Arte en Navarra. I. Artes Prehistórico y Romano

Entre enero y marzo de 1991 hube de preparar oposiciones a Técnico Superior de Museos al servicio del Gobierno de Navarra, con un destino prefijado en el Museo de Navarra. Tratándose de un centro especializado en el patrimonio arqueológico y artístico de la Comunidad Foral, el temario establecido para ella versaba, en buena medida, sobre la Historia del Arte y a tal fin hube de preparar un temario general sobre este aspecto. Fueron varias las personas que me asesoraron en el transcurso de su preparación, como las Dras. Mª Amor Beguiristain (para la Prehistoria), Amparo Castiella (para la Romanización), Clara Fernández-Ladreda y Mercedes Orbe (en lo referente a Artes Decorativas y Escultura Románica). Javier Martínez de Aguirre es el autor de los temas relacionados con la Arquitectura Protogótica y Gótica, y Clara Fernández-Ladreda lo fue del tema sobre Imaginería Gótica, de tal manera que el resultado final es lo más parecido a lo que representa una edición bajo mi coordinación, en la que también figuro como autor del resto de las lecciones.

I. Artes Prehistórico y Romano

La amplitud cronológica del enunciado (casi 20.000 años) y la disparidad de las sociedades prehistóricas y romanas, obligan a dividir el tema en dos partes: Arte Prehistórico y Arte Romano. Uno y otro no se presentan como obras genuinas, originales de Navarra. Navarra es reflejo de “modas”, “gustos”, creencias que tienen sus focos de origen fuera de nuestras fronteras.

Navarra durante el Würm Reciente (35.000-10.000) en su mayor parte, pertenece a la demarcación cántabro-aquitana. Su desarrollo tecno-cultural y sus manifestaciones artísticas son trasunto de lo que acontece en el resto de la Europa SOE.

Durante la época romana, Navarra era terreno de los vascones, cuyo territorio –según los escritores clásicos- se divide en agery saltus vasconum en función de sus rasgos geo-económicos. La romanización se produjo de manera desigual. La Ribera del Ebro y las del Ega, Arga y Aragón han aportado la mayor proporción de restos arqueológicos, signo de una fuerte asimilación de la cultura romana. Esta se muestra más aislada en la zona montañosa, donde solo las mimas (Lanz, Oiasso…) y la salida al mar o a la Galia, impulsarán su colonización. La pronta romanización de algunos vascones es un hecho. Ya en el año 90 a.C. algunos habitantes de ciudades vasconas reciben la civitas romana.

Guion para su desarrollo. Introducción. Arte prehistórico: Historiografía y bibliografía; Catálogo de evidencias: arquitectura, arte parietal, arte mueble, artes decorativas. Tipología, técnicas y diagnóstico cultural: arte paleolítico y epipaleolítico, arte protohistórico. Valoración artística del arte prehistórico en Navarra, en el contexto del SOE de Europa. Arte romano: bibliografía; comunicaciones y puentes; ciudades y complejos hidráulicos; villas; mosaicos; cerámica; estelas funerarias; escultura en bulto redondo; aras y miliarios.

Arte Prehistórico

El rasgo que hay que destacar es la escasez de manifestaciones.

Historiografía

Escogida de modo ejemplar en La Prehistoria de Navarra (Barandiarán-Vallespí, 1980), nos limitaremos a marcar algunos hitos de especial interés para el Arte Prehistórico:

  • Fines del siglo XIX (1894). Francisco Huarte e Iturralde y Suit descubren los primeros dólmenes en Aralar.
    Prehistoria (Atlas de Navarra ed. Diáfora, Barcelona 1977, pág. 39)

    Prehistoria (Atlas de Navarra ed. Diáfora, Barcelona 1977, pág. 39)

  • 1931-1935: Aranzadi, Barandiarán y Eguren realizan una intensa búsqueda de monumentos megalíticos en Aralar, Ataun-Borunda, Altzania, Urbasa, Espinal, Abodi, etc.
  • Primer descubrimiento de Arte Paleolítico: los grabados de Alkerdi (Urdax) por el francés Norbert Casteret.
  • Década 1940. Las excavaciones en el poblado protohistórico de Cortes de Navarra, iniciadas por Taracena en 1947, que prosiguen hasta hoy, han dado importantes manifestaciones artísticas: pinturas murales (Gil Farrés, 1952)
  • Décadas 1950 y 1960. Prosiguen los descubrimientos dolménicos por toda la Navarra norte (E. Zudaire, J. Elósegui, F. Ripa, T. López Sellés y excavaciones a cargo del Prof. J. Maluquer de Motes)
  • Década 1970. En 1968 y 1971 I. Santesteban da a conocer pinturas de Echauri y Basaura; 1973: I. Barandiarán incluye el arte mobiliar de Berroberría [1]; y en 1974 revisa los grabados parietales de Alkerdi [2]; 1977: A. Monreal incluye en un trabajo sobre el Señorío de Learza los grabados de La Peña del Cuarto, protohistóricos.
  • Década 198º. Beguiristáin da a conocer en el I Congreso Internacional de Arte Esquemático (Salamanca, 1982) una laja con pintura esquemática de Echauri, hoy en el Museo de Navarra.

