El comportamiento del artista en la óptica bergmaniana. La Vergüenza como ejemplo

Anotaciones al filme de realizador sueco Ingmar Bergman, “La vergüenza”, con ocasión de su presentación en el Cine Club Oberena de Pamplona, en marzo de 1974, y su visionado posterior a la luz de un texto de Guy Braucourt sobre el cineasta [1].

El filme de Ingmar Bergman, “La vergüenza” (Skammen, 1968) parte de una introspección, pero abierta al mundo exterior y a la gran tragedia de nuestro tiempo, como es la destrucción del hombre por fuerzas externas que no puede controlar.

El cineasta sueco Ingmar Bergman

De nuevo la acción transcurre en una isla pequeña, como expresión del refugio que el hombre busca para la defensa de su individualidad, de su derecho a un destino propio.

El argumento se centra en un matrimonio de músicos que viven dificultosamente de un vivero de plantas y luchan por salvar los restos de su amor, en una de esas situaciones dolorosas y exasperantes de destrucción lenta. En una guerra imprecisa, la isla es invadida por paracaidistas y el matrimonio entra en la gran catástrofe de la aniquilación por el miedo y las humillaciones consiguientes en forma de interrogatorios, torturas, amenaza de fusilamiento, el no saber cual será su suerte y en que momento llegará.

Eva, la protagonista, dice la frase definitoria de la película: “Todo parece un sueño de otro, que forma parte de nosotros mismos. Pero, ¿qué sucederá cuando ese otro despierte y se sienta avergonzado?

La vergüenza es el título de esta película. La vergüenza ante sí mismo, ante la indignidad que se ha tenido que aceptar, el medio que está destruyendo al ser de nuestros días.

Pero este no es el único tema que Bergman contempla en la cinta.

El artista en la filmografía bergmaniana

Bergman acomete el tema del arte a partir de “Todas esas mujeres” (1964), “Persona” (1966), “La hora del lobo” (1967) y en este filme de “La vergüenza” (1968), para hacer una confesión lúcida y desesperada en torno al lugar que ocupa el arte en el mundo que vivimos, para demostrar que la ilusión de la reconciliación de los seres por el arte es destruida. El artista no puede hacer nada por los seres que le rodean. Estos seres menosprecian su arte, que no comprenden, y del que se mofan.

En “Todas esas mujeres”, el crítico Cornelius prepara la biografía del músico Félix, renombrado violoncelista, con el pretexto de que este interprete una composición de Cornelius. Pero inesperadamente muere Félix.

En “Persona”, una famosa actriz de teatro sufre un ataque de afasia interpretando a Electra. Permanecerá en silencio a partir de entonces.

En “La hora del lobo”, un pintor neurótico vive en soledad con su esposa -en una isla- sufriendo la obsesión de un asesinato imaginario. Su mujer trata de readaptarlo mediante su amor, pero se ve afectada también de locura. Una mañana, el pintor sale hacia el bosque. Desaparece y no puede ser encontrado.

En “La vergüenza”, como hemos dicho, un matrimonio de músicos viven solitariamente en una isla, tratando de huir de la guerra. Pero la guerra termina afectándoles, y se ven humillados hasta la vergüenza..

El mundo engulle al artista, cuyo universo interior no es lo suficientemente fuerte para protegerle.

El hombre -en general y el artista -en particular- no puede escapar al espectáculo del mundo.

El artista es testigo de la tragedia del mundo.

Él la experimenta por medio de las imágenes (el Vietnam, el ghetto de Varsovia por la televisión en “Persona”), antes de sufrirla personal y físicamente (bombardeos, traqueteo de las ametralladoras de “La vergüenza”).

