Guion para su desarrollo: Historiografía: estado de la cuestión. Arquitectura religiosa. Arquitectura civil y señorial. Arquitectura militar.
Historiografía: estado de la cuestión
Según los datos aportados por m. C. GARCÍA GAÍNZA (Ponencia de Historia del Arte en el I Congreso General de Historia de Navarra, 1986), resulta que durante el Renacimiento en Navarra (en torno a 1520-primeras décadas del XVI Cl continuar vigente el estilo manierista), se produce una reactivación de la producción artística, finalizadas las guerras civiles y tras la unión a Castilla:
- Se abren las puertas a la influencia aragonesa y más tarde a los focos riojanos y castellano; la primera de las aperturas traerá a Navarra las firmas italianizantes.
- No se interrumpe por ello la llegada de artistas franceses y flamencos, que afluyen en gran número.
- Se da progresivamente un cambio de mentalidad, como lo demuestran algunos focos humanistas, aunque modestos, en Estella y Tudela.
Historiografía:
No existe ninguna obra general sobre el siglo XVI que analice las artes en su contexto histórico y cultural. La arquitectura no es aún del todo conocida por falta de catalogación del total de obras, aunque existe un proceso de sistematización en marcha dirigido desde el Departamento de Arte de la Universidad de Navarra, a cuyo cargo está la confección del Catálogo Monumental de Navarra (CMN). Así, se han estudiado recientemente las iglesias de Mendigorría, por Mercedes Orbe Sivatte (publicada en Príncipe de Viana en 1982) y de Cáseda, por María Teresa Goyeneche Ventura (inédita).
Algunas iglesias ya se conocían, publicadas en la revista Príncipe de Viana, tales las de Santa María de Tafalla, por José Cabezudo Astrain (1957) y Asiain, por José María Jimeno Jurío (1969); y la de Olazagutía, por José López Vallado (Boletín de la Comisión de Monumentos de Navarra, 1915).
No obstante, el conjunto de iglesias de concepción gótica es muy numeroso y aún se desconoce en parte. El CMN está revelando, sin embargo, gran cantidad de información al respecto, por ejemplo el importante trabajo de cantería monopolizado por clanes vascos, ya perfectamente documentados (así los Iriarte, Landerrain, Orbara) (Algunos trabajos realizados fuera de la Universidad de Navarra muestran la importante contribución de los canteros vascos en La Rioja, Álava y Guipúzcoa, véanse por ejemplo los estudios de MERINO URRUTIA, MOYA VALGAÑÓN, ARRAZOLA y PORTILLA).
Otro grupo de iglesias sigue planes renacentistas: Lerín y Larraga, ya incluidas en el CMN; y Ciga, por Jesús OMEÑACA (Estudios en honor del Prof. Goñi Gaztambide, Pamplona, Scripta Theologica, 1984) Aquí se muestran, como en las torres de Irache, las influencias herrerianas.
Al margen de la catalogación de monumentos, tarea ya emprendida, nada se ha hecho en cuanto a tipologías arquitectónicas de orden civil (palacios y casas señoriales que son muy abundantes en el siglo XVI). Julio CARO BAROJA se ocupa de ellas en La casa navarra, Pamplona, Caja de Ahorros de Navarra, 1986.
Recientemente se han publicado dos apretadas síntesis sobre este periodo en Navarra: M. C. GARCÍA GAÍNZA, “El Renacimiento”, en el GRAN ATLAS DE NAVARRA, vol. II. Historia, publicado por la Caja de Ahorros de Navarra, 1986; y Juan Cruz LABEAGA sobre la Iglesia de Santa María de Viana en su Viana monumental y artística, Pamplona, Institución Príncipe de Viana, 1984.
La arquitectura religiosa
Frente a la escultura (retablística), que adquiere en este periodo un gran esplendor (M. C. GARCÍA GAÍNZA, Escultura romanista: discípulos y seguidores de Juan de Anchieta, Pamplona, Institución Príncipe de Viana, 2ª ed. 1986), la arquitectura solo alcanza en ocasiones un nivel de cierta altura.
La introducción de las nuevas formas arquitectónicas se va produciendo con timidez y lentitud, debido a dos probables causas, como señala José Rogelio BUENDÍA (Navarra, «Arte», Juan March-Noguer, 1988, pág. 224):
- Producida la incorporación de Navarra a Castilla, ésta concentra su política constructiva en el recién conquistado Reino de Granada. Sólo en plazas que son absorbidas por la Corona de Castilla (Los Arcos) se levantan edificaciones importantes.
