Arte en Navarra. II. Arte islámico

Guion para su desarrollo: Estado de la cuestión: arquitectura y escultura, artes suntuarias. Apuntes históricos. Arte musulmán: arquitectura y escultura. Arte mudéjar: Tudela y Olite. Artes suntuarias.

Estado de la cuestión

Arquitectura y escultura

Arqueta de Fitero

Arqueta de Fitero. Detalle

El primer estudio importante centrado en las piezas halladas en Tudela es el de MANUEL GÓMEZ MORENO, «La Mezquita Mayor de Tudela» (Rev. Príncipe de Viana, 1945, año 6, nº 18, págs. 9-27): reconstruye la hipotética situación, sus dimensiones y estructura, atribuye los restos encontrados a la misma y analiza las distintas piezas (capiteles, modillones, almenas, jambas, etc.) Atribuye el conjunto al siglo IX. Dedica su atención final al mudéjar tudelano, centrándose en la Capilla de Cristo, que atribuye al XIII, incluso parte al XV. Este texto fue reproducido en el ARS HISPANIAE, vol III.
TORRES BALBÁS retoma el tema, pero de forma más ligera, en su libro Ciudades hispanomusulmanas (Madrid, 1970).
URANGA E ÍÑIGUEZ dedican atención al mismo tema en su Arte medieval de Navarra, vol. I (Pamplona, 1973), siguiendo al propio Gómez Moreno.
BASILIO PAVON MALDONADO, en Tudela ciudad medieval: arte islámico y mudéjar (Madrid, Instituto Hispano-árabe de Cultura, 1978), amplía el número de piezas analizadas, profundizando más en el análisis, precisando la fundación de la mezquita (como Gómez Moreno) al siglo IX, pero atribuyendo los restos al X. Analiza también otras aportaciones mudéjares provenientes de edificios tudelanos guardadas en la Catedral, como también las yeserías del palacio de Olite.
El Catálogo Monumental de Navarra (I, Merindad de Tudela) resume todas estas aportaciones (GARCÍA GAÍNZA, M.C.-HEREDIA MORENO, C.-RIVAS CARMONA, J.-ORBE SIVATTE, M.- Pamplona, Institución Príncipe de Viana, 1980).

Artes suntuarias

Tela islámica de la Arqueta de Leire

Tela islámica de la Arqueta de Leyre (Museo de Navarra)

La bibliografía sobre las arquetas de marfil, en realidad realizadas fuera de nuestra tierra, es numerosa.
Las primeras menciones corren a cargo de eruditos locales en el Boletín de la Comisión de Monumentos de Navarra: ITURRALDE Y SUIT, ALTADILL y ECHALAR.
Por ellas (las de Leyre y Fitero) se han sentido atraídos prestigiosos historiadores extranjeros (como BERTAUX, Exposición retrospectiva de arte, Zaragoza 1910) y nacionales: GÓMEZ MORENO, M. en Archivo Español de Arte y Arqueología (tomo III) y Ars Hispaniae (vol. III); FERRANDIS, J, en Marfiles y grabados españoles (Barcelona, 1928) y Marfiles árabes de Occidente (Madrid, 1935).
Muy importante es el estudio de la de Leire a cargo del arabista el historiador del arte JORGE DE NAVASCUÉS, «Una joya del arte hispano-musulmán en el Camino de Santiago» (rev. Príncipe de Viana, 1964): analiza su iconografía y transcribe los textos en árabe.
Estas piezas también se han incluido en historias del arte románico, como las de LOJENDIO, Navarra románica (Zodiaque, 1967) y URANGA-ÍÑIGUEZ, Arte medieval navarro (Pamplona, 1971).
También, renombrados autores extranjeros se han ocupado del tema, como el británico BECKWITH y el alemán KUHNEL, en los comienzos de la década 1970.
El trabajo de aparición más reciente es el suscrito por C. FERNÁNDEZ LADREDA, La arqueta de Leyre y otras esculturas medievales de Navarra (Pamplona, Diputación Foral de Navarra-Caja de Ahorros de Navarra, 1983), con perfectas fotos de Fernando Redón y exhaustiva documentación.

