Catálogo del Museo Gustavo de Maeztu. Estella (Navarra). Técnicas mixtas y otros materiales

Continuación del texto Catálogo del Museo Gustavo de Maeztu. Estella (Navarra). Introducción. Técnicas simples.

 

Técnicas mixtas

Carbones coloreados con gouache. Dibujos

Diferentes maneras de firmar de Gustavo de Maeztu (Tomado de C. Paredes Giraldo. G de Maeztu, Pamplona, CAMP, 1995, p. 223)

Aldeana

51,7 x 39,2. Dibujo al carbón coloreado con gouache aplicado con técnica de acuarela, en distintas saturaciones, sobre papel grueso ahuesado. Se enmarca con líneas de lápiz. Se inscribe en una cartulina de 65,5 x 50,5 cm. que presenta rasgaduras en la parte superior y en los ángulos. El dorso oscurecido por la impregnación del papel en la pintura del anverso. A bolígrafo azul el número 4/.

Estudio de joven aldeana, de busto y tal vez sentada en posición lateral. Alarga su brazo derecho y se apoya en lo que parece ser un respaldo, dejando caer por delante su antebrazo. El rostro de la muchacha queda de perfil y es junto al pañuelo de su cabeza lo mejor representado, no estando el resto sino esbozado. Viste blusa apenas escotada abrochada al pecho con botones. La configuración del cuerpo es sólida y los rasgos de la cara más parecen masculinos que femeninos. La fuerza de la representación es propia del Maeztu muralista. La cabeza está bien modelada en función del claroscuro, logrado en perfecta armonía de carbón y color, con luces ocres sobre el tono verde del conjunto. El cuerpo está bien delimitado por dibujo a carbón y asimismo -como se indica- el carbón sirve de útil auxiliar al color para el sombreado, sea difuminándolo ( en la cabeza o cuello) o con haces de zigs-zags paralelos (el respaldo).

Antonio Campos “Carancha”

58,7 x 42,8. Dibujo al carbón coloreado con aguada de gouache sobre cartulina crema. Un par de rasgaduras en la periferia de poca importancia y despelletados del ribete periférico (a su vez éste de 1 cm de anchura). Al dorso lleva el siguiente texto de los inventariadores de Estella: 129/ Antonio Campos “Carancha”.

G de Maeztu, en el ángulo inferior izquierdo, a carboncillo (la rúbrica parte del segundo palo de la M).

Busto de aldeano inclinado sobre su eje central imaginario a la derecha, en postura dinámica que refuerza el movimiento de la cabeza a la derecha, con leve basculación hacia la parte inferior. Es un hombre de cuerpo poderoso y cabeza bien constituida. Maduro ya, con cabello corto escaso y rudeza en la cara curtida, viste una camisa gris que permite ver el vello de su pecho. El personaje sonríe y parece posar con agrado. Se refuerza la encarnación obtenida con aparición del soporte, con un leve tinte rojizo, que en unión del carboncillo sirve al claroscuro. El carboncillo se aplica preferentemente con trazos ligeros paralelos y oblicuos. A la camisola se le ha dado una aguada de gris azulado, irregularmente distribuida, con leves sombras de carbón en zig-zag. Se destaca la figura del fondo dado que éste se ha tratado con aguada marrón clara – a la izquierda- y parda a la derecha, representando la sombra que la figura proyecta sobre la pared.

Boceto para mural de la Sala de Juntas de la Excma. Diputación Foral de Navarra (Pamplona). El Escudo de Navarra, la Montaña y la Ribera

