El presente artículo se encuadra dentro de los trabajos conducentes a la elaboración de un nuevo tomo del Atlas Etnográfico de Vasconia dedicado al «Calendario tradicional festivo y religiosidad popular», en preparación por los grupos Etniker.
INTRODUCCIÓN
La Asunción de Nuestra Señora a los Cielos constituye para los cristianos un dogma de fe, proclamado por el Papa Pío XII en 1950 mediante la Constitución Apostólica Munifficentissimus Deus, en virtud de la cual “La Virgen Inmaculada, preservada libre de toda mancha de pecado original, terminado el curso de su vida en la tierra, fue llevada a la gloria del cielo y elevada al trono por el Señor como Reina del Universo, para ser conformada más plenamente a su Hijo, Señor de los Señores y vencedor del pecado y de la muerte”. El Papa, con tal motivo, añadió a las letanías lauretanas del Santo Rosario otra más -la de Reina Asunta al Cielo- si bien el dominico italiano Alberto da Castello, en 1521, la había escogido como uno de los quince misterios dentro de los gloriosos.
A pesar de su tardía definición dogmática, la Iglesia, tanto oriental como occidental, ha creído siempre en la Asunción de la Virgen María y celebrado su festividad desde el siglo V. Fue el emperador bizantino Mauricio Tiberio quien, en el siglo VI, fijó la fecha de su conmemoración en el 15 de agosto, día que ha continuado respetándose hasta el presente. Ha sido y es considerada por la Iglesia como “solemnidad” de obligado cumplimiento para los fieles cristianos, y en lo civil es jornada no laboral. Desde el principio del Cristianismo era costumbre celebrar la víspera de la Asunción una vigilia penitencial, con ayuno impuesto a los fieles y color morado en los ornamentos litúrgicos de los sacerdotes, hasta la reciente reforma litúrgica que la considera una celebración anticipada a su solemnidad y el color de los ornamentos utilizados el correspondiente a la celebración eucarística del día que la precede.
La Asunción de la Virgen María no aparece reflejada en los Evangelios Canónicos, sino que el relato de su traslación al Cielo (designada en latín en la Historia de la Iglesia como pausatio, transitus y dormitio) se ha conformado a partir de una antiquísima leyenda, originada en un extracto de cantos poéticos y fragmentos oratorios del primitivo Cristianismo, el Tratado de San Juan Evangelista (al que las fuentes históricas llaman “Juan el teólogo”) dado a conocer por el Pseudo Melitón, hacia el 500, antiguo obispo de Sardes (Francia), mediante su manuscrito De Transitu Beatae Mariae Virginis [1]. Según esta leyenda un día la Virgen María entró en vehementes deseos de tornar a ver a su Hijo. Se le apareció un ángel rodeado de grandes resplandores de luz, y tras entregarle una palma, le anunció que dentro de tres días le sobrevendría la muerte y sería trasladada al Cielo. Entonces la Virgen manifestó su voluntad de que los Apóstoles, que andaban dispersos predicando el Evangelio, asistiesen a su muerte. Ellos fueron convocados por el ángel y transportados desde sus países de misión sobre sendas nubes entre relámpagos y truenos hasta el lecho mortuorio de la Virgen. Al ver Ella a los Apóstoles congregados junto a sí, alabó a Dios. Después se acostó en su lecho para morir, con San Pedro a su cabecera y San Juan a los pies. Hacia la hora tercia de la noche, el estampido de un trueno franqueó las puertas de la casa y un sutil perfume se esparció por la habitación. Era Jesús quien entraba acompañado por muchos ángeles e invitó a su Madre a subir al Cielo. Entonces el alma de la Virgen abandonó su cuerpo sin ningún dolor y voló a los brazos de Jesús [2]. Este relato tuvo amplia difusión en la Edad Media y sirvió de base para las representaciones artísticas de este asunto, ejemplificadas en las Puertas Preciosa y de la Virgen del Amparo del claustro de la Catedral de Pamplona, fechables en el siglo XIV, aunque ya en el siglo XI el Obispo de Pamplona don Pedro de Roda (1083-1115), había instituido en esta Catedral una Cofradía de Santa María, encomendada a la Asunción, cuyo cuidado principal fue recoger limosnas para la construcción del templo románico, que, por circunstancias, no llegaría a consagrarse hasta 1127.
IMPLANTACION DE LA DEVOCION ASUNCIONISTA
Navarra
Comparando los distintos territorios contemplados en nuestro estudio resulta que aquél donde más ha estado extendida la devoción a la Asunción de Nuestra Señora, a lo largo de la historia, ha sido Navarra, donde, también comparativamente al número de sedes con su titularidad, predomina con diferencia en popularidad sobre las de la Inmaculada Concepción -con veinte iglesias dedicadas-, la Natividad, la Purificación y el Rosario, en torno a quince cada una, prácticamente todas ellas parroquias, aunque en conjunto Navarra parece haber sido una de las regiones pioneras en la exaltación de la Virgen María. Las parroquias, iglesias seculares no parroquiales e iglesias conventuales y monásticas dedicadas en Navarra a la Asunción de la Virgen abarcan 102 localidades, a destacar aquellas que son sedes catedralicias como Pamplona y Tudela [3]. Esto demuestra que a pesar de que el dogma de la Asunción fue proclamado modernamente (en 1950), los fieles navarros mostraron desde antiguo gran devoción por este Misterio.
En la documentación medieval son multitud los textos fechados utilizando como punto de referencia la festividad de la Asunción. Es también corriente en esta época que los plazos para el pago de arrendamientos, censos, tributos, etc., se fijen con referencia al día de la Asunción. La entrega de las tenencias a los nobles por parte de los reyes -uno de los más importantes actos de gobierno- se verificaba también en esta misma festividad, otorgándose para el periodo de un año, o sea hasta la Asunción del año siguiente. Incluso en la ley fundamental del Reino, el Fuero General, se señalaba el día de la Asunción como punto de referencia al de los plazos legales para poder entablar determinadas acciones judiciales. Además del apoyo de la monarquía navarra a esta festividad para garantizar la seguridad de su culto, en 1254 ya se reglamentó detalladamente la liturgia para la celebración de la festividad, establecida para toda la diócesis pamplonesa por el sínodo celebrado en dicho año gracias a la iniciativa del obispo Arnaldo de Barbazán. Los sínodos de 1466, 1499 y 1544 incorporaron nuevas precisiones sobre esta solemnidad, lo que constituye una muestra más de la constante atención que se le prestaba [4]. A ellas se fueron añadiendo nuevas disposiciones como la declaración de fiesta de precepto (1544) y la obligación de respetar ayuno y abstinencia de carne en su vigilia (1561), decisiones emprendidas por los obispos de la diócesis Pedro Pacheco y Álvaro de Moscoso respectivamente. En el siglo XVIII la celebración de la Asunción en la Catedral de Pamplona era una de las festividades de primera clase (“de seis capas” por el número de las que los canónigos se revestían) Era la fiesta grande de la catedral -pues no en vano es la titular de la seo- casi pareja en brillantez a la del Corpus, en la que los altares eran enriquecidos y adornados con los mejores objetos suntuarios, candelabros, relicarios (los de San Fermín, Santa María Magdalena. San Francisco Javier y Santa Úrsula), frontales, así como los ornamentos de los celebrantes. En ese día la Virgen recibía las dádivas de sus devotos. En la víspera los oficios de la tarde estaban acompañados de música y después de la Salve se cantaban el villancico y la letanía. En el día de la fiesta y en su octava la música se hacía presente en todos los oficios, incluyéndose en ellos numerosos villancicos. También se hacía presente en la procesión con la imagen-relicario de la Virgen del Sagrario, llevada únicamente por las naves de su iglesia. En tal día era habitual la presencia del prelado que acudía a la celebración vestido de pontifical y corría de su cuenta encargar el sermón del día. Para engrandecer el culto se introdujo en 1761 el toque de campana del reloj, que se consideraba exclusivo de las grandes solemnidades (como el Corpus, San Fermín y San Francisco Javier), diez años antes de que se implantara en la Misa de la Purísima Concepción [5].