Las Memorias de Excavación contienen las pequeñas obras de arte mueble recuperadas: así las de Abauntz (Arraiz) por P. Utrilla (1982), la del Padre Areso (Bigüezal) por M. A. Beguiristáin (1979) etc. También por su interés estético hay que reseñar los petroglifos de Beire (Beguiristáin-Jusué, 1986).

En el I Congreso de Historia de Navarra se dan a conocer nuevas pinturas esquemáticas de un abrigo de Echauri.

La publicación de monografías recoge el estudio formal y cultural de diversos lotes de ajuares del Calcolítico y Edad del Bronce: Barandiarán-Moreno sobre la cerámica campaniforme. Enríquz los objetos de adorno personal.

Bibliografía

  • 1980 y 1984. BARANDIARÁN, I.-VALLESPÍ, E. La Prehistoria de Navarra (Pamplona, 1980 y 1984) recoge la bibliografía hasta 1977, hasta la tesis de CASTIELLA, A. La Edad del Hierro en Navarra y Rioja (serie “Excavaciones en Navarra”) [3].
  • MONREAL. A. Carta arqueológica del Señorío de Learza. Pamplona, 1977.
  • BEGUIRISTÁIN, M. A. “Una laja inédita, con pintura esquemática, en el Museo de Navarra”, Zephyrus, 1982; ENRÍQUEZ DE NAVASCUÉS, J. “Los objetos de adorno personal de la Prehistoria de Navarra, Trabajos de Arqueología Navarra” (TAN), Pamplona, 1982, págs. 157 y ss.
  • ARMENDÁRIZ-CORERA-GARCÍA PASCUAL-NUIN. “Nuevas pinturas esquemáticas en el término de Echauri (Navarra)”, I Congreso General de Historia de Navarra, 1986; BEGUIRISTÁIN-JUSUÉ. “Prospecciones arqueológicas en el reborde occidental de la sierra de Ujué”, TAN 5, 1986.

Catálogo de evidencias

Arquitectura

No hay manifestaciones de esta modalidad hasta el III milenio cuando se difunde por la región el fenómeno megalítico.

Surge la arquitectura dolménica en el contexto neolítico y calcolítico (2700-1800 a. C.), de carácter funerario (se practica la inhumación), que perdura en el Bronce con túmulos funerarios (ahora con incineración), mal conocidos en Navarra, para extinguirse tras la Edad del Hierro (800-Romanización) en que se construyen cromlechs o círculos de piedra, también de carácter funerario (con cenizas o no, en la zona septentrional) y campos de urnas en la Ribera del Ebro (necrópolis de vasijas cinerarias enterradas). En esta época se erigen menhires o monolitos de piedra de finalidad poco clara (¿hitos orientadores de los pastores?)

Dolmen simple

Dolmen simple

Sepulcro de corredor

Sepulcro de corredor

Dólmenes

Varios centenares de dólmenes se extienden por la mitad septentrional de la geografía navarra, con mayor concentración en zonas de actual economía pastoril. Su variada tipología, de conservación ruinosa, ha sido recogida en excelentes estudios de conjunto (APELLÁNIZ, 1973 [4]; ANDRÉS, 1979 [5]).

Tres tipos fundamentales se dan dentro de esta manifestación:

  • El dolmen: el tipo más sencillo o “simple”, es el más frecuente, por ejemplo el de Miruatza (Echarri Aranaz) o Faulo (Bigüezal), compuesto de cámara y tres lados (dolmen simple “abierto”) o cuatro lados (dolmen simple “cerrado”). La parte superior podía estar cubierta por una o varias lajas de piedra o simples ramajes. El dolmen coronaba un túmulo de
    Sepulcro de corredor. La Mina de Farangortea (Artajona), según T. Andrés

    Sepulcro de corredor. La Mina de Farangortea (Artajona), según T. Andrés

    piedras y tierra amalgamados.