14,5 x 104,5. Dibujo a lápiz de carbón fijado por coloreado de aguada de gouache de tono sepia. El dibujo lo constituyen dos piezas (se corta el conjunto a 7 cm del extremo derecho) Lo enmarca una línea de tinta negra y de 4 mm de anchura. Se adhiere a una cartulina de 57,3 x 119,9 cm, pintada de gris con pintura sintética, en la que se abrió una ventana que se adapta a la forma y medidas del dibujo. Esta cartulina la forman dos piezas iguales encoladas por el centro. Tuvo un passe-partout de estaño dorado, luego arrancado, que aún permanece en la parte superior y el lado izquierdo. Esta cartulina lleva los siguientes textos, a lápiz, seguramente anotados por el pintor: -Sala de Juntas de la Diputación Foral de Navarra [parte superior izquierda] -Panneau Monumental. por el pintor Gustavo de Maeztu [parte superior derecha]. Y bajo cada uno de los tres dibujos que lo componen: Navarra. La Montaña. Pastores. Capusais. Sembradoras, etc., etc. [panel de la izquierda]. Escudo de Navarra, alegoría, oro y negro [panel central]. Navarra. La Ribera. Layadores de las Bardenas. Ebro, vuelta del Trabajo [panel derecho]. En el extremo derecho figura a lápiz e inscrito en un círculo el número 399. En el reverso y tras el dibujo figura 11/ escrito a bolígrafo azul, tal vez por obra del pintor. Al lado izquierdo (derecho del anverso): 1ª Derecha Derecha, escrito a lápiz por el artista.

El panel presenta esta forma:

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La distancia de los paneles decorados a la periferia de su ventana es de 1,5 cm.

Se concibe el boceto con los tres grandes motivos ya expuestos, la Montaña y la Ribera tienen entre sí el escudo de Navarra, que va sostenido por dos muchachas conforme el boceto a plumilla que obra en esta colección con el título Escudo de Navarra, Alegoría. Los otros dos motivos o paneles respetan, con leves diferencias, los estudios previos que también figuran en esta catalogación, titulados La Montaña de Navarra (carboncillo y gouache) y Ribera de Navarra (gouache con bosquejo al carbón). En el panel de La Ribera y en su ángulo inferior derecho se introducen los cuerpos en movimiento de varios campesinos con terrera al costado y azadas al hombro, una madre con su niño, un caballo escorzado visto desde la grupa y dos torres al fondo. Tomados en composición piramidal, con sentido de la profundidad. El resto es casi por completo idéntico, con levísimas diferencias (como la de no figurar el arado de aquél). En el panel dedicado a La Montaña se introducen también modificaciones respecto al estudio previo: a la sembradora de la izquierda corresponde otra en segundo plano algo más a la derecha y en el ángulo izquierdo, ante un árbol, hay dos pastores, y otro más en tercer DFN-2_webplano, con las ovejas en derredor. De los dos más próximos, uno dormita de pie y el otro, sentado de espalda, toca la flauta. Desde el punto de vista técnico las formas se han abocetado con lápiz de carbón y trazo ligero, indicando masas, espacios, distribución y orden de las figuras.

Busto de aldeana

58 x 42,5. Dibujo al carboncillo con gouache y fondo coloreado con ayuda de gouache sobre cartulina de entonación crema. Rasgaduras y perforaciones en la periferia. En la base adherencias de papel, encolados y despelletados. Al dorso el número 7 a bolígrafo azul y el texto: 38/ ALDEANA [a lápiz]. Una mancha de aguada en el ángulo inferior derecho.

G de Maeztu, en el ángulo inferior izquierdo, a carboncillo.

Amplio busto de mujer joven del ámbito rural, frontal, aunque mueva la cabeza a la derecha. Sin embargo sus ojos permanecen fijos en el espectador, al que sonríe. Hay un apasionamiento en su expresión, acentuada por el oscurecimiento de los párpados y coloreado de los pómulos y labios. Se trata de una joven algo gruesa y de cara ancha, melena morena tapando el hombro izquierdo, blusa azul y vestido blanco con notas de color verde cruzado al pecho. Sobre un bosquejo de carboncillo -más atento en el rostro- se aplican con generosidad color blanco y azul, con esas notas de verde que animan el vestido. El carboncillo es denso sobre el cabello y se refuerza con gouache de este color, al que se arrancan brillos con pinceladas arrastradas de gris y bermellón en la cabeza. Se logra la encarnación del rostro aprovechando el tono natural del soporte. El suave claroscuro con carboncillo. Se ha dado una aguada gris al fondo en la parte en contacto con la figura.

