Tres hermanas de Chéjov – Olivier

Presentación de “Tres hermanas”, de Laurence Olivier (1970) según el drama de Antón Chéjov (1901) en el Cine-Club Lux, de Pamplona (España), el 16 de abril de 1977, dentro del ciclo “La mujer y el amor”.

“Tres hermanas”, de Antón Chéjov

Antón Chéjov

Es el título del drama en tres actos de Chéjov, estrenado en 1901, y escenificado por la Compañía María Guerrero bajo la dirección de José Luis Alonso, con carácter de estreno, en la Pascua de 1973, en Madrid.

De las obras de Antón Chéjov (los dramas “La gaviota”, “Tío Vania”, “El jardín de los cerezos”; los cuentos “Fábulas de Melpómene” y “Cuentos”, y las obras en narrativa “Al oscurecer”, “La estepa”, “La sala nº 6”, “La novia”, “Mi vida”, etc.), es la que describe mejor el inmovilismo exasperante de Rusia, oprimida entonces por la aristocracia de Alejandro III, y la inmensa tristeza consiguiente, con el deseo de reformas, pero ante la incapacidad de realizarlas.

Recoge su argumento la historia de tres hermanas (Olga, Masha e Irina), que viven en una pequeña ciudad de provincias a donde fueron a parar, y recuerdan su casa de Moscú, viviendo con el deseo de volver a ella. Llega un regimiento militar y las tres hermanas traban relaciones afectuosas con los oficiales. Al cabo de cierto tiempo parten las tropas y ellas siguen, tras un momento de trágica desesperación, viviendo su mísera vida.

¿Qué pretende mostrar Chéjov con este drama?

  1. El dolor como medio para mostrar el profundo malestar de toda Rusia, vacilante entre la resignación y el presentimiento de una próxima tempestad. Algunas frases de los personajes dan al drama la importancia de un documento histórico, de una profecía. Tuzembach, el oficial que ama a Irina declara: “Ha llegado el tiempo en que va avanzando hacia nosotros algo formidable; se está preparando una fuerte y sana tormenta… que borrará de nuestra sociedad la pereza, la indiferencia, la prevención contra el trabajo y el podrido aburrimiento. Trabajaré y dentro de treinta años todos trabajarán”.
  2. El trabajo es para Chéjov el modo de expiar los siglos de ignorancia, de injusticia y de miseria que oprimieron al pueblo ruso, creando un abismo entre lo que era teoría política y realidad. El trabajo reunirá a los hombres en la creación de una nueva época de paz, en que todos los esfuerzos se unirán para alcanzar grandes metas. El comandante Versinin, amado por Masha, asegura que “dentro de doscientos o trescientos años la vida será agradable y bella y para crear esta nueva vida estamos sufriendo, viviendo”.
  3. El contraste de los grandiosos sueños de los personajes con una futura Rusia y la indiferencia, el aburrimiento diario, la mezquina realidad, y la escasa voluntad de acción. Así, estos personajes andan hacia lo desconocido. Tienen una “impotencia para vivir”.
  4. A pesar de ello, Chéjov confiesa su amor por el hombre, poetizando la realidad, buscando la “estabilidad de la verdad” en el sentimiento religioso (así lo demuestra su cuento “Los campesinos”, 1904).

Un plano de la adaptación al cine de Laurence Olivier

En realidad, podemos afirmar que Chéjov es optimista en cuanto que concede un valor poético al hombre, afirma constantemente la vida y busca siempre, aunque muchas veces desilusionado, una renovación.

Las tres hermanas forman una sola criatura, identificándose a la perfección con la atmósfera que Chéjov crea a su alrededor. Están atormentadas por el mismo mal: la nostalgia de una vida que las respondiera por qué deben vivir y por qué sufren. Las tres son inteligentes y están llenas de delicadeza, por eso viven exasperadas por la trivialidad de su vida.

Sus caracteres están llenos de matices: Irina es alegre, Masha triste y Olga es serena al tiempo que melancólica. Todas tienen en común un deseo de actividad y un hastío de sus ocupaciones, que ellas no han elegido sino que han aceptado y sufrido. Afirma Olga: “todo ocurre a pesar de nuestra voluntad”.

