Arte en Navarra. XVII. El Barroco. Arquitectura. Planes y conjuntos

Guion para su desarrollo:  Estado de la cuestión. Introducción. Arquitectura religiosa. Arquitectura civil. Arquitectura militar. Urbanismo.

Estado de la cuestión

Hasta la aparición del Catálogo Monumental de Navarra (1980), vol. 1 de la Merindad de Tudela, que descubrió un foco de Barroco espléndido en aquella parte de Navarra (completado con los volúmenes de Estella y de Olite), los libros sobre el tema publicados en España pasaban sobre ascuas, si no ignoraban, el Barroco en Navarra, es el caso de KUBLER en su “Arquitectura de los siglos XVII y XVIII”, en ARS HISPANIAE, XIV, Madrid, 1957.

El Catálogo Monumental de Navarra redescubre el Barroco tudelano

El Catálogo Monumental de Navarra redescubre el Barroco tudelano

La primera panorámica sobre el Barroco navarro fue intentada por M. C. GARCÍA GAÍNZA en su artículo “Notas para el estudio de la escultura barroca en Navarra” (1975), publicado en Letras de Deusto, en donde ensayaba sus fases de desarrollo fundándose sobre todo en la retablística, pero avanzando hipótesis, luego confirmadas por ella misma en el Catálogo Monumental.

Aunque el arte arquitectónico barroco de los siglos XVII y XVIII requiere de más estudios, pueden apuntarse, sin embargo, algunas cuestiones:

  • La importancia de las nuevas fundaciones en las órdenes religiosas en la introducción del Barroco. Tenemos un nutrido capítulo de arquitectura conventual, verdaderos complejos arquitectónicos cuyo plano se repite apenas sin modificaciones en casi todas las Órdenes Religiosas. Puede decirse que tenemos en Corella, Tudela, Estella y Pamplona verdaderas ciudades-convento, siguiendo ese modelo tan peculiar de la España de los Austrias. Estas construcciones son analizadas en el Catálogo Monumental de Navarra, pero cabe un estudio de conjunto de los conventos de cada Orden, labor ya emprendida en el caso del Convento de los P.P. Carmelitas de Pamplona por ECHEVERRÍA GOÑI y FERNÁNDEZ GRACIA (Príncipe de Viana, 1982), y que está considerando Asunción DOMEÑO en su tesis doctoral.
  • De particular importancia es el análisis de los frailes tracistas, que también actúan en la remodelación de las antiguas parroquias, cuyas personalidades van siendo también conocidas.
  • Hay un grupo de capillas levantadas a iniciativa de los municipios por ser las de los patronos de la ciudad, y que van siendo estudiadas: en Pamplona, la Capilla de San Fermín, por J. L. MOLINS (Pamplona, 1974), y la de la Virgen del Camino, por él mismo y R. FERNÁNDEZ GRACIA (Pamplona, La vasco Navarra de Seguros, 1987, con el título de “La capilla de Ntra. Sr. Del Camino”, en La Virgen del Camino de Pamplona); en Tudela, las capillas catedralicias, objeto del Catálogo Monumental de Navarra; y, en otros lugares, las de San Gregorio Ostiense (Sorlada) y de El Patrocinio (Milagro), abordadas por el Catálogo.
  • Significativa y valiosa es también la arquitectura palacial, estudiada en su conjunto por RIVAS CARMONA en lo que al de la ribera se refiere (Actas del III Coloquio de Arte Aragonés, 1985) y su tipología (I Congreso General de Historia de Navarra, 1987), después de haber sido catalogados los ejemplares conservados por el Catálogo Monumental (Merindades de Tudela, Estella, Olite y Sangüesa). También la aborda J. CARO BAROJA en La casa en Navarra (Pamplona, 1982).
  • El estudio de sus Plazas Mayores y Villas ya se va iniciando: LABEAGA, Viana monumental y artística (Pamplona, 1984), presididas por el Ayuntamiento (palacio en si) y concebidas en casos como plaza de toros (v. g. Tudela en el Catálogo Monumental de Navarra)
  • Los camarines dedicados a las imágenes de las vírgenes fueron estudiados por R. FERNÁNDEZ GRACIA (I Congreso General de Historia de Navarra, 1987)

Las síntesis de conjunto más apretadas, que se publicaron recientemente, han sido:

  • C. GARCÍA GAÍNZA. “El Barroco”, en GRAN ATLAS DE NAVARRA, vol. II, Historia.
  • R. BUENDÍA. Arte. Tierras de España (Navarra), Barcelona, 1988.
  • Historia de la Arquitectura Española, dir. por MORALES MARÍN, vol. 4, Barcelona-Planeta, 1985.
Plano de Tudela donde se ubican los monumentos barrocos (CMN, I, 1980)

Plano de Tudela donde se ubican los monumentos barrocos (CMN, I, 1980)

Introducción

El arte de los siglos XVII y XVIII tiene sus grandes centros en Valladolid, Madrid, Sevilla o Granada. En provincias como Navarra se siguen las directrices de los focos castellanos, pero con variedades regionales, que en nuestro caso vamos a destacar.