Busto de aldeano

58,5 x 42,7. Dibujo al carboncillo coloreado con gouache sobre cartulina crema. Al fondo se dio aguada de gouache. Perforaciones en los ángulos. Algunas rasgaduras en la periferia, acompañadas de una mancha de humedad en la parte superior. Al dorso varias anotaciones: 8/ [a bolígrafo azul] y 133 / ALDEANO [a lápiz].

Gde Maeztu, en el ángulo inferior izquierdo, a carboncillo (las tres primeras letras ligadas).

Busto de tipo rural, maduro, tocado con barretina (¿) y vestido con chaqueta (¿) azul y bufanda blanca anudada al cuello, cuyos extremos caen por el pecho. Se muestra frontal, con leve inclinación de la cabeza a la derecha. El rostro curtido por el aire y el sol y la frente despejada. En ella brilla una luz amarillenta que destaca su curvatura. El cuerpo, sin embargo, está en una penumbra como de interior. La cabeza bien modelada, la mitad inferior bastante desvaída. Son correctas las facciones, con expresión observadora en ojos y boca, resaltada por el contraluz. El coloreado de naranja, ocre amarillo y carbón, es contenido en el rostro y generosa la aplicación de azul ultramar y blanco sobre la bufanda, que trasluce el soporte. Al fondo se le dio una aguada de polvo de carbón y azul, mostrando luces y sombras.

Cabeza de mujer. Estudio

31,5 x 24. Dibujo al carbón sobre papel grueso, adherido a una plancha de cartón de 39,7 x 32,7 cm. Al parecer se le ha dado una aguada previa de gouache ocre rojizo para oscurecerlo. Al dorso de la base de cartón ha escrito el autor a carbón: 4 cabeza de / mujer / estudio-/nº 36 [borrado, parece numeración anterior] y 120 [luego tachado]. Adhesivo sellado y rasgado en el que solo pueden leerse las casillas correspondientes a: quantité / vendeurs / fabrication / date / Mod. Huellas de un passe-partout de 6 cm de anchura, arrancado, dejando al descubierto pegotes de cola. La plancha de cartón está alabeada. Arañazos en la parte superior que no afectan al dibujo.

G. de Maeztu, en el ángulo inferior izquierdo.

El retrato abarca cabeza, cuello y línea de los hombros. Estas dos últimas partes son tan solo el soporte necesario, pues el interés de Maeztu se dirige a la cabeza y en especial al rostro, en posición lateral. Se trata de una joven estilizada, de expresión un tanto varonil. Se atisba melancolía en sus ojos y boca. La nariz es aguileña. Su cabello negro. Se peina con raya a un lado y el cabello, al caer por los lados, marca la cara. En el lado derecho un arillo como pendiente y sobre la frente dos caprichosos bucles, que contrastan con la expresión seria de la joven. La cabeza y singularmente la cara están delineadas con precisión. Pero aún mejor sombreadas, con un claroscuro bien dosificado que da la materia de carne, piel y tono. Ello gracias a una coloración previa con aguada en el fondo del soporte que “atempera” la figura. El difuminado del rostro es exacto. En el cabello se ha aplicado la sombra cuidando de no apagar los brillos que la luz le arranca ni el volumen propio de los bucles.

Cabeza femenina

29, 3x 37,5. Dibujo al carbón acuarelado, con toques de gouache, pegado a una cartulina ligeramente mayor, que al dorso presenta manchas de óleo, habiendo sido reaprovechada como soporte.

G. de Maeztu, en el ángulo inferior derecho.

El dibujo representa a una mujer joven de tez pálida, de la que se ofrecen cabeza, cuello y arranque de los hombros. En posición lateral, vuelve la cabeza al espectador. Su cabello es corto y ondulado, cubre las orejas. La línea se ondula en él y traza con delicadeza ojos, nariz y labios. La tez se ha coloreado con un rojo rebajado en agua, más intensamente aplicado en los párpados, pómulos y labios, y, en general, en el lado derecho de la cara, en sombra. Cabello entre ocre y amarillo. Fondo verdoso con toques de gouache azul y rayas verticales de carbón. Concepción estilizada del tipo físico y robustez.

