lugar donde se desarrollan los acontecimientos tomando de ellos ese instante decisivo que los convierte en palpitantes (así los toros y mozos en  la carrera alocada del encierro, los saltadores de trampolín sorprendidos en el aire o los hechos histórico-políticos que se producen en el tiempo), cuyas circunstancias pueden parecer tan insólitas o excepcionales que nadie crea que hayan podido suceder. La espontaneidad es el rasgo característico de esta fotografía que le añade un interés particular.

El Fondo fotográfico Zaragüeta

El fondo fotográfico Zaragüeta (de Agustín y Gerardo) ingresó en el Museo de Navarra en 1993. Se compone de 4.838 imágenes, de las cuales 4.458 tienen soporte de placa de cristal y 380 son negativos flexibles.

En la exposición se ofrecen al público 30 fotografías positivadas sobre papel baritado de conservación a partir del procedimiento fotográfico a la gelatina de bromuro de plata sobre placa de cristal de  diferentes dimensiones que fue el que utilizaron, de las cuales 4 corresponden a Agustín y las restantes a Gerardo, que sintetizan los asuntos predominantes en su carrera: religiosidad, sociedad, etnografía, vida política y deporte.

Gerardo Zaragüeta Zabalo. Ciclistas recibidos en la meta. IX Circuito de Pamplona. Ganador: Antonio Escurit (izda.). 19 de abril de 1936

Gerardo Zaragüeta Zabalo. Ciclistas recibidos en la meta. IX Circuito de Pamplona. Ganador: Antonio Escurit (izda.). 19 de abril de 1936

El criterio del comisariado ha sido no exponer de nuevo la totalidad de aquellas imágenes que se mostraron en la amplia exposición que el mismo Museo organizara entre 2010 y 2011, bajo el título de “Zaragüeta fotógrafos”, pero sí ofrecer en un monitor auxiliar 78 imágenes variadas del aquel conjunto expuesto, con la doble finalidad de ampliar el espectro temático de estos fotógrafos y dar oportunidad al público de identificar lugares, acontecimientos y personajes todavía no clasificados.

Coincide este fondo con la edad de oro de la Fotografía y más en concreto con el periodo 1890-1950. Las placas fotográficas en su inmensa mayoría no están datadas, por lo que la exposición que ahora se ofrece se constituye también en una especie de invitación al Museo de Navarra para que digitalice ese 85% restante de la colección que aún no ha visto el resplandor del escaner. Y, a partir de las imágenes resultantes, identificarlas, catalogarlas y difundirlas para un conocimiento gráfico más completo de nuestra historia, la de la primera mitad del siglo XX, todavía palpitante, incluso agitada, tras el transcurso de la Segunda República, el Estatuto Vasco-Navarro, el auge del partidismo político, la cuestión social, la incipiente industrialización de Navarra, la conspiración política, la guerra civil, y la vivencia del catolicismo en la vida ordinaria de nuestras gentes. Y aquí radica el verdadero interés de estas fotografías, que se convierten en documentos socio-históricos de gran valor para el mejor conocimiento de nuestro pasado.

Exposición, pues, relevante para recordar la figura de estos dos buenos fotógrafos –Agustín Zaragüeta Colmenares y su hijo Gerardo Zaragüeta Zabalo-, que no deben perderse ni el buen aficionado al arte de la imagen ni tampoco aquel que desee revisar en unas seleccionadas imágenes aquellas décadas de la Historia de Navarra.

Todas las fotografías reproducidas en este artículo son propiedad del Museo de Navarra

Imagen de la portada: Agustín Zaragüeta Colmenares. Retrato de dama. Hacia 1890-1900