Apuntes históricos

Plano de la Tudela islámica y mudéjar (Restitución de B. Pavón Maldonado)

Plano de la Tudela islámica y mudéjar (Restitución de B. Pavón Maldonado)

Tras la derrota visigoda de Guadalete (711) los musulmanes se extienden por el territorio hispánico y hacia el 713-714 aparecen en el valle medio del Ebro, donde obtienen la sumisión de Casio, magnate visigodo que incluso se convierte al islamismo, convirtiéndose en troco de la dinastía Banu Qasi, que imperará en la zona durante dos centurias.
A fines del siglo VIII los pamploneses se sacuden el yugo musulmán que padecieron por poco tiempo, dominando la zona norte de Navarra. Entre ambos bandos se establecieron alianzas políticas y familiares, que se mantuvieron en una ambigüedad respecto a la obediencia del Emirato de Córdoba, que envía al norte varias expediciones de castigo (mitad del siglo IX). También por estos años hay hostilidad de los francos por el norte.
Véase al respecto SÁNCHEZ ALBORNOZ, C. (1981). Los orígenes del reino de Pamplona y su vinculación con el Valle del Ebro. Pamplona, Institución Príncipe de Viana; LACARRA, J. M. (1971) Historia política del reino de Navarra. Pamplona, Caja de Ahorros de Navarra; CAÑADA JUSTE, A. (1980) “Los Bau Qasi (714-924)”, Rev. Príncipe de Viana.
A mediados del siglo IX la relación de los cristianos navarros con los Banu Qasi empieza a aflojarse, y estos últimos constituyen en su zona un poder autónomo frente al Emirato de Córdoba como frente a los cristianos, sobre la base de la dominación de la Marca Superior. El caudillo Musa ibn Musa convierte a Tudela en el 852 como su núcleo urbano, con interesante producción artística.
El rey navarro Sancho I Garcés derrotará en varias ocasiones a los Banu Qasi, apoderándose de Tierra Estella y la Rioja, lo que motiva expediciones de castigo desde Córdoba, que no consiguen debilitar a los navarros, quienes terminan con la dinastía Banu Qasi en el 924. Después Tudela dependerá de Zaragoza. Pero su importancia artística se mantendrá hasta la conquista de Tudela por Alfonso I en 1119.

Capiteles de la Mezquita Mayor de Tudela (B. Pavón Maldonado)

Capiteles de la Mezquita Mayor de Tudela (B. Pavón Maldonado)

Capitelillo de la Mezquita Mayor de Tudela (Fotos. J. E. Uranga, Institución Príncipe de Viana)

Capitelillo de la Mezquita Mayor de Tudela (Fotos. J. E. Uranga, Institución Príncipe de Viana)

Arte musulmán. Arquitectura y escultura

Tudela va a ser, pues, un importante centro artístico musulmán en los siglos IX y X. En este momento sólo Córdoba era un centro artístico importante (Zaragoza lo será en la época taifa, en el siglo XI).
Los restos encontrados en Tudela se han relacionado con la Mezquita Mayor de la ciudad:
• Fundada por Musa ibn Musa, el máximo representante de los Banu Qasi, según Gómez Moreno en la segunda mitad del siglo IX; Pavón Maldonado supone su ampliación un siglo más tarde, bajo la siguiente dinastía (los Tuyibíes), muy vinculados a los califas cordobeses.
• En una y otra fase debieron intervenir artífices cordobeses, por el parecido de los restos a la Puerta de San Esteban de la Mezquita de Córdoba (los de la primera fase) y con el Palacio de Medina-as-Zahra (los de la ampliación).
• Se encontraba en el centro de la ciudad, en el mismo sitio que la Catedral actual, con cuyo muro de la epístola coincidiría el del mihrab. Mediría unos 30 m de longitud y algo menos en sentido contrario.
• Su estructura podría componerse de una serie de naves separadas por columnas y arquerías, cubierta de madera, y alero exterior sostenido por modillones de rollo y/o coronado por almenas dentadas.
• De esta Mezquita nos han llegado una serie de elementos arquitectónicos con decoración escultórica, bien sueltos o reaprovechados e incrustados en los muros. Mientras Gómez Moreno los data en el siglo IX, Pavón Maldonado los atribuye a la segunda mitad del siglo X. Pero ambos coinciden en atribuirlos a artífices cordobeses.
Restos escultóricos de la Mezquita:
– Capiteles (3): parecen derivar del corintio clásico, pero son tan diferentes entre sí que más parecen obra de canteros locales ajenos a Córdoba.