Cabezas de toro

66,5 x 57. Dibujo al carbón con fondo coloreado de verde por aguada líquida de gouache, sobre cartulina ahuesada, con fijado.

G. de Maeztu, en el ángulo inferior izquierdo.

En primer término la cabeza de un toro vuelta al espectador, ya que el cuerpo del animal -del que se aprecia el cuello- se encuentra en posición lateral. Superpuesta a ella hay una cabeza más, pero traslapada en parte. Más abajo, sobre una ladera accidentada por el desnivel del terreno, rocas y árboles, y en el espacio que las cabezas liberan por la izquierda, vemos a la manada de toros: uno descansa y los demás se mueven en diversas direcciones. Al fondo peñas elevadas y cielo nublado. Los toros miran con mansedumbre. Los dos protagonistas del dibujo se acercan entre sí llevados de su espíritu gregario. Sus rasgos están bien dibujados, pero su mayor valor plástico está en el modelado de sus volúmenes, calidad de la piel y pelaje con ayuda del claroscuro, aplicando el carbón con generosidad en haces oblicuos, curvos u horizontales. El carbón se funde al soporte tras la aplicación de una mano de gouache verde líquido, al que atempera el fondo crema del soporte. Medidos los términos con exactitud.

Cristóbal Colón

62,7 x 50,5. Dibujo al carbón y aguada de gouache sobre papel grueso ahuesado. Adherencias de papel en la periferia superior, con una grieta en el papel que no afecta al dibujo. En la parte inferior manchas como de engrudo. Al dorso los números 8/ [a carboncillo] y 32 [inscrito en un círculo], con la palabra: Sevilla [¿].

G. de Maeztu, en el ángulo inferior izquierdo, a carboncillo.

Boceto del busto del Descubridor, con un dibujo definido a grandes rasgos sobre la figura casi frontal que se representa en leve movimiento: la cabeza algo inclinada hacia delante, el brazo derecho extendido (la hoja lo corta casi a la altura del hombro), el cordoncillo que une los dos extremos de la capa cruza en sentido oblicuo el pecho. Los rasgos de Colón son severos, la constitución de su cuerpo monumental. Se aplica el coloreado con un marrón rojizo atemperado con azul y notas de ocre en la gorguera, en lo que se refiere alas vestiduras y encarnaciones. El sombreado de la capa y pliegues del ropaje con enérgicos trazos de carbón. El fondo -sin referencia a ambiente concreto alguno- se ha coloreado con manchas de violeta y naranja grisáceas, transparentando el tono natural del soporte. Constituye un estudio previo para la serie dedicada al Colonizador.

Desnudo femenino

32,8 x 25. Dibujo a lápiz de carbón coloreado con gouache aplicado mediante aguada que cubre un primer bosquejado al carbón, el cual, tras la aplicación del color, se vuelve a retocar y sombrear con dibujo a carboncillo, destacando la corporeidad de la mitad superior del cuerpo. Este último retoque no se ha fijado. Al dorso muestra este dibujo un estudio previo de esta figura, realizado con carboncillo, con disposición invertida de la figura respecto a la del lado contrario. El dibujo lleva un passe-partout de unos 7,5 cm de cartulina ahuesada, en cuya parte inferior alguien ha escrito con error: Desnudo (pastel), por G. de Maeztu. Presenta los números 11 [a lápiz] y 268 [dentro de un cuadrado] al dorso.

G d M., en el ángulo inferior derecho.