- La existencia de gran número de edificios medievales determina su adaptación a la liturgia tridentina o su ampliación, dotándose de elementos renacentistas, pero sin que desaparezca el protagonismo del gótico. Pero en bastantes casos son sustituidos los viejos retablos por otros del momento. Sólo en la Ribera, donde las iglesias anteriores eran de ladrillo, éstas son reemplazadas por construcciones de cantería. Estas circunstancias ya determinan de por sí dos orientaciones de la arquitectura religiosa monumental: iglesias estilísticamente adscritas a un gótico tardío e iglesias de estructura renacentista.
Arquitectura religiosa gótico-tardía
Un elevado número de parroquias que se construyen en este periodo o son ampliaciones de templos medievales (góticos en particular) o se elevan conforme a este estilo anterior, algo transformado en los elementos arquitectónicos o decorativos.
Así, se generalizan:
- El arco de medio punto.
- La columna con capitel clásico.
- Las bóvedas seguirán siendo estrelladas, como en el último gótico, pero ha cambiado la molduración de los nervios, y el sentido decorativo.
- El grutesco (follaje vegetal entrelazado con animales fantásticos y figuras humanas) lo invade todo.
M. C. GARCÍA GAÍNZA ensaya en el Gran Atlas de Navarra una tipología entre iglesias de esta adscripción:
A. Iglesias de una nave, capillas entre los contrafuertes, crucero y cabecera poligonal:
El coro alto se emplaza a los pies del templo.
Ejemplos:
- Santiago de Puente la Reina: ampliación de la románica, de la que se aprovecha dos portadas.
- Santo Domingo de Pamplona: con dimensiones más amplias.

Bóvedas de terceletes sobre pilares cilíndricos de la Iglesia de San Juan Bautista de Cintruénigo (commons.wikimedia.org)
B. Iglesias de tres naves con apoyos circulares:
Es poco frecuente en Navarra, aunque abunda en el País Vasco y de aquí pasa a Burgos, la Meseta y Sur de España, gracias a la actividad de los artífices vascos. En Navarra también intervienen artífices vascos.
Se caracterizan por:
- Estructura de tres naves cubiertas a la misma altura.
- Sus bóvedas de terceletes se apoyan sobre pilares cilíndricos.
- El tipo obedece a la “iglesia de salón” o “hallenkirsche” germánica, es decir: planta basilical (naves separadas por pilares, crucero y ábside cuadrado); naves de igual altura y anchura (o muy poco más bajas las laterales) de cuatro tramos; e iluminación mediante vanos abiertos en los muros perimetrales.
Luis CERVERA VERA las llama “iglesias columnarias” (“Arquitectura renacentista”, en Historia de la arquitectura española, Barcelona, Planeta, 1986, vol. 3º)
Ejemplos:
- Asunción de Cascante: de mediados del XVI, obra iniciada por Juan Bautista de Soroa y terminada por el tudelano Juan de Garmendía y Antón Albistur.
- San Juan Bautista de Cintruénigo: en su proyecto era una prístina iglesia de salón (cuatro tramos y cabecera cuadrada), así ideada por el cantero vizcaíno Íñigo de Zarra en 1510 sobre la iglesia gótica anterior, pero nunca llegó a hacerse el crucero ni la cabecera. En 1577 la continúa otro vizcaíno, Pedro de Aulestia, y es terminada en la década siguiente por Martín de Urízar y Pedro de Navascués.
Arquitectura religiosa de corte puramente renacentista
Junto a tanta construcción dentro de la tradición gótica, resultan excepcionales algunas iglesias que emplean estructuras renacentistas.
Ejemplos:
- Iglesia de la Asunción de Lerín: es la más monumental de ellas. Emplea orden gigante de pilastras en su interior y cubre su cabecera con un medio cañón con lunetos, completado por una gran concha.
- Iglesia de San Miguel de Larraga: sigue un esquema semejante.
- Iglesia de San Lorenzo de Ciga (en Baztán): de fines del XVI, de estructura ya herreriana, con escalinata y atrio porticado de aspecto severo.
Algunas iglesias añaden a sus fábricas medievales portadas, claustros o torres renacentistas:
A. Portadas:
Iglesia de Santa María de Viana:
Es el proyecto más monumental, que sigue el esquema de un retablo englobando en su centro una gran hornacina cubierta por un cuarto de esfera. Los modelos a los que se refiere indirectamente son la Exedra de Bramante en el Belvedere (Vaticano) y la fachada lateral de Diego de Siloé en la Catedral de Granada.
