Arte contemporáneo. IX. Orígenes de la escultura contemporánea

TEMA 31

RODIN Y LA ESCULTURA NATURALISTA

El influjo de Rodin. Sus continuadores en Francia: Bourdelle; Maillol; Despiau; Otros escultores. Tendencias naturalistas de la escultura española (Primer tercio del siglo XX)

EL INFLUJO DE RODIN

Auguste Rodin. Las puertas del infierno, y detalle de su dintel con El Pensador, 1880-90. Musée Rodin, Paris.

La obra del francés Auguste Rodin (1840-1917) ha aportado a la escultura posterior varios valores de importancia.

  1. Su realismo visual: producto de la observación de la Naturaleza, del movimiento físico de los cuerpos y de la luz sobre ellos. La consecuencia ha sido una atención al relieve mediante el modelado. Un modelado que se caracteriza por una sensibilidad para el volumen y la masa, que conduce al empleo de la técnica directa; la acción recíproca entre huecos y protuberancias; la articulación rítmica de planos y contornos; y la unidad de concepción. Rodin devuelve al arte escultórico el sentido de sus propios valores, recuperados de Fidias, de los imagineros medievales y de Miguel Ángel (en “El Pensador”). Es así como influirá en los escultores orgánicos (Arp, Moore) y en los tallistas directos (Von Hildebrand, Bernard)
  2. El empleo del fragmento como obra definitiva (el torso principalmente): figuras de anatomía

    Auguste Rodin. La Catedral, 1908. Musée Rodin, Paris.

    “inacabada” son concebidas por Rodin como obras de arte completas, no como simples bocetos (“La Catedral”, 1910). En este sentido va a influir sobre Matisse (esculturas sin brazos), Picasso (máscaras), Bourdelle (cabeza), Giacometti (brazo, pierna); Maillol, Hoetger, Lehmbruck (torso), Kollvitz (“El llanto”, 1938), Brancusi (“Musa durmiente”, 1906). Es decir, un fragmento de anatomía puede llegar a superar en expresividad a un cuerpo representado en su integridad.

  3. El principio de la permutación: consistente en la introducción de una figura o fragmento de personaje, repetido varias veces en posición invertida o en ángulo distinto (“La Tres Sombras”, que coronan “Las Puertas del Infierno”). Va a influir sobre Minne (”Fuente de los Cinco Adolescentes”, 1898) y sobre la escultura estadounidense contemporánea (Magdalena Abrakanovicz)

Los valores escultóricos de Rodin los van a mantener en Francia sus inmediatos sucesores: Aristide Maillol, Antoine Bourdelle y Charles Despiau. Estos dos últimos trabajaron en el taller de Rodin.

Pero, al mismo tiempo, los tres escultores van a reaccionar contra el Impresionismo y volverán sus ojos al Idealismo Clásico.

SUS CONTINUADORES EN FRANCIA

Antoine Bourdelle (Montauban, 1861- Le Vésinet, 1929):

Descendiente de artesanos, dotado de facilidad manual, ingresa en el taller de Rodin, del que será su ayudante durante quince años.

Esta fue su evolución:

Bourdelle. Beethoven, 1901. State Hermitage Museum, St. Petersburg,

Inicialmente fue influido por su maestro, así en el tratamiento de las superficies atormentadas a lo Rodin (“Máscara de Beethoven”, 1901)

Su personalidad artística se configura a partir de 1910 con un retorno al manierismo neoclásico, caracterizado por:

  • Una estilización neogriega.
  • Un dinamismo neobarroco, acentuado.
  • Una tendencia al monumentalismo de tipo arquitectónico, a la majestuosidad.
  • Un interés por el símbolo, expresado con fuerza, sugerencia y primor.
  • Una atención a los valores físicos de la materia, obtenidos por la simplificación de los volúmenes, aunque con ciertas concesiones a lo decorativo.