Las características que observamos en este momento son:

  • El nuevo estilo se implanta y triunfa a partir de 1630-40. Las manifestaciones anteriores se hallan adscritas todavía al estilo gótico-renacentista (llamado “Reyes Católicos”), como al romanismo escultórico en el caso de los retablos. No es el caso de la pintura renacentista, que se había agotado a fines del XV.
  • La introducción de Barroco es debida en buena parte a las Órdenes Religiosas (jesuitas, capuchinos y trinitarios), sobre todo a los carmelitas descalzos, que aportan tracistas y directores de obras. Así se implanta el plan de iglesia conventual (que acuñaron y propagaron Francisco de Mora y Juan Gómez de Mora, basándose en modelos bajo-renacentistas italianos al estilo de Vignola) Este modelo prolongará entre nosotros el arte contra-reformista más o menos adobado con algún elemento barroco.

En Pamplona, Tudela o Corella fue numerosa la cuantía de conventos, configurándolas como las típicas ciudades-convento del XVII español.

Se comprenderá que en un primer momento el Barroco tenga en Navarra escasos matices regionales, salvo en lo que a tradición mudéjar se refiere por la utilización del ladrillo.

El Barroco más pleno y rico tendrá su manifestación en el siglo XVIII, época en que –como ha demostrado Julio Caro Baroja en La hora navarra del siglo XVIII– se da una mayor prosperidad y esplendor sin duda por la presencia de protagonistas como los Goyeneche, Iriarte, Iturralde, Arizcun, Vergara y otros, originarios de Baztán.

Pamplona, primera ciudad del Reino y sede episcopal, alcanza en este siglo XVIII gran relevancia por sus construcciones: Ayuntamiento (de la que hoy se conserva su fachada), Capillas de los Santos Patronos, Palacio Episcopal, Seminario de San Juan y un buen número de palacios particulares.

Para el estudio del tema haremos una cuádruple clasificación: arquitectura religiosa, arquitectura civil, arquitectura militar y urbanismo.

Arquitectura religiosa

Se pueden reconocer tres periodos en la progresiva implantación del Barroco: hasta 1650, de 1650 al fin de la Guerra de Sucesión (1713) y de este año a mediados, incluso hasta bien entrado el siglo XVIII (La Catedral de Pamplona en su fachada neoclásica data de 1783-1800).

Hasta 1650. La arquitectura conventual:

Las iglesias y conventos de esta época, estructuralmente, son contra-reformistas, no barrocas, adobadas, como se ha dicho, con algún elemento barroco. Son edificios que, en algunos casos, serán recargados con elementos decorativos, ya en una fase del barroco más adelantada.

Así el Convento de las Dominicas de Tudela y la Iglesia de San Miguel (Lodosa), son edificios austeros de corte escurialense.

La primera “oleada” de fundaciones conventuales entran de lleno en esta pervivencia herreriana llena de sobriedad., con plantas longitudinales y cúpulas y bóvedas de medio cañón.

Así sucede en los conventos de Carmelitas de Pamplona, Tudela y Corella, en las primeras décadas del XVII; algo más tarde en los de Recoletas de Pamplona y Tafalla, en las Concepcionistas de Estella y las Mercedarias de Corella.

Del conjunto de arquitectura conventual la más homogénea es la carmelitana, pues los tracistas de la orden siguen las huellas de Fray Alberto de la Madre de Dios, seguidos de Francisco de Mora.

Fray Alonso de San José será el introductor en Navarra de la tipología arquitectónica carmelitana, consistente en:

  • Edificios humildes y simples.
  • Planta de una sola nave, reducida de dimensiones, con coro alto a los pies, y capillas laterales entre los contrafuertes.
  • Materiales modestos en la construcción: piedra para dar fortaleza a la iglesia, madera en el convento.
  • Eliminación de ornamentación.