Ejemplos más cercanos en el tiempo son la portada del Salvador de Úbeda, obra del Vandelvira y la portada de la Iglesia de Santa María de Calatayud, obra de Esteban de Obray.
Para CAMÓN AZNAR (Summa Artis, vol. XVII, Madrid, 1959) ésta de Viana es una de las mejor cohesionadas y unitarias. “Su claroscuro movido y profundo da la impresión de aire barroco, pese a su precocidad”, escribe.
Características:
- Proyecto de Juan de Goyaz (1549), al que continúa en las obras Juan Ochoa de Arranotegui (autor también de una escalera del interior), formado con Pierre Picart en Oñate.
- Decoración escultórica que se distribuye a la manera de un retablo, en realidad es una fachada-retablo. El cuerpo inferior se muestra entre columnas estriadas de capitel compuesto, cuatro relieves con escenas de la Vida de Cristo: Oración del Huerto, Anunciación, Nacimiento y la Caída; en el tímpano de la puerta la Virgen con el Niño; y en el friso relieves mitológicos con los Trabajos de Hércules (que también aparecen en la Universidad de Oñate). El cuerpo superior: a los lados de la exedra, enmarcadas por pilastras cajeadas, van en hornacinas superpuestas a cada dos Santos por lado; en el centro la Crucifixión del Señor, entre dos ladrones, y su Entierro; y más arriba, sobre los casetones del cuarto de esfera la Asunción de la Virgen.
- Frontón triangular coronando el conjunto, a la manera de los arcos de triunfo clásicos y en su interior un tondo, y otros dos, uno a cada lado, sobre las hornacinas.
- Cenefas de grutescos en jambas y por doquier
- Interpretación iconográfica: es una alegoría mariana, pues la Virgen está presente en todos los relieves y en la culminación con su Asunción, entre los ángeles de los casetones. Los Trabajos de Hércules del basamento representan alegóricamente la prefiguración de los esfuerzos realizados por Cristo para redimir a la Humanidad (también aparecen en la Casa Fray Diego de Estella).
- Escultores que intervienen: son numerosos y se supone que procedían tanto de Oñate (entre los formados por Pierre Picart), como del círculo de Arnao de Bruselas (en la Rioja, Castilla).
- Influirá ya en el periodo barroco en la Iglesia de San Gregorio Ostiense (Sorlada)
Otras portadas del XVI con elementos renacentistas y amplio despliegue escultórico tienen las parroquias de:
- Los Arcos: con una bella torre plateresca; portada de Juan de Landerrain, a manera de retablo, con ligero abocinamiento y en el tímpano hornacina adintelada con la imagen de la Virgen;

Portada plateresca de Santa María de Los Arcos (La Virgen con san Pedro y san Pablo en los lados. Foto: José Holguera. Ídem)
visera encasetonada con bustos de apóstoles y santos; entre las columnas del cuerpo inferior hornacinas a veneradas con San Pedro y San Pablo.
- Las de Cáseda y Aibar con pórtico, obras del “maestro Lázaro” (Lázaro de Iriarte).
B. Claustros:
El conjunto más amplio de escultura monumental del plateresco se encuentra decorando el Claustro del Monasterio de Irache y se distribuye en ménsulas, hornacinas, claves con cabezas de santos, capiteles y portada de acceso a la iglesia (Specciosa) Obra de Martín de Oyarzábal, de Azpeitia.
También la iglesia de Los Arcos posee un claustro que, aunque con simples arcos apuntados en sus crujías, sin embargo presenta cabezas escultóricas renacentistas superpuestas a las enjutas.
El claustro del Monasterio de Fitero también pertenece al siglo XVI.
C. Torres:
Entre las torres de este momento hay que destacar las de las parroquias de:
- El Crucifijo de Puente la Reina, de base herreriana y remate barroco.
- La Iglesia de Ciga, que fue herreriana, hoy sustituida por otra del XVIII.
- La de la Iglesia de Los Arcos: una de las más bellas de Navarra, donde los hermanos Landerrain conjugaron elementos renacentistas y góticos: dos cuerpos cuadrados sobre los que se asienta un campanario barroquizante posterior, sobre el que se apoyan mediante arbotantes cuatro torrecillas cilíndricas en las esquinas.
- La del Monasterio de Irache es herreriana.