  • El sepulcro de corredor: en que un pasillo bien diferenciado precede a la cámara sepulcral (Arte’ko Saro, Urbasa), que, como en el caso de los dólmenes de Artajona, puede estar dotada de una puerta perforada semejante a la que aparece en dólmenes del SE peninsular (Almería), tal como sucede en los dólmenes del El Portillo de Enériz y en La Mina de Farangortea. El sepulcro de corredor es menos frecuente en Navarra.
  • La galería cubierta: posee planta rectangular y túmulo ovalado, ejemplos son los de Arrako en Roncal, Beotegui en Urdiain y La Cañada en Urbasa. Se relacionan con la arquitectura dolménica del Pirineo Oriental (Maluquer lo aprecia en el de Arrako en Isaba), en tanto el resto de tipos reciben influencias “riojanas”. Este tipo es el más raro dentro de nuestra geografía.

Edad del Hierro

Otras manifestaciones arquitectónicas, ya de la edad del Hierro, son las viviendas de los poblados, de planta rectangular, con cimientos y zócalo, de sillarejo en la Navarra Media y de adobe y tapial en la Ribera. Desde un punto de vista artístico destacan las de Cortes de Navarra (Alto de la Cruz), con sus paredes interiores estucadas de colores rojizos, amarillentos o blanco (Taracena y Gil Farrés, Maluquer de Motes)

Arte Parietal

Los hallazgos son de épocas muy distintas:

Paleolítico (Magdaleniense Antiguo, 12.000 a. C.):

  • Grabados de la Cueva de Alkerdi (Urdax): en un cono estalagmítico; de estilo naturalista; un bisonte de cuernos filiformes, los cuartos traseros de un
    Cueva de Alkerdi. Grabado

    Cueva de Alkerdi. Grabado

    caballo, un ciervo completo y restos de otras figuras; I. Barandiarán basa su datación en los recursos estilísticos empleados: sombreados, perspectiva de cascos y pezuñas; una cierva y un lobo grabados con trazo grueso parecen falsos.

Edad del Bronce (2000-1500 a. C.)

  • Pinturas de la Peña del cantero en Echauri: tres figuras de tamaño pequeño pintadas en rojo; un cuadrúpedo, de tratamiento un tanto esquemático, al parecer representa una cabra; una cabra, de 8 cm de largo, en tinta plana; y una figura humana tosca e incompleta (13 cm); trazos sueltos aislados; Barandiarán-Vallespí opinan que pertenecen a la pintura esquemática del Bronce.
  • Pinturas de un abrigo contiguo de Echauri (Lasiarreka), del Bronce Final-Hierro, 1500-750 a. C.): de difícil acceso; pinturas de la corriente esquemática (Armendáriz y otros), en ocre rojizo; cinco representaciones a base de líneas, trazos de líneas y
    Cueva de los Moros. Laja decorada

    Cueva de los Moros. Laja decorada

    ma

    Peña del Cuarto. Grabados

    Peña del Cuarto. Grabados

    nchas confusas.

  • Pinturas de la Cueva de los Moros, junto al yacimiento del hierro de Leguin, Echauri: una laja ¿arte parietal? Con pinturas esquemáticas en tonos rosáceos, vinosos y negros, datada por Beguiristáin en la transición del Bronce al Hierro; más de veinte signos recogidos en un espacio reducido: puntos, barras, pectiniformes [6], una golondrina, etc.
  • Grabados de la Peña del Cuarto en Learza: en un oquedad; caballos con jinete y rayas que los atraviesan; Monreal los atribuye a la transición del Bronce al Hierro. Este jinete recuerda al ibérico de hacia 1000 a. C.

Edad del Hierro (800 a. C.-Romanización)

  • Pinturas de Basaura (Améscoa): trazos negros; por semejanza a otras alavesas se pueden asignar al Hierro.

A caballo entre el arte mueble y el parietal y sin asignación cronológica concreta, aunque se suponen del periodo Bronce-Hierro, con relación también con el mundo céltico, están los petroglifos de Beire: insculturas [7]que parecen representar representaciones vulvares, probablemente de carácter ritual; soporte semejante a rocas esteliformes, que recuerdan a las estelas del mundo celta o del SOE Peninsular; su única referencia navarra son los petroglifos de la Barranca “Biokoizazpi”, veinte fragmentos estudiados por Mendoza en 1922 en el Boletín de la Comisión de Monumentos de Navarra.