Tras haber evocado la necesidad de ser entendido, de comunicar, de vivir en el calor de una comunidad, que le había conducido a hacer cine, Bergman concluye [2]:

“El arte en tanto que autosatisfacción, naturalmente, puede tener su importancia, y ante todo para el artista mismo. Hoy, la situación es menos compleja, menos cautivadora y, sobre todo, menos seductora. Así, si quiero ser totalmente sincero, diré que tengo el sentimiento de que el arte (y no sólo el arte cinematográfico) es insignificante”.

Este testimonio muestra que no se trata tanto de un compromiso en el sentido político del término (porque supondría aceptar la tragedia del mundo combatiéndola, siendo víctima o cómplice), sino de la expresión de la conciencia de un artista obligado a meditar sobre los medios y la capacidad de su arte frente a los problemas del mundo.

¿Qué es lo que se plantea Bergman?: ¿cómo aceptar el arte mientras que la vida y el mundo aparecen como un gigantesco drama, que trasciende las meras tragedias locales?, o ¿cómo prestarse al juego de la comunicación artística mientras que los seres, en su existencia cotidiana, revelan su impotencia para comunicarse?

Jan y Eva juntos a pesar de las humillaciones

Ante la situación planteada en el film sus personajes callan, permanecen en silencio (Elisabeth Vogler, la protagonista de “Persona”; el violoncelista Félix, en “Todas esas mujeres”, ausente durante todo el film sólo aparece fugazmente para morir) y en soledad (como el pintor Borg y su esposa en “La hora del lobo” y los músicos Rossemberg en “La vergüenza”). Aunque a diferencia de Dios, que está muerto o al menos se ha relegado al olvido, la sociedad no se deja olvidar. Su ruido, su furor -denunciados por Bergman como factores de traumatismo, no desaparecen de entre nosotros.

Por esta razón, la obra de Bergman se hace más dramática tras su Trilogía de Films de Cámara (“Como en un espejo”, “Los comulgantes” y “El silencio”): ahora no hay escapatoria posible tanto para el que cree en el cielo, como para el que ya no cree.

Los medios para conseguir traducir icónicamente esta situación son, por un lado, un distanciamiento estilístico entre la realidad en superficie y su impacto emocional de profundidad, y el empleo de un cine y sonido directos como refuerzo de una imagen depurada y rigurosa. Se alternan en la banda sonora del film ruidos muy fuertes con silencios absolutos, movimientos de cámara violentos con empleo de cámara fija, y flashes de luces deslumbradoras con tonos oscuros.

Veamos algunos elementos para el coloquio, por ejemplo cómo es el perfil de los personajes que intervienen en la película y el contexto:

  • Jan Rossemberg, el músico protagonista, es egoísta, cobarde, hipocondríaco, emocionalmente inmaduro, poco conocedor de sí mismo.
  • Eva, su pareja, también músico, es fuerte, sensible, equilibrada en cuanto a ternura y humanidad. Es posible el amor entre ellos por el contexto de unos valores tradicionales.
  • Hay una presencia de las fuerzas de desintegración (uniformes, cañones, radiomensajes, camiones…).
  • En la tienda de antigüedades de Lobelius la porcelana simboliza la fragilidad de las cosas.
  • La escena bajo el árbol (es destacable su ambientación).
  • El anticuario es un ser alejado de la realidad, políticamente ignorante y no comprometido, vive encerrado entre reliquias del pasado y se propone utilizar su lesión para no ser movilizado. Es civilizado y muy amable.
  • Eva siente la frustración de sus instintos maternales. Por un lado no desea tener hijos, en un sueño aparece con su criatura abrazada, halla un niño muerto, se comporta maternalmente con un desertor.
  • La seducción de que es víctima Eva por Jacobi debilita el potencial humano de Jan. Las posibilidades de realizarse Jan dependen de sus relaciones con Eva. Eva no ama a Jacobi, siente compasión por él. Lo mata Jan por venganza. Jan pierde el sentido de los valores humanos.
  • El alcalde Jacobi se aprovecha de su posición, pero busca la ternura.
  • El personaje de Filip, el barquero que les conduce lejos de la isla, tiene un tratamiento elíptico.