Emile-Antoine Bourdelle. Monumento a los Muertos de Montauban, Tarn-et-Garonne, Francia, 1894 (erigido en 1904). Memorial a la guerra franco-prusiana de 1870

Emile-Antoine Bourdelle. Hércules arquero, 1909. Col. Particular

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Obras:

  • “Hércules arquero” (1909): de clasicismo arcaizante. El dios griego, al disparar una flecha, apoya el pie izquierdo en una roca para dar mayor fuerza a la propulsión. Obra maestra de la expansión vital.
  • “Virgen oferente” (de Niederbruck, Alsacia): neo-románica.
  • “Monumento a los Muertos en 1870” (Montauban, 1902) y “…a los Mineros” (Montceau-les-Mines): movimiento a ultranza.
  • “Monumento al General Alvear” (Buenos Aires, 1923): gigantismo, estilo de propensiones angulosas, volúmenes resumidos.
  • “Relieves del Teatro de los Campos Elíseos” (París, 1912): alegóricos, poco profundos y muy lineales.
  • Retratos: trascendidos por una imaginación de corte romántico (“Retrato de Anatole France”)

Aristide Maillol (Banyuls-sur-Mer, Roselló, 1861-1944):

Fue primero pintor y artesano tapicero, empleando colores claros y expresión melancólica al estilo de los Nabis.

Junto a ello se observa en el primer Maillol-pintor la influencia de Gauguin (serie de sanguinas)

Sus primeras esculturas datan de 1896 y se trata de estatuillas de formas redondeadas, en madera o terracota, que ya admiró Rodin por su absoluta pureza: se proponía reemplazar las dramáticas y agitadas figuras de Rodin por la simplicidad en el gesto y la actitud; se trataba de una escultura “sintética”, reducida a lo esencial.

Aristide Maillol. Flora, desnuda, s.f. Museum of Fine arts, Houston, Texas.

Maillol llevará, pues, a la escultura, el simbolismo de Gauguin, patente en sus pinturas de Tahití, cuyas características más llamativas fueron:

  • Simplificación de modelado y expresión.
  • Unión entre la desnudez de las figuras y de la Naturaleza que las rodea: unión de arte y vida.
  • La figura como encarnación de la “idea”, como poema de vida. Maillol va a representar abstracciones (la Belleza, la Fertilidad, la Paciencia, etc.) para transmitir significados simbólicos.
  • A través de Gauguin recibirá conceptos formales de Miguel Ángel (la pose soñolienta, con un brazo uniendo la cabeza y el muslo como en “La Noche” del artista italiano), así como de los antiguos egipcios (la clara distinción entre las partes del cuerpo, especialmente la cintura; la sustitución del modelado impresionista por la superficie lisa, para concentrar en ella la luz)

Aristide Maillol. Mediterráneo, o Pensamiento, 1923. Musée d’Orsay, Paris.

La plasmación de sus ideas se materializará en la imagen escultórica de la mujer. Una mujer de canon robusto, ni delgada ni rolliza, el tipo mediterráneo; con un movimiento regular para dar sensación de vida; desnuda conforme al modelo clásico griego (tendida, sentada, reclinada o de pie), sin apenas atributos, símbolo de la Belleza o de la Naturaleza quizás); con expresión de serenidad, clásicamente sensual.

Obras:

  • Monumentos públicos: “A Debussy” (St. Germain-en-Lase, 1935); “A Cézanne” (Tullerías, París, 1912): un desnudo inclinado ofreciendo una rama de laurel al genio; “El Río” o “Torrente desbordado” (Tullerías, París): el desnudo se abandona sobre la losa, cabeza y brazo izquierdo caen con gran sentido plástico.
  • Esculturas no públicas: “La Muerte”, “La Mar Mediterránea”, “Torso”, “Pomona”, “La Venus del Collar”, son plasmaciones de otras tantas ideas sobre figuras femeninas de bellas formas.
  • “Monumento a los Muertos” (Banyuls-sur-Mer): una de sus pocas representaciones masculinas, en relieve estilizado.
  • Estampas y grabados: sobre las delicias del amor.