La “fiesta de Sancta María del medio Agosto”, como así se hacía constar en los documentos, era celebrada en el pasado, además de por la santificación de la fiesta, con festejos populares, músicas, hogueras y luminarias en testimonio de su devoción singular a la Madre Asunta al Cielo. La Catedral de Pamplona aportaba a la ciudadanía sus gigantes, gigantillos, zaldicos y danzantes además de un juglar que los acompañaba, según fue costumbre también en el día del Corpus, hasta que en 1780 el cabildo prohibió su salida a la calle porque se prestaba a la “indevoción” [6].
Hoy en día las fiestas populares que la tienen como patrona se extienden a 43 localidades que dan inicio el 15 de agosto con la procesión de su imagen por las calles [7].
La localidad que, quizás, más se ha distinguido en el culto a la Asunción de María ha sido Viana, considerada ciudad desde 1630, que goza de una prolongada historia [8] y cuya parroquia de Santa María está dedicada a su culto.
Además de la fiesta del Corpus y de la de San Juan del Ramo -escribe Juan Cruz Labeaga- las parroquias vianesas de San Pedro y de Santa María celebraron en el pasado solemnemente, en honor de sus titulares, cultos religiosos a los que añadieron grupos de cantores, de farsas y danzas. Se escenificaron autos sacramentales y comedias profanas al aire libre en tablados construidos frente a las iglesias, y adornados con los mejores tapices y enramadas, además de programarse hogueras, fuegos artificiales y espectáculos taurinos (así en 1557 que se repitieron a lo largo del siglo XVII y hasta mediados del siglo siguiente).
Un ingrediente importante de la fiesta mariana de la titular parroquial, que tenía su proyección social, fueron las representaciones teatrales. Los datos de la parroquia distinguen entre autos y comedias, mientras aquellos se refieren a los autos sacramentales éstas podían ser de temática profana, pero sin excluir la religiosa. En 1570 vinieron a solemnizar el día de la Asunción además de músicos, cantores y danzantes, representantes de autos y otros que hicieron farsas. Posteriormente, aparecieron compañías ambulantes contratadas, compuestas hasta por trece personas, de “autores de comedias”, que equivalieron casi siempre a actores.
Otros aspectos importantes de la fiesta de la Asunción fueron la música y la danza. Según un libro parroquial de cuentas, el día de Nuestra Señora de Agosto de 1570 fueron llamados ciertos músicos, cantores, danzantes y representantes de dos autos y comedias a lo divino y a lo humano, que dieron mayor lustre a la festividad.
Se destaca que a lo largo del siglo XVIII esta fiesta mariana se celebró con cierto esplendor. Los libros de cuentas parroquiales anotan los gastos de luminarias, hogueras y ruedas de artificio, por tocar la caja el pregonero, y el que hicieron los pastores por traer los novillos para correrlos, y por cerrar la plaza del coso. Todos los años tiraban seis docenas de voladores o cohetes, tres ruedas y dos fuentes de pólvora, encendían hogueras con varias cargas de leña y se contrataban músicos.
En el XIX la fiesta de la Asunción mantuvo su celebración pero sin el esplendor de los tiempos barrocos, y casi siempre se redujo a los actos religiosos, debido a que fueron años convulsos a causa de la francesada y de las dos guerras carlistas, que tanto perjudicaron la economía de la ciudad.
La asistencia de los corporativos municipales a los actos organizados por las Parroquias en los días de sus titulares fue siempre obligatoria, y quedó regularizada a partir de la concesión del título de ciudad, pues el Ayuntamiento se ocupó de legislar sobre su asistencia a los actos religiosos.
Durante la Segunda República (1931-36) se prohibieron algunas manifestaciones religiosas públicas y a los componentes del Ayuntamiento asistir en corporación a los actos religiosos. Al comenzar la guerra civil de 1936 se volvió en la zona nacional (que incluía la ciudad) a las costumbres tradicionales, entre ellas la asistencia del Ayuntamiento a algunas funciones religiosas.
Es muy destacable la presencia del misterio de la Anunciación en la iconografía religiosa de la Iglesia de Santa María de la Asunción y del convento de los franciscanos, así como en el retablo de la parroquia de Aras, durante varios siglos considerado barrio de Viana [9].
Álava
Álava sigue a Navarra en número de templos y ermitas dedicadas a la Asunción, pese a su menor extensión física, con 65 localidades que la ostentan, incluyendo en el cómputo las dos del Condado Treviño (Armentia y Uzquiano), dependiente de la misma Diócesis de Vitoria-Gasteiz. Hoy la fiestas populares que se inician el día de su festividad, el 15 de agosto, son 19 [11].
Una prueba fehaciente de la devoción del pueblo alavés al Misterio de la Asunción de María, son las representaciones artísticas de su iconografía presentes en sus retablos a partir del siglo XVI y hasta el XVIII, en ocasiones cerrando el ciclo mariano la Coronación gloriosa de María en los Cielos. Así en los Santuarios de la Virgen de la Encina, de Arceniega; de Nuestra Señora de Angosto, en Villanañe; de Nuestra Señora de Okón, en Bernedo; de Nuestra Señora de Eskolumbe, en el valle de Cuartango; de Santa María del Yermo, en Llodio; de la Virgen del Cabello, en Quejana; y de Andra Mari de Araya. El Santuario de Okón presenta la particularidad de que en él surgió una cofradía documentada desde 1606, que contribuyó notablemente a solemnizar la festividad con un novenario previo. Últimamente tienen en él un gran protagonismo los niños, acompañados de sus familias. Tras de la celebración religiosa, participada especialmente por los pequeños, se organizan juegos y competiciones. El santuario está administrado actualmente por el Patronazgo de Okón en el que están representados los pueblos que tienen a su titular por patrona y abogada, que son Bernedo, Angostina, Urturi, Obécurri, Bajaure, Villaverde, Villafría, Navarrete, Meano y La Población, pertenecientes a tres provincias distintas (Álava, Burgos y Navarra)
Bizkaia
Son 62 las parroquias, santuarios y ermitas distinguidas por su titular la Asunción de Nuestra Señora [12]. Incluso una, la de la Asunción de Nuestra Señora de Portugalete, tiene la categoría de iglesia-basílica agregada por el Papa León XIII en 1884 a la de San Juan de Letrán en Roma, considerada basílica mayor e iglesia matriz por antonomasia al ser sede del Obispo de Roma, que es el mismo Papa [13]. Hoy las fiestas populares que giran en torno a Ella son ocho [14]. Algunos de estos templos son muy estimados por los fieles cristianos. Así, por ejemplo, en la Ermita de Santa María de Goyuria (Yurreta, Duranguesado), la imagen de la Asunción es considerada una de las más antiguas, del siglo XV, como también lo es la imagen mariana de la iglesia Parroquial de Yurre (Igorre), en la misma comarca. La de Goyuria, no obstante, es valorada por los vecinos como la más prodigiosa de la región de Durango. Dice la leyenda que la Virgen se apareció en el lugar llamado Kurutzeta, no lejos de la pequeña iglesia donde es venerada. Pero no es la única leyenda que envuelve esta devoción. Es el caso de Santa María de la Asunción titular de la parroquia de Zeanuri. Cuenta otra leyenda, recogida por el periodista Etxezárraga y transmitida por Villarejo [15], que de la cueva de Legoaldy, barrio de Ipiñaburu, en la falda del monte Gorbea, manaban pestilencias y toda clase de males. En muchas ocasiones, el cura de Ipiñaburu había conjurado la cueva pero sin ningún resultado. El buen sacerdote, hombre de oración, se encomendó a la Virgen y Ella se le apareció ordenándole que no dejase de seguir conjurando la cueva. El cura y el sacristán se pusieron manos a la obra y descolgaron las cruces del Vía Crucis de la parroquia para llevarlas a la cueva de Legoalday y allá las colocaron. Al poner la tercera y rezar la oración correspondiente, comenzaron a salir de la cueva bandadas de buitres que, en su huida, dijeron al sacristán: “¡Té me pagarás, tú me pagarás!” Y su consecuencia fue la destrucción de la iglesia de Ipiñaburu, la casa del cura y la del sacristán, pero quedaron intactas la capilla y el altar de la Virgen. Y se decía que luego volvió a aparecerse la imagen de la Virgen al cura para elogiar su fe.