Ejercicio de academia, similar al titulado Desnudo femenino. Estudio (carbón y aguada) en cuanto a posición de brazos (izquierdo sobre la cabeza y derecho sobre la cadera) y colocación de la figura en un estrado ante la pared. Igualmente la figura es de cuerpo entero, de pie. Es un desnudo integral. La figura se muestra frontal, firme, aunque los pies se separen. La cintura, no obstante, gira hacia su izquierda, a donde también se dirige la cara de la modelo. Carece de rasgos fisionómicos, pues la atención del autor se ha dirigido a representar la actitud de la figura y la anatomía, en especial el tronco, que recibe iluminación lateral. Muslos, vientre y tórax están modelados con mayor atención, si bien el perfil del costado izquierdo tiene una curvatura exagerada. El cuerpo aparece menos mórbido, más tenso y joven. La encarnación de la zona descrita está bien obtenida. El resto del cuerpo se colorea con verde amarillento y ocre por efecto de la luz tamizada en el local de la academia. Una línea cuidadosamente trazada contornea la figura. Su sombra se proyecta en la pared, a la derecha. El fondo lo constituyen dos planos: uno inferior ocre, que es el suelo, y otro superior -la pared- que recibe luz amarillo verdosa. Ambos planos destacan el neto volumen de la modelo.

[El escritor]

48,5 x 43. Dibujo al carboncillo coloreado con aguada de gouache sobre cartulina ahuesada de 58 x 49,5 cm. Algunas adherencias de papel en la periferia superior y manchas de pintura roja en la base. Al dorso parte de un bosquejo de dos cabezas femeninas, en azul, enmarcadas por líneas de grafito y el número 28 inscrito en un círculo.

Gde Maeztu, en el ángulo inferior izquierdo, en carboncillo (las tres primeras letras ligadas).

Un hombre de mediana edad y aspecto flamenco (parece sacado de la obra de Rembrandt), sentado a una mesa cubierta con mantel, sobre el que -encima de una carpeta que hace de escritorio- escribe en unos papeles. Al fondo la pared, con ventana a la izquierda. El tipo humano, grueso y sonriente, con bigote y un sombrero de ala ancha, bajo el que asoman cabellos rubios, viste al modo antiguo, tal vez del siglo XVII.. En realidad está representado de busto, con los brazos sobre la mesa, tratado con técnica abocetada y mayor detalle en la cabeza, bien dibujada. Se ha coloreado con atención a los planos de luz y al claroscuro (así véase el mantel, con perfecta gradación tonal). El punto de vista es bajo y la composición ofrece una salida visual al espacio exterior a través de la ventana. Colores empleados: gris azulado, notas de naranja y de ocre.

España a su Reina. Doña Cristina recibe de San Fernando el trono para su hijo

Boceto de mural que incluye cinco paneles, realizado con dibujo al carbón, coloreado con gouache (previa aguada) sobre cartulina ahuesada de medidas 57,8 x 146,4 cm. Fijado. El conjunto se ofrece en una sola piezas de cartulina. Hay restos de cola en la periferia del espacio plástico y en la parte izquierda agujeros de polilla que afectan a la obra. Dos extremos doblados. Al dorso restos de cola en los extremos laterales y arrugas por efecto de la cola del otro lado y los números 397 [en un círculo], a lápiz, y 12/ a bolígrafo azul, parece que anotado por el artista. Sobre el panel central, a la izquierda dice ESPAÑA y a la derecha A SU REINA, dentro de una orla, y, asimismo, encima del panel va el texto: D. Cristina recibe de S. Fernando el trono para su hijo [en letra gótica]. Todo el texto va escrito con purpurina dorada.

La forma del conjunto es la siguiente:

 

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Las medidas concretas de la representación se ofrecen a continuación: 1 = 43,7 cm.; 2 = 17,1 cm. ; 3 = 5 cm. ; 4 = 42,4 cm. ; 5 = 19,5 cm. ; 6 = 42,6 cm. ; 7 = 16,5 cm. ; 8 = 138,7 cm.