Charles Despiau (Mont-de-Marsan, 1874-París, 1946):

Despiau modelando una de sus esculturas (Wikipedia)

Discípulo de Rodin durante siete años (1907-1914), heredó de él su habilidad para modelar.

Fue menos idealista y sensual que su maestro.

Se centró en el retrato, con alcances formales más que psicológicos (“Paulette”, 1907).

En sus cuadros plasma un expresionismo ponderado que lleva a estilizar sin deformar, simplificando volúmenes: “Bacante” (1925), “Assia” (1937), “Baco” (1944).

OTROS ESCULTORES

Entre los últimos clásicos nacidos en el siglo XIX citaremos a:

  • Joseph Bernard: difundirá en Francia el empleo de la talla directa. Sus temas se relacionan con la música.
  • François Pompon: animalista. Emplea superficies lisas y sombras difusas.

En la trayectoria de Maillol y Despiau se hallan:

  • Los franceses Lucien Schnegg, Louis Dejean, Robert Wlérik, Alfred-Jean Halou y Léon-Ernest Drivier.
  • Los centroeuropeos como el alemán Richard Engelman, el suizo Richard-Adolf Zutt, el polaco Elie Nadelmann, y el checo Karel Dvorack.
  • Los estadounidenses José De Creeft, Robert Laurent y William Zorach.
  • Los italianos se mueven entre el Naturalismo, el esquematismo moderno y la herencia cultural antigua: Arturo Martini, Giacomo Manzú, Marcelo Mascherini y Marino Marini (“Jovencita”, 1943)

TENDENCIAS NATURALISTAS DE LA ESCULTURA ESPAÑOLA (PRIMER TERCIO DEL SIGLO XX)

El primer tercio del siglo XX se caracteriza en la escultura española por un dominio del idealismo, del realismo y del clasicismo.

Son corrientes que se refunden, hasta cierto punto, en una gran orientación conservadora, empeñada en defenderse de las agresiones expresionistas y vanguardistas.

CIRLOT las agrupa bajo el común denominador de “tendencias naturalistas”.

Idealización:

Enric Casanovas. Figura femenina, 1928. Plaza de Catalunya, Barcelona (Wikipedia)

Se da en Cataluña gracias a la vía abierta por Josep Llimona por recuperar la forma y volumen clásicos griegos (Fidias, Praxíteles), empleando el desnudo femenino, dentro del ambiente de la Renaixença, que facilita esta búsqueda esencialmente mediterránea.

Sus representantes son Josep Clarà, que emplea volúmenes rotundos, corpóreos (“Maternidad”); Enric Casanovas, que difumina la rotundidad de volúmenes mediante el esfumado; y Frederic Marès.

Realismo:

Se da en Castilla, donde ahora se intenta purificar esa gran escultura de los siglos XV a XVII. Está teñida del pesimismo propio de la imagen que de Castilla ha dado la Generación del 98.

Sus representantes son Julio Antonio, que recoge la herencia del realismo de Mateo Inurria, que va a plasmar en sus bustos de bronce sobre tipos raciales, influido por Donatello; Victorio Macho, emplea un lenguaje de formas sintéticas, buscando lo esencial del personaje, el cubismo resuena en su obra (“Llorosa de la tumba del poeta Morales”, Las Palmas de Gran Canaria; “Monumento a Galdós”, Madrid); Emiliano Barral, perfecto conocedor de la piedra.

