La reciente y documentada historia de la Institución Príncipe de Viana, aparecida en 2018, de la que es autora la Dra. Mercedes Mutiloa Oria [1], ofrece en perspectiva la actividad desarrollada por este órgano cultural de la Diputación Foral de Navarra desde el año de su creación en 1940 al término del mandato político de la persona a cuya iniciativa se debe su creación, 1948, Tomás Domínguez Arévalo, Conde de Rodezno, cuando, tras renovarse por disposición legal la Corporación Foral, sucede en la vicepresidencia José María Arellano Igea, acompañado como diputado-ponente de la Comisión de Cultura, Instrucción Pública y Bellas Artes, con directa responsabilidad sobre la Institución Príncipe de Viana, por José Ángel Zubiaur Alegre, mi padre [2].
Aunque el estudio de la Dra. Mutiloa se ha dirigido a recoger las actuaciones de este órgano cultural bajo la presidencia del Conde de Rodezno, una Memoria de los trabajos realizados por la Institución en el año de 1.949, firmada por su Secretario General, José Esteban Uranga Galdiano, nos ha permitido cerrar el ciclo de los primeros diez años de su funcionamiento, y de tales actuaciones damos información en el presente artículo [3].
A comienzos de 1949, el Pleno de la Institución Príncipe de Viana, que funcionaba como Consejo de Cultura de Navarra, estaba compuesto por un total de 83 miembros, de los cuales 41 correspondían a las Secciones Científicas de la Institución; 17 de ellos al Instituto Médico de Beneficencia y los 24 restantes al Consejo de Estudios de Derecho Navarro [4]. Las Secciones Científicas eran las de Patrimonio Artístico; de Publicaciones y Cultura Popular; de Museos, Archivos, Bibliotecas y Artesanía (de Museos y Folklore a partir de 1944); de Derecho; de Medicina (como Instituto Médico de Beneficencia); y de Música; aunque no todas se habían creado al unísono y registraron en sus denominaciones pequeñas variaciones, pero todas ellas abarcaban el campo de trabajo, podríamos calificar como técnico, de la Institución Príncipe de Viana.
Monumentos
Esta sección era la más importante de todas y la que hacía más notoria la presencia de la Institución dentro y fuera de los límites de Navarra, por ello contaba con el mayor volumen de trabajo.
El Taller de Cantería establecido en Olite, a la sombra de las necesidades restauradoras del Palacio Real, siguió funcionando a pleno rendimiento. De él salieron los sillares necesarios y las tallas más delicadas que fue menester ejecutar para las Catedrales de Pamplona y Tudela, los Monasterios de La Oliva e Iranzu, e Iglesias de Puente la Reina y Santa María la Real de Sangüesa.
Se adquirió con destino a él un telar para cortar y preparar las piedras al tamaño requerido, especialmente las losas para pavimentos de las obras en curso, con la consiguiente economía tanto de material como de mano de obra.
En el ejercicio que describimos, la máquina cortadora estaba en proceso de montaje.
Asociado al mismo, el taller de herrería seguía efectuando todos los arreglos del material preciso, evitando un gasto que antes era sumamente importante y que a partir de ahora quedaba reducido al mínimo.
En los locales del nuevo Museo de Pamplona, en formación, se habían instalado un pequeño taller de cantería para proveer del material necesario a esta obra, y otro taller mecánico de carpintería para atender las distintas obras de restauración que llevaba a cabo la Institución.
Catedral de Pamplona
En el interior de la Catedral se procedió a la limpieza completa de todo su zócalo, que se encontraba enlucido de yeso y pintado, tanto en muros como en pilares, lo que puso al descubierto la sillería, habiendo tenido que completar muchos sillares que se encontraban rotos o deshechos, rehaciendo trozos de muro, y tomando todas las juntas.
En la girola, se hicieron cuatro cierres de piedra con tracerías góticas en relieve, cuyos sillares fueron labrados en Olite, para la clausura de los huecos que existían tras la sillería del coro.
En hornacinas, dentro de estos cierres, y en distintos estantes protegidos con artística reja, se colocaron sendas magníficas arquetas góticas de madera procedentes del Monasterio de Leire, llenas de las reliquias de santos que se conservaban en la Catedral.
En la Capilla Barbazana, antigua sala capitular, prosiguieron las tareas de restauración emprendidas años atrás. En este ejercicio se procedió a quitar el feo relieve que marcaba el despiece de su sillería, dejando las piedras con sus juntas naturales, lo que, según la memoria de la que informamos, dio a esta sala “un carácter y una belleza extraordinaria”.
Se desmontó el gran ventanal del fondo, quitándole las feas celosías de cemento que lo tapaban, reconstruyéndose por completo la tracería, que hubo necesidad de hacerla casi completamente nueva por encontrarse la antigua casi completamente destrozada.
El gran tamaño de esta tracería de tres vanos daba idea de la importancia de la obra.
Se había empezado a construir la tracería del ventanal de la derecha, de la cual no quedaba absolutamente nada, fuera de unos pequeños arranques en los muros, dato suficiente para reconstruir el trazado de sus ojivas.
En la cripta de esta capilla se deshizo la escalera de acceso, que era obra moderna, reconstruyéndose la plementería de la bóveda, que se había destruido para aquella, descombrándose la antigua escalera de caracol que fue rehecha, con el fin de dar así acceso a ella de la misma forma que lo tenía en época medieval.
Continuaban las obras de prolongación de esta escalera de caracol al piso superior del Claustro, como estaba antiguamente.
Se rascaron y rejuntaron todos los muros y bóvedas de la cripta, reparándose los nervios de ésta en la parte en que habían sido rotos.
Finalmente, se enlosó el suelo de la Capilla, se colocó en su lugar el altar gótico que tuvo, y se llevó para su colocación una espléndida Virgen gótica, con su repisa historiada, obras ambas del siglo XIV, que se encontraban en el antiguo Refectorio, encima de su puerta de entrada.
La Capilla del obispo Pedro de Roda, románica, de influjo cisterciense, que se encuentra cerca del Palacio del Obispo, fue objeto de una total reparación, pues se encontraba sumamente deteriorada.
Se picaron todos sus muros y bóvedas, que se encontraban cubiertos de recia capa de yeso, se rejuntaron los sillares y se rehicieron dos ventanas abocinadas, así como la puerta de acceso.
Las ventanas fueron cerradas con alabastro en la forma en que antiguamente lo llevaban lo edificios de esta clase.
