Guion para su desarrollo: Historiografía. Introducción. Arquitectura. Escultura. Las artes figurativas. La miniatura. El marfil
Historiografía
Ha sido la Dra. María Concepción García Gaínza la que la ha trazado en su ponencia del I Congreso General de Historia de Navarra (rev. Príncipe de Viana, anejo 6, 1987)
Los siglos VI al X son en Navarra tan oscuros como en el resto de Europa: los restos son escasos y fragmentarios como para formar visiones artísticas coherentes, tal como sucede en los territorios hispánicos de Asturias y Cataluña con el carolingio.
Con todo, la primera visión de conjunto fue intentada por URANGA e ÍÑIGUEZ en su Arte medieval navarro, vol. I, Prerrománico (Pamplona, Caja de Ahorros de Navarra, 1977), poniendo de relieve toda la complejidad de la materia y planteando interrogantes que todavía hoy no han sido completamente contestados, por ejemplo si ha existido o no una producción artística visigoda; el tema de los primitivos eremitorios en contacto con tierras riojanas y alavesas va siendo estudiado por PUERTAS TRICAS y MONREAL JIMENO.
Jacques FONTAINE ha dedicado un capítulo de su obra L’Art Préroman Hispanique (Zodiaque, 1977, pág. 247 y ss.) al estudio del arte mozárabe entre nosotros, ocupándose también de los restos post-visigodos, asturianos y carolingios.
La obra fundamental para estudiar la arquitectura cristiana de los siglos IX y X sigue siendo el citado URANGA e ÍÑIGUEZ, que abarca los ámbitos hoy no navarros de la Rioja Alta y Aragón pertenecientes al reino de Pamplona-Nájera. Objetivo de este estudio es el análisis de los restos aparecidos en las excavaciones del Monasterio de Leire y del templo de San Miguel de Aralar.
En este punto de la arquitectura, hay varios temas pendientes de aclaración y estudio:
- La verdadera entidad o relieve de monasterios importantes como Urdaspal, Igal, Usún, Fuenfría y otras iglesias citadas por san Eulogio y luego recogidas en la Documentación medieval de Leire por prof. MARTÍN DUQUE (1983), como relacionadas con este importante cenobio; el auxilio de la arqueología será imprescindible para lograr este conocimiento.
- La cronología precisa de la iglesia de San Miguel de Villatuerta: El padre GERMÁN DE PAMPLONA, ÍÑIGUEZ y SILVA optan por el siglo X (971-978); BIURRUN adscribía sus relieves al XI; AZCÁRATE reconoce en ellos una estética ajena al románico; hay dudas sobre su autoría, su localización primitiva y su problemática iconografía; LACARRA y GUDIOL la considera del siglo XI (1067-1076)
- La conveniencia de estudiar el hórreo de Iracheta en relación a los métodos constructivos de la Valdorba, no sólo desde el punto de vista de su influencia asturiana; su ruralismo, para GARCÍA GAÍNZA, se asemeja al de las iglesias de Uzquita y Eristain, “que producen la sospecha de ser anteriores al románico”.
- La relación de la ermita de Gomacin (Puente la Reina), tenida como prerrománica por SILVA, con otras iglesias de su entorno, para iluminar su compleja datación.
Los monasterios riojanos de San Millán de la Cogolla y San Martín de Albelda o el aragonés de San Juan de la Peña, gozan de una extensa bibliografía: MOYA VALGAÑÓN, “Historia del arte riojano: estudio de la cuestión, fuentes y bibliografía” (Kobie, Bilbao, 1983); VARIOS AUTORES, Bibliografía del Arte Aragonés (Zaragoza, 1982).
El Monasterio de Leire cuenta con las obras monográficas de MOLINA y MORAL (Panorama, nº 3, 1985; León, 1982)
La aportación fundamental para el siglo X es la obra de SILVA VERÁSTEGUI sobre la miniatura de los monasterios riojanos y aragoneses que formaban parte del Reino de Pamplona-Nájera: Iconografía del siglo X en el reino de Pamplona-Nájera (Pamplona, 1984). Así, los Códices Vigilano y Emilianense serían de producción navarra, no castellana; ciertas iconografías, como el Apocalipsis, se dan por primera vez en este ámbito mozárabe.
Introducción
El estudio del Arte Prerrománico navarro requiere de dos precisiones previas: cronológicas y geográficas.