Victorio Macho. Monumento a Benito Pérez Galdós, 1918-1919. Parque del Retiro, Madrid

Mateo Hernández. Otaria, león marino, en granito negro, 1920. Museo Municipal de Escultura Mateo Hernández, Béjar (Salamanca) España

Clasicismo y realismo en otras regiones:

  • Galicia: los escultores destacados son Francisco Asorey, cantor del regionalismo, de los tipos populares, con piedra policromada; Santiago Rodríguez Bonome y José María Acuña (tipos populares)
  • Asturias: Manuel Álvarez-Laviada.
  • País Vasco: León Barrenechea, Quintín de Torre, Moisés de Huerta y Julio Beobide.
  • Navarra: Fructuoso Orduna (evolucionó de la rotundidad a la suavidad de las formas)
  • Cuenca: Luis Marco Pérez, realista.
  • Valencia: José Capuz y Juan Adsuara (idealismo vuelto a los imagineros castellanos –Berruguete-, figuras de madera sin policromar)
  • Andalucía: Juan Cristóbal (almeriense, realista) y Lorenzo Coullaut-Valera (sevillano, autor de monumentos conmemorativos)
  • Extremadura: los realistas Pedro de Torre Isunza y Enrique Pérez Comendador.
  • Salamanca: Mateo Hernández, animalista, que empleó la talla directa sobre rocas duras, recoge la tradición sumeria y egipcia (“Maternidad”, “Autorretrato”)

Julio Antonio. Joven de Ávila de los Caballeros. Serie Bustos de la Raza, 1914. Museo de Bellas Artes de Álava, Vitoria. España

Sin embargo, hay una serie de figurativos que tratan de animar y humanizar la escultura, rompiendo moldes:

  • “Manolo” Hugué: catalán, con su respeto por las proporciones. Será modelo para los renovadores de los años 40.
  • Apel-les Fenosa: también catalán, supera el clasicismo del tipo mediterráneo estilizándolo y luego esquematizándolo (“Tempestad”)
  • José Planes, murciano, cuya evolución hacia la síntesis coincide con Brancusi (“Desnudo sedente”, 1953)
  • Cristino Mallo, gallego, evoluciona de lo académico a lo sintético (“Bombardeo”, “Desnudo tumbado”)

La ruptura con la tradición se va a producir con el aragonés Pablo Gargallo y el barcelonés Julio González en los últimos años de este tercio de siglo, si bien Picasso –ya en la década 1910- incorporó a la escultura objetos encontrados (por eso se le considera precursor del Dadaísmo)

Apel-les Fenosa. El buen tiempo persiguiendo a la tempestad, 1957. Avenida Gaudí, Barcelona (Wikipedia)

BIBLIOGRAFÍA

General:

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CIRLOT, Juan Eduardo (1956) La escultura del siglo XX. Barcelona, Omega. Págs. 13-14 Bourdelle; pág. 18 y ss. Tendencias naturalistas: Maillol, Despiau, España.

HEARD HAMILTON, George (1983) Pintura y escultura en Europa 1880-1940. Madrid, Cátedra. Pág. 73 Bourdelle, 259 y ss. Maillol y Despiau.

HOHL, Reinhold (1986) “La aventura de la escultura moderna”, en HISTORIA DE UN ARTE: LA ESCULTURA. SIGLOS XIX Y XX. Genève, Skira-Carroggio. Cap. 2 Siglo XX, pág. 107 y ss.; págs. 111-114 influjo de Rodin; págs. 159 y ss. Despiau.

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SAMBRICIO, Carlos-PORTELA, Francisco-TORRALBA, Federico (1980) Historia del arte hispánico. VI. El siglo XX. Madrid, Alhambra (Segunda parte)

Maillol:

RITCHIE, Andrew C. (1972) Aristide Maillol. Westport, Greenwood Press. Incluye fragmentos de la entrevista que le hiciera Judith Cladel para su libro Aristide Maillol, sa vie, son oeuvre, ses idées, Paris, Bernard Grasset, 1937. Cap. IX.

TEMA 32

LA ESCULTURA A PRINCIPIOS DEL SIGLO XX

Introducción: El impacto del arte primitivo: Los pintores-escultores. La escultura fauvista: Derain y Matisse. La escultura expresionista: Lehmbruck; Barlach. La escultura surrealista: Giacometti; Otros escultores surrealistas. Los montajes de objetos encontrados. Bibliografía

INTRODUCCIÓN

A comienzos del siglo XX la tradición escultórica occidental va a sufrir una ruptura por la revalorización del arte de los pueblos “primitivos” de los imperios coloniales (Oceanía y África), que va a señalar el comienzo de la escultura moderna.