Arte mueble

Berroberría. Cincel compresor decorado

Berroberría. Cincel compresor decorado

Abauntz (1) y Berroberría (2) Placas de arenisca grabadas

Abauntz (1) y Berroberría (2) Placas de arenisca grabadas

Realizado en pequeños objetos de hueso, piedra o conchas, procede de niveles excavados en diferentes cuevas o abrigos del Paleolítico y Epipaleolítico.

Destacamos los más significativos desde el punto de vista artístico:

  • Berroberría, abrigo rocoso contiguo a Alkerdi, Urdax: de sus niveles magdalenienses (hacia el 12.000 a.C.) proceden, aparte de herramientas óseas con grabados de líneas, un cincel compresor sobre candil de asta de ciervo con grabados realistas de animales (ciervo-caballo); una placa de arenisca (del nivel aziliense 13.000 a. C.) con líneas incisas, en estructura radial.
  • Abauntz, yacimiento en cueva, en Arraiz: sus niveles también han proporcionado placas de arenisca con grabados en forma radial; se inscriben en la corriente no realista, abstracta, que se da a lo largo del Paleolítico Superior y perdura en el Epipaleolítico (hacia el 10.000 a. C.)
  • En yacimientos paleolíticos y postpaleolíticos: hay conchas perforadas de origen, a veces, mediterráneo (columbella dentalium, etc.) (Padre Areso, Zatoya, La Peña…)
Alto de la Cruz (Según Maluquer de Motes)

Alto de la Cruz (Según Maluquer de Motes)

Petroglifos de Biokoizazpi (Borunda), según Mendoza

Petroglifos de Biokoizazpi (Borunda), según Mendoza

Artes decorativas

Frecuentes a partir de la Edad de los Metales son principalmente: las fíbulas, los morillos en arcilla o piedra, los alfileres y ciertas vasijas con decoraciones incisas, excisas o pintadas cuyo acabado sobrepasa las exigencias meramente prácticas.

Son más frecuentes en la II Edad del Hierro (400-100 a. C.).

Son yacimientos importantes: Cortes de Navarra, el Castillar de Mendavia, la Custodia de Viana y un buen número de dólmenes.

Un ejemplo: la Diadema metálica del yacimiento de La Torraza, Valtierra.

Tipología, técnicas y diagnóstico cultural:

Arte Paleolítico y Epipaleolítico

Las obras conocidas hasta hoy pertenecen al llamado arte rupestre o parietal (Alkerdi) y al arte mueble (Berroberría, Abauntz).

Técnicamente se trata en ambos casos de grabados, en el caso de Alkerdi, de trazo profundo con temática de animales realistas. En Berroberría y Abauntz, sobre soportes de arenisca, ocre y huesos, se han grabado figuras de animales (Berroberría) y haces de líneas en forma radial.

Cronológicamente pertenecen a la civilización magdaleniense (15.000 al 9.000 a. C.) y representan el final del Paleolítico. En nivel aziliense (Epipaleolítico) vuelven a aparecer las plaquetas grabadas (Berroberría)

Arte Protohistórico

Son más cuantiosas las manifestaciones artísticas a partir del IIIer milenio, reflejo de una intensificación del poblamiento en los momentos finales del Neolítico y a lo largo del Calcolítico, Bronce y Hierro. Tipológicamente pueden ordenarse en:

Arte rupestre:

  • Echauri: pinturas esquemáticas en dos covachos de “Peña el Cantero” y una laja desprendida de la “Cueva de los Moros”.
  • Learza: grabados esquematizantes de “La Peña el Cuarto”.
  • Beire: petroglifos en grandes bloques de arenisca; técnicamente son grabados o insculturas.

Arte mueble o artes decorativas:

  • Colgantes: en concha, hueso y piedra.
  • Cuentas ¿de collar?: hueso, concha o piedra.
  • Alfileres: metálicas, del Bronce Final al Hierro I.
  • Fíbulas: en bronce, de la Edad del Hierro.
  • Broches de cinturón: lo mismo.
  • Anillos y brazaletes: de metal.
  • Diademas: de la edad del Hierro, Valtierra.

Otras manifestaciones:

En poblados de la Edad del Hierro se han encontrado objetos de probable valor ritual:

  • Idolillos de arcilla de Cortes de Navarra.
  • Morillos del mismo material.
  • Motivos pintados en las paredes de las viviendas que reproducen líneas o triángulos, tema frecuente en las cerámicas del momento.

Valoración artística del Arte Prehistórico en Navarra

Durante la Prehistoria, navarra está inmersa en las tendencias artísticas que dominan el SOE europeo en sus distintas fases.