Para el franciscano José de Lizarralde [16] las primitivas ermitas de Santa María, designadas con el incomparable nombre de Andra Mari o Señora María, son de origen noble, de primera categoría y de la más remota ascendencia en el culto litúrgico, que él establece en los comienzos del siglo XII y lo confirma Iturriza en su Historia General de Vizcaya al ocuparse de la tradición existente respecto a la de Lekeitio, cuya imagen de la Virgen, según remota tradición, se remonta al siglo VIII [17]. Eran las más numerosas y situadas en lugar escogido, y de ellas, como iglesias madres, se engendraron luego iglesias filiales de santos.
La Asunción de María a los Cielos era celebrada con gran pompa en las poblaciones vizcaínas no sólo en lo tocante al culto solemne de ese día sino a los gastos hechos en el aderezo de las imágenes, la traída de un predicador de nota, la contratación de músicos y danzantes, corridas de toros incluso. Madre e Hijo eran coronados con coronas de plata y dos lámparas, igualmente de plata, ardían en su presencia, y las gentes de la región acudían a Ella en súplica de su intercesión para sus graves necesidades.
Gipuzkoa
En este territorio, dependiente en lo eclesiástico de la Diócesis de San Sebastián, la Asunción de María figura como titular de 41 templos, en su mayoría iglesias parroquiales [18], aunque sólo hemos constatado 14 localidades donde se celebran las fiestas patronales en su honor a partir del 15 de agosto [19].
Las que más destacan por los temas marianos en ellas representados y en concreto por la Asunción de María a los Cielos, son las iglesias de Santa María del Juncal (Irún); el santuario de la Virgen de Dorleta (Gatzaga); Nuestra Señora de Azitain (Eibar); la Iglesia parroquial de Placencia de las Armas (o Soraluze), que cuenta con capilla propia trazada en 1541; y la Ermita de Santa María la Antigua de Antzuola, en la que hasta hace muy poco, en la fiesta de agosto, se practicaban curiosos ritos para la curación de los niños tardos en comenzar a andar.
Iparralde
La festividad religiosa del 15 de agosto corresponde también en Francia a una doble fiesta dinástica iniciada por Luis XIII. En 1638, tras veintitrés años de matrimonio, el rey y la reina esperaban por fin un hijo, el futuro Luis XIV. Luis XIII firmó entonces unas cartas patentes en Saint-Germain-en-Laye poniendo el reino «bajo la especial protección de María, Madre de Jesús». El 15 de agosto del mismo año, todo el reino celebró la consagración del soberano a la Virgen, entregándole «su Persona, su Estado, su Corona y sus Súbditos»…., en todo el país con procesiones en honor de la Virgen y de Francia [20].
Si la Asunción y el Voto de Luis XIII constituían verdaderos «días festivos» bajo el Antiguo Régimen, este día festivo fue suprimido por la Revolución Francesa, y luego restablecido por Napoleón Bonaparte en 1806, ya que el emperador había nacido el 15 de agosto de 1769 en Ajaccio (Córcega). Ese día, en cada municipio, a partir de entonces, se organizaba una procesión y se entonaba solemnemente un Te Deum. La Iglesia justificó estos actos en la existencia en el martirologio cristiano de Benedicto XIV de un santo mártir, Neopolus, cuyo nombre habría evolucionado con el tiempo a Napoleo en la Italia medieval hasta convertirse en el Napoleone italiano, el nombre que por tradición corsa le correspondía hasta afrancesarlo por el de Napoleón tras la compra de Francia a la república de Venecia de la isla de Córcega tan sólo un año después del nacimiento del futuro emperador. Las autoridades civiles, militares y judiciales estaban obligados a asistir a estos actos.
Celebrada hasta 1813, esta jornada conmemorativa fue suprimida bajo la Restauración, y restablecida por el Segundo Imperio en 1852 para acendrar en los franceses el espíritu común de la gloria nacional, mediante aportación de limosnas a los pobres, celebración de misas, revistas militares, juegos y diversiones públicas que se sucedían durante esta festividad cívico-religiosa. Aunque la última fiesta de “San Napoleón” se celebró en 1869, permanece como gran acontecimiento del verano en Biarritz el famoso espectáculo de fuegos artificiales del 15 de agosto.
El espíritu laicista sobrevenido tras la Revolución Francesa (1789) no logró borrar del todo ni el espíritu religioso ni las prácticas devocionales de parte de la población vasca ultrapirenaica que ha mantenido sus tradiciones seculares en la solemnidad de la Asunción.
Destacan en este sentido las poblaciones próximas a la ciudad de Baiona (L), sede de la diócesis que comparte con las ciudades aquitanas de Lescar y Oloron, donde se mantienen o se han recuperado las procesiones en la víspera o el mismo día de la Asunción. En Donibane Lohizune (Saint-Jean-de-Luz, L.) se celebra en el frontón municipal el rezo “meditado” del Santo Rosario en recuerdo del Voto de Luis XIII, seguido de una procesión nocturna de antorchas por Karrika haundi (calle Gambetta) hasta la iglesia de Saint-Jean-Baptiste, donde se celebra una oración en familia con los niños reunidos en torno a la imagen de la Virgen María, que son bendecidos a continuación. La procesión de las antorchas es una tradición que también se repite en Milafranga (Villefranque, L.), interrumpida hace una década y ahora recuperada, con salida desde la iglesia de Saint-Barthélémy hasta el colegio del Sacré-Coeur, donde tras un momento de oración se ofrece a los presentes una copa de amistad. Las hay igualmente en Bayona y la localidad próxima de Urruña (Urrugne, L.) Del mismo modo hay oficios religiosos solemnes en las parroquias de Ainhoa -cuyos cánticos ha recogido Michel Duvert [21]- Azkaine (Ascain), Biarriz (Biarritz) y Ustaritz, dentro de la misma comarca labortana. Es algo que subsiste en la limítrofe Baja Navarra (Basse Navarre), en localidades como Bidarray (en el valle de Ossès) y Heleta (Hellete, en el Valle de Arberoue) En esta población el 15 de agosto se ha señalado como el día de la Andre-dena-Maria -“María Santísima”- que es la fiesta patronal del pueblo. Los adultos y los adolescentes acuden a la misa de la mañana y a las vísperas de la tarde en la iglesia parroquial. Los mozos organizan bailes sueltos que tienen lugar en la plaza. En cada casa se tiene comida especial con invitados (generalmente parientes).
LA FIESTA DE LA ASUNCIÓN EN LA ETNOGRAFÍA TERRITORIAL
Las encuestas de campo sistemáticas o parciales realizadas a lo largo del siglo XX, mayormente en su segunda mitad, en los territorios objeto de estudio, arrojan unos datos sobre la observancia del calendario cristiano en la sociedad tradicional y su evolución a lo que genéricamente llamaríamos “modernidad”, que en lo referido a la Iglesia Católica vendría a coincidir con el tiempo en que las normas del Concilio Vaticano II fueron aplicándose paulatinamente, partiendo de una doble circunstancia: la despoblación creciente de los núcleos de población rurales (algo acusado en Navarra) y la escasez de sacerdotes para atender las necesidades espirituales de la feligresía (lo que ha motivado que haya descendido el culto religioso), sobre todo cuando el hábitat se presenta disperso en áreas alejadas de las metrópolis [22].
Álava
Son varias las localidades de la Montaña Alavesa que honran a la Asunción en su calendario festivo.
En Payueta (Pagoeta) la víspera del 15, por la noche, se hacía una ronda con los músicos por las calles del pueblo. Al día siguiente antes de ir a misa se recogían en pasacalles a los que conformaban la Junta administrativa para llevarlos a la misma. Antes de la consagración el párroco mandaba subir a los componentes de la Junta a besar la estola mientras tocaban los músicos. Por la tarde y tras el Rosario se hacía una procesión dando una vuelta con las imágenes de la Inmaculada Concepción y de San Roque, protector contra las pestes, alrededor de la iglesia parroquial. Después había cena y baile que se prolongaba largamente.