Catedral de Tudela
Después de la restauración de las arquerías del Claustro de esta Catedral, se afrontó la consolidación de sus muros interiores, obra que era toda ella de tierra, a la que hubo necesidad de deshacer por estar en peligro de ruina.
Se colocó la cubierta del Claustro, con armaduras de madera construidas en los talleres del nuevo Museo en Pamplona, sobre la que se puso teja canal, quedando solamente a falta del artesonado.
El jardín del claustro fue limpiado por completo de todos los escombros que lo llenaban, colocado fajas de enlosado que lo dividen en sectores, plantados árboles y diversas clases de plantas, y se pusieron trepadoras para que subieran en aquellas columnas cuyos capiteles desaparecieron y han tenido que ser sustituidos por sencillos cubos de piedra.
La Escuela de Cristo, aneja a este claustro, interesantísima construcción mudéjar, sufrió a fines de 1948 la caída del muro del testero por efecto de las lluvias tormentosas, lo que obligó a acometer la restauración sin demora.
Hubo que derribar el ya mencionado muro del testero así como todo el que daba a la calle, que ya hacía años amenazaba ruina y estaba apuntalado.
Todo ello requirió el desmonte con sumo cuidado de la cubierta mudéjar, así como el apuntalamiento del coro, obra interesantísima del mismo estilo, habiendo tenido que tener sumo cuidado para la conservación de los restos de esgrafiados que adornaban los muros.
Reconstruidos éstos y vuelta a colocar la cubierta en su lugar quedó la Capilla en vías de su completa restauración.
Monasterio de Iranzu
En este antiguo Monasterio cisterciense se prosiguió la dificilísima obra de restauración de su claustro procesional.
En el Taller de Cantería de Olite se labraron las grandes tracerías de sus alas norte y este, que se montaron en su lugar, echándose luego las bóvedas correspondientes.
Se encontraba este claustro ya casi completamente restaurado, a falta únicamente de dos ventanales y la tracería de uno de ellos, pues la del otro se encontraba terminada en Olite a la espera de ser llevada y colocada en su lugar.
Se había comenzado la restauración de la iglesia, consistente en elevar las pilas de su nave central, echar las bóvedas de la nave de la epístola, y un tramo de las bóvedas de la nave central, que se acometía en ese momento.
La cantidad de piedra labrada que se tenía preparada para los arcos fajones y trasversales hacía que la restauración de la iglesia se pudiese llevar con relativa rapidez.
La cabecera se había limpiado toda ella del yeso, rejuntándose las piedras, consolidándose las bóvedas y rehaciéndose los ventanales de los ábsides que estaban completamente destrozados.
En la parte exterior del templo se rehicieron varios contrafuertes, y todo alrededor de él se había hecho una gran obra de saneamiento para recogida de las aguas fluviales y muros de contención de tierras por encontrase el edificio hecho contra terreno.
Se estaba terminando de restaurar la puerta renacentista que desde el claustro procesional da ingreso a la iglesia.
Se hacía constar en la Memoria que a las obras de restauración de Iranzu, que llevaban un ritmo grande, no se les había podido imprimir la intensidad deseada debido a la dificultad de encontrar obreros que quisieran ir a la misma, habiendo fracasado cuantos intentos se hicieron por parte de la Institución, para que la Comunidad de Padres Teatinos, adscrita al Monasterio, diese de comer a los obreros con lo que se hubiera solucionado esta dificultad.
Monasterio de Leire
En este antiguo cenobio se estaba llevando a cabo la total reconstrucción del antiguo edificio conventual, obra del siglo XVIII, que habría de ocupar la nueva Comunidad Benedictina, cuando en el año 1952, según el convenio firmado con la Excma. Diputación, viniera a establecerse en Leire.
Adjudicada esta obra en subasta a Construcciones Martinicorena, por cantidad mayor de tres millones de pesetas, se comenzó por el desescombro de las ruinas que sumaron más de 3.500 m. cúbicos.
Se hicieron completamente nuevos el Claustro y el sobreclaustro, de los que no quedaba absolutamente nada.
Se consolidó la pared sur, habiendo tenido que desmontar parte de ella volviendo nuevamente a colocar los sillares en su lugar.
El lienzo de pared del oeste, destruido a principios del siglo XX para hacer el pórtico que protege la puerta monumental de la Iglesia fue elevado en toda su altura.
Se echaron los pisos, todos ellos de hormigón armado, y la parte superior del edificio, constituida por una arquería de ladrillo de estilo aragonés, tuvo que ser rehecha por completo.
La escalera monumental, con su cúpula de media naranja, que daba acceso directo del Convento a la iglesia volvió a ser reedificada.
El edificio conventual fue cortado en la parte que estaba adherido a la antigua iglesia románica, quedando así a la vista el ábside de la epístola de esta iglesia, con lo que a partir de ahora podría ser estudiado con toda comodidad.
En el presente año quedará completamente terminada toda la estructura gruesa del edificio y se cubrirá el mismo, quedando únicamente a falta de los servicios y pintura.
Santa María la Real de Sangüesa
En esta iglesia, donde hacía años se llevaban lentamente trabajos de restauración, la belleza e importancia artística de la misma, y el hecho de ser paso para Javier, adonde afluirán gran cantidad de peregrinos de todos los países el próximo año 1952, con motivo del cuarto centenario de la muerte de nuestro Santo Patrono, aconsejaron el intensificar la restauración y acometerla en toda su amplitud.
Para ello se cerró la iglesia al culto y se acometió la integridad de su repristinación, pues el estado de este edificio era tal que se podía decir se encontraba completamente destrozado.
Se consolidaron todos los pilares, siendo necesario inyectarles grandes cantidades de cemento líquido, por encontrase en ellos huecos rellenos únicamente de piedras y cantos completamente sueltos sin argamasa alguna, lo que originó el movimiento de algunos de los pilares.
Al mismo tiempo, hubo que sustituir por piedra todas las medias cañas de las columnas adosadas a las pilas, así como sus basas, que en su totalidad eran de cemento, pues las antiguas habían sido picadas y destruidas.
Se limpiaron los muros y capiteles, así como las bóvedas, de la capa de yeso que los cubría y de la fea pintura que los enmascaraba.
Se rehicieron las capillas absidales, y, en la mayor, hubo que tapar los dos grandes huecos que habían sido abiertos para comunicarse por las laterales.
Los ventanales de los ábsides tuvieron que ser rehechos, así como sus arquerías ciegas, donde faltaban gran cantidad de columnillas, capiteles y bases.