- Desde el punto de vista cronológico: el arte prerrománico se da en Navarra entre los siglos IX y X, ya que no se conservan restos de centurias anteriores (en el resto de España el arte visigodo empieza a dar sus frutos ya en el siglo VII y en el X se produce el mozárabe)
- En el aspecto geográfico: hay que recordar los límites del Reino de Pamplona en aquella época, abarcando la actual Navarra, la Rioja conquistada por Sancho I Garcés y el Condado de Aragón, incorporado a raíz del matrimonio de García Sánchez I. De todos estos territorios, será la rioja el más activo artísticamente, por estar en ella la mayor parte de los edificios y scriptoriatenidos como de esta época. Por lo que incluiremos en el tema obras fuera de los límites actuales de Navarra.
Navarra se presenta en esta época como una región contradictoria:
- Difícil a la penetración de romanos, visigodos y cristianismo, por su orografía.
- Pero atravesada por importantes vías (romanas) que la comunican con Francia, el reino Astur-Leonés, el Condado de Castilla y el valle del Ebro, y a través de éste con el Mediterráneo, lo que deviene en una encrucijada de varias corrientes.
Esto explica el por qué los restos prerrománicos son tan raros y a la vez tan desconcertantes.
Es época para el Reino de Pamplona de pretendida independencia política frente a sus vecinos, lo que le lleva a ser hostil con Carlomagno y aliado de los musulmanes Banu-Qasi establecidos en Tudela. Sin embargo, los carolingios penetrarán en Pamplona por la vía monástica.
El contacto con la mozarabía se produce a través de las figuras de San Eulogio de Córdoba y las santas martirizadas en Huesca Nunilo y Alodia (reliquias en Leire).
Por último, desde fines del siglo IX a principios del siglo X, se produce la apertura del Reino de Pamplona al Reino de Asturias y su sucesor Leonés.
Esta situación peculiar explica la pluralidad de corrientes que se da en la zona: carolingia, asturiana y mozárabe, incluso con cierta perduración visigótica.
Arquitectura
En base a esta pluralidad, el gran estudioso del Prerrománico navarro, el prof. ÍÑIGUEZ, distingue cuatro grupos de edificios:
- De tradición hispánica
- De influencia carolingia
- De influencia mozárabe
- De influencia asturiana.
Edificios de tradición hispánica
De influencia visigótica.
Hay que decir que hay vestigios dudosos de una necrópolis hispano-visigoda en Pamplona, excavada por M. A. MEZQUÍRIZ, que ya fue dada a conocer por ANSOLEAGA.
Integran este grupo una serie de edificios riojanos:
- San Felices de Oca: cerca de Villafranca Montes de Oca, provincia de Burgos, fundada en el siglo IX. Bajo la influencia visigótica, tiene planta de nave única con cubierta de cañón, cabecera rectangular, compartimentos laterales a modo de crucero, aparejo irregular y sillares de gran tamaño, arcos de medio punto peraltados, y bóveda de casquetes sobre pechinas en la cabecera.
- Santa Coloma (cerca de Nájera), aunque restaurada en época mozárabe (923), su cripta podría evidenciar una influencia paleocristiana, pero sus grandes sillares son visigóticos.
- Viguera, datada por Íñiguez en el siglo VIII, de cabecera típicamente visigótica, con arco triunfal enmarcado por dos nichos.
- Monasterio de Albelda: importante también como sede del famoso scriptorium, se funda en el 924 (Sancho I Garcés), pero Íñiguez supone otro anterior cuyos restos se aprovecharon. Su iglesia está excavada en la roca, como también las celdas monásticas.
Edificios de influencia carolingia
Esta influencia, como es lógico, se da más al norte, dentro de los límites de la Navarra actual y aparece en dos edificios muy conocidos: San Salvador de Leire y San Miguel de Aralar, aunque los restos que pudieran encontrarse en esta zona son prácticamente inexistentes:
- San Salvador de Leire: a mediados del siglo IX ya se mantiene floreciente (San Eulogio de Córdoba) En los siglos IX y X fue utilizado como panteón de los reyes navarros. En el XI se da su máximo auge, pues sus abades son designados obispos de Pamplona y se erige la actual iglesia románica. La iglesia prerrománica desapareció, quedan sólo los cimientos revelados por las excavaciones: existía a mediados del IX y persistió hasta fines del X o principio del XI. Íñiguez distingue varias fases (según las razzias o depredaciones musulmanas): inicialmente era de nave única, con sendos anejos, con ábside semicircular al interior y rectangular al exterior, y pórtico a los pies; en la segunda fase se le incorporaron ábsides laterales; y en la tercera se alargaron los anejos dando lugar a naves laterales que quedaron en tres, y parece que contaba con tribuna sobre el porche.