Junto a ello se da un interesante fenómeno, como es la combinación de pintura y escultura en una serie de artistas, que van a desarrollar el arte de las formas antes del Cubismo.

Veamos estos dos aspectos.

El impacto del arte primitivo:

A partir de 1900 los artistas se van a interesar por las corrientes etnológicas de los museos occidentales (Museo del Trocadero, París; Colección de Dresde; British Museum; Colección Etnográfica de Berlín), que estudiarán “in situ” Epstein, Derain, Kandinsky, Von Kirchner, Picasso, Vlaminck, Schmidt-Rotluff, Marc y otros.

Henri Matisse. Las dos negras, 1908. Col. Particular

La influencia del “arte negro” (primitivo, tribal) se generalizará entre 1907 y 1930, y puede concretarse en:

  • Desaparecerá la posición de “contraposto” (compensación del equilibrio de un cuerpo en movimiento mediante otro de signo contrario para romper con la frontalidad o rigidez), que se sustituye por la disposición del cuerpo conforme a un solo eje, que garantice la función mágica que habita sus partes.
  • Las propiedades del “arte negro” confirmaron a los artistas en su concepción de una pintura autónoma, aprendida en Cézanne.
  • Desde el punto de vista formal se van a adoptar las “proporciones africanas” a la escultura, es decir: piernas cortas, muslos voluminosos, tronco alargado y cabeza grande (o por el contrario muy pequeña)

Una serie de artistas van a aprovechar estas lecciones:

  • Derain, del que hablaremos.
  • Picasso en su periodo negro (1907-1908)
  • En Alemania influyó en el desarrollo del expresionismo: Kirchner, Schmidt-Rotluff, Pechstein y Scherer se apasionaron por el arte de los Mares del Sur.
  • Afectó también a artistas de la Escuela de París como Epstein, Modigliani y Brancusi.
  • Escultores británicos como Gaudier-Brzeska y Moore sufrirán también su influencia.

El “estilo negro” se va a convertir en una moda, en una actitud de modernidad.

Los pintores-escultores:

Un fenómeno de esta época es la recuperación del concepto pintor-escultor, que tuvo sus precedentes en Miguel Ángel.

Algunos pintores, a caballo entre los dos siglos, se van a interesar en la escultura como prueba de su pasión por las artes plásticas. Por medio de ella van a estudiar la expresión del volumen en el espacio y el conflicto de la luz y la masa. Es el caso de los impresionistas Degas y Renoir, de los simbolistas Gauguin y Bonnard, y de los fauvistas Matisse y Derain.

LA ESCULTURA FAUVISTA: DERAIN Y MATISSE

Se puede estudiar en los quehaceres de Derain y Matisse.

André Derain:

André Derain. Desnudo acurrucado, 1907. Museum Moderner Kunst, Viena.

Entre 1906-1908 Derain realiza media docena de esculturas, interesantes como documento de la situación de la escultura moderna en la vía abierta por Gauguin, antes de generalizarse la estética del Arte Primitivo y la talla directa.

Se trata de piezas talladas directamente en piedra.

Su “Desnudo acurrucado” (1907) presenta forma cúbica y compacta, con pies reducidos, que recuerda a la escultura azteca.

Henri Matisse:

La escultura de Matisse supone una reacción frente a Rodin y Maillol:

  • Frente al detalle cuidadosamente realizado de Rodin en algunas de sus obras (que desdeña el todo), Matisse escoge la totalidad del cuerpo, que trata de representarlo en conjunto, sin perderse en el estudio del

    Henri Matisse. Desnudo acostado, 1907. Kunsthaus, Zurich

    detalle. El detalle debe estar subordinado al ritmo dominante.