Se pretendía retirar en ese año el muro de la Capilla de San Francisco Javier alineándolo como estaba antiguamente y quitar la Sacristía que tapaba exteriormente el ábside de la nave de la epístola, con el fin de dejar al descubierto el magnífico juego de ábsides de tipo jaqués de esta destacada iglesia.
Se decía en la Memoria: “la obra de restauración de Santa María la Real de Sangüesa es una de las más importantes y más delicadas que está llevando a cabo la Institución, tanto por la importancia del monumento como por las dificultades tanto técnicas y artísticas que presenta”.
Puente la Reina. El Crucifijo
Ha quedado, en esta iglesia, completamente terminada la restauración de la nave del siglo XII, que hubo que elevarla desde los cimientos. Se había echado la bóveda de la misma, toda ella de piedra, así como el tejado, también de lajas de piedra.
Se habían derribado los tabiques que separaban las dos naves que forman la iglesia, habiéndose limpiado la nave del siglo XIV de los yesos y pinturas que la afeaban, dejando a cara vista la sillería y habiéndose tomado todas las juntas tanto en paredes como en bóvedas.
Se había colocado el enlosado del presbiterio, a falta de poner las losas en las naves, lo que se haría tan pronto como se tuviese en funcionamiento en el Taller de Cantería de Olite la sierra para piedra.
Se estaba haciendo la escalera de caracol en piedra para dar acceso a la cubierta y torre de la iglesia.
También por el exterior se había procedido a la sustitución de todos los sillares deteriorados por otros nuevos.
Monasterio de Irache
Se procedió al montaje del coro en esta iglesia monacal, después de reparar sus arcos y bóvedas, habiendo tenido que hacer gran número de dovelas nuevas con sus molduras y tallas, y así mismo se labraron dos capiteles para los arranques de los arcos del mencionado coro.
Iglesia de Ujué
En esta iglesia de Santa María la Real de Ujué se llevaron a cabo diversos arreglos de las cubiertas y se talló y colocó en el antepecho del coro un tramo de tracería gótica en piedra calada que faltaba por completar el mismo.
Los continuos y periódicos arreglos que había necesidad de hacer en las cubiertas de esta iglesia, arreglos que no conseguían evitar las grandes filtraciones de agua, aconsejaron a la Institución un arreglo completo del problema de los tejados de Ujué.
Para ello, especialmente en lo que se refiere a la parte económica, se llevó a cabo una reunión con todos los pueblos que acuden en romería a tan venerado Santuario, lográndose en dicha reunión la colaboración económica de todos ellos a la obra que se proyectaba, consistente en una nueva a base de armaduras metálicas y bovedillas de ladrillo con teja de canal, para sustituir la existente de madera y uralita antes de la llegada de las lluvias del otoño.
Al mismo tiempo se proyectó la restauración de la parte románica, completamente destrozada, “para dar a tan magnífica iglesia su propio y peculiar carácter”.
Se había cerrado al culto, aislándola con tabiques de ladrillo, la cabecera románica de la iglesia, y se estaban derribando todos los yesos que enmascaraban esta parte de la fábrica, “para proceder después a dejarla tal como estuvo en tiempos antiguos”.
Monasterio de La Oliva
En este Monasterio se había hecho un arreglo en el ala norte de la cubierta plana del claustro, con el fin de evitar las filtraciones de las lluvias.
Para ello, se vaciaron las bóvedas, de la tierra que las rellenaban, construyendo en su lugar tabiques y tableros de ladrillo y echando encima una capa de hormigón.
Se había terminado la restauración de los ventanales del claustro, tras desmontar dos de ellos, trasladar al Taller de Cantería de Olite sus tracerías, donde se completaron las piezas deterioradas e hicieron aquellas que faltaban, trasladándolas nuevamente a La Oliva y montándolas en su lugar correspondiente.
Mendavia. Iglesia de Nuestra Señora de Legarda
En esta antigua encomienda de Sanjuanistas, hoy ermita, de la que quedan grandes restos de importantes construcciones góticas del siglo XIV, se habían llevado a cabo trabajos de consolidación del ábside de la iglesia (obra moderna) que amenazaba ruina.
Estas obras se hicieron por iniciativa del párroco de Mendavia, con la colaboración de la Institución, que se hizo cargo de la dirección de las mismas tanto en su parte técnica como artística.
Olite. Palacio de los Reyes de Navarra
Las obras del Palacio Real de Olite, unas de las más importantes que lleva a cabo la Institución, prosiguieron con toda actividad.
Se construyeron los cuatro torreones del recinto amurallado exterior en la parte que da a la plaza, quedando a falta únicamente de sus cubiertas de plomo o pizarra.
Había quedado restaurada la torre de las Tres Coronas, con sus pisos intermedios, almenado y remate de chimeneas, a falta únicamente de la cubierta.
Se habían completado en el muro que queda de la Capilla de San Jorge, las dos ventanas bajas de sencilla tracería gótica, en piedra.
Se iniciaron las obras de restauración de la torre del Aljibe.
En la dependencia llamada “Tocador y baño de la Reina”, se hizo el arco rebajado de sustentación del muro de cerramiento, quedando dicho muro a la altura de enrase con el piso, y en la Cámara de la Reina, se restauró la ventana que da al Jardín de Los Naranjos, quedando esta habitación como una de las más bellas del Palacio.
“En la actualidad -se decía en la Memoria- se está montando el jardín de la Reina, cuya tracería está toda hecha, constituyendo este jardín uno de los rincones más encantadores y deliciosos de todo el Castillo”.
Olite. Iglesia de San Pedro
Se procedió a la limpieza, arreglo y consolidación de los muros y bóvedas de la capilla contigua a la torre, obra de los primeros años del siglo XVI.
Biblioteca General de Navarra
En cuanto a la conservación y difusión del patrimonio bibliográfico, centrado en exclusiva en la Biblioteca General (la red de Bibliotecas Públicas de Navarra se creará el 12 de agosto de 1950), su responsable, Jaime del Burgo Torres, se muestra en la Memoria de 1949, reivindicativo de necesarias mejoras.
El 7 de enero, afirma, “la Excma. Diputación Foral acordó modificar el horario de la Biblioteca en forma tal, que al no coincidir en las mismas horas todos los funcionarios, se dificultaban las tareas de organización y catalogación. Más adelante, el 7 de marzo se estableció que el público tendría acceso al salón de lectura en las horas siguientes: Por la mañana, de 9 a 13,45 horas; por la tarde, de 7,30 a 9,30 horas, disponiéndose que el suscribiente desempeñara sus servicios de 9 a 14 horas y el auxiliar de 9 a 12 y de 19,30 a las 21,30 horas.