Consta de tres paneles verticales y dos horizontales situados al interior flanqueando el panel central dedicado a la Reina María Cristina. Puede esquematizarse su contenido de esta forma:

Panel A: Águila 1

Panel B: La España Rural e Industriosa

Panel C: La Reina María Cristina

Panel D: La España del Mar

Panel E: Águila 2.

El panel denominado C, dedicado a la Reina María Cristina, presenta a ésta con su hijo Fernando en el regazo y la figura señera de San Fernando acorazado con la corona en sus manos, ante una iglesia gótica. En esta colección ya figura un estudio previo de este motivo, bajo el título de La Reina María Cristina (dibujo al carbón con aguada de gouache).Los paneles de los extremos -A y E- presentan la misma decoración, si bien la invierten para figurar contrapuestos: una poderosa águila sobre un plinto de piedra, en cuyo frente van grabadas las letras de ESPAÑA. El ave vuelve orgullosa la cabeza a un lado y pende su plumaje hermoso. Al fondo y a ambos lados, dos coronas reales sobre la pared de piedra. En el suelo montan la guardia dos leones tumbados, uno en primer plano echado y otro erguido mirando con apostura. La luz incide sobre la piedra. A los lados del motivo central descrito van dos paneles que representan la actividad del pueblo español. En el denominado D -a la derecha- aparecen en primer término cuatro personajes en dirección izquierda-derecha: una mujer con un niño en brazos, otra solapada a la anterior y de la misma guisa, un hombre con un gran pez en las manos y otro con un cesto sobre los hombros, probablemente de pescado. En el ángulo derecho, en segundo plano, una barcaza con vela vista en perspectiva, varada en la orilla. Su velamen semicaído recibe la luz del atardecer. Unos hombres tiran de una cuerda ante la proa y otros se asoman al interior de la embarcación desde su costado. El paraje es montuoso, rocoso mejor. Sobre una elevación de una vertiente situada a la izquierda se recortan las siluetas de tres toros y un caballo (¿). Abajo queda la arena de la playa y el mar pacífico. Lejos el farallón de roca que forma como una bahía, en cuya salida al mar hay tres veleros. Una torre arruinada, tal vez un antiguo faro, se eleva en su extremo. Cielo movido, con nubarrones densos y una luz amarilla crepuscular. Interesantes transparencias y efectos de luz en la arena al contacto con el agua. Los espacios bien modulados, con sentido muralístico. Representa la España del Mar, la vida pesquera.

El panel de la izquierda -clasificado como B- representa la España Rural e Industriosa. Sobre un campo, en primer término, varias figuras trabajan la tierra: dos grupos -uno de mujeres y otro de hombres- layan al unísono (parecen layas del tipo guipuzcoano); a la derecha, un hombre joven acarrea tierra en un cesto y otro, al ángulo, trabaja con la azada. Estos personajes están un poco esquematizados, tienen verdadera fuerza no sin estar modelados a planos de color y luz. Se extiende tras ellos un campo verde. Al pie de una colina abarrancada, dominada por un pueblo y su iglesia, cuatro yuntas de bueyes, conducidas por sus amos, parecen arar la tierra. Por la vertiente derecha de la colina asoma un grupo compacto -en filas- de trabajadores que se dirigen a unas fábricas de largas chimeneas que se ven al fondo, recortándose sobre montes azulados. Acceden al campo próximo con sus herramientas al hombro. Se oscurece el día. El trabajo pronto cesará. Se ha graduado con atención el claroscuro en el campo. La modulación de planos es correcta, con sentido de la profundidad no exento de grandeza.

Toda la parte superior del conjunto de paneles es recorrida por una orla, en la alternan tramos con volutas y otros con esfinges, más los textos indicados en torno al panel central. Los dos paneles horizontales presentan orlas idénticas.

Julián el de Bayondo

29,1 x 21,8. Dibujo al carbón coloreado con aguada de gouache sobre cartulina blanca, reverso de un cartel o similar. En el dorso ha escrito el autor a lápiz negro: Julián el de / Bayondo / Barco [….] . La palabra desaparecida tal vez fuera: Ávila. Se incluyen las medidas 41 x 35 y el número 35 a lápiz rojo. Passe-partout crema de 6 cm. de anchura, con manchas por humedad.