En la misma cuadrilla de Campezo se halla Peñacerrada (Urizaharra), cabeza del concejo que incluye Pagoeta. La Asunción de la Virgen es la patrona del lugar. Sin embargo, un informante nacido en el año 1933 -Domingo Rosario- no ha conocido la celebración de las fiestas de esta localidad en la fecha tradicional sino en el 3 de octubre. Con todo, hace pocos años, volvió a restituirse la fiesta al mes de agosto, haciéndose un año el primer domingo de ese mes, y ya más recientemente el último del mismo mes de agosto. Se dice que cuando se celebraban en agosto las fiestas duraban cuatro días además del sábado, y eran el domingo, lunes y martes los llamados «días de banda» porque se contrataban a ocho, diez o doce músicos, siendo el martes el día de los casados y el miércoles el de los mozos. Había baile todos los días y también barracas de feria.
El día 15 se celebraba la Santa Misa seguida de procesión llevando a la Virgen desde la iglesia parroquial, a la calle San Juan, y por la calle Saturnino Bajo hacia la de Barón de Venasque y se volvía de nuevo a la parroquia. Se entraba y se salía por la Plaza del Sur.
Dentro de la Montaña Alavesa, y sin salir de la cuadrilla de Campezo, Bernedo y San Román de Campo (Kanpezu) ofrecen desde tiempo ha a Nuestra Señora sus auroras. En el caso de Bernedo, según escribe González de Salazar, se debieron cantar auroras diariamente. Esta costumbre fue languideciendo y hoy recuerdan los mayores que las auroras se cantaban solamente los domingos y días de fiesta. En unos cuantos puntos del recinto de la villa se cantaba convocando a los vecinos con estos cantos al Rosario de la Aurora. Esta práctica debió abandonarse hacia 1930. Explica que, comparando estos cantos de Bernedo con los del vecino Lagrán, de los 442 recogidos por Salustiano Viana en aquella población [23], 138 de los de Bernedo coinciden con los de aquel, mientras que el resto son diferentes [24]. La coincidencia tampoco es total. Una característica de los cantos de aurora de Bernedo es que las fiestas más destacadas tienen más de una letra o canto, a diferencia de Lagrán que todos los días tienen una sola.
En la víspera de la Asunción, los de Bernedo cantaban esta aurora:
“Ea pues, entonemos alegres,
El Santo Rosario, no temamos no,
Que la madre, de los pecadores,
Víspera de su alegre, festiva Asunción.
Que Gloria y que honor
Es María que sube a los Cielos,
A ser coronada, por el mismo Dios”.
Y el 15 de agosto la honraban con esta otra:
“Ya amanece, el solemne día,
En que María, al Cielo ascendió,
Día alegre para los mortales,
Feliz y dichoso, sin ponderación.
Porque colocó
A la madre de los pecadores,
En su excelso trono, el Juez superior”.
2° verso:
“La Asunción, de la Virgen María,
Los Ángeles todos, han de celebrar,
Pues triunfante, ha subido a los Cielos,
Muy llena de gloria, y de Magestad.
Esperando está
A que acudan, pronto sus devotos,
El Santo Rosario, en su festividad”.
Mientras que, por su lado, los de San Román de Campezo cantan esta otra “aurora de la Virgen de Agosto”:
“Dulce sueño, timón divino (bis)
el que a la Virgen (tres veces)
del mundo llevó. (bis)
Ayudado de ángeles bellos (bis)
su cuerpo glorioso (tres veces)
al cielo subió. (bis)
El uno y trino Dios (bis)
como a su hija y madre y fiel esposa (bis)
por Reina le aclaman (tres veces)
de la Creación. (bis)”
En latitud sur, dentro de la Rioja Alavesa, en Laguardia se cantan los siguientes versos distribuidos a lo largo de la novena de Nuestra Señora de los Reyes, que es así como denominan a la Virgen Asunta a los Cielos:
Día 1º.-
«Todo el cielo
Se halla en movimiento,
Gozoso y contento.
¿Qué sucederá?
Es que espera
Llegue una doncella
La más pura y bella
Que ha habido y habrá.
Ven, cristiano, ven,
Ven y atento está;
Y verás
Que entre gloria tanta,
La trinidad santa,
La saludará».
Día 2º.-
«Tan hermosa
Ascendió hoy María
Que a las jerarquías
Les hizo exclamar:
¿Quién es ésta,
Que del cautiverio,
Sube al hemisferio,
De Dios a gozar?
La voz del Eterno
Se oyó resonar
Que decía:
Es mi hija perfecta
Como el sol electa
Que sube a reinar».
Día 3º.-
«Virgen Santa,
Te vas y nos dejas,
Tristes las ovejas,
Plenas de dolor.
“No me ausento”,
Responde María
“Que por compañía,
Os dejo mi amor.
Él os dará fuerza
Constancia y valor,
Si anhelosos
Deseáis con palma
Presentar vuestra alma
A nuestro Señor”.
Día 4º.-
«En Sión
Celeste, alma mía,
Se encuentra María
Do aboga por ti;
Que subió
Cubierta de estrellas
Y trazó las huellas
Que debes seguir.
Rezando el Rosario,
Has de conseguir
De esta Reina,
Que es la mujer fuerte,
Después de la muerte,
La patria feliz».
Día 5º.-
«Los querubes,
Al ver la hermosura
De la Virgen pura,
Pierden su candor,
Y los cielos,
Los llena al instante
De aroma fragante,
Balsámico olor.
Del jardín eterno,
Marta es la flor,
Y a sus hijos,
Pobres pecadores,
Sus ricos olores
Dará con primor».
Día 6º.-
«Es María,
Del cielo la puerta,
Que siempre está abierta
Para el pecador,
Que contrito
Y desengañado
Detesta el pecado
Ante el confesor.
Corramos ansiosos
A pedir con fervor
A esta madre
Que amorosa y pía
Al cielo nos guía
Con su resplandor».
Día 7º.-
«Desde el cielo
Donde está María
Nos dispensa pía,
Su amor fraternal
Y el demonio
Huye enfurecido.
Al ver protegido
Al hombre mortal.
Mandémosle fieles,
Nuestro amor filial
Si queremos,
Con suma alegría
Disfrutar un día
Gozo celestial».
Día 8.-
«Si María,
Deja el cautiverio,
En este misterio,
De su asunción,
Nos enseña
A ganar el cielo
Con algún desvelo
Y la oración.
No desconfiemos
De su protección,
Si queremos,
Que esta Reina santa
Holle con su planta
Al cruel dragón».
Día 9º.-
«Hoy la Virgen,
A todos sus hijos,
Que nos tiene fijos,
En su corazón,
Nos encarga
Con amable instancia
La perseverancia
En su devoción.
Dadnos Reina amada
Vuestra bendición;
Y a nuestra alma,
Con tu poder fuerte,
Una santa muerte
Y su salvación. Amén».
Asimismo cantan unos gozos al final de las decenas de los misterios gloriosos, que como se sabe, aluden a la Asunción y Coronación de la Virgen María, y esto lo hacen todos los miércoles, sábados, domingos y en las festividades:
Su estribillo dice así:
“Emperatriz poderosa,
De los mortales consuelo”.
Coro:
“Abridnos, Virgen, el cielo
Con una muerte dichosa”.
Y al cuarto misterio de la Asunción de Nuestra Señora:
“Al subir os contemplamos
Al cielo, Reina escogida,
Si al cielo va nuestra vida
Es la tierra que buscamos.
Por esa ciudad hermosa
Suspiros da nuestro anhelo”.
Coro:
«Abridnos, Virgen., el cielo, etc.»
Moreda y Elvillar son otras localidades riojano-alavesas que celebran sus fiestas por la Virgen de Agosto.