Durante la sesión de la noche se hace precisa la presencia en la sala del auxiliar, no solo por consultas, sino también para vigilar y dirigir el trabajo de los subalternos, de forma que durante la mañana sólo dispone el suscribiente de tres horas para utilizar los servicios de dicho funcionario. Con ello se entorpecen notoriamente las tareas administrativa y de organización y catalogación, con el consiguiente retraso en la marcha que desde hace años nos habíamos impuesto”. Se pregunta el bibliotecario: “¿No se podría prolongar hasta las catorce horas la jornada matutina del auxiliar, computándosele las dos horas nocturnas como extraordinarias?.
Compárese el personal de la Biblioteca con el de otras dependencias provinciales y se verá cuán exiguo es teniendo que atender las exigencias de un público numeroso que no baja diariamente de las 100 personas.
No obstante, una labor asidua e intensa había permitido incorporar a los catálogos más de 3.000 títulos, nuevos unos, procedentes de fondos viejos los otros. Del Burgo se muestra categórico: ¡Es lo que hace anualmente la Biblioteca de la Diputación de Barcelona con unos ochenta funcionarios!”.
Tanto en la Memoria de 1948, como en la de 1947, se había hecho mención de las dificultades con que tropezaba la Biblioteca General para la utilización del Depósito de libros sito en el tercer piso del Palacio, a bastante distancia de la sala de lectura donde se servían los libros a los asistentes y cerca del Economato, señalando que su acceso era inadecuado, por tener que recorrer un pasillo lleno de cajas y restos de embalaje.
También se significó la conveniencia de dotar al Depósito de una puerta de mayor seguridad.
Al igual que otros años, el servicio de intercambio había tenido efecto con la Biblioteca Central de la Diputación de Barcelona, aunque era escaso el número de obras solicitadas por estas dos entidades [5].
Los donativos que se recibían provenían principalmente de la Delegación Provincial de Educación Popular y de la Biblioteca de la Universidad de Coimbra por medio de la Sección de Intercambio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. El número de obras registradas durante 1949 por este concepto era de 110, que suponía 134 volúmenes. Desde 1947 el número de obras y volúmenes había crecido: 1947, 36 obras y 36 volúmenes; 1948, 109 obras y 109 volúmenes; 1949, 110 obras y 143 volúmenes.
En cuanto a las adquisiciones, manifestaba Del Burgo que el precio del libro, lejos de disminuir, había ido en aumento, “porque el limitarse, por la carestía del papel las ediciones baratas, han subido de precio las que ya se reputaban como caras”. Y otro tanto podía decirse del libro de viejo, cada vez más escaso y de alto precio. A este género pertenecía el “Catálogo de la Biblioteca Heredia”, que se había logrado adquirir y estimaba “fundamental para nuestra bien dotada sección de Bibliografía” [6].
La distribución anual de las adquisiciones desde 1943 fue también in crescendoy era la siguiente: año 1943, 974 obras en 1.045 volúmenes; 1944 567 obras en 707 volúmenes; 1945, 820 obras en 917 volúmenes; 1946, 786 obras en 893 volúmenes; 1947, 733 obras en 828 volúmenes; 1948, 744 obras en 771 volúmenes; y 1949 títulos 616 obras, que hacían 720 volúmenes; en total, la importante cifra de 5240 obras, que sumaban 5.881 volúmenes.
Otro capítulo interesante para la mejor conservación de los libros era el de su encuadernación. Durante el año transcurrido se incorporaron a la Biblioteca 491 volúmenes nuevamente encuadernados que se habían deteriorado por el uso, sobre todo los encuadernados en rústica, y eran inhábiles para el servicio público. Para Del Burgo, la cifra no era exagerada teniendo en cuenta “el fondo antiguo que destrozaron las inundaciones y la bomba del 11 de Noviembre de 1.937” [7], aunque la cifra no arroja un incremento significativo si consideramos las encuadernaciones que se hicieron en 1944 (400 volúmenes).
Donde sí hubo aumento considerable fue en la cantidad de lectores registrados el año 1949 entre enero y diciembre, que llegaron a los 21.614, que si los comparamos con los lectores de 1941, que fueron 1121, la mejora fue muy sustancial. Es decir, que en relación con 1948 (19.543 lectores), habían frecuentado la Biblioteca 4.888 lectores más que el año anterior.
La Memoria de 1949 diferencia lectores y lectoras:
Enero 1464 lectores 42 lectoras 1506 en total
Febrero 2114 64 2178
Marzo 2135 95 2230
Abril 1618 100 1718
Mayo 2286 109 2395
Junio 1311 44 1355
Julio 617 34 705
Agosto 1024 47 1071
Septiembre 1219 38 1257
Octubre 1849 39 1888
Noviembre 2733 81 2814
Diciembre 2421 76 2497
TOTAL 20845 769 21614
Los meses con mayor afluencia de lectores fueron noviembre, diciembre y mayo, los meses de preparación de exámenes. En contraposición disminuyeron durante la temporada veraniega, siendo julio el mes en que menos se utilizó la Biblioteca, sin duda debido a las fiestas de San Fermín y el tiempo de las vacaciones del personal asistente en la Biblioteca.
Algo similar al aumento de lectores registrados en la década sucedía con el movimiento de libros solicitados por los lectores: 1.876 servidos en 1941, 23.535 en 1949, y en 1949 3.992 más que el año anterior. Pero se continuaba con la restricción de lectura de obras de entretenimiento, sólo autorizables “por razones de estudio” [8].
Archivo General de Navarra
La información al respecto en la Memoria de 1949 es menos minuciosa que en el caso anterior, resultando más bien parca. Como en años anteriores, se siguió la labor de catalogación de los importantes fondos documentales custodiados en él, de modo que existía material suficiente para publicar varios volúmenes, una vez se resolviera -se dice- “la falta de un mecanógrafo activo, que ponga en limpio y en disposición para enviar a la imprenta, el copioso material preparado” [9].
Compatible con esta labor, el personal del Archivo se dedicó a resolver consultas de estudiosos que frecuentemente se dirigían a él en demanda de datos necesarios para sus trabajos; en orientar y facilitar la labor de los que pasaban por su sala de trabajo (en 1950 se instaló en su planta baja una sala para investigadores) y en buscar en fondos, todavía inexplorados, para tener de ellos el debido conocimiento. Al mismo tiempo, el personal del Archivo colaboraba en la revista Príncipe de Viana y en otras diversas con la publicación de investigaciones cuya base se afirmaba sobre la documentación existente en el Archivo, donde se estudiaba “con afán y cariño el pasado de Navarra” [10].