El Arte Paleolítico, de probable valor ritual o mágico, responde a las modas y modos del área franco-cantábrica en que se ubica, tanto en las manifestaciones realistas (arte parietal de Alkerdi y mueble de Berroberría) como en las abstractas (arte mueble de Berroberría y Abauntz).

Durante el Postpaleolítico, las series de pinturas esquemáticas de Echauri entran de lleno en la tendencia dominante en el resto de la Península Ibérica estudiada principalmente por Pilar acosta. Los hallazgos oscenses de estos últimos años van llenando los vacíos que se daban, a lo que contribuye también el foco de Echauri. Más problemática clasificación tienen los Petroglifos de Beire, que en la técnica se corresponden al área de grabados atlánticos o gallegos pero de temática diferente.

La intensificación de las relaciones a lo largo de las edades del Metal y de modo más palpable durante la Edad del Hierro hace que modas de origen ultrapirenaico y meseteño se adopten, probablemente como símbolo de prestigio social, entre las poblaciones agrícolas-pastoriles que ocuparon la densa red de poblados del Bronce-Final-Edad del Hierro (sobre estos temas vid.  A. CASTIELLA, La Edad del Hierro en Navarra y Rioja, serie Excavaciones en Navarra, nº VIII, 1977).

Bibliografía: BEGUIRISTAIN, M. A. “La Prehistoria en Navarra”, en Guía del Patrimonios Histórico-Artístico y Paisajístico-Navarra, vol. 8. San Sebastián, Etor, 1991, págs.. 11-24.

Arte Romano

Bibliografía sobre Arte Romano en Navarra:

Se refiere principalmente al resultado y estudio de las excavaciones arqueológicas:

  • Serie Excavaciones en Navarra: resultado de las campañas de Taracena, Vázquez de Parga y Mª Ángeles Mezquíriz (Pompaelo).
    Romanización (Atlas de Navarra, ed. Diáfora, Barcelona 1977 pág. 40)

    Romanización (Atlas de Navarra, ed. Diáfora, Barcelona 1977 pág. 40)

  • Son fundamentales para conocer el periodo las publicaciones de M. A. Mezquíriz en la revista Príncipe de Viana, donde en diferentes números daba a conocer y estudia la musivaria, el retrato masculino de Santacara, la terra sigillata y sus campañas de excavación, incluyendo también Pompaelo. Esta labor la ha continuado a través de las páginas de Trabajos de Arqueología Navarra. También publica aspectos de interés en las Actas de Congresos: por ejemplo, el Acueducto de Lodosa-Alcanadre (Nacional de 1983, Logroño), la Cantimplora de Liédena (I Congreso Arqueológico del Marruecos Español, Tetuán 1955) o la ciudad de Andelos (II Congreso General de Historia de Navarra, 1987)
  • Sobre aspectos distintos han escrito en Príncipe de Viana: Elorza, Balil, Blázquez, Marcos Pous, Gil Farrés, etc.
  • En Letras de Deusto García Serrano ha escrito sobre las estelas de Aguilar de Codés y Tierra Estella.

Comunicaciones y puentes

Navarra fue romanizada en lo cultural y artístico, de manera más intensa en la mitad sur, por razones de clima y fertilidad del suelo. Ello fue posible por la red viaria del imperio, algunas de cuyas vías de comunicación atravesaban la actual Navarra:

  • La de Asturica (Astorga) a Burdigalia (Burdeos): conectaba con el Immo Pyreneo (Saint-Jean-le-Vieux), entrando a Navarra por Aracilus (Inmediaciones de Huarte Araquil), Alantone (¿Atondo?, margen izquierda del río Araquil), Pompaelo (Pamplona), Iturissa (Espinal) y Summo Pyreneo (Ibañeta).
  • La de Tarraco (Tarragona) a Asturica-Augusta, atravesaba el sur con trayectoria paralela al Ebro, cruzando Cascantum (Cascante) y empalmando con Calagurris (Calahorra).
  • Y aún otra más enlazaba Caesaraugusta (Zaragoza) con Pompaelo, en cuyo trazado se hallaba Cara (Santacara).

De las vías secundarias, que formaban un entramado generalizado, merece la pena destacar una que atravesaba de OE-E desde territorio de los Berones por Viana, Torres del Río, Los Arcos, Barbarin, Arróniz, Villatuerta, Cirauqui, llegaba a Andelos (actual término de Andión en Mendigorría) y unía la zona muy romanizada de Añorbe, Artajona, Eslava, Aibar, Ilumberri (Lumbier) y Sangüesa en dirección a Iaca (Jaca). La ciudad más importante sería Andelos, de extensión superior a Pompaelo (16×18 ha.)