  • Frente al proceder según el volumen de Maillol (herencia antigua), Matisse se interesa por el arabesco: un modo de escapar de la masa y del volumen, y refugiarse en el movimiento y la acción (su escultura es consecuencia lógica de su pintura)

Pero este movimiento, originado por las tensiones musculares internas, le va a llevar a un expresionismo desconocido en su pintura y dibujo, y que culmina en su serie de “Cinco espaldas” (1909-1929), donde representa a un bañista en relieve, de espalda, con los pies en el agua y en falso “contraposto”:

  • La 0 y 1ª bañistas son naturalistas y repiten el arabesco.
  • La 2ª es más sumaria y grosera.
  • La 3ª muestra una simplificación evidente.
  • La 4ª una simplificación absoluta, próxima a la escultura de Arp y Moore.
  • Matisse concluirá que “la exactitud no es la verdad”.

Henri Matisse. Bañista o Desnudo de espaldas: 0, 1909; I, 1909; II, 1913; III, 1916/17; IV, 1930. Kunsthaus, Zurich (Fotos: Druer, 0; Walter Dräyer, I-IV)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Otras obras:

  • “Desnudo acostado” (1907): el ritmo se ha conseguido con la articulación del tronco con las caderas, lo que supone una ruptura respecto al estilo escultórico de Degas y Rodin. Influyó en las audaces investigaciones de Picasso entre 1907-08.
  • “Las dos negras” (1908): la visión simultánea de las caras anterior y posterior de un cuerpo va a servir a Picasso para, a partir de 1907, fundir ambas visiones en una sola.
  • “Jeannette” (1910-13): serie de cinco bustos en donde se aprecia la influencia del arte primitivo (partes aisladas, formas pronunciadas) Picasso aún irá más lejos en estas ideas en 1931.
  • “Gran desnudo sentado” (1907), “ Figura decorativa” (1908), “Desnudo sedente” (1925)

LA ESCULTURA EXPRESIONISTA

En este periodo la escultura expresionista adquiere importancia en Centroeuropa, conectada a la herencia del gótico germánico. Pero también debe indicarse su influencia sobre los Países Bajos, área mediterránea y América.

Podemos trazar dos grandes corrientes expresionistas, de orientación distinta:

  1. Aquella que pone el acento en el patetismo y en consecuencia espectraliza y alarga la figura; la concentra; la mutila, por influjo convergente de la arqueología; o bien la reduce a las partes más emotivas. El estremecimiento interior ha sido plasmado por los escultores Jacob Epstein (ruso), Antón Hanak (austriaco) y Herman Haller (suizo), y las escultoras Mary Duras-Kopf (checa) y Renée Sintenis (alemana). La convergencia con el naturalismo corresponde a los rodinianos Georg Kolbe y Richard Scheibe, que hacen patente el sentimiento hedonista y martirio ante la belleza; a Willehm Lehmbruck, de imágenes espiritualistas; y a los mediterráneos Ernesto De Fiori, Apel-les Fenosa y Eduardo Díaz Yepes. La rudeza y agresividad se halla en los alemanes Ernst Barlach, Franz Metzner, Edmun Moeller; así como en las esculturas de los pintores Kathe Kollvitz y Franz Marc. En España, parte de la creación de Victorio Macho, Santiago Bonome y Manuel Martínez Hugué.
  1. Y aquella otra que sin perder la intensidad expresionista resulta más decorativa: esquematizan geométricamente la figura, componen rítmicamente, se expresan aristas y superficies. Es casi un protocubismo, presente en la obra de Iván Mestrovic (yugoslavo), Georg Minne (belga) y Bernard Hoetger (alemán)

De este conjunto merecen destacarse las figuras de Lehmbruck y Barlach, que encarnan tendencias opuestas. El primero se inspirará en una fuente clásica, mediterránea, los desnudos. Y el segundo se vinculará al contenido angustioso de las figuras del arte gótico.