Notas al visionado de la película

En “La vergüenza”, Bergman logra transmitirnos por medio de la imagen en blanco y negro, el lenguaje de la cámara, el sonido, la iluminación, la escenografía y la puesta en escena, con el refuerzo inigualable de las interpretaciones de los actores sobre un argumento demoledor sobre la repercusión de la violencia, imprevisible y ciega, en los seres humanos, logra transmitirnos, insisto, una sensación angustiosa de tipo apocalíptico como pocas obras, fílmicas o no, han alcanzado.

He aquí algunas anotaciones tomadas durante el visionado del film que traducen esta pesadilla vivida por el matrimonio de músicos Rosemberg:

Despertador.

Jan soñó que volvía a la orquesta y tocaban el andantede Brandemburgo. “Me desperté llorando”.

Movimiento suave de cámara hacia la derecha de la casa hacia el invernadero.

Abundancia de planos americanos.

Fondo sonoro de campanas.

Suena el teléfono hasta tres veces: nadie llama.

Pasan por la carretera cuatro camiones con cañón incorporado.

Jan y Ana hablan del pasado, hace cuatro años llegaron a la isla; hace un año murió el abuelo.

Cámara fija. Panorámica del coche que atraviesa la llanura.

Filip anuncia que la radio dio la noticia de la invasión. Primeros planos de los rostros de Jan y Eva dentro del coche.

El transbordador lleno de soldados.

Plano fijo del matrimonio con el alcalde Jacobi y su mujer en conversación.

Sirena del transbordador.

Campanas en el pueblo, ruido de motores de los camiones militares, pisadas de los Rosemberg.

Interior recargado de la tienda de antigüedades.

Campanitas de la caja de música. Suenan las horas de un reloj, planos de las obras de arte. Sueñan, se extasían viendo estas cosas. Son felices. Vuelve el anticuario y habla de la guerra.

Primeros planos de las copas.

El anticuario se muestra triste porque nadie le echará de menos si desaparece.

Escena del matrimonio bajo un árbol: uno frente al otro, cantan los pajarillos. Toman queso y vino. Jan ha arreglado la radio con presteza. Eva volverá a estudiar italiano. Media hora musical por la mañana. Eva quisiera tener un hijo. Jan quiere esperar el final de la guerra. Las divergencias surgieron entre ellos por no tenerlo, ella desea tenerlo antes de los 30 años. Irán al reconocimiento médico en el próximo viaje a la ciudad. Hablan de que Jan conoció a muchas mujeres, pero él dice que no significaron nada. “Te he amado mucho, Eva”. “No sabes lo que es el amor, Jan. Te amas a ti mismo”. Plano del rostro de Eva. Cantan los pájaros, flores sobre la mesa. Plano del bodegón de la mesa. Se supone van a hacer el amor.

Plano travelling de abajo-arriba. Eva dando de comer al conejo.

Seis barridos de los aviones. Se ilumina la pantalla por una explosión. Se tiran al suelo. Plano de la cabeza de Eva cubierta por sus manos, en el suelo. Cae un paracaidista.

Sonidos dentro de la casa. Traqueteo, paso de aviones. Jan corre tras la tapia en travelling lateral de la cámara.

Plano en picado y contrapicado del paracaidista muerto. Plano de su bota.

Fundido tras la patada al coche.

Emprenden el viaje de noche.

Focos de luz deslumbrante.

Los soldados les prenden. Luces y sombras de linternas, fusiles apuntándoles.

Entrevista a Eva con el rostro iluminado de perfil, explica que no tienen ideas políticas.

Luz sobre Jan.

Disparos, movimientos de cámara en picado y contrapicado con encuadre desordenado.

Luz de una vela en el interior de la casa.

Jan de perfil. Eva mirándole al fondo. “No tendremos hijos jamás”. Fundido.