Museo de Navarra
Se registra una intensa actividad dentro de la década de 1940 orientada a adaptar el antiguo Hospital Provincial para Museo de Navarra, siendo su impulsor el secretario general de la Institución José Esteban Uranga. Se trabajó con ilusión en la confianza de que el Museo de Navarra, que se inauguraría en 1956, “fuese uno de los más interesantes de España”.
Entrando en el patio, se había levantado en piedra una galería porticada, sobre la cual se había elevado un cuerpo de edificio que constituía la fachada del Museo.
Se hizo el vaciado completo de la planta baja, donde hubo que llevar a cabo una gran obra, por la diferencia de nivel de plantas y por haber tenido que derruir gruesos muros de piedra que obstruían la nave.
La dificultad con que tropieza el Museo, se dice, “es la presencia de los guardias de Asalto que ocupan parte de él”, dificultad que había sido orillada reduciendo el espacio en que aquellos se alojaban, lo que había permitido el derribo de parte de antiguos edificios contiguos para no detener los trabajos de conversión del Hospital en Museo.
Se habían realizado gestiones llevadas a cabo personalmente por el Presidente de la Institución con el Coronel Jefe de las Fuerzas de Asalto en orden a conseguir una nueva sede para la policía y así se pudiese acometer con la máxima intensidad la obra del Museo.
Entre tanto no se resolviese esta situación, se había comenzado a instalar el llamado “salón de Oriz”, y las pinturas murales góticas, operación que resultaba ser difícil y delicada, pues había que colocar todos estos “frescos” en la misma forma que estaban en sus lugares de origen [11].
Además del taller de carpintería montado en el Museo al servicio de las diferentes intervenciones de la Institución Príncipe de Viana, al que ya nos hemos referido, se había dispuesto en el Museo un pequeño taller de restauración de cerámica, a cuyo frente estaba Eduardo Cebreros, obrero especializado en estos trabajos. Todos los restos cerámicos provenientes de las distintas excavaciones pasaban a este taller donde con ellos se rehacían los antiguos utensilios del ajuar doméstico de las viejas civilizaciones.
Como bien ha observado Mercedes Mutiloa, la Sección de Museos no tuvo una única línea de actuación en la formación y desarrollo del Museo de Navarra, sino también abarcó la conservación y restauración del patrimonio mueble, principalmente religioso, que afectará básicamente a los retablos pintados, a las pinturas murales, a las tallas marianas, y al pasado arqueológico navarro [12].
En este sentido, un aspecto importante a considerar dentro de las acciones orientadas a proteger las pinturas sobre tabla, capítulo, como vemos, que se consideraba emanante del mismo Museo en formación, era la intervención sobre retablos destacados de las iglesias navarras, su limpieza y restauración. Para ello se venía colaborando desde años atrás con el Museo del Prado de Madrid y en especial con su subdirector, Francisco Javier Sánchez Cantón, gracias también a la excelente disposición de la Iglesia navarra que facilitaba las actuaciones sobre el patrimonio religioso. Mercedes Mutiloa aporta los nombres de los técnicos que se ocuparon de esta labor en la primera década de la Institución: los restauradores Cristóbal González Quesada y Tomás Pérez Alférez; Alejandro Despierto Palero intervendrá como forrador de lienzos en lo que a intervención sobre cuadros se refiere, todos ellos miembros del citado Museo [13].
Se habían limpiado los retablos de la Parroquia de Barillas, el de Santa Elena, y el de la Parroquial de San Miguel de Estella, obras ambas del siglo XV; una tabla del XVI procedente asimismo de San Miguel de Estella y otra de la misma época de la iglesia Parroquial de Muniáin de la Solana.
Asimismo se habían restaurado dos grandes lienzos del pintor Luis Paret de la iglesia de Santa María de Viana.
Por último se había llevado a cabo la difícil y costosa obra de limpieza y restauración del gran retablo mayor de la Catedral de Tudela, obra de Pedro Díaz de Oviedo y joya de la pintura navarra, cuyos trabajos de restauración habían durado seis meses.
En lo tocante a excavaciones arqueológicas, continuaba la colaboración con la Institución de Blas Taracena, Director del Museo Arqueológico Nacional, y de los otros miembros de dicho Museo Luis Vázquez de Parga y Octavio Gil Farrés.
En Errazu, se habían excavado varios dólmenes, y dos túmulos, sumamente interesantes, de un tipo nuevo en España y relacionados con la cultura llamada “de los Campos de Urnas”.
Se había terminado por completo la excavación de la villa romana de Liédena, única de este tipo excavada en su totalidad en España. Mercedes Mutiloa confirma que en este año la Diputación Foral de Navarra indemnizó a los propietarios de los terrenos excavados y adquirió su propiedad [14].
En Sangüesa, y en el término de los Cascajares, se excavó un campamento romano.
Y había proseguido en Cortes la interesantísima excavación de la serie de poblados de la Edad del Hierro, que se encuentran en el Cerro de la Cruz y la necrópolis cercana a éstos. Consideraban los arqueólogos esta excavación de Cortes “como la más importante de España y una de las más importantes de Europa”, que estaba arrojando datos de gran importancia. Se decía en la Memoria que “la serie de cacharros que en gran cantidad están saliendo, son de un tipo no conocido en España, relacionado con culturas del centro de Europa y el día que la excavación esté terminada, los conocimientos que nos suministre han de ser de excepcional interés para el estudio de nuestro pasado”.
Por otra parte, tras el fallecimiento en 1949 de Victoriano Juaristi, que había sido comisario provincial de Excavaciones Arqueológicas por cuenta del estado, sería nombrado a tal efecto por la Dirección General de Bellas Artes, el 31 de mayo de 1950, José Esteban Uranga Galdiano, quien a partir de ahora aunará en su persona la responsabilidad de dos instituciones: la Institución Príncipe de Viana y la Dirección General de Bellas Artes para el ámbito de Navarra [15].
Continuaba la colaboración de los hermanos Gudiol con la Institución en lo tocante a las pinturas extraídas de los muros de las iglesias para su más segura conservación y difusión en el futuro Museo de Navarra. En el curso del año 1949 se llevó a cabo el arranque, traspaso a tela, consolidación y restauración de las pinturas murales de la Iglesia de San Salvador de Gallipienzo, adquiridas por la Diputación con destino a dicho Museo.