Elementos arqueo-artísticos de la Mezquita Mayor de Tudela: modillones, pila de abluciones y arco

Modillones, pila de abluciones y arco (B. Pavón Maldonado)


 

 

 

 

 

 

 

– Modillones de rollo: destinados a sostener los aleros de la Mezquita; sus costados van decorados con atauriques (palmetas, tallos, roleos), ejecutados a bisel; son numerosos.
– Algunas ventanas: empotradas en la zona correspondiente a la Capilla del Santo Cristo. Una de ellas, quizás del minarete, presenta geminación, dos arcos de herradura y un capitel decorado con motivos vegetales que anuncian influencias cristianas (visigóticas, asturianas y mozárabes). Gómez Moreno la atribuye al siglo X y Pavón al IX. Otra es similar a la anterior, pero con rasgos románicos arcaizantes en el capitel.
– Una pila de abluciones: incompleta, decorada, con arcos trilobulares de herradura y orlas de círculos y sogueados, con restos de policromía.

Arte mudéjar. Tudela y Olite

Tras la reconquista de Tudela por los cristianos en 1119, gran número de musulmanes permaneció en la ciudad, lo que explica la floración de un arte mudéjar, hasta el punto, incluso de ser capaz de enviar artífices a otras poblaciones, especialmente a Olite.
La cronología del mudéjar navarro oscila entre el XII y el XV.
Las más importantes realizaciones son:

La Capilla del Santo Cristo

Esgrafiados de la Capilla del Santo Cristo (Catedral de Tudela) (B. Pavón Maldonado)

Esgrafiados de la Capilla del Santo Cristo (Catedral de Tudela) (B. Pavón Maldonado)

Forma parte del conjunto catedralicio adosándose al costado septentrional del claustro.
Sobre su cronología existen dos teorías:
• Para Gómez Moreno, la techumbre, tribuna y esgrafiado mural serían del XIII y la decoración pictórica del XV.
• Para Pavón Maldonado todo el conjunto corresponde a la misma fase constructiva, el XIV. Este autor relaciona esta obra con templos mudéjares castellanos y aragoneses del XIV-XV.
Estructura:
– Planta rectangular.
– Techumbre de madera: cubierta a parhilera, dos aguas y canes.
– Tribuna a los pies: soportada por una viga con variada decoración pictórica (animales con entrelazos) y rostros fantásticos en los canes, y en el alero monogramas de Cristo y letras árabes. El frente se cierra con una celosía que hace de barandado, también decorado con rombos y estrellas. Pavón relaciona esta tribuna con las mudéjares aragonesas del XIV-XV.
– Paredes decoradas con esgrafiados a base de arcos mixtilíneos entrelazados formando motivos del tipo “sebka” (encabalgados), que parecen relacionarse asimismo con obras aragonesas.
– La anaquelería o credencia que rodeaba el ábside de la Catedral por dentro, hoy fragmentada, databa de fines del XII-principios del XIII. Constaba de tres arcos de medio punto apuntados, enriquecidos con lóbulos y decoración de yeserías localizada en las enjutas, con motivos de atauriques y geométricos.

Otras manifestaciones

Decoración geométrica de las yeseras del Palacio Real de Olite (B. Pavón Maldonado)

Decoración geométrica de las yeserías del Palacio Real de Olite (B. Pavón Maldonado)

– Casas y palacios de la ciudad, bien desaparecidos o muy reformados; nos quedan una serie de tablas, procedentes de techumbres, con decoración pictórica, de los siglos XIII-XIV, actualmente en la colegiata.
– Palacio de Olite: a lo largo de los siglos XIV-XV trabajaron en él carpinteros y yeseros, en decoraciones geométricas que perduran.
– Roncesvalles: la Arquilla de filigrana gótico-mudéjar de en torno a 1300.
– Pila bautismal de la Iglesia de Rípodas (siglo XIV): muestra tres arquerías trilobuladas y entrelazo geométrico con simbología escatológica de influencia mudéjar, relacionada con la enjuta de la credencia de Tudela.
– Frontal de Aralar (1175-85): en sus atauriques del fondo se refleja la influencia mudéjar.
– Segundo ciclo pictórico de Gallipienzo (fines del siglo XV): junto a influencias centroeuropeas hay otras mudéjares, por ejemplo el soldado árabe al pie del Calvario.

Artes suntuarias

Arqueta de Leire

Tomamos del catálogo de su exposición en el Museo de Navarra los datos aportados por Clara Fernández Ladreda:
– Material: marfil.
– Procedencia: estuvo primeramente en el Monasterio de Leire, pasando tras la Desamortización a Santa María de Sangüesa y de ahí a la Catedral de Pamplona, para ser adquirida por el Museo de Navarra.