Para MARTÍN GONZÁLEZ (“El Convento de Santa Teresa de Ávila y la arquitectura carmelitana”, Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología de Valladolid (1976, 305 ss.), sin embargo, estas características son propias de todas las órdenes del momento.

Para ECHEVERRÍA-FERNÁNDEZ GRACIA, sí puede llamarse “carmelitana” a una arquitectura como ésta asimilada por la Orden y difundida por sus tracistas de forma invariable.

Fray Alonso de San José intervino en la finalización del Convento de Calahorra y en la factura de sus retablos; en la construcción del Convento de Santa Teresa de Ávila; diseñó los retablos del Convento de Corella; y realizó proyectos para otras instituciones: parroquias de Corella y de la Catedral de Calahorra. Fue superior del Convento de Pamplona cuando se trasladaba a su sede actual e inició la construcción del mismo.

Otros tracistas carmelitas y sus obras más importantes fueron:

  • Fray Pedro de Santo Tomás: continuará la construcción del Convento de Pamplona. La fachada de la iglesia debió ser suya.
  • Fray José de San Juan de la Cruz: interviene en la modificación y camarín de San Gregorio Ostienese, siendo autor de las yeserías.
  • Otros varios destacarán como tracistas de retablos.
Convento de las Agustinas Recoletas en Pamplona. Exterior y plano (Foto: CMN V***, lám. XLIX y fig. 113)

Convento de las Agustinas Recoletas en Pamplona. Exterior y plano (Foto: CMN V***, lám. XLIX y fig. 113)

Dentro del estilo carmelitano, aún siendo Convento de Agustinas Recoletas, hay que fijar el convento que las mismas tienen en Pamplona, concluido en 1634 según el proyecto de Juan Gómez de Mora, siguiendo el modelo conventual de Francisco de Mora:

  • Construcción en ladrillo con zócalo y encintados de piedra en los muros; almohadillados en las jambas y dinteles de las puertas.
  • Amplio patio interior, con ventanas y galerías con celosías.
  • Iglesia con atrio pequeño, de triple arcada almohadillada.
  • Encima sencilla hornacina con frontón curvo.
  • Sobre ella ventana cuadrada flanqueada por los escudos de los fundadores.
  • Remate con frontón triangular y óculo en su centro.

Otras órdenes religiosas plantearán sus edificaciones con mayor libertad creativa (lo que les llevará a un mayor eclecticismo), pero sin la sistemática conseguida por los Carmelitas:

  • Los Mercedarios ostentan la Iglesia de la Merced de Corella, de planta de cruz latina, nave central partida por crucero con cúpula, bordeada por ocho capillas, tribunas sobre ellas y coro; severa decoración ornamental de la fachada, de carácter monumental. Tenía influjos aragoneses. Comienza a erigirse en 1654. Fue derribada.
  • En Estella, las Clarisas tienen su propio Convento; las Benedictinas también su Convento modificado por Francisco Pelearo “Fratín”.
  • Los Franciscanos tienen Convento en Viana.

Edificios todos de sobriedad herreriana.

De 1650 a 1713:

En estos años van surgiendo maestros seglares que trabajan tanto para las órdenes religiosas como para parroquias, cofradías o los estamentos civiles. El advenimiento de los Borbones trae una pujanza económica incipiente, que se desarrollará más con el transcurso del XVIII. La arquitectura gana en alegría y se envuelve en hojarasca.

San Gregorio Ostiense, Sorlada (Wikipedia.org)

San Gregorio Ostiense, Sorlada (Wikipedia.org)

Interior de Nuestra Señora del Romero, Cascante

Interior de Nuestra Señora del Romero, Cascante

Los arquitectos dignos de ser mencionados, son:

  • Pedro de Aguirre, autor de la Basílica de Nuestra Señora del Yugo (Arguedas), que dota a la iglesia de una cúpula elíptica, efectista al colocar en su clave un ángel tallado en madera; la Ermita de Nuestra Señora de la Esperanza (Valtierra), con cúpula parecida pero con estucos de aire tardo-mudejarista; cruz latina y bóvedas de medio cañón con lunetos; remodela la Ermita de la Virgen del Villar (Corella).
  • Alonso de Pamplona, autor de la Iglesia del Rosario (Corella).
  • Fray José de San Juan de la Cruz es el autor del exterior de la Basílica de San Gregorio Ostiense (Sorlada) y el constructor de la iglesia es Vicente de Frías junto a otros artífices. Es un templo edificado sobre el medieval, siguiendo la tipología de cruz latina. Presenta nave de cuatro tramos que culmina en un amplio crucero trebolado, dentro de un barroquismo dinámico donde la decoración vegetal cobrará un gran desarrollo en forma de yeserías. La portada presenta estructura en forma de hornacina (como en Santa María de Viana), a modo de tablero con dos pisos o cuerpos sustentados por columnas salomónicas de origen berninesco; remates de esferas tardo-renacentistas (influencias del arte escurialense tardío y del arte guipuzcoano del momento) Parece que trabajaron en ella canteros vascos, cuya presencia está probada en la torre (Juan de Larrea, vizcaíno) En cuanto a las decoraciones del crucero y del camarín se completan en la segunda mitad del XVIII, siguiendo las trazas de Fray José de San Juan de la Cruz.
  • Antonio Martínez es el autor de la Basílica de Nuestra Señora del Romero (Cascante), de planta rectangular, de tres naves, sobre pilares cruciformes; capillas laterales e incluso en el crucero, con profundo crucero, camarín tras él; cúpula y conjunto decorados con yeserías; exterior de ladrillo; cuerpo superior de la torre octogonal; el pórtico de unión con la ciudad es del XVIII.
  • De este momento datan las primeras capillas que se edifican junto a las viejas arquitecturas, coincidiendo con la transición al siglo XVIII. Así la Capilla de San Andrés (San Pedro de la Rúa en Estella), de exaltado barroquismo, obra de Miguel de Iturmendi (arquitectura) y López de Frías (estucados); la Capilla de San Fermín (en la iglesia de San Lorenzo, Pamplona), más simplificada, como es propio del barroco norteño, y también por estar influenciada por la arquitectura carmelitana y la impronta de Mora. Funde al exterior la piedra y el ladrillo. Obra de Santiago Raón, Martín de Zaldúa y Fray Juan de Alegría. El arquitecto neoclásico Santos de Ochandátegui la reformó interiormente.
Capilla de San Fermín, Pamplona (sanfermin.com)

Capilla de San Fermín, Pamplona (sanfermin.com)

Iglesia del convento de la Clarisas, Arizcun (flick.org)

Iglesia del convento de la Clarisas, Arizcun (flick.org)

El siglo XVIII:

La arquitectura sobresale más que por las soluciones espaciales, por sus despliegues ornamentales, sus fachadas y sus torres.

Terminada la Guerra de Sucesión (1713), el barroquismo navarro alcanza su plenitud, diferenciándose en este punto las manifestaciones arquitectónicas del sur de Pamplona, mucho más exultantes de formas y color, de las del norte, completamente sobrias. En ello influyen no sólo los materiales (ladrillo y piedra respectivamente), sino la idiosincrasia de sus habitantes.

Veamos las principales manifestaciones.

En el sur:

  • Capilla de Santa Ana (Catedral de Tudela): obra de Juan de Lezcano y Juan de Arteaga. De planta irregular octogonal sobre un severo zócalo de mármol oscuro se desarrolla un programa iconográfico (con la genealogía de Santa Ana, la Virgen María y los Padres de la Iglesia) absorbido por la profusa decoración vegetal, floral y de querubes, con aspecto metamórfico, hasta llegar a la paroxístico y espectacular por el dinamismo, la espectacularidad y la exuberancia en la cúpula; ello contrasta con el simple exterior de ladrillo, sólo decorado por un ventanal que hace de transparente. Recuerda a las capillas andaluzas del momento, verdaderos “sagrarios” (San Mateo de Lucena), siguiendo el esquema antiguo de San Pedro del Vaticano (Bramante).
  • Capilla del Espíritu Santo (Catedral de Tudela): obra de los mismos autores, pero más anodina, al modo de la Capilla de San Isidro creada por Mora. La decoración es de gran imaginación, con valores pictoricistas, al modo de la Basílica de la Virgen del Patrocino (Milagro), con esquema entre oval y cruciforme.
  • Santa María de Los Arcos: obra de Juan Antonio de San Juan. Vignolesca, con cruz latina y cúpula sobre el crucero; dinámica decoración de yeserías en la parte superior.
  • La Enseñanza (Tudela): de planta octogonal con deambulatorios y vestíbulos para el efectismo de las perspectivas y cubierta con cúpula (al modo de la Basílica de Loyola obra de Carlo Fontana); hermosas tribunas con celosías para la oración de las religiosas de la Compañía de María. Creará un tipo dentro de esta orden que influirá en otros conventos de Zaragoza, Vergara y Santiago.
Iglesia conventual de la Enseñanza, Tudela, exterior e interior (R. Fernández Gracia. Cátedra de Patrimonio y Arte Navarro. Universidad de Navarra)