En la romanización jugaron un importante papel los puentes, que debieron ser numerosos. Sólo en Pamplona hay tres cuyos cimientos datan de la época: Miluce, San Pedro y Arre, en los que se emplearon dovelas estrechas y alargadas en sus arcos, espolón no muy alto en íntima fábrica con el arco.

Ciudades y complejos hidráulicos

Las ciudades apenas han dejado restos artísticos y los que existen fueron recuperados por la Comisión Provincial de Monumentos (mosaicos de las calles Navarrería y Curia de Pamplona) y en las campañas sistemáticas de la directora del Museo de Navarra Mª Ángeles Mezquíriz:

  • Pompaelo (fundada por Pompeyo Magno en el 74-75 a. C.): su núcleo urbano se localizaba en los alrededores de la Catedral, su plaza sería el foro de la ciudad, próximo al macellum o mercado, y la calle Curia sería el decumanus maximus, en total unas 14 ha., semejante en extensión al burgo de la Navarrería en la Edad Media. Como hallazgos de interés artístico se conservan en el Museo de Navarra dos capiteles; mosaicos monocromos de una muralla con torre almenada (de la calle Curia) y otro con un hipocampo; mosaico polícromo de Teseo en lucha con el Minotauro (de la calle Navarrería), en opus teselatum(siglos I-II d. C., época imperial)
  • Andelos: sobre poblado prerromano; una placa de bronce menciona a dos ediles de la ciudad, lo que nos lleva a suponer una verdadera organización municipal a fines del siglo I d. C. Su esplendor se mantuvo hasta el siglo IV d. C., debido en gran parte a ser nudo de comunicaciones. Poseyó un importante abastecimiento público de agua formado por tres sectores: en la parte más alta la presa, que recogía agua de barrancos y manantiales, de 102 m de largo y 8 contrafuertes exteriores; depósito más bajo unido por canal, de forma poligonaloide de 85x35x3,5 m de profundidad y una capacidad de 7.600 m cúbicos, reforzado con 37 contrafuertes, unida la piedra de mampostería con opus cimenticiae(hormigón a base de capas de piedra trabadas con cal y arena); y un acueducto para la distribución a la ciudad, de unos 700 m de longitud, conectado con la caja de llaves del depósito anterior por un lado y un castellum aquaede distribución en su parte final, mediante canalillos a toda la ciudad.
Depósito de agua de Andelos (Andión, Mendigorría)

Depósito de agua de Andelos (Andión, Mendigorría)

Presa de Iturranduz en el complejo hidráulico de Andelos

Presa de Iturranduz en el complejo hidráulico de Andelos

Reconstrucción hipotética de la cámara de llaves, según Mezquíriz

Reconstrucción hipotética de la cámara de llaves, según Mezquíriz

La ingeniería hidráulica fue desarrollada, de igual modo, en el Acueducto de Lodosa (siglo II d. C.), que tomaba agua de los afluentes Linares y Odrón, cruzaba el Ebro, y llevaba el agua hasta Calagurris y otras villas.

Las villas tuvieron un fuerte desarrollo con la romanización. Como es sabido, servían de vivienda y inca agrícola. De ellas se han excavado y se conocen mejor las de:

  • Liédena: excavada por Blas Taracena en 1942 y 47. Fue edificada hacia el año 100 y arrasada en el último tercio del siglo III, para ser reedificada con gran lujo en el siglo IV. Poseía peristilo o patio interior, y a su derredor vivienda residencial; en el entorno se levantaban las zonas industriales (lagar, almazara, bodega) y agrarias (graneros y cuadras). En ella se descubrieron importantes mosaicos y vasijas.
  • Soto de Ramalete (ca. Castejón): carecía de peristilo pero no era menos importante ni lujosa. Su planta era rectangular, muy común en la zona por ser más apta para la defensa; las habitaciones se disponían linealmente. En ella se encontraron soberbios mosaicos fechables en la primera mitad del siglo IV.
  • Falces, Arellano (con el Mosaico de Las Musas, del Museo Arqueológico Nacional), etc.