- San Miguel de Aralar: los orígenes del edificio (aparte la leyenda fantástica de Teodosio de Goñi), son remitidos por Íñiguez a los siglos IX y X. SE modificó en el románico. Del momento primitivo se conservan parte de la forma de la planta y parte del aparejo de la cabecera. Parece que tuvo nave única con un ábside (poligonal al exterior, ultra semicircular al interior), anejos y pórtico con tribuna, y sendos ábsides posteriores a los lados, semicirculares como en Leire.
Edificios de influencia mozárabe
Los edificios bajo esta influencia vuelven a situarse en su mayoría en tierras riojanas, próximas a León y Castilla donde las influencias mozárabes son sustanciales.
Dentro de este grupo se encuentran: San Millán de la Cogolla, San Andrés de Tarculla, Santa María de Peñalba (de Arnedillo), San Miguel de Villatuerta y San Juan de la Peña.
- San Millán de la Cogolla: su origen data del siglo VI, en época visigótica, cuando el pastor Emiliano (el futuro San Millán), se retiró a este lugar a hacer vida eremítica con sus seguidores. De esta época, pues, son los restos más antiguos. Es posible que sobreviviera a la invasión musulmana, por estar en un sitio aislado. A principos del X pasa a ser territorio navarros. En el 984 se consagra su basílica y para entonces ya habitaban en el monasterio gentes mozárabes, que dejan su huella artística. En 1001 es incendiado por Almanzor y reconstruido después, en estilo románico, por Sancho III el Mayor. En su origen visigótico, el monasterio parte de tres naves excavadas en la roca, constituyéndose luego la central en ábside y añadiéndole una nave de tres tramos, que en época mozárabe se convertirá en crucero. El arco de entrada a la cueva-ábside es visigodo. Las modificaciones de época mozárabe fueron éstas: bóveda nervada sobre la primitiva bóveda visigótica (al estilo cordobés califal); se añaden dos naves separadas por triple arquería mozárabe (carácter dúplice del monasterio: hombres y mujeres); cubierta a doble vertiente de madera; puerta de entrada al sur con arco de herradura sobre columnas pareadas y capiteles esculpidos; modillones de rollo mozárabes en el alero exterior, con rica decoración escultórica.
- San Andrés de Torrecilla de Cameros (cerca de Viguera): del siglo X se conserva el ábside, con su planta en arco de herradura y bóveda gallonada reforzada por nervios como en San Millán.
- Santa María de Peñalba (Arnedillo): muy similar a la iglesia mozárabe de San Baudelio de Berlanga (Soria).
- San Miguel de Villatuerta: situada junto al Camino de Santiago. Destaca por sus esculturas. La lápida fundacional (en el Museo de Navarra) permite fechar el edificio entre 971 y 978, y conocer el nombre de su autor (Belenceres o Acto) Era de una sola nave rectangular, con ábside semicircular, arco de la puerta ligeramente ultra semicircular, y cubierta de madera.
- San Juan de la Peña: parece que fue fundado este monasterio en torno al 920. Desempeñó en Aragón un papel similar al de Leire en Navarra, como centro político y religioso además de panteón real. En el XI adquiere máxima importancia, introduciéndose la regla de San Benito. La iglesia primitiva constó de dos naves con ábside rectangular, adosado a la montaña; arcos de herradura; y probable cubierta de madera.
Edificios de influencia asturiana
Esta influencia se manifiesta a través de hórreos, antaño más frecuentes en Navarra. El más importante es el de Iracheta, propiedad primero de la Corona y después de la Orden de Hospitalarios de San Juan.
Sus características son planta rectangular; piso inferior sostenido por arcadas soportadas por pilares cuadrados de aire muy asturiano, y arcos de medio punto; piso superior ciego, excepto la puerta y algún agujero para ventilación; tejado a dos aguas, alero sostenido por modillones paralelepípedos de tipo asturiano.
Escultura
La escultura prerrománica se reduce a una serie de capiteles del Museo de Navarra (uno de San Martín de Unx estudiado por Gudiol), decorados por fustes estriados, u hojas y temas geométricos –de influencia asturiana- y por los relieves de la capilla de Villatuerta.