Iglesia conventual de la Enseñanza, Tudela, exterior e interior (R. Fernández Gracia. Cátedra de Patrimonio y Arte Navarro. Universidad de Navarra)

Manifestación típica de este momento son los camarines destinados al culto de imágenes, principalmente la Virgen María:

  • Se edifican a dos metros de altura sobre la iglesia, coincidiendo con el núcleo principal del retablo y enlazando con él; pero en Navarra se edifican a la misma altura, con un trasaltar que permite la celebración de la misa junto a la imagen venerada.
  • Su acceso es restringido y sólo permitido al obispo o jerarquías, pues en él se conservan el ajuar de la Virgen y las reliquias.
  • Su planta es central, el alzado es sencillo y las techumbres o bien planas con decoraciones fingidas o cúpulas de diferentes diseños.
  • La iluminación tiene carácter simbólico: procede del transparente o de las paredes laterales del camarín, pudiendo verse sus efectos pero no las causas.
  • La ornamentación tiene carácter alegórico-simbólico.
  • La imagen queda colocada en el propio núcleo del retablo mayor, que es el mismo que el del trasaltar.
  • Se levantan para el culto de imágenes veneradas por el pueblo y existen en El Romero de Cascante, Araceli de Corella, El Yugo de Arguedas, la Purísima de Cintruénigo, la Esperanza de Valtierra, el Soto de Caparroso, la Enseñanza de Tudela y son rococós los de San Gregorio Ostiense de Sorlada y Virgen del Camino de Pamplona. Desaparecieron los de la Virgen del Rosario de los P.P. Dominicos de Pamplona, del Puy de Estella, de la Virgen del Villar de Corella y de la Virgen de Musquilda, de Ochagavía.

En el norte:

Respecto al modelo de iglesia barroca del siglo XVIII, el ejemplo más interesante es el Convento de las Clarisas (Arizcun), de fachada retrotraída tras una cancela de hierro y pilastras rematadas en esferas, que libera un patio anterior a modo de pantalla óptica, para valorizar visualmente el monumento (modalidad difundida en la Península Ibérica y en Hispanoamérica) Conjunto estático.

En la zona media de Navarra, en concreto, Pamplona, hallamos la Capilla de la Virgen del Camino, anexa a la iglesia de San Saturnino, de estructura similar a la de San Fermín, de Pamplona, es decir, de planta típica barroca (cruz griega inscrita en un cuadrado, con gran cúpula central con tambor, linterna y pechinas, y armada sobre cuatro pilares formados por cuatro pilastras adosadas) Bóvedas de medio cañón, con lunetos y yeserías al gusto de la época.

Aparte se encuentran otros edificios no puramente conventuales ni iglesias como, en Pamplona, el Seminario de San Juan (hoy convertido en Archivo Municipal), destinado en origen al lugar de los seminaristas baztaneses, fundado por Juan Bautista de Iturralde, y el Palacio Arzobispal, que se corresponde con el palacio tipo de la época, incluyendo portada barroca y hornacina sobre ella para la imagen de San Fermín.

Arquitectura civil

En este momento se dan edificios públicos de carácter civil y palacios domésticos:

  • El Ayuntamiento de Pamplona, del que no se conserva sino su fachada. Su frontis en piedra consta de tres cuerpos y un remate. Está dividida por calles, separadas por juegos de columnas pareadas de diferentes estilos (dórico, jónico y corintio de abajo-arriba). La planta baja presenta una puerta central de medio punto y dos menores de arco escarzano con ventanas enrejadas encima; la planta primera presenta balconada corrida y la segunda tres balcones separados. En el ático balaustrada de piedra, un solo vano y frontón triangular sostenido por dos pilastras. Como remate dos Hércules en los extremos y en el centro la Fama tocando el clarín, y los escudos de Pamplona y Navarra sostenidos por leones, y las campanas. El proyecto es de José de Zailorda y el remate se debe a Juan Lorenzo Catalán.

En cuanto a los palacios domésticos, siguen el esquema renacentista a base de un pesado basamento y uno o dos cuerpos rematados por ricos aleros labrados en madera; en el superior galería de arcos como en los palacios del valle de Ebro.

Las diferencias tipológicas entre las diversas zonas vienen dadas por el propio medio geográfico y el material constructivo: ladrillo en la Ribera (reminiscencia mudéjar), piedra en el Norte y combinación de ambos en la Zona Media.