Al norte del territorio alavés, en Záitegui (Zaitegi), las fiestas patronales comenzaban en la misma fecha. Hasta mediados del siglo XX fueron unas de las mejores fiestas de la zona, que se solemnizaban con misa mayor concelebrada por tres sacerdotes, diácono y subdiácono más un predicador especial. Acudían gentes de Zuya y Zigoitia. En la parte festiva, llegaban varios carameleros, barquilleros y vendedores de bebidas, los mozos jugaban a los bolos y al juego prohibido de las bolillas, que a los mozos del pueblo les servían para sacar unas buenas pesetillas con que afrontar los gastos de las fiestas, en especial el coste de la música. En el vecino pueblo de Gopegi se montan “buenas verbenas en el frontón municipal”.
Las localidades fronterizas con Bizkaia -en la cuadrilla de Ayala- también las celebran. En Llodio (Laudio) las fiestas comprenden desde el 15 al 22 de agosto. Se programan numerosas competiciones, eventos deportivos (hockey, pelota, skate, baloncesto, herri-kirolak, bolos), actividades infantiles, obras de teatro, trucos de magia, degustaciones gastronómicas, bailes populares, corridas de toros y conciertos. El ambiente festivo inunda igualmente la vecina Amurrio con numerosos actos, entre ellos el Desfile de Carrozas en el que participan todos los grupos de amigos. El programa del festival se completa con deportes, gastronomía y actividades de ocio.
Bizkaia
En tiempos pasados, en la parroquia de Soscaño, situado en el valle de Carranza de las Encartaciones vizcaínas, se celebraba esta fiesta con el nombre de Nuestra Señora la Chiquita. Fiesta que hace años ha dejado de celebrarse. En los tiempos actuales se mantiene el acto religioso de la Misa, con disparo de cohetes y volteo de campanas en el momento de la consagración.
Aunque la Parroquia de Orduña se intitula de la Asunción, tan solo se celebra su festividad con una Eucaristía al mediodía. En la actualidad, el altar mayor de la parroquia de Santa María o Nuestra Señora de la Asunción, que acoge el sagrario con el Santísimo Sacramento, el Crucificado y otras imágenes de la Virgen de la Asunción y de los apóstoles, así como el altar de la Virgen de la Antigua en su Santuario, son objeto de mayor veneración por los fieles orduñeses. No obstante, aún se conserva la costumbre de encomendarse en fechas señaladas a las distintas imágenes en las que los fieles tienen depositada su confianza buscando su intercesión. Se considera fiesta de solemnidad “el aniversario de la Coronación de la Virgen de la Antigua” (1930).
Gipuzkoa
Todos los pueblos guipuzcoanos y la mayor parte de barrios y núcleos de población de este territorio sitúan sus fiestas mayores bajo el patronazgo de un santo, una santa o de la Virgen María, con frecuencia coincidente con la advocación de su parroquia. El gran torrente festivo conoce su clímax por la Asunción de la Virgen el 15 de agosto. En Aya había feria, pero es en Hondarribia donde se da mayor importancia al día. El Ayuntamiento en corporación asiste a la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción para la Misa Mayor con entrega de la bandera de Ciudad. En el barrio hondarribitarra de Jaizubia hay fiestas propias.
Navarra
En lo que se refiere a Navarra, si la contemplamos de norte a sur, aludiremos en primer lugar a un valle pirenaico -el Valle de Roncal- y a varias poblaciones situadas en lo que conocemos como Montaña de Navarra, al N del territorio.
En la roncalesa villa de Urzainqui los días especiales de culto a la Virgen, llamados “perdonanzas” (por la Asunción de la Virgen pero también por Pentecostés) se hacían alardes con fusiles en el atrio de la iglesia. En la cabeza del valle -Roncal villa- se acude a la ermita de la Virgen del Castillo, en el barrio del mismo nombre, en la víspera, el 14 de agosto, y su imagen se traslada a la parroquia, con los niños en comitiva, dejando para el 15 la celebración de misas. En Vidángoz se ha conservado un cántico a su nombre pero ya no se rezan ni la novena ni los gozos. En cambio, en Garde, Maite Mauleón compuso para la Virgen un salmo para la Misa del día de la Asunción, que introdujo en la festividad de 1988 y aún sigue cantando el coro infantil en esta villa roncalesa, que dice así: “De pié a la derecha está la Reina adornada con oro”. Formalmente es un gozo acompañado de una sencilla melodía.
En los valles situados al OE, como Erro, Lantz y Arakil, también se han recogido datos que pasamos a describir. Así en Aincioa, los observantes cristianos irregulares además de cumplir con Pascua, aparecen en la iglesia en las grandes fiestas: Pascuas, Ascensión, Todos los Santos y Navidad, incluida la Asunción. En Lantz, el dato recogido se refiere a una mera costumbre y es que al que estrena ropa se le tira de la oreja y se le dice: «has estrenado…» (tal o cual prenda) o bien se le da un pellizco, y cuando se estrena ropa el día de la Asunción, se dice que se le saca un ojo al diablo, manera en última instancia de revelar la importancia que se concede a esta festividad. En el valle de Arakil, tal día las Hijas de María y los niños hacían una comunión general (en Zuazu) y sacaban en procesión la imagen de la Virgen del Rosario (en Echarren).
De la Navarra euskaldún procede el canto popular “Ama Birjiña maitea” (Querida Virgen Madre) entonado en la iglesia de Arraiotz, en el valle de Baztán, recogido por el Padre Donosti en la casa del vecino Daniel Ziga en 1911, que encabezaba el rezo del Santo Rosario [25] , y decía así:
Ama Birjiña maitea, Grazia dizut eskatzen; Bortz misterio gozoz beteak Lagun zaguzu kantatzen (bis) |
Virgen madre querida, Te pido gracia: Llena de cinco dulces misterios Acompáñanos cantando (bis) |
Al llegar al cuarto misterio de los gloriosos, en que se alude a la Asunción de María a los Cielos, se iniciaba su rezo con el gozo siguiente:
Gauza guziak ongi egin ta Bete zenian denbora, Ama beria eraman zuen Jesusek bere ondora. |
Haces todas las cosas bien Cuando llegó tu hora, Se llevó a su Madre Jesús a su lado |
Antes se ha aludido a las celebraciones de la Catedral de Santa María, de Pamplona, en el pasado. En la actualidad continúa celebrándose la fiesta, que se solemniza llevando en procesión por el claustro la imagen de Santa María. Entre las muestras de devoción vigentes, aunque su origen es relativamente antiguo, está el Rosario de los Esclavos -rosario procesional de frecuencia diaria [26]- y la existencia de las Camareras de la Virgen, que se encargan de vestirla y alhajarla. Santa María de Pamplona fue coronada solemnemente en 1946, en una impresionante ceremonia a la que concurrieron las imágenes marianas de mayor veneración regional.
Hasta un pasado no muy lejano las fiestas celebradas en Navarra para honrar al patrón de la localidad eran denominadas con el término de “mecetas”, y es así como se llamaban las fiestas celebradas en Burlada en honor a la Virgen de la Asunción, tal vez porque durante la celebración de las fiestas se oficiaban más misas que las ordinarias, según lo interpreta Ricardo Gurbindo [27].
El componente religioso era en Burlada el elemento principal de la fiesta, al menos de manera oficial, ya que después de la Misa era habitual que las amistades y los parientes llegados de fuera se reunieran en casa de los lugareños para comer y beber en abundancia, continuando después la fiesta en la plaza del pueblo con juegos y bailes hasta la madrugada. Desde el siglo XIX la prensa navarra recoge informaciones sobre cómo se divertían los burladeses en sus fiestas patronales, donde no faltaron espectáculos circenses ni taurinos y, a partir de la década de 1950, pruebas deportivas de ciclismo y atletismo. En 1980 se introdujo, en el último día de las fiestas, uno de sus actos principales, cual fue la misa infantil cantada, a la que también se invitó a participar a los niños de Aoiz. Por la tarde hubo doble sesión de cine y después sorteo de una gran cantidad de regalos diversos.
La Zona Media navarra, por su extensión, es pródiga en aportar datos, en gran parte por haber sido sus poblaciones más investigadas que otras por los etnógrafos.