Nos informa la Memoria de que “se trata de una serie de frescos, del XIV y del XV, sumamente interesantes, con escenas de la Vida del Señor, que constituían el retablo mayor de la Iglesia arriba indicada. La labor de arranque fue sumamente difícil por estar la pintura del XV ejecutada sobre la del XIV, habiendo habido que levantar con sumo cuidado la primera capa de pintura, para luego arrancar la segunda” [16].
Estas pinturas una vez instaladas en el Museo, formarían en unión con las provenientes de la Catedral de Pamplona, San Pedro de Olite y San Saturnino de Artajona, “un conjunto de pintura medieval único en España”.
El arranque de estas pinturas murales se había confiado a Ramón Gudiol, dirigido por su hermano José, prestigioso historiador además de director del Instituto Amatller de Arte Hispánico con sede en Barcelona, resultado de los fructíferos contactos que la Institución venía manteniendo con Cataluña, donde ya existía la práctica de tratar este tipo de pinturas, en concreto las románicas, que se habían llevado al Palau Nacional de Montjuic, hoy Museo Nacional de Arte de Cataluña, tras su traslado a lienzos.
Ramón Gudiol se había formado con el restaurador italiano Arturo Cividini, había trabajado dentro de esta especialidad para los Museos de Vich y de Valladolid. Entre los colaboradores y ayudantes que trajo a Navarra para intervenir sobre las pinturas murales de San Pedro de Olite, la Catedral de Pamplona, San Saturnino de Artajona y San Salvador de Gallipienzo, se encontraban Andrés Esturiol, José Palmiés y Cruz Calderón, este último retocador [17].
En lo referente a las adquisiciones para el Museo de Navarra, informa la Memoria de 1949 que “además de las pinturas ya mencionadas de Gallipienzo, Catedral de Pamplona, San Pedro de Olite y San Saturnino de Artajona”, se habían incorporado a los fondos del nuevo museo en formación “la magnífica colección de capiteles romanos de la Catedral de Pamplona; el monetario de esta misma Catedral, una talla renacentista representando a San Jerónimo, un llamador gótico flamígero y un casco procedente de algunas de las sepulturas reales de Pamplona”. La transferencia de estos bienes eclesiásticos a la Institución se había acordado en una reunión de una comisión mixta Diputación Foral-Iglesia de Navarra el 12 de diciembre de 1947, pero al constar en la Memoria de 1949 su ingreso en ese año es posible que se demorase su entrega algunos meses. De la tasación de estos bienes y de los acuerdos entre las partes da cumplida información Mercedes Mutiloa en su libro [18].
De la Iglesia de Metauten había ingresado un sagrario mudéjar y una Cruz procesional del siglo XIV.
Publicaciones
Durante el año 1949 continuó la publicación de la revista Príncipe de Viana, con el deseo de mejorarla “para hacer de ella el órgano adecuado de expresión de la Institución”.
Se publicaron los primeros dos tomos de la Bibliografía Navarra del jesuita Antonio Pérez Goyena; un tomo titulado Historias y costumbres, de José María Iribarren; y de Agustín Arbeloa La Doctrina de la Predestinación y de la Gracia eficaz en Juan Martínez de Ripalda.
Conferencias
Continuaron los cursos anuales de conferencias que venía dando desde su fundación dando la Institución con gran aceptación pública, con la intervención de los profesores Sánchez Cantón, Morales Oliver, Induráin, Ballesteros, Cabrera, Velasco, y el sacerdote Santos Beguiristain.
Sección de Música
La Diputación Foral de Navarra había acordado el 12 de junio de 1948 la constitución de una Sección de Música en el seno de la Institución, para impulsar el desarrollo de este arte y coordinar las diferentes actividades musicales de Navarra.
En su primer año de funcionamiento, y teniendo en cuenta la gran importancia que suponía sentar precedentes para los futuros, estudió la Sección con el mayor detenimiento el conjunto de normas que guiaran el criterio a seguir en su desenvolvimiento.
Para otorgar cantidades en metálico, se consideraron los factores siguientes:
- El valor artístico de los beneficiados.
- Su mérito personal y trabajo desarrollado.
- La difusión de la Música, dentro y fuera de Navarra.
- La mejora y aumento del número de conciertos.
- La ayuda a personas o entidades de valor artístico que careciesen de medios económicos.
- La enseñanza musical en Agrupaciones modestas.
- Y el necesario estímulo para despertar la afición musical en todas las esferas sociales.
A todas las Entidades beneficiadas se les impusieron las siguientes condiciones:
- Anunciar en toda la propaganda que los conciertos serían patrocinados por la Institución “Príncipe de Viana”, de la Excma. Diputación Foral.
- Reservar un cierto número de localidades, de las más económicas, para que los respectivos Ayuntamientos las repartieran entre los Centros Benéficos, Docentes y clases humildes, que, de este modo, pudieran oír música gratis, gracias a la Excma. Diputación Foral.
- Para comprobar el cumplimiento de la condición 2ª y evitar la celebración de conciertos, patrocinados por la Excma. Diputación Foral, en que los Programas tuviesen números inadecuados a la seriedad y prestigio de la Institución, se exigió el previo Visto Bueno de la Sección de Música.
- Presentar una nota con los gastos habidos, que justificasen el empleo de la subvención concedida.
Las cantidades que se concedieron como subvención a entidades en el años 1949 fueron las siguientes:
Orfeón Pamplonés
Cantidad concedida ……………………………… 30.000 pesetas.
Conciertos patrocinados:
2 en Madrid
1 en San Juan de Pie de Puerto
1 en Pamplona
Orquesta Santa Cecilia
Cantidad concedida ……………………………… 15.000 pesetas
Conciertos patrocinados:
1 en Estella
1 en Tafalla
1 en Tudela
Agrupación Coral de Cámara de Pamplona
Cantidad concedida …………………………….. 12.000 pesetas
Conciertos patrocinados:
1 en Llangollen (Inglaterra)
1 en Tudela
1 en Alsasua
Cuarteto Doble Vocal de Pamplona
Cantidad concedida …………………………….. 8.000 pesetas
Conciertos patrocinados:
1 en Javier (Centenario)
1 en Estella
1 en Salamanca.
Coral de Elizondo
Cantidad concedida ……………………………. 5.000 pesetas
Conciertos patrocinados:
1 en Pamplona.