Los exteriores son sobrios y apenas se decoran con blasones y molduras (aunque no faltan ejemplos donde triunfa el exorno -Palacio de los Ezpeleta de Pamplona- o también los herrajes.

Fachada del Ayuntamiento de Pamplona (wikipedia.org)

Fachada del Ayuntamiento de Pamplona (wikipedia.org)

Palacio del Conde de Ezpeleta, Pamplona (wikipedia.org)

Palacio del Conde de Ezpeleta, Pamplona (wikipedia.org)

Bóvedas del Palacio del Marqués de Huarte, Tudela (wikipedia.org)

Bóvedas del Palacio del Marqués de Huarte, Tudela (wikipedia.org)

Los ejemplos más sobresalientes son:

  • En el Norte: Palacio de Arizcunenea (Elizondo): similar al Convento de Arizcun, con fachada retranqueada con cancela y patio anterior. En la decoración frontón mixtilíneo, esferas, baquetones y roleos. Otros palacios: los de Iturralde (Baztán) y Reparacea (Bertizarana).
  • En la Zona Media: Palacio del Conde de Ezpeleta, en Pamplona, con magnífica portada de Pedro de Arriarán, con guerreros y sirenas que encuadran el escudo familiar; pilastras con estípites y guirnaldas, vestíbulo y escalera de tipología imperial; cuerpo bajo pétreo y almohadillado, y superiores de ladrillo. Otros palacios: Casa de las Torres, en Miranda de Arga, y Palacio de Valle Santoro, en Sangüesa, con portada adintelada flanqueada por dos columnas salomónicas exentas que soportan un frontón curvo partido, que a su vez enmascara el escudo nobiliario, con soberbio alero.
  • En la Ribera, el Palacio del Marqués de Huarte, en Tudela, con la más importante escalera de tipo imperial del Barroco navarro. Su traza complicada busca efectos ilusorios y escenográficos, con ocho bóvedas de arista, cupulín con linterna, y ángeles volatineros colgantes de los vértices de las aristas. Su exterior es de ladrillo bien modesto. Este contraste tan rotundo es, a juicio de RIVAS CARMONA, el rasgo más barroco del palacio de la Ribera de Navarra. Otros palacios: Casa de las Cadenas, en Corella, y palacios en Viana, Villafranca, etc.

Arquitectura militar

Continúa la renovación de las fortificaciones de la Ciudadela de Pamplona, con la intervención del arquitecto militar Ignacio Sala. Junto a San Nicolás se levanta a mediados del XVII un nuevo portal, con almohadillado tardo-manierista, y se construyen las contraguardias de la Ciudadela.

AURORA RABANAL ha estudiado las importantes fábricas de municiones de Eugui y Orbaiceta, ejemplos de construcciones sólidas y racionales.

Urbanismo

Plaza de los Fueros, Tudela (wikipedia.org)

Plaza de los Fueros, Tudela (experienciasturismo.com)

La pujanza económica de la segunda mitad del siglo XVII y en el XVIII lleva a transformar las estructuras urbanísticas medievales de Corella y Tudela, que son recubiertas ahora por una envoltura barroca. Los principales edificios son remodelados o efectuados de nuevo. Así ocurre con las Capillas de la Catedral de Tudela, la Parroquia de San Miguel de Corella o de Santa Eufemia de Villafranca y es el momento en que se levantan grandes casonas palatinas.

El urbanismo configura dos plazas sobresalientes, las mayores de Tudela y Viana:

  • Plaza de los Fueros (Tudela): en origen tuvo carácter de paso, de mercado y de toros, fue llamada “Nueva” y hoy “de los Fueros”. Fue recompuesta en el Barroco para destinarla a fiestas y corridas: la planta baja de las edificaciones presentaba pórticos corridos y arquitrabados, mientas que las plantas primera y segunda contaban con balcones corridos destinados a la contemplación de los festejos. El acceso era mediante arcos. En el centro sobresalía la Casa del Reloj. En el XIX fue remodelada perdiendo parte de su carácter.
  • Plaza Mayor de Viana o “Plaza del Coso” por su utilización, como en Tudela. A un lado balcón corrido para presenciar los festejos el Ayuntamiento. En el lado sur estaba el Balcón del Clero y a su lado el Palacio de Unda y Garibay, obra construida dentro del plan de urbanización dado por Juan Raón.

Imagen de la portada: Cúpula de la Capilla de Santa Ana decorada con yeserías en la Catedral de Tudela (Foto Zarateman para Wikimedia Commons)