Ruidos de bombas, fuertes flashes de luz, explosiones oídas desde el interior, luego en el exterior. Jan no se atreve a matar las gallinas, solo imaginarlo le angustia.

Panorámica derecha-izquierda del automóvil en la escapada. Barrido suave de la cámara mostrando cadáveres, a la izquierda un carro con su caballo muerto. Más barridos que muestran casas ardiendo, humo, crepitar del fuego.

Primer plano de Eva fuera del automóvil contemplando un niño muerto, luego mira al cielo, en contrapicado de cámara.

Más ruinas, un tanque destrozado.

Fragor de lucha al fondo.

Vuelven a casa, sigue el traqueteo de ametralladoras al llegar a ella.

Sentados a la mesa. “Jan, seamos fuertes”, dice Eva. Contrapicado de los rostros iluminados, fondo neutro.

Explosiones cercanas les derriban al suelo. Fortísimos flashes. Manos entrelazadas fuertemente. Silencio total.

Se levantan del suelo, salen despacio hacia la puerta. Eva primero, Jan después. Fuego, humo, neblina. Plano de conjunto de ellos sobre un fondo en llamas. Dos primeros planos, de ella y de él; él, ella, piar de pájaros. De nuevo en el coche, él prepara el violín. Hablan de Pampini en la sombra, el constructor de violines. Perfiles de sus rostros en claroscuro, tañido de cuerdas. Silencio. Se dicen que se aman.

Paz de nuevo, se acuestan, apagan la luz. Fundido en negro.

El pueblo. Llegan a él en coche. Ruido de un camión que se detiene.

Les detienen y llevan a la escuela. Cámara móvil. Voces en la habitación. Susurra Eva a Jan que todo le parece un sueño, pero les corta una voz “¡Jan y Eva Rosemberg!”. Plano de sus manos que se toman con fuerza.

Cámara móvil cuando saca el militar a Eva de la oficina. Gritos de “¡Jan, Jan. Jan…!” que se interfieren con otros, pronunciados por él de “¡Eva, Eva, Eva…!” cuando él sale de la oficina.

Gritos, también, del pastor con el hombro dislocado.

Ruidos de pasos en la escalera.

Voz fuera: “¡Todos al patio a formar…!”

Voz dentro: “¡Al patio, a formar!”.

Pasos, voces, cámara móvil en la salida al patio.

Ruido de pisadas, ruido uniforme. Oscuridad. Paredón en blanco, reflectores.

Desfile del pelotón de fusilamiento. Plano fijo del coronel Jacobi, él lee, ruido de circulación de camiones. Fundido.

Lloro de Eva mientras recolecta patatas.

Música de radio.

Nudillos en la puerta. Viene Jacobi.

Plano fijo de la mesa con los tres. Se habla de la libertad del arte. Golpe seco con el bastón de Jacobi sobre la mesa.

Travelling suave hacia delante. Eva y Jacobi sentados en la cama, de espaldas ella y de frente él, contra plano. Jacobi le confía sus ahorros. Campanas.

Plano cercano de Jan que se despierta en la mesa y va hacia la alcoba, encuentra el dinero, sale a la calle. “¡Eva, Eva…!”. Ruido de la puerta al cerrase.

Llora Jan. Susurra: “¡Eva, Eva, Eva…!”

Sonido directo de los cacharros en la cocina.

Primeros planos de rostros, del dinero y de Filip.

Cámara móvil en la destrucción de la casa. Ruidos muy diversos.

Dos soldados matan a hachazos a las gallinas.

Aparece el violín de Jan roto.

Tras una explosión, silencio.

El fuego destruye el interior de la casa. Crepitar de las llamas. Luces violentas.

Se alternan ruidos fuertes con silencios, movimientos de cámara bruscos con cámara fija, luces deslumbradoras con claroscuros.

Travelling lateral con árboles retorcidos por el fuego y las bombas en primer término. Jan y Eva avanzan por el camino.

Asesinato del soldado desertor por Jan.