Otras manifestaciones

Mosaico de las Musas (Arellano) Museo Arqueológico Nacional, Madrid

Mosaico de las Musas (Arellano) Museo Arqueológico Nacional, Madrid

Mosaico de Dulcitius (Museo de Navarra)

Mosaico de Dulcitius (Museo de Navarra)

Mosaico de la villa de Ramalete (Museo de Navarra)

Mosaico de la villa de Ramalete (Museo de Navarra)

Mosaicos

Estudiados por Blázquez-Mezquíriz, proceden de las villaey son datables en su mayor parte en el siglo IV d. C., procedentes de Villafranca, Liédena, Falces y Ramalete:

  • Los de Liedena se conservan en el Museo de Navarra; su técnica es algo basta, pero sus motivos decorativos geometrizantes tienen gran interés.
  • Los de Villafranca: su decoración está influida por el norte de África, es más abigarrada e imaginativa, con círculos de distinto tamaño que juegan entre sí y entrelazos, de ocres y rojos.
  • Los de Ramalete: se conservan dos. Uno ostenta en la parte central un medallón con una gran copa y dos amorcillos (¿símbolo eucarístico? ¿de buen augurio?), teselas de vidrio en parte y más finas, combinación de entrelazos y grecas. Y otro de forma octogonal, dedicado a Dulcitius, cuyo nombre ostenta un medallón central donde aparece el personaje a caballo cazando una cierva en medio de un paisaje naturalista. Está rodeado por una guirnalda doble con las hojas entrelazadas. Parecen haber sido elaborados por artistas itinerantes procedentes de la zona de Túnez.
  • El del Alto de la Cárcel (Arellano) (Museo Arqueológico Nacional), llamado “de las Musas”, es uno de los más importantes de España, elaborado al parecer en el segundo cuarto del siglo IV d. C. Es afín al del Ramalete de Dulcitius en su estructura en recuadros geometrizantes con nueve trapecios y un medallón central semidestruido; cada recuadro alberga una musa que se presenta acompañada de un poeta, y en el fondo aparecen máscaras de teatro, paisajes con villas y ejemplos de flora y fauna africana (ave zancuda), que demuestran una autoría semejante al Mosaico del Ramalete. Las figuras ostentan hermosos peinados y las teselas son ricas. Los alrededores fueron excavados por Taracena y Vázquez de Parga (1942) sin resultados aparentes.
  • Otros mosaicos encontrados en Andelos, Pamplona, Cascante, Mués, Santacara, Villafranca, etc., convierten a Navarra en una de las zonas más interesantes de la musivaria hispánica (ver BLÁZQUEZ-MEZQUÍRIZ. “Mosaicos romanos de Navarra”. Madrid, 1985, publicado en Corpus de mosaicos de España, CSIC, 1985)

Cerámica

Son muy abundantes los hallazgos cerámicos en las ciudades y villas excavadas, especialmente de terra sigillata hispánica: procedentes de Liédena, en lisa y decorada, con variedad de formas, decoraciones geométricas incluso figurativas, de los siglos I y II; es excepcional una cantimplora del siglo IV, de calidad exquisita. O procedentes de Andión (Andelos), que se aproximan al siglo III, y de otros puntos.

Estelas funerarias

Su interés no sólo es cultural (por el ritual fúnebre que evidencian) o epigráfico (por las relaciones sociales que revelan), sino ornamental, poniendo de relieve el sincretismo hispano-romano, al igual que sucede con las aras y miliarios.

Se conservan en el Museo de Navarra algunas dignas de consideración, todas de tipo tabular y procedentes en su mayoría de Tierra Estella, en contacto con tierras alavesas:

Estela dedicada a Annia Buturra (Museo de Navarra)

Estela dedicada a Annia Buturra (Museo de Navarra)

Estela de Lerga (Museo de Navarra)

Estela de Lerga (Museo de Navarra)

  • La procedente de Gastiain: tiene gran interés iconográfico; representa a la difunta Atilia Buturra (hija de Viriato), en actitud sedente, cobijada bajo un arco en forma de herradura (anterior al siglo V por tanto previsigótico), soportado por columnitas con su basa; las cenefas de pámpanos y vides, sin embargo, ponen la estela en contacto con relieves visigodos; con cierto sentido naturalista se representa un buey, y en torno a la difunta su ajuar personal.
  • La procedente de Villatuerta: representa una escena cinegética, pero se ha elaborado rudimentariamente.
  • Las de Lerga, estudiada por Marcos Pous, con jinete ¿céltico?; de Aguilar de Codés, con figuras humanas de labra torpe, estudiadas por García Serrano; de Marañón.