En la Valdorba, las prácticas religiosas han ido reduciéndose, incluso desapareciendo, como en la Vizcaya de Navarra, al ritmo de la creciente despoblación. En Sánsoain el 15 de agosto comenzaban las fiestas locales. Ese día, “se hacía misa con predicador extraordinario y procesión con la patrona”. Años antes había incluso fuegos artificiales. En el último cuarto del siglo XIX, cuando el pueblo superaba los 200 habitantes, hacían hoguera la víspera de la Virgen, el día 14. En Echagüe, como en tantos pueblos de Navarra, eran días de sequía y se celebraban “misas de nubes que las daba (pagaba) el pueblo con el objeto de proteger los campos”. Tres días antes de la Asunción se hacían rogativas. Esta preocupación la compartían los labradores de Sangüesa, que en caso de peligrosa tormenta sacaban al atrio a la Virgen del Rocamador, aunque sabemos por la documentación existente que el Obispo ordenó en 1623 que tal movimiento de la imagen se limitase a las procesiones del Corpus y de la Asunción, «y cuando por alguna grave necesidad pareciere, y también permitimos la saquen los sacerdotes a los nublados cuando la necesidad lo pidiere, y sea con la decencia que se debe”. Porque, por lo visto, aquella práctica se hacía sin el orden debido [28]. En Sabaiza tenían como patrona a Nuestra Señora de la Asunción, pero por haberse despoblado el lugar, su imagen fue llevada al Museo Diocesano de Pamplona, aunque cuando el pueblo tuvo vida los fieles la adornaban con flores y le dirigían sus cantos.
En Artazu, Mirafuentes, San Martín de Unx, Cintruénigo, San Adrián, Berbinzana y otros pueblos dirigen a la Virgen, al amanecer de su día, las llamadas “auroras de la Asunción”:
Artazu:
“Quién es esa elevada paloma
quién es esa elevada paloma
quién es esa elevada paloma
luna sin menguante clara como el [sol?] Es María que sube a los cielos (bis)
Para ser coronada por el mismo [Dios] es tanto, es tanto el honor
es tanto, es tanto el honor
es bendita entre las mujeres
y bendito el fruto que su vientre [dio]”
Mirafuentes:
“Es María tan pura y sin mancha
desde aquel instante de su concepción (bis).
Fue elegida para medianera
de los pecadores y Madre de Dios (bis).
Es tanto el honor, es tanto el honor.
Es bendita entre las mujeres
Y bendito el fruto que su vientre dio (bis)”.
San Martín de Unx:
“¿Quién es Esa con sus resplandores
que eclipsa la luna, estrellas y el sol
más terrible que los escuadrones
que van a la batalla a son de tambor?
¡Qué dicha y qué honor!
Es María, que sube a los cielos
a ser coronada por [el] Dios del Amor”.
Cintruénigo:
«A los cielos la Virgen María
en cuerpo y alma elevada fue,
recibióla su Hijo divino,
ángeles y santos lo hicieron también.
Pidámosla, pues, que algún día,
Reina Soberana,
de cielos y tierra consigamos ver».
Pero las auroras, entre ellas las destinadas a honrar a la Asunción de Santa María, han experimentado un resurgimiento en las últimas décadas y las guardan con celo los auroros para afirmar su propio repertorio frente al de otros pueblos vecinos. Maite Mauleón [29] ha recogido algunas otras acompañadas de sus melodías.
Ésta de San Adríán la transcribió a partir de la versión cantada por Ignacio Lorente, quien la recordaba habérsela oído a su abuelo. Con alguna variación melódica es la misma que cantan los auroros de Abárzuza, Adiós y Monteagudo.
Dice así:
“Quien es esa elevada paloma,
ciprés encumbrado en el alto Sión,
y que sube gloriosa y triunfante
luna sin menguante,
clara como el sol.
¡Qué gloria y honor!
Es María que sube a los cielos
A ser coronada por el mismo Dios”.
La de Berbinzana fue transcrita por ella de la versión cantada por Ana Suescun de Esteban:
“La asunción de la Virgen María,
los ángeles todos van a celebrar,
pues triunfante ha subido al Cielo
muy llena de gloria y de majestad.
Esperando están,
A que acudan pronto sus devotos
Al santo rosario en su festividad”
En Iturgoyen, valle de Guesálaz, hubo Cofradía de la Asunción, cuya fundación era anterior a 1723. No eran frecuentes las asociaciones pías con Ella como titular, aunque sí con otras advocaciones a María. Era más corriente que las cofradías celebraran la onomástica de la Asunción entre otras que lo merecieran referidas a la Virgen María, como la Inmaculada Concepción, la Anunciación y la Presentación de María a Jesús en el templo (popularmente Candelaria), como se propuso hacer la pamplonesa Cofradía de Nuestra Señora de Montserrat en el pasado, integrada por labradores, o las de Santa Ana, San Roque y San Sebastián, y de la Vera Cruz en Viana. Esta última obligaba a sus hermanos a reconciliarse entre sí en la festividad de la Asunción. En la cofradía de Iturgoyen formaban hombres y mujeres nacidos en el pueblo. Su finalidad principal era de orden espiritual a favor de los difuntos, por lo que en el siglo XX pasó a llamarse de “Las Almas”. A mediados del siglo XX, tras su paulatina decadencia, fue sustituida por la Cofradía de la Santísima Trinidad, en la que ingresaron sus antiguos miembros.
Era obligado en Obanos que en ese día comulgaran las Hijas de María en la segunda Misa, que venía precedida de las vísperas a la Santísima Virgen y del rezo del Rosario. No muy lejos de la Villa de los Infanzones se halla Mendigorría, cuya patrona es la Asunción de María que preside desde su hornacina central el retablo mayor de la iglesia de su nombre. Las fiestas «mayores» de Mendigorría, comienzan el día 15 de agosto y finalizan el 22. En la Víspera, se convocaba a los vecinos con un volteo general de campanas al mediodía. Las fiestas profanas siempre tienen un comienzo religioso que se concreta en el traslado de la Virgen de la Asunción, portada a hombros por mozos vestidos de pamplonicas, desde la Iglesia de Santa María a la Parroquia de San Pedro, con trasfondo de volteo de campanas. Para ello, los sacerdotes, sobre las 4 de la tarde, marchan a la Casa Consistorial, desde aquí junto con la Corporación y acompañados por la Banda Municipal, inician la subida a la Iglesia de Santa María, situada en lo alto del pueblo, entonando la «Salve». Tras bajarla en procesión se reza el Santo Rosario en la Parroquia de San Pedro. La Capilla de Cantores da la orquestación necesaria a la celebración. La Banda Municipal, con el alguacil uniformado, recorre las calles para alegría de los niños. Terminados los oficios religiosos, se inicia la fiesta profana, fundamentalmente basada en música y suelta de vacas bravas, aunque en los últimos tiempos, como en casi todos los pueblos, se han diversificado ofreciendo programas más variados.
Conforme descendemos hacia el sur de Navarra las celebraciones de la Asunción ganan en importancia porque se solemnizan oficialmente, algo que ya hemos contemplado en Mendigorría.
En la ciudad de Olite se celebra la festividad de la Asunción en la Iglesia de Santa María, de la que es patrona. Esta fiesta procede de finales de la década de 1940, ya que antes no se celebraba. Los días precedentes hay triduo y la víspera volteo de campanas y adoración de reliquias.
El día de la onomástica, se canta de madrugada esta aurora:
«En este día
subiste al cielo
Madre adorada,
Madre de amor,
y aquellos ángeles
que te elevaron
enviados fueron
por tu hijo Dios
todos gozosos”.
“Hoy celebramos
el gran misterio
de tu Asunción
y te pedimos
que desde el cielo
mandes raudales
de bendición».
Por la mañana hay Misa Mayor solemne con asistencia de la Corporación Municipal y cantada por el Orfeón. También se saca en procesión la imagen de la Virgen. En tiempos el Ayuntamiento se encargaba de pagar el sermón extraordinario de ese día. A raíz de la instauración de esta fiesta en Santa María, se comenzó a celebrar en la otra parroquia olitense -la de San Pedro- la fiesta de San Francisco Javier, también con asistencia de la Corporación municipal.