Arqueta hispano-árabe de Leyre

Arqueta hispano-árabe de Leyre


– Descripción: se compone de diecinueve placas completamente decoradas, a excepción de la del fondo. La organización del decorado es la siguiente. Sobre un campo de ornamentos vegetales (atauriques), salpicados por algunas figuras animales o humanas, se localizan medallones conteniendo escenas o figuras aisladas. El decorado va enmarcado por una cenefa a base de un motivo trenzado. Todos los medallones son lobulados, menos los de la tapa superior que son circulares.
– Iconografía: en los medallones se tratan asuntos del devenir cotidiano. En el frente anterior el califa con su criados y personajes de la Corte, sedentes, portando racimos o redomas, escuchan un concierto ofrecido por músicas. En el frente posterior, escenas de caza y torneos entre guerreros; en una, un cazador clava su lanza en un león, mientras otro le muerde la pierna; en otra, un torneo de guerreros sobre elefantes; y en una más, sobre caballos. Los costados son medallones simplemente decorativos, con grifos afrontados en torno a un árbol, ciervos mordidos por carnívoros, animales fantásticos y caerías entre animales; motivos de raíz mesopotámica. La tapa tienen forma tronco-piramidal, su parte superior muestra tres medallones circulares con otras tantas escenas de cacerías entre animales; en los planos inclinados alternan este tipo de escenas (en los dos laterales) con los centrales, en que se representan hombres en escenas de cetrería, simplemente animales o de nuevo guerreros en torneo subidos a elefantes.
– Inscripción: completa la cubierta recorriendo toda la base, con intención decorativa y documental. La escritura cúfica tiene un realce decorativo por estar perlados sus caracteres y acabar los extremos de éstos en atauriques. Dicho texto facilita el nombre del autor del encargo (Abd al-Malik b. al Mansur, hijo de Almanzor) y el año de ejecución de la misma: 1005.
– Estilo: horror vacui característico del arte musulmán; equilibrio entre los relieves decorativos de atauriques y los grupos figurados; respeto a la simetría; especial atención por obtener la profundidad (figuras corpórea, superposiciones, escorzos); dibujo sobrio y expresivo a un tiempo, estilizado y realista; detallismo preciosista. Influido por el Oriente Sasánida persa (animales afrontados), el arte egipcio y bizantino.
– Autores: Faray (cubierta) y sus discípulos: Misgan (frente anterior), Rasid (lateral izquierdo), Jair (frente posterior) y Sa Abada (lateral derecho), del taller de Medina Al-Zahira.
– Valoración: además de ser la primera obra colectiva de eboraria islámica española, tiene su propio valor específico. Posee un gran valor artístico por su perfección técnica, belleza y armonía; como documento histórico ofrece representaciones del Califa y su primer ministro, información sobre costumbres y modos de vestir; manifiesta también la existencia de un taller y su composición.
– La tela conservada en su interior es otra joya, en este caso textil, ofreciendo sobre tafetán dos aves afrontadas a los lados de un árbol (influencia copta), envolvía las reliquias de las santas Nunilo y Alodia.

Arqueta de Fitero

Arqueta de Fitero (Museo Catedralicio y Diocesano de Pamplona)

Arqueta de Fitero (Museo Catedralicio y Diocesano de Pamplona)

Igualmente de marfil, procede del Parroquia de Santa María de Fitero. Su estilo: arte califal, año 966. Dimensiones: 12,8×8,9×8,3 cm
Caja rectangular, con la tapa plana, de menor tamaño que la anterior. Su función primera fue de perfumario o joyero, pero se dedicó ya en Fitero a relicario. Parece proceder de la Catedral de Pamplona.
La decoración es por completo vegetal: palmetas sobre volutas, piñas, rosetas de cuatro pétalos y tallos.
En el borde de la tapa existe una inscripción escasamente ornamentada, que explica va dedicada a la princesa Walada y dónde se elaboró: el palacio de Medina Azahara.
Su autor es Halaf, cuyas características son: follajes de bordes anillados y talla muy profunda.

La redacción de este tema ha contado con el asesoramiento de la Dra. Clara Fernández-Ladreda Aguadé.

Las fotos originales de las arquetas islámicas fueron tomadas por Fernando Redón Huici para el catálogo «La arqueta de Leyre y otras esculturas medievales de Navarra» (Pamplona, Institución Príncipe de Viana/Caja de Ahorros de Navarra,1983)

Los restos arqueológicos procedentes de la Mezquita Mayor de Tudela pertenecen al Museo de Navarra.