Wilhelm Lehmbruck. Desnudo de pie, 1911. Wilhelm Lehmbruck Museum, Duisburg (Alemania) (Wikipedia)

Wilhelm Lehmbruck. El caído, 1915-16. Wilhelm Lehmbruck Museum, Duisburg (Alemania) (Wikipedia)

Wilhelm Lehmbruck (1881-1919):

Nace en el Valle del Rhin, donde son palpables las influencias de Francia e Italia.

Su evolución es la siguiente.

Entre 1895 y 1910 se forma en Dusseldorf. Pasa de un naturalismo sentimental del desnudo de salón al dramatismo barroco (Miguel Ángel, Rodin) También es influido por un realismo a lo Meunier. Obra significativa de este momento es “Hombre desnudo”.

En 1910 se instala en París. Es influido por Rodin y Maillol. Obra característica: “Desnudo de pie” (1910): aparece el efecto apaciguador de las masas de Maillol pero con acento patético en la cara.

A partir de 1912, tras dos viajes a Italia, se patentiza en él una tendencia a realzar la geometría abstracta de los volúmenes anatómicos; alarga los cuerpos como inspirándose en el arte escultórico medieval: “Mujer arrodillada” (1911).

Desde 1914 se acentúa la expresión trágica en sus desnudos masculinos, de miembros tubulares (“El caído”; “Joven sentado” (1918): “El pensador” de Rodin ha sido vaciado de pasión)

Puede decirse que sus figuras están contorneadas con delicadeza y se hallan en meditación.

Ernst Barlach (1870-1938):

Ernst Barlach. Cenotafio de Magdeburgo, 1929. Catedral de Magdeburgo, Alemania (Wikipedia)

A diferencia del anterior, Barlach se va a limitar a esculpir pesadas figuras de macizos contornos (no le atraerán como a Lehmbruck las idealizaciones lineales, ni los desnudos, ni las estructuras abiertas y ligeras).

Y esta inclinación va a deberse a su trabajo con maderas duras, de fibra prieta; a su inclinación temática hacia los campesinos rusos; y a su interés por las tallas de madera del medievo alemán, de las que admiraba su libre juego de acciones, lo que le lleva a un rechazo de la tradición clásica.

Su temática se centra en figuras solas o en pareja, símbolos de diferentes emociones: resignación, desesperación, locura, curiosidad, etc. (“Vieja sentada”) Su intención es ilustrativa, no anecdótica: se sirve de la postura y el gesto, por ejemplo en “El solitario” (1911)

Hizo monumentos funerarios para Kiel, Magdeburgo y Bremen. En el “Monumento conmemorativo a las dos Guerras Mundiales de la Catedral de Gustrow” representa un ángel de bronce que semeja dormir en la muerte.

Giacometti. La madre del artista, 1927. Alberto Giacometti-Stiftung, Zurich (Foto: Walter Dräyer)

Giacometti. Cabeza que contempla, 1927/28. Alberto Giacometti-Stiftung, Zurich (Foto: Walter Dräyer)

LA ESCULTURA SURREALISTA

El único artista que puede considerarse como escultor surrealista importante es:

Alberto Giacometti (suizo, 1901-1966):

Su evolución y formación son las siguientes.

  1. París 1922, donde estudia a Rodin, Bourdelle, Laurens, Lipchitz y Brancusi.
  2. Estudia la escultura y pintura prehistóricas, la escultura egipcia, el arte tribal africano y oceánico. Obras: “Hombre y mujer”, “La pareja”; “La madre del artista” (1927: retrato que no representa la figura en bulto redondo, como era tradicional, sino en una plancha metálica frontal y combada, como en un retrato pintado. Lo concibe como un rostro-contemplado-que-contempla; “Cabeza que contempla” (1927-28): pone en evidencia aún más este proceso, pero dentro de la abstracción. Transforma la escultura en un soporte de ideogramas, como si se tratase de una hoja de papel. Picasso ensayará procedimientos similares.
  3. 1930-1934. Es su periodo surrealista. Realiza sus cajas abiertas. Hechas con barras de metal, en las que suspende construcciones libres hechas de madera. Según él son “construcciones transparentes, una especie de esqueletos en el espacio”, visiones surrealistas de la realidad dotadas de movimiento y de interpretación enigmática (“Palacio a las 4 de la madrugada”) Otras obras son formas crueles (“Objeto desagradable”, “La mujer con la garganta abierta”; “Manos sosteniendo el vacío”, también llamada “El objeto invisible”, 1934: representa una especie de fetiche melancólico que sostiene entre sus manos un objeto invisible.
  4. A partir de 1940, movimiento en el espacio y ambigüedad en la interpretación se plasmarán en sus figuras humanas estilizadas, dispuestas en grupo o solas, a las que también llamará “construcciones”, por ejemplo “La plaza” (1948)