En la ciudad de Viana el Ayuntamiento invita al clero a un lunch el día de la patrona oficial, que es Santa María Magdalena, y lo ofrece en la sala de sesiones municipal, que posteriormente devuelve el clero en la sacristía de la parroquia de Santa María el día de la Asunción.
El 22 de mayo de 1922, interpretando el sentir del pueblo, se reunió el Ayuntamiento vianés en sesión extraordinaria y propuso que el 15 de agosto, fiesta de la Asunción de Nuestra Señora la Virgen María, patrona de nuestra Parroquia, acuda el pleno del Ayuntamiento a la Iglesia en corporación, colocándose en lugar preferente.
La fiesta de San Juan Bautista tuvo mucha importancia en siglos pasados. Su culto va unido desde el siglo XV a la hermosa imagen de San Juan del Ramo y a su convento franciscano, fundación de Carlos Príncipe de Viana, situado a extramuros. Tras la venida de los frailes a la ciudad, en donde construyeron un convento en el siglo XVII, la imagen del santo pasó a ser propiedad de la Parroquia de Santa María, que le edificó magníficos retablos y capillas. Al ser declarado este Santo co-patrono parroquial junto con Santa María de la Asunción, creció su devoción, y en consecuencia el esplendor de su fiesta, que celebraron con cohetes, música, danzas y hasta con toros.
El 21 de agosto de 1708 los vianeses acudieron a la intercesión de la titular parroquial de Santa María por falta de agua en los campos, debido a que por los malos temporales de nublados y de aguas se perdían las mieses de trigo y cebada. Por ello, decidieron celebrar una rogativa de tres días y sacar en procesión la imagen de Nuestra Señora de la Asunción.
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Imagen de la portada: Representación de la Asunción de Nuestra Señora en el retablo mayor de la Iglesia Parroquial de Lekeitio (Bizkaia) Estilo gótico de hacia 1500, obra de maestro anónimo
Notas
[1] PIÑERO, Antonio (ed.) (2012) Todos los Evangelios. Madrid, EDAF, págs. 400-401. San Melitón es considerado uno de los Padres de la Iglesia del siglo II. Ver cap. II apartado D. El manuscrito original se ha publicado bajo el nombre de MELITUS (SARDIANUS) De transitu Beatae Virginis Mariae liber, editado por Amisson en 1677. Volumen 2, Parte 2 de Maxima biblioteca veterum patrum. 424 págs. [2] LIZARRALDE, José A. de (1926). Andra Mari. Reseña histórica del culto a la Virgen santísima en la provincia de Gipuzkoa. Bilbao, Imprenta C. Dochao de Urigüen, 1926, págs. 17-18, el cual se basa en VENTURINI, Adolphe (1910). La Madone. Représentations de la Vierge dans l’Art Italien. Paris, Gaultier, Magnier & Cie. Cap. XVIII, “L’Assomption”. Desde el punto de vista instrumental, la Asunción se diferencia de la Ascensión en que en ésta es Jesucristo quien ascendió a los Cielos por si mismo, mientras que en la Asunción la Virgen requirió del concurso y voluntad de su Hijo para efectuarla, elevada al Paraíso acompañada por los ángeles, muchos de ellos como músicos, según las distintas representaciones artísticas. [3] Su relación por orden alfabético es la siguiente: Abárzuza, Acedo, Aldaba, Allo, Altasu, Aniz, Añorbe, Aranarache, Arantza, Areso, Aróstegui, Arraioz, Arraiz-Orkin, Arruazu, Artajo, Artaza, Asiáin, Barásoain, Belascoáin, Beortegui, Beramendi, Berbinzana, Beúnza, Burlada, Cabanillas, Cascante, Cáseda, Cenoz, Donamaria, Echagüe, Echávarri, Eguiarte, Elía, Elorz, Eransus, Etayo, Etxalar, Etxarri-Aranatz, Ezkurra, Fustiñana, Garzarón, Goizueta, Górriz, Gorronz-Olano, Ibero, Igoa, Irure, Irurre, Iturmendi (ermita de Eitzaga), Izalzu, Izu, Jaunsarás, Javier, Lapoblación, Larrión, Leache, Leazcue, Legarda, Lerín, Lezaeta, Liédena, Lumbier, Marañón, Maya, Mélida, Miranda de Arga, Muniáin de la Solana, Murchante, Murillo de Lónguida, Olleta, Ollobarren, Oronoz, Otano, Pamplona (Parroquia y Catedral), Pueyo, Riezu, Rocaforte, Sabaiza (hoy despoblado de Val de Aibar), Salinas de Galar, Sangüesa, Sánsoain de Valdorba, Santacara, Sesma, Tafalla, Torrano, Tudela (Catedral), Turrillas, Úcar, Unzu, Urdiáin, Urra, Urrizola-Galáin, Urroz-Villa, Urtasun, Uscarrés, Uterga, Uztegui, Valtierra, Viana, Vidángoz, Viguria, Villanueva de Lónguida, Villatuerta, Zabalza de Echauri, Ziordia, Zubielqui, Zubieta, y Zugarramurdi. [4] ARIGITA Y LASA, Mariano (1910) La Asunción de la Santísima Virgen y su culto en Navarra. Madrid, Establecimiento Tipográfico de Fortanet, págs. 67, 76-78, 173 y 237; FERNÁNDEZ-LADREDA, Clara (1989) Guía para visitar los santuarios marianos de Navarra. Madrid, Ediciones Encuentro. Vol. 3 de la serie María en los Pueblos de España, págs. 183-184. [5] ARDANAZ IÑARGA, Naiara (2011) La catedral de Pamplona en el siglo de las luces: Arte, ceremonial y cultura. Tesis doctoral dirigida por el Dr. Ricardo Fernández Gracia. Universidad de Navarra, págs. 346, 386, 391, 420, 426 y 576 (Accesible en dadun.unav.edu) [6] ARDANAZ IÑARGA, Naiara (2011) La catedral de Pamplona, op. cit. pág. 411. [7] Se trata de Abaigar, Acedo, Aldaba, Aranaz, Areso, Arraiz, Artajo, Asiain, Atondo, Berbinzana, Beúnza, Burlada, Echávarri, Elía, Elorz, Etayo, Ezcurra, Garzarón, Goizueta, Gorronz, Ibero, Irurre, Jaunsarás, Legarda, Lerín, Marañón, Mendigorría, Murillo de Lónguida, Olano, Ollobarren, Riezu, Santacara, Tafalla, Torrano, Unzu, Urrizola-Galain, Urtasun, Uscarrés, Uterga, Uztegui, Villatuerta, Zubielqui y Zubieta (VARIOS AUTORES. Navarra, guía y mapa. Pamplona, Caja de Ahorros de Navarra, 1986) [8] Véase: https://es.wikipedia.org/wiki/Viana [9] LABEAGA MENDIOLA, Juan Cruz (2016) Viana reza a Santa María. (…) Parroquia Santa María de la Asunción de Viana, págs. 12-19 y 12-26. [10] Parroquias de Andagoya, Antezana de la Ribera, Apellániz, Arana, Armentia, Arriola, Arroyabe, Artziniega, Berantevilla, Bikuña, Caicedo de Yuso, Cárcamo, Contrasta, Doroño, Etxabarri Ibiña, Elvillar, Etura, Fresneda, Fuidio, Galarreta, Gamarra Nagusia, Gebara, Gereñu, Golernio, Gopegi, Gordoa, Labastida, Laño, La Puebla de Labarca, Lasarte, Lujo, Luzuriaga, Marauri, Mendiguren, Mendiola, Mesanza, Mezkia, Mijancas, Munain, Nanclares de Oca, Ocáriz, Ocio, Opakua, Ordoñana,Ozana, Páganos, Pedruzo, Peñacerrada, Pobes, Respaldiza, Rivaguda, Samaniego, Samiano, Santa Cruz de Campezo, Santa María de Obera, Subijana-Morillas, Torre, Tuesta, Uribarri Nagusia, Uribarri-Dibiña, Urarte, Uzquiano, Valluerca, Viñaspre y Zaitegi. Además hubo una ermita a Ella dedicada en Aletxa, con