Otro rasgo común es la falta de voluntad para salir de su situación.

Por tanto, se entregan a la imaginación de una vida mejor, a la que esperan encerradas, con pasividad, pero con añoranza: “dentro de poco sabremos por qué existimos y por qué sufrimos”.

Pese a la rutina, el desarrollo de sus vidas ofrece unos acontecimientos concretos en el curso de algunos años:

  • Un hermano de Olga, Masha e Irina se casa y tiene varios hijos.
  • Olga pasa de maestra a directora de estudios.
  • Masha, casada con un profesor, tiene una aventura amorosa con uno de los oficiales de la guarnición.
  • Irina acepta un empleo y se promete con un teniente retirado, que muere poco después.

Se trata de acontecimientos de la vida cotidiana, sin mayor relieve. Pero lo que importa es la descripción sentimental, la atmósfera anímica de las mujeres llena de expresividad en la palabra y en la frase, con un simbolismo muy trascendente, sirviéndose Chéjov de una técnica narrativa al mismo tiempo realista e impresionista.

L. Olivier según Allan Warren, 1973

La adaptación al cine de Laurence Olivier

Laurence Ken Olivier tiene una trayectoria artística como actor y director en el cine.

Hijo de un pastor protestante, nace en Dorking (Condado de Surrey, Inglaterra) en 1907. Decide hacerse actor cuando a sus diez años, interpretando a Bruto del “Julio César” de Shakespeare, es elogiado por la actriz Sybil Thorndike.

Ingresa en la escuela de Dicción de Elsie Fogerty en 1924, tras haber estudiado en Oxford.

En 1926 debuta como actor de teatro profesional en “Harold” (de Alfred Tennyson) y en “Macbeth” (1927), encarnando con acierto a Malcolm.

Prosigue con Shakespeare en “La fierecilla domada” (1928).

En 1934 aborda la dirección escénica, ya como primera figura del teatro inglés y mundial.

En 1945 se inicia en la producción y dirección cinematográficas, alternándolas con el teatro y especializándose en la obra de Shakespeare.

Como actor de teatro es inteligente, dúctil, a veces algo frío y amanerado, pero sus personajes tuvieron una sorprendente presencia humana gracias a la calidad de sus recursos y a su profundo estudio.

En “Romeo y Julieta” (1935), Olivier interpretó a Romeo y Mercuzio a la vez, conquistando un gran prestigio.

En “Hamlet” (1938) haciendo una versión psicoanalítica del personaje.

Como director del Old Vic Theatre, del Chichester Festival Theatre y del National Theatre of Great Britain, se especializa en teatro isabelino con un admirable sentido de la composición escénica.

En el cine, la suya ha sido una formación autodidacta y original.

Como actor ha destacado en interpretaciones de gran calidad, en “Cumbres borrascosas” (William Wyler, 1939), con gran sentido romántico y preciosista; “Rebeca” (Alfred Hitchcock, 1940); “El animador” (Tony Richardson, 1960); “Espartaco” (Stanley Kubrick, 1960); “Escándalo en las aulas” (Peter Glenville, 1962); “El rapto de Bunny Lake” (Otto Preminger, 1965); y las espectaculares de “Kartum” (Basil Dearden, 1966), “Las sandalias del pescador” (Michael Anderson, 1968), “La batalla de Inglaterra” (Guy Hamilton, 1969) y “David Copperfield” (Anthony Mann, 1969).

Olivier empieza a dirigir películas entre 1945 y 1946, en un momento en que el cine británico goza de un mayor proteccionismo oficial, gracias también al empujón industrial de Arthur Rank.

En esta época se producen dos tipos de títulos cinematográficos:

De preocupaciones sociales:

  • Comedias de los Estudios Ealing, de humor británico (con los directores Michael Balcon, Robert Hamer y Alexander Mackendrick).
  • Cine de narrativa policial (de los directores Basil Dearden y Carol Reed)

Cine de adaptaciones literarias. Proponían un reencuentro del espectador con los valores de su patrimonio histórico-cultural. Consolidó el prestigio cultural del cine británico. Se desarrollaba en tres direcciones:

  • David Lean adapta a Charles Dickens,
  • Anthony Asquith a Oscar Wilde
  • Y Laurence Olivier a William Shakespeare.