La influencia renacentista continuará en algunas iglesias estellesas durante el Barroco incluso, como en las de San Vicente de Abaigar y San Pedro de Igúzquiza.
La arquitectura civil y señorial
La carencia de edificios religiosos renacentistas se ve compensada ampliamente por el gran número de edificaciones civiles.

Palacio del Marqués de San Adrián, Tudela (hoy Archivo Municipal y Biblioteca) (Foto: www.fuenterrebollo.com)
A. Públicas:
– Portada del Antiguo Hospital de Navarra (Hoy Museo de Navarra): organizada como un arco de triunfo, con columnas jónicas de fuste entre estriado y decorado con grutescos y estípites antropomorfos; arco de medio punto, tondos en las enjutas; remate con el escudo de Navarra entre dos faunos tenantes y a los lados otros dos tondos con sendos bustos masculino y femenino; en la culminación una calavera y varios jarrones decorativos. Obra de Juan de Villarreal (1556), presenta influencias manieristas del SOE francés.
– Portada del Ayuntamiento de Sangüesa: ampliación renacentista del antiguo palacio gótico. Arquería de cuatro vanos rebajados, columnas dóricas y cuerpo superior de ladrillos con cuatro balcones, más alero resaltado.
– Casa Ayuntamiento de Allo.
B. Palacios y casas señoriales:
En el N son sólidos y de cantería, mientras en el S son casi siempre de ladrillo, pero compensada la deficiencia material con profusa decoración en portadas y balcones.
Tudela es el centro de estas manifestaciones con:
- El Palacio de los Marqueses de San Adrián: obra cumbre, en ella se funden elementos mudéjares con la sobriedad compositiva en arcos y galería superior, y con la volumetría renacentista; se emplea el ladrillo; alero saliente y bien trabajado. Conjugación de arcos abiertos y ciegos, más óculos ciegos, que tratan de quebrar la monotonía, como en una polifonía musical. En el patio, muy hermoso, se dan dos órdenes de galerías y en las escaleras destacan las pinturas murales a la grisalla de Pietro Morone, alegóricas del amor sacro y profano.
- El Palacio del Deán: con fachada de ladrillo como en el caso anterior, puerta de medio punto, gran ventana rectangular rodeada de grutescos de ritmo mudéjar y galería superior de arquillos de medio punto y alero.
- Casa del Almirante: muy rica en cuanto a la decoración, con elementos manieristas, principalmente en el segundo cuerpo: tres estípites antropomorfos que simbolizan la lujuria o la fecundidad, las imágenes de los propietarios en tondos, y cenefas con grutescos. Galería superior de óculos y arcos, y hermoso resaltado alero, sobre ménsulas decoradas.
Estella:
- Palacio de San Cristóbal también llamado casa Fray Diego: semejante al modelo aragonés con fachada vertical de tendencia goticista y alfiz en la puerta; balaustres y dinteles en los hermosos balcones decorados a la manera plateresca con motivos humanos mitológicos (trabajos de Hércues, Ceres y Cibeles); grutescos y candelabros de mucho gusto. Los ventanales están coronados con frontones que albergan busto masculino y femenino. Gran alero ricamente trabajado. Obra de Martín de Oyarzábal, autor del Claustro de Irache.
En el Monasterio de La Oliva se construye el Palacio Abacial, ostentoso en su presencia, con un cuerpo bajo de piedra con arcos de medio punto (rebajado el de ingreso) y el superior a base de ladrillo, con balcones, óculos y arcos ciegos hábilmente combinados, más alero igualmente de ladrillo.
Arquitectura militar
No hay que olvidar que a partir de 1571, bajo la dirección de Jacobo Pelearo “el Fratín”, comienza a construirse en Pamplona la Ciudadela militar, por orden de Felipe II.
Se proyecta a imitación de la de Amberes trazada por Vauban a base de un pentágono central con baluartes en los ángulos a prueba de bomba artillera; con dos puertas, una abierta a la ciudad y otra “de socorro” a la Vuelta del Castillo. Para su construcción se desmanteló, para aprovechar su piedra, el castillo (situado antiguamente en el solar ocupado hoy por la iglesia de los Redentoristas) mandado construir por Fernando el Católico en 1515.
Las obras terminaron a mediados del XVII.
Imagen de la portada: Portada del Antiguo Hospital de Navarra (Hoy Museo de Navarra), obra de Juan de Villarreal (1556)