beaterío hasta bien entrado el siglo XVI (Fuente: ITURRATE SÁENZ DE LAFUENTE. “Diócesis de Vitoria”, en Guía para visitar los santuarios marianos de los territorios históricos de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya. Madrid, Ediciones Encuentro, 1999. Vol. 10 de la serie María en los Pueblos de España) [11] Agurain, Araia (barrio de Andra Mari), Arceniega, Amurrio, Asparrena, Contrasta, Elvillar (Billar), Etxabarri (Ibiña), Gopegi, Iruña de Oca, Leza, Llodio (Laudio), Lujo, Moreda, Nanclares de la Oca, Ondátegui, Payueta, Urarte y Zaitegi. [12] Acorda (barrio de Ereño), Alboniga (barrio de Bermeo), Amorebieta-Etxano, Arrankudiaga, Arrigorriaga, Bakio, Barrika, Bermeo, Bilbo-Artxandape, Bilbo-Ciudad Jardín, Bilbo-Begoña, Busturia-Axpe, Monasterio de Cenarruza (Markina-Xemein), Dima, Durango, Echano (barrio de Amorebieta-Etxano), Elorrio-Gazeta, Erandio-Goikoa (La Campa), Errigoiti (Rigoitia), Galdakao (Galdácano), Gatika, Gautegiz-Arteaga, Gernika, Gerrikaitz, Getxo, Gorozika, Gorliz, Güeñes, Ibarruri, Igorre (Yurre), Kanala (barrio de Gautegiz Arteaga), Larrabezu, Las Arenas (barrio de Getxo), Lekeitio, Lemoa, Lemoiz, Lezama, Mallabia, Mañaria, Markina-Xemein, Meñaka, Montellano, Mundaka, Mungia, Murueta, Muskiz-La Rigada, Muxika-Ibarruri, Nabarniz, Natxitua (anteiglesia de Ea), Ollargan (barrio de Arrigorriaga), Ondarroa, Orduña, Portugalete, Sestao, Sopuerta-Mercadillo, Soscaño, Traslaviña, Triano, Urduliz, Urduña, Zeanuri y Zierbena-Playa. [13] Esta iglesia es considerada “basílica menor extra urbem”, a diferencia de las cuatro “mayores” existentes en la ciudad de Roma (las de San Juan de Letrán, San Pedro del Vaticano, San Pablo extramuros y Santa María la Mayor) Su categoría de basílica agregada reconocía la especial importancia de su antigüedad y el que, en ella, se haya dispensado culto ininterrumpido a la Virgen. Los templos que aspiran a ser declarados basílicas menores deben destacar por la forma solemne de celebrar la liturgia y por ser centro de una comunidad muy activa desde el punto de vista espiritual. Tras superar una serie de trámites, es al Papa a quien corresponde conceder este alto honor que, como expresión simbólica, lleva aparejado el uso de armas propias con las dos llaves acoladas y la campanilla y la umbela característica de las basílicas romanas. Además de ella existen en Vasconia otras basílicas menores: la Catedral de Santiago Apóstol de Bilbao (1819); la Catedral “vieja” de Santa María de Vitoria (1844); Nuestra Señora de Begoña, en Bilbao (1908); San Ignacio de Loyola (1921), en Azpeitia (G); Nuestra Señora de Aránzazu en Oñati (1921) (G); Santa María de Portugalete (1951) (B); Purísima Concepción de Elorrio (1966) (B); Santa María del Coro, de San Sebastián (1973); y Santa María de Uríbarri, en Durango (B) (los años entre paréntesis significan el de su reconocimiento papal) (GRACIA RIVAS, Manuel (2020) Diccionario de términos religiosos y litúrgicos. Borja (Zaragoza), Centro de Estudios Borjanos / Institución Fernando el Católico, págs. 139-143) [14] Gernika-Lumo, Gorliz, Larrabetzu, Mallabia, Meñaka, Ondarroa, Portugalete y Zeanuri. [15] Jesús Antonio Etxezarraga Zuluaga (Ibargutxi Otermin, Félix. Etxezarraga Zuluaga, Jesús Antonio. Enciclopedia Auñamendi [en línea], 2022. [Fecha de esta consulta: 04 de Noviembre de 2022]. Disponible en: https://aunamendi.eusko-ikaskuntza.eus/es/etxezarraga-zuluaga-jesus-antonio/ar; VILLAREJO GARÁIZAR, Antonio (1999) “Diócesis de Bilbao”, Guía para visitar los Santuarios marianos de los territorios históricos de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya. Madrid, Ediciones Encuentro, págs, 292-293. Vol. 10 de la serie María en los Pueblos de España. [16] LIZARRALDE, José A. de (1934) Andra Mari. Reseña histórica del culto a la Virgen santísima en la provincia de Vizcaya. Bilbao, Imprenta C. Dochao de Urigüen, págs. 34 y 127. [17] ITURRIZA Y ZABALA, Juan Ramón de (1885) Historia general de Vizcaya. Bilbao, Imprenta de Cipriano Lucena y Compañía. Cap. VI del Libro III, págs. 743-744. [18] Aduna, Albiztur, Alzo, Antzuola, Aretxabaleta, Astigarraga, Azkoitia, Azpeitia, Baliarrain, Beasain, Berastegi, Bidania-Goiatz, Bidegoian, Deba, Eibar, Elgeta, Errenteria, Ezkio, Gabiria, Garellano, Gatzaga, Gaztelu, Hernialde, Hondarribia, Irún, Itsasondo, Legazpi, Mazmela, Mendaro, Mutriku, Oñati, Ordizia-Villafranca de, Orendain, Pasaia, Segura, Soraluze-Placencia de las Armas, Tolosa, Urrejola, Zerain, Zestoa y Zumárraga. [19] En los pueblos de Aduna, Albiztur, Aretxabaleta, Azkoitia, Baliarrain, Deba, Gabiria, Gaztelu, Elgoibar, Hernialde, Itsasondo, Zarautz, Zerain, Zumárraga. [20] CERDA, Alexandre de la (2022). “15 août: Assomption de la Vierge… et «Saint»-Napoléon à Biarritz!”, en BasKulture. La lettre du Pays Basque. 12 de agosto. [21] DUVERT, Michel (2009). «Vie religieuse et vie sociale, un essai», Bulletin du Musée Basque de Bayonne, agosto, págs. 1-25. Bayonne. [22] Todas estas encuestas son citadas en el aparato bibliográfico final, por lo que no es absolutamente necesario ir mencionándolas en nota a pie de página [23] VIANA, Salustiano (1984) “Calendario Santoral del Rosario de la Aurora de Lagrán”, Ohitura, nº 2 – Diputación Foral de Alava – Consejo de Cultura. Vitoria-Gasteiz, págs. 159 y ss. [24] GONZÁLEZ SALAZAR, José Antonio (1985-1986) “Cantos de aurora de Bernedo”, Anuario de Eusko Folklore, tomo 33, págs. 29-67. Las auroras fueron recopiladas por el autor el 27 de febrero de 1985. [25] HIDALGO, Txema (2013) Nafar aire zaharretan. Iruña, Kapare, págs. 218-220. [26] Hay constancia de esta práctica desde finales del siglo XVIII, pues el 20 de abril de 1798 se acordó constituir una congregación cuya primera finalidad era mantener y promover esta costumbre (WIKIPEDIA: https://es.wikipedia.org/wiki/Rosario_de_los_Esclavos) [27] GURBINDO GIL, Ricardo (2017). Burlada / Burlata. Almanaque local. Pamplona, Lamiñarra. Págs. 229-235. Yanguas y Miranda, Baleztena e Iribarren ya se refieren ellas. Véase IRIBARREN, José María (1997) Vocabulario navarro. Pamplona, Diario de Navarra, pág. 333. [28] LABEAGA MENDIOLA, Juan Cruz (1993) “Ritos de protección en Sangüesa: conjuros y saludadores, el agua y la cabeza de San Gregorio”, Cuadernos de Etnografía y Etnología de Navarra, 25, págs. 309-344. [29] MAULEÓN ORZÁIZ, Maite (2009) Cánticos de devoción populares en Navarra, […] Ed. de la autora.