La actividad cinematográfica de Olivier se dirige, pues, a la adaptación del teatro al cine, con pulcritud y fidelidad.

El mayor número de adaptaciones al cine de Olivier se centra en los dramas de Shakespeare:

  1. “Enrique V”:
  • Pone al servicio del teatro todos los medios del cine.
  • Visión teatral y escenarios naturales (es memorable su secuencia de la batalla de Azincourt)
  • Composición de las imágenes inspirada en la pintura de Paolo Ucello, los tapices de Bayeu y las miniaturas del Libro de las horas del Duque de Berry, en technicolor.
  • Gran sensibilidad en la interpretación (así se manifiesta en el rostro preocupado del rey en su visita nocturna a los soldados).
  • Una de las más ejemplares adaptaciones de Shakespeare al cine.
  1. “Hamlet”:
  • Modelo de interpretación.
  • Plantea el complejo de Edipo de Hamlet.
  1. “Ricardo III”:
  • Sólido y muy bien interpretado.
  • Usa el travelling en redondo.
  1. “El príncipe y la corista”:

La Gaceta del Norte, 16.04.1977

Su mayor interés reside en el papel de la bailarina interpretado por Marilyn Monroe.

En el caso de su filme “Tres hermanas” (1970) el que adapta es al drama homónimo de Antón Chéjov, interpretado por los actores de la Compañía Nacional de Teatro de Gran Bretaña, interviniendo en su reparto.

Destacan en la cinta vestuario, decorados y color. En cuanto al primero es de corte romántico, determinante de la clase social y de los caracteres. Los decorados son realistas, participan en la acción y contribuyen a crear la atmósfera psicológica del drama. El color colabora a dar la expresividad al conjunto.

El film e es realista, con un romanticismo ácido. Y el doblaje al español es el adecuado.

Del cine de Laurence Olivier se pueden mencionar los puntos de vista de Gubern y de Villegas López.

Para Román Gubern, “es un cine de minorías, un experimento artístico que no encuentra eco en los grandes públicos”. Pero aunque ello sea cierto, es un cine de prestigio que ha contribuido a colocar el cine británico entre las grandes potencias de la cinematografía mundial[1]. Sintetizó el cine-espectáculo con el cine de autor, dando al mero espectáculo una mayor dignidad, especialmente en las adaptaciones de Shakespeare, cuyas versiones fueron siempre pulcras (en la misma línea hizo Kozintsev su “Hamlet”). En ello se diferencia de Ordon Welles, quien en “Campanadas a media noche” incorporaba al cine la grosería de los clásicos ingleses.

Según Villegas López, “Olivier ve al Shakespeare renacentista y lo ve desde fuera; Welles ve al Shakespeare medieval y entra decididamente en él, está muy cerca de su genio”[2].

Ficha técnico-artística del film

“Tres hermanas” (Three Sisters, 1970). Productora: Lion International Films / Alan Clore Films. Productor: John Goldstone. Director: Laurence Olivier y John Sichel (codirector). Guión: Moura Budberg (adaptación de la obra homónima de Antón Chéjov). Fotografía: Geoffrey Unsworth. Montaje: Jack Harris. Música: William Walton. Intérpretes: Joan Plowright (Masha), Jeanne Watts (Olga), Louise Purnell (Irina), Derek Jacobi (Andrei), Laurence Olivier (Dr. Ivan Chebutikin), Alan Bates (coronel Vershinin), Sheila Reid (Natasha), Kenneth MacKintosh (Kulighin), Ronald Pickup (Baron Tusenbach), Daphne Heard (Anfisa), Judy Wilson (sirvienta), Mary Griffiths (criada), Frank Wylie (mayor Vassili Vassilich Solyony), Richard Kay (teniente Fedotik), Harry Lomax. País: Reino Unido. Duración: 165’.

Notas

[1] GUBERN, Román. Historia del cine. Barcelona, Editorial Lumen, 1973, pp. 318-319.

[2] VILLEGAS LÓPEZ, Manuel. El cine, tomo III.