El éxodo

Los Rosemberg van hacia la barca. Plano de ellos ante el mar. Nubarrones, ruido de las olas. Se cruzan con un cortejo fúnebre. “¿Qué será de nosotros si no podemos hablarnos nunca?”. Jan: “La barca ha llegado”.

Ruido del motor y del oleaje.

Silencio de la barca sobre el mar. Picado sobre ella, se oye su crujido.

Filip se suicida arrojándose al mar. Jan le ve hacerlo. Planos de los rostros de los compañeros de éxodo. Jan se da media vuelta y se duerme. Fundido.

Comen en la barca. Beben un poco de agua. Fundido.

Plano de los cadáveres que flotan en el agua, sus botas, sus caras, una mano, los cuerpos. Picado sobre ellos.

Los cuerpos se alejan en el mar.

Contrapicado de Jan que rechaza los cuerpos.

Sólo el ruido del agua y el crujido de los remos. Plano de una mano, un casco.

Los cuerpos impiden avanzar. Jan extenuado. Fundido.

Picado sobre el mar en calma, al fondo la barca.

El sueño que Eva refiere a Jan tumbado en primer término, dormido: avanza por la calle, edificios blancos y un frondoso parque, agua oscura bajo los árboles, llegó a un muro cubierto de rosas, un avión les prendió fuego, miraba el agua, veía arder las rosas, llevaba a su hija en brazos…

Ficha técnico-artística del film:

“La vergüenza“ (Skammen, 1968). Producción: Svensk Filmindustri y Cinematograph. Productor: Lars-Owe Carlberg. Guionista: Ingmar Bergman. Realizador: Ingmar Bergman. Fotografía: Sven Nykvist, en blanco y negro. Escenografía: P. A. Lundgren. Dirección artística: Lennart Blomkvist. Música: no la hay. Montaje: Ulla Ryghe. Vestuario: Mago. Efectos especiales: Evald Andersson. Consejero militar: Stig Lindberg. Intérpretes: Liv Ullmann (Eva Rosemberg), Max von Sydow (Jan Rosemberg), Gunnar Björnstrand (coronel Jacobi), Sigge Fürst (Filip), Birgitta Valberg (señora Jacobi), Hans Alfredson (Lobelius), Frank Sunstrom (jefe de interrogatorios), Rune Lindstrom (hombre fuerte), Bengt Ekelund (guardia), Vilgot Sjöman (entrevistador), Lars Amble (oficial), Barbro Hiort af Ornäs (mujer de la barca), Ingvar Kjellson (Oswald), Raymond Lundberg (el hijo de Jacobi), Ake Jornfalk (condenado), Bjorn Thambert (Johan), Karl-Erik Forsberg (secretario), Gosta Pruzelius (el pastor), Brita Oberg (mujer de la habitación de los interrogatorios), Agda Helin (tendero), Ellika Mann (guardiana de mujeres), Fred Lindquist, Ulf Johansson (el doctor), Willy Peters (viejo oficial), Frank Sundström (interrogador), Rune Lindstrom, Jan Bergman, Karl-Arne Bergman. País: Suecia. Duración: 103’.

Premio Especial del Jurado de la XIV Semana Internacional de Cine Religioso y Valores Humanos de Valladolid (1969). Premio de la Crítica de New York a la Mejor Película Extranjera. Candidata a los Globos de Oro de la Academia de Artes Cinematográficas y Ciencias de Hollywood.

Imagen de la portada: Eva (Liv Ullmann) y Jan (Max von Sydow) en un fotograma de «La Vergüenza».

Notas

[1] BRAUCOURT, Guy, en DONNER, Jörn. Ingmar Bergman. Paris Éditeurs SEghers, 1973. Dos capítulos titulados “Détruire, dit-il, ou le sens du drame”, pp. 128-145; y “Bergman à un carrefour”, pp. 146-163.

[2] En Cahiers du Cinémanúm. 203, de agosto de 1968.