Sociedad de Conciertos Santa Cecilia
Cantidad concedida ……………………………. 18.000 pesetas
Conciertos patrocinados:
2 extraordinarios en Pamplona, con la Orquesta Sinfónica de Madrid.
Conciertos populares de los Domingos
Cantidad concedida ……………………………. 6.500 pesetas
1 Conciertos en Pamplona, el último del Ciclo, organizado por la Institución, en homenaje a Sarasate.
Sociedad Amigos del Arte
Cantidad concedida ……………………………. 6.600 pesetas
Pagado al Profesor de la Academia de Instrumentos de Púa.
26 alumnos matriculados
3 Audiciones en Centros benéficos de Pamplona (casa de Misericordia, Manicomio, Sanatorio Antituberculoso)
Instrumentos para alumnos pobres
Cantidad concedida …………………………. 4.000 pesetas
No habiéndose presentado ninguna solicitud, se destinó esta cantidad para la adquisición de un piano, en el Seminario Conciliar, para la formación de os futuros Párrocos de Navarra.
Radio Requeté de Navarra
Cantidad concedida ………………………….. 5.000 pesetas
Se compraron discos de música selecta, para mejorar los Programas actuales de la Radio.
Se está organizando la implantación de Emisiones periódicas por Radio, patrocinadas por la Institución, para dar a conocer música nueva, e ilustrar someramente al público radioyente en temas musicales.
Academia Municipal de Música de Pamplona
Estando en gestión los trámites par al instauración de un Conservatorio Oficial de Música y Declamación en Pamplona, lo que originará gastos considerables, no procede de momento, destinar cantidad alguna a este fin.
Para la enseñanza de órgano en la Academia, se concedieron a Miguel Echeveste (según años anteriores y por ser el órgano de su propiedad particular, 5.000 pesetas).
Becas y ayudas económicas
No se concedió ninguna beca, por ser criterio de la Sección restringir muchísimo su otorgamiento, que solo tendría lugar en casos de excepcional valía, con arreglo a unas Bases que en su día se debían aprobar y mediante concurso, ante un jurado de la máxima competencia.
Estas becas, así concedidas, dispondrían con amplitud de la cantidad necesaria para estudiar eficaz y dignamente en el extranjero.
Habiendo solicitado apoyo económico José Luis Corral, “Premio Sarasate de Violín” en 1948, para ampliar estudios en París, se le concedió una ayuda económica de 3.000 pesetas [19].
Consejo de Estudios de Derecho Navarro
La Sección de Derecho de la Institución Príncipe de Viana que desarrollaba sus actividades bajo la denominación de “Consejo de Estudios de Derecho Navarro” continuaba durante el año último su labor de investigación y de estudio del derecho privativo de Navarra, tanto en lo que afecta a las manifestaciones y particularidades del derecho público, como en lo referente a las modalidades de la ordenación pública- privada.
Por hallarse constituido el Consejo, según orden ministerial y acuerdo de la Diputación Foral, en Comisión Compiladora del Derecho Civil Navarro, la mayor parte de la actividad del Consejo se dedicó a la revisión, ordenación y acomodación de las normas vigentes de Derecho civil, labor en la que se habían realizado grandes avances, no estando lejano el día en que podría darse fin a una compilación que reuniese, aparte de las disposiciones características del Derecho propio de Navarra, las mantenidas y observadas por aplicación del Derecho romano, como supletorio.
Pero además de estas actividades el Consejo había realizado otras de sumo interés iniciando la publicación de algunos trabajos, como los de José Miguel Arriaga Sagarra (La libertad de testar) y Juan Santamaría Ansa (La Jurisprudencia y el Derecho civil de Navarra).
Otros trabajos estaban en prensa y se trataba de organizar un cursillo de preparación para los estudios de Derecho navarro, con interesante programa de lecciones dedicadas especialmente a los funcionarios, letrados y estudiantes universitarios.
Instituto Médico
Durante el pasado año se llevaron a efecto diez reuniones de este Instituto Médico [20], de carácter ordinario, habiendo presentado sus miembros médicos los siguientes temas científico-profesionales:
- Avelino Álvarez: “Problemas circulatorios de las extremidades, en arterioesclerosos y diabéticos. Su diagnóstico y terapéutica”.
- José María Martínez-Peñuela [21] pronunciará tres conferencias: “Posibilidades de la Anatomía patológica: Ejemplo. Fiebre tifoidea”; “Contribución al estudio de la inflamación pulmonar”; y “Contribución a la patología del sistema retículo endotelial, con exposición de mi experiencia personal”.
- Luis María de Miguel Alsúa, Médico Interno de los establecimientos provinciales de Beneficencia: “Aplaxia medular. Presentación de dos casos”.
- Julián Alcalde: “Embarazo ectópico. Nuestra casuística”.
- Pascual Ipiens: “Consideraciones acerca de los cálculos del uréter, con motivo de mi estadística personal”.
- Florencio Sesma, Médico Interno de los Establecimientos provinciales de Beneficencia: “Hilatidosis ósea”.
Se proyectaron además diversas películas “altamente científicas”, cedidas por el Instituto Británico en Madrid.
Imagen de la portada: Detalle fotográfico de la tracería de un arco del claustro de Monasterio de Iranzu (Navarra) restaurada por la Institución Príncipe de Viana.