Estos relieves estaban situados por debajo de la cornisa del edificio en los muros norte y sur (estos últimos en el Museo de Navarra). Pero teniendo en cuenta las alteraciones sufridas por el edificio, parece que esta no fue sus disposición original.
La iconografía consta de once altorrelieves:
- Relieve del Crucificado, quizás primera representación del tema (también representado en una estela discoidea de San Martín de Unx)
- Ángel con los brazos en alto, quizás el titular San Miguel o quizás también primera representación del tema a nivel escultórico.
- Figura a caballo con bastón en forma de báculo, tal vez obispo o cruzado.
- Figura orante y con manípulo (sacerdote) y otra portando una cruz, ¿escena de evangelización o de cruzada?
- Figura sedente, ¿representación de los asistentes?
- Figura con lanza.
Es decir, tanto podría representarse una escena de evangelización como de cruzada o de respuesta a la llamada del rey para acudir a la guerra (ordo visigótico).
En cuanto a su estilo, que sería característico del arte popular, destaca el barbarismo rústico, el expresivismo y la espontaneidad; el esquematismo y desproporción en las figuras, constantes del prerrománico europeo; y su ruralismo en conexión con el arte funerario popular (estela de san Martín de Unx del Crucificado)
Las artes figurativas
Miniatura
Dentro de la importancia que tiene en el conjunto hispánico la miniatura mozárabe, hay que situar los scriptoriadel foco riojano, entonces Reino de Pamplona, que compite en categoría con los leoneses y castellanos.
Los scriptoria riojanos tuvieron su sede en los monasterios de San Millán de la Cogolla y Albelda, yendo dirigida su producción a satisfacer las necesidades monásticas: salterios, biblias, antifonarios, colección canónica y beatos.
Los scriptoria presentan las mismas características que el resto de la miniatura mozárabe:
- Interés centrado en las figuras
- Figuras arquetípicas (no individualizadas)
- Ausencia de volumen y perspectiva
- Falta de respeto a las proporciones
- Inmovilidad en la acción
- Actitudes amaneradas
- Predominio del color sobre la línea
- Uso de colores puros e intensos en razón a la expresividad.
Hay dos fases en la evolución de la miniatura:
- Una arcaizante (mediados del siglo IX-mediados del X), donde aparecen influencias del pasado (visigóticas, asturianas, merovingias), en un estilo torpe y bárbaro, que anuncia sin embargo la miniatura mozárabe. De esta fase arcaizante tenemos el llamado Fragmento de Cirueña (hoy en Silos), fragmento ilustrado más antiguo del Beato llegado a nosotros, del siglo IX; y el Beato de la Biblioteca Nacional (930-950), segundo ejemplar del Beato ilustrado después del anterior, con influjos bizantino y merovingio.
- La madurez (mediados del X-mediados del XI) se alcanza bajo la doble influencia carolingia y musulmana (mozárabe). Son representativos del momento el Scriptorium de Albelda, que produce el Códice Albeldense (976)., siendo sus autores Vigila, Sarracino y García (de ahí que se le conozca también como Códice Vigilano) Presenta iconografías novedosas como los retratos de los reyes visigodos, pamploneses y de los autores, con caracteres estilísticos precedentes del románico. Y el Scriptorium de San Millán, que produce el Beato del Escorial, el Beato de la Academia de la Historia y el Códice Emilianense (realizado por Belasco y Sisebuto entre 976-992, el más importante, e importante también porque en él aparecen glosas en romance y dialecto navarro-aragonés, que junto con las llamadas glosas silenses representan los primeros testimonios escritos en castellano. Desde el punto de vista iconográfico copia al Albeldense, pero no ofrece los rasgos que serán típicos del románico.
Eboraria
El taller de marfilistas mozárabes de San Millán, que mantiene el estilo y técnica cordobeses, es el primero de los talleres de marfil en el Norte de España y precedente de los del siglo XI. Se conservan los tres brazos de una cruz procesional y un ara portátil.
Las figuras contenidas en este capítulo son obra de Francisco Íñiguez Almech (tomadas de su libro realizado en colaboración con J. E. Uranga, Arte medieval navarro. Pamplona, Caja de Ahorros de Navarra, 1971, tomo I)
Las iluminaciones del Código Emilianense del libro de Soledad Silva Verástegui, Iconografía del Siglo X en el Reino de Pamplona-Nájera, Pamplona, Institución Príncipe de Viana, 1984.
Imagen de la portada. Beato de El Escorial. Adán y Eva (Fragmento) (Biblioteca del Monasterio de El Escorial)