    Alberto Giacometti. Palacio a las 4 de la madrugada, 1932/33. The Museum of Modern Art, New York

    Alberto Giacometti. El bosque: siete figuras y una cabeza, 1950. Kunsthaus, Zurich (Foto: Walter Dräyer)

Otros escultores surrealistas:

El surrealismo escultórico se extiende, además, a  una serie de pintores-escultores, que van a combinar sugerencia imitativa o inventiva con un tratamiento simplificado y esquemático, y que tenderán a sintetizar surrealismo con abstracción.

Ernst. Espárragos lunares, 1935. Gal. Beyeler, Basilea.

Hans Arp. Tronco, 1932. Col. Particular, Basilea (Foto: Photocolor Hinz)

Nos referimos a la obra escultórica de:

  • Joan Miró, y sus figurillas de barro vaciadas en bronce, así como a sus relieves de arabescos rehundidos.
  • Hans Arp, con sus formas blancas abstractas (en yeso o piedra), con que sugiere seres biomórficos (“Tronco”, “Concreción humana”)
  • Max Ernst, que cincela finos relieves sobre piedras erosionadas por la Naturaleza, definiendo la obra de arte como un producto surreal de la Naturaleza (“Espárragos lunares” o especies vegetales surreales, 1935)
  • Picasso y Moore también realizan esculturas de tipo surrealista (“Figura de mujer, Picasso, 1930; “Pajarera”, Moore, 1939)

Los montajes de objetos encontrados:

Los significados inconscientes van a ser expresados por los artistas mediante otro procedimiento: la combinación de “objetos encontrados” incongruentes en si mismos o ligeramente modificados al fin que se proponen alcanzar, que es plantear al espectador asociaciones de pensamientos o de sentimientos.

Son herederos de los montajes dadás (Duchamp, Ray, Hausmann), por su improvisación antiartística.

Autores y obras:

  • Joan Miró: “Personaje con paraguas” (1931), reconstrucción irónica de un hombre con parte de un aparador, un paraguas, un listón y flores de papel.
  • Joseph Cornell: “Caja de cristal con diferentes objetos” (1936).
  • Meret Oppenheim: “Desayuno en piel” (1936): combinación de taza, plato y cuchara forrados en piel.
  • Picasso: “Cabeza de toro” (1943), fabricada con un manillar y un sillín de bicicleta.

Joan Miró. Personaje con paraguas, 1931 (copia 1973) The Museum of Modern Art, New York

Meret Oppenheim. Objeto (Desayuno en piel), 1936. The Museum of Modern Art, New York

BIBLIOGRAFÍA

General:

BLOK, Cor (1982) Historia del arte abstracto (1900-1960)Madrid, Cátedra.

CIRLOT, Juan Eduardo (1956) La escultura del siglo XX. Barcelona, Omega.

HEARD HAMILTON, George (1983) Pintura y escultura en Europa 1880-1940. Madrid, Cátedra.

HOHL, Reinhold (1986) “La aventura de la escultura moderna”, en HISTORIA DE UN ARTE: LA ESCULTURA. SIGLOS XIX Y XX. Genève, Skira-Carroggio.

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Imagen de la portada. El río, de Aristide Maillol, 1930. Jardín de las Tullerías, París.