Notas
[1] MUTILOA ORIA, Mercedes. La Institución Príncipe de Viana. Creación y política cultural, 1940-1948. Pamplona, Gobierno de Navarra, 2018. Serie Historia nº 137. 626 páginas. [2] Incorporado el nuevo equipo político dirigido por don José María Arellano Igea él mismo pasó a presidir la Institución Príncipe de Viana, don Amadeo Marco Ilincheta su vicepresidencia (en lugar de Francisco Uranga) y José Ángel Zubiaur Alegre la más directa supervisión desde la Comisión de Cultura, Instrucción Pública y Bellas Artes (en sustitución del diputado Santiago Ferrer Galdiano). La Institución “Príncipe de Viana” nombró Presidente Honorario de la misma, en virtud de los méritos contraídos, a quien la había creado y presidido en el periodo citado, el Conde de Rodezno. José Esteban Uranga Galdiano, que se había incorporado como su secretario general en 1945, permanecía en su puesto al ser de carácter técnico (en 1966 será nombrado director de la que se denominará en adelante Institución Príncipe de Viana y Bellas Artes, puesto en el que permaneció hasta 1973). La Diputación Foral de Navarra, tras la aprobación de la Ley Orgánica de Reintegración y Amejoramiento del Régimen Foral de Navarra en 1982, pasará a denominarse también Gobierno de Navarra. En esta época la presidencia de la Diputación la ostentaba el Gobernador Civil de Navarra, nombrado al efecto por el Gobierno central. La Institución Príncipe de Viana, en su demarcación provincial de Navarra, ejercía competencias prácticamente plenas en materia de Cultura por delegación del Estado (Orden Ministerial de 11 de noviembre de 1940), en virtud de su régimen privativo foral, ya que los proyectos de restauraciones monumentales y de excavaciones arqueológicas debían ser informadas y autorizadas por los organismos estatales, pero en otras cuestiones gozaba de libertad plena. En 1945 la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando concedió a la Institución la Medalla de Oro por su labor cultural. [3] Trabajos realizados por la Institución Príncipe de Viana en el pasado año 1949. Copia mecanografiada de la memoria existente en el Archivo JAZA. [4] MUTILOA, cit., p. 66. [5] Del Burgo se había formado en dicha Biblioteca por designación de la Diputación Foral de Navarra y mantenía con ella fluidas relaciones. [6] Se refería al Catalogue de la Bibliothèque de M. Ricardo Heredia, Comte de Benahavís. Paris, 1891-1894. Este catálogo en cuatro volúmenes, es muy estimado por los bibliófilos de todo el mundo, por el gran volumen de referencias relevantes presentes (8564 frente a las 4070 que contenía las de la biblioteca del erudito del siglo XIX Pedro Salvá y Mallén). Ricardo Heredia y Livermore (1831-1896) fue un extraordinario bibliófilo que consiguió reunir una significativa colección de libros cervantinos de notable antigüedad, colección que fue acrecentada con la compra de la importante biblioteca del citado Salvá, donde destacaban los manuscritos góticos, sobre todo del siglo XVI. Por tanto, el catálogo de esa biblioteca era una pieza indispensable para conocer el libro antiguo cara a futuras adquisiciones. [7] Se refiere al bombardeo del jueves 11 de noviembre de 1937, en que 12 katiuskasdel ejército republicano con sede en Reus arrojaron alrededor de 35 bombas sobre el Banco de España y el Palacio de Diputación (ante la fachada del Paseo de Sarasate), Estación de Autobuses, Yanguas y Miranda y la Casa de Misericordia, ocasionando la muerte de siete personas (Bombardeos en Navarra: 1937 y 38, en MENDIBURU, Patxi: http://patximendiburu.blogspot.com/2018/02/bombardeos-en-navarra-1937-y-38.html. Actualización: 14 de febrero de 2018. [8] La iniciativa se había tomado en 1947. MUTILOA, cit., p. 373. [9] En 1952 apareció el primer volumen del Catálogo del Archivo General de Navarra Sección de Comptos, obra en la que colaboraron José Ramón Castro y Florencio Idoate, a la que siguió en 1954 la Guía del Archivo General de Navarra. [10] José Ramón Castro era el director del Archivo de Navarra y José Zalba su oficial primero. Tras su fallecimiento en 1947 se convocaron oposiciones para sustituirle, aprobándolas Florencio Idoate Iragui que tomó posesión de la plaza vacante el 4 de septiembre de ese año. En 1966 sería nombrado director Florencio Idoate, cargo en el que permaneció hasta 1982. [11] La Memoria denomina como tal al conjunto de pinturas arrancadas de sus muros de donde procedían, aunque alguna de ellas no lo fueran, tal era el caso de las grisallas procedentes de la casa-palacio de Oriz, en cuya plasmación se había usado el temple. [12] MUTILOA, cit. cap. 4. Esta comprensión del Museo de Navarra como centro y polo de atracción de los museos, bienes muebles y arqueología navarros se mantendrá hasta la década 2000, cuando el Museo de Navarra se constituirá como una sección independiente. [13] MUTILOA, cit., p. 445. [14] MUTILOA, cit., p. 587. [15] MUTILOA, cit., p. 587. [16] Más información en MUTILOA, cit., pp. 539-540. [17] MUTILOA, cit. 507 y ss. [18] MUTILOA, cit. p. 486 y ss., especialmente la nota 279. [19] En Informe paralelo de la Sección de Música, del que la mayor parte se ha añadido a esta Memoria anual, se hace constar el siguiente resumen: Doce entidades beneficiadas en 1949 (Orfeón Pamplonés, Orquesta santa Cecilia, Agrupación Coral de Cámara de Pamplona, Cuarteto Doble Vocal de Pamplona, Coral de Elizondo, Sociedad de Conciertos Santa Cecilia, Conciertos populares de los Domingos, Amigos del Arte, Seminario de Pamplona, Radio Requeté, Academia Municipal de Música y Ayuda para ampliar estudios); diecisiete conciertos patrocinados (5 en Pamplona, 2 en Tudela, 2 en Estella, 1 en Tafalla, 1 en Alsasua y 1 en Javier); en España (2 en Madrid y 1 en salamanca); en el Extranjero (1 en Llangollen, Inglaterra, y 1 en san Juan de Pie de Puerto, Francia). Se añade: Además de lo anotado anteriormente, esta Sección ha ayudado en la Enseñanza musical; hizo gestiones en Madrid para a creación del Conservatorio Oficial en Pamplona; organizó un Concierto en homenaje a Sarasate inició gestiones con “Radio Requeté” para mejorar programas y ampliar la Radio paraEmisiones de Cultura musical; estimuló la creación de Conciertos en diferentes lugares de la Provincia, para que la música pueda llegar a todos los rincones de Navarra, y realizó otros cometidos de menor cuantía. Es conveniente hacer constar que la Institución, no sólo puede realizar una gran labor material en lo referente a la Música navarra, sino también, en orden social y moral, pues, con su prestigio y autoridad, puede hacer mucho en cuanto a la educación y armonía en el mundo musical, desgraciadamente tan dividido hoy día en todas partes. Pamplona, 22 de febrero de 1950. Firman los vocales de la Música: Miguel Erice y Manuel Sáiz del Tems. [20] En 1943 se adscribió como sección el Instituto Médico de la Beneficencia, compuesto por los facultativos de servicio en las dependencias sanitarias y benéfico-asistenciales dependientes de la Diputación Foral. [21] José María Martínez-Peñuela García será el director de la Sección de Espeleología que se creará en la Institución Príncipe de Viana en 1950, de la que surgirá el “Grupo Espeleológico Príncipe de Viana.