Francisco MARCO SIMÓN (TAN, 1979) cataloga 42 estelas romanas, con diferentes decoraciones y textos epigráficos. De los motivos decorativos que ostentan predominan los discos solares y el creciente lunar, aunque la variedad es inmensa y hay desde estructuras arquitrabadas a representaciones ecuestres y diversos animales y vegetales. Se deja sentir en ellas la influencia indígena.

Ara votiva de Ujué (Museo de Navarra)

Ara votiva de Ujué (Museo de Navarra)

Aras

Han servido de testimonio para conocer la toponimia indígena, por su interés epigráfico más que artístico. No obstante, en Ujué, una de las aras encontradas va ornamentada con la cabeza de un toro, símbolo de la divinidad local Lacubegis. Nos hablan de los rituales de los hispanorromanos. Son numerosas y están representadas en el Museo de Navarra (aras de Monteagudo, San Martín de Unx, Barbarin, Aibar, Rocaforte y Ujué) (ver CASTILLO-GÓMEZ PANTOJA-MAULEÓN. Inscripciones romanas del Museo de Navarra, Pamplona, 1981).

Miliarios

Lo mismo cabe dicer respecto a ellos, por su interés toponímico a través de sus epigrafías. Con su ayuda ha podido reconstruirse en parte la red de comunicaciones romana. Hay una buena representación en el Museo de Navarra (véase Eslava) (misma fuente).

Escultura en bulto redondo

La Artemis de Sangüesa. Museo de Navarra

La Artemis de Sangüesa. Museo de Navarra

Hay noticias a través de Taracena y Vázquez de Parga de hallazgos de fragmentos escultóricos hacia 1820, en las cercanías de Fitero, que no se han conservado. Se conservan dos piezas de escultura provincial culta, que hacen suponer la existencia de talleres no muy lejanos, quizás en Caesaraugusta:

  • Torso hallado en Sangüesa, quizás una Artemis: busto sin cabeza de tamaño algo superior al normal, por lo que parece fuese pieza de exhibición pública. Viste chitón bien ceñido al cuerpo, remarcándose la anatomía bajo los pliegues, un tanto rígidamente dispuestos. Una protuberancia tras el hombro lleva a pensar en un carcaj. Se ha empleado técnica de incisión en cuña. Sigue el tipo de Cherchel de fin del siglo IV a. C., pero debe ser una copia del siglo II d. C. De mármol.
  • Retrato masculino de Santacara: en mármol blanco, presenta grandes ojos lisos, con deterioros en nariz, labios, mentón y mejilla. Un corto flequillo cae sobre la frente, más tosco que el resto de la pieza; de mediados del siglo I d. C.

La escultura en bronce está representada por escasos ejemplares:

  • Documentados por la Comisión de Monumentos, si bien perdidas: una cabeza con diadema, quizás una diosa; una figura de togado, de tamaño natural, carente de cabeza; recogía la toga con el brazo izquierdo flexionado, en tanto extendía el brazo contrario (del 50-100 de nuestra era); una gran mano. Todas ellas procedían de Pamplona.
  • Actualmente conservadas en el Museo de Navarra: restos de los calceide otra figura togada, hallados en cara, semejante se cree al de la calle Navarrería de Pamplona; un Hermes de bronce; y un Sátiro escanciador procedente de Aibar, de aspecto helenístico e influencia galorromana, ambas figurillas de pequeño tamaño; diversos adornos de carro y personales.

En la elaboración de este tema he contado con el asesoramiento de las Dras. Amparo Castiella y Mª Amor Beguiristain, de la Universidad de Navarra

Imagen de la portada: Artemis procedente de Sangüesa (Navarra) depositada en el Museo de Navarra. Foto: A. Balil

Notas

 

[1] En Arte mueble de la cornisa cantábrica. Monografías de la Universidad de Zaragoza.

[2] “Arte paleolítico en Navarra. Las cuevas de Urdax”, Príncipe de Viana.

[3] Los grandes hitos de esta Bibliografía son: la serie Excavaciones en Navarra (1954-1978), ed. Institución Príncipe de Viana; Trabajos de Arqueología Navarra, ed. del Museo de Navarra a partir de 1979; IV Symposium de Prehistoria Peninsular (Pamplona, 1966); y I Congreso General de Historia de Navarra, rev. Príncipe de Viana, anejo 7 (1987).

[4] En Munibe, ed. de la Sociedad de Ciencias Aranzadi.

[5] En Berceo, 1997, págs. 3-25, ed. del Instituto de Estudios Riojanos.

[6] Quizás esquematizaciones de cuadrúpedos.

[7] Grabados profundos con sección en V o en U.