G. de Maeztu, en el ángulo inferior derecho. Julián el de Bayondo, en el ángulo superior derecho.

Retrato de cabeza, aunque se hagan figurar los hombros. Es un hombre joven, en posición lateral. Su constitución es vigorosa, de facciones marcadas y angulosas, modeladas con seguridad en base a la luz y la sombra, pues el dibujo contornea el óvalo de la cara, desdibujándola. Se disciplina más la línea en los rasgos fisonómicos y se improvisa el trazo en cabello, cuello y hombros. El carboncillo también interviene para sombrear las partes más oscuras, aliándose con el color para graduar el esfumado en las mejillas. Emplea ocres y rojos, atemperando con naranja y amarillo. Éste se une al verde para obtener un fondo claro sobre el que destaque la figura.

Macho cabrío

67 x 56,8. Dibujo al carbón sobre fondo coloreado con gouache sobre cartulina ahuesada. Fijado superficial.

G. de Maeztu, en el ángulo inferior izquierdo.

Por sus características puede afirmarse se trata de un retrato de animal, que se presenta en posición frontal, mostrando el pecho con la esquila, aunque el cuerpo se contorsione, ya que tuercen los cuartos traseros hacia la derecha. Y mueve hacia ese lado la cabeza, de forma que se recorten en el fondo su hocico, barbas, orejas y cuernos. Un ojo oblicuo nos mira con arrogancia y se configura al animal con musculatura poderosa que impone a quien lo mira. El fondo paisajístico indica que el animal se encuentra en una zona elevada del terreno. A ambos lados de la ladera que desciende hacia los campos inferiores hay árboles. Otro macho cabrío queda agazapado a la izquierda. Abajo, una masa forestal sugiere la existencia de un río, tras la cual surge un castillo amurallado, con torreones a los lados de la puerta y a la derecha unas casas de campesinos. El horizonte es bajo y el cielo aparece algo movido. El dibujo delimita los contornos más elementales y el modelado se confía al carbón, que sombrea y delimita las luces con gran eficacia, dando como consecuencia un volumen neto.

La Montaña de Navarra (Boceto para mural de la Excma. Diputación Foral de Navarra. Pamplona)

Dibujo al carboncillo, previo bosquejo con lápiz azul, coloreado parcialmente con gouache de color gris bien disuelto en agua, que sirve de fijador del carbón allí donde se aplica. El gouache sombrea en unión del carbón y realza los volúmenes. Se integra dentro de una cartulina de 53,5 x 82 cm.

El formato y medidas concretas del panel son, en cuanto a este boceto, las siguientes:

 

En la parte inferior de la cartulina se ha escrito a lápiz: La Montaña de Navarra. Alegoría. Sala de Juntas. Su estructura obedece a la adaptación del panel al marco de una puerta. Al dorso parece ser que el pintor ha escrito a bolígrafo azul: nº 7/. Se añade el 134 inscrito en un cuadrado. Perforaciones en los ángulos.

Vida y trabajo en la parte alta de Navarra. En primer término, ante un roble y unas rocas, una mujer se halla recostada en el suelo con su hijo en brazos. Su pecho descubierto indica que acaba de amamantarle. Se dirige a él hablándole. Un hombre, tal vez su padre, en cuyo hato vemos aparecer dos hachas, se inclina hacia él y le mira sonriente. En el suelo hay unos detalles ornamentales, tales como un paño, una jarra y otros objetos difíciles de precisar. A la derecha, tras el leñador, dos aguadoras con su herrada a la cabeza, en posiciones más decorativas que laboriosas. La escena se enmarca dentro de una naturaleza montañosa en el fondo y de campos de cultivo en las proximidades, con una aldea en el valle y un río a la derecha que pasa bajo un puente, con chopos en las cercanías. Sobre los campos diversas escenas de las labores diarias, que quedan a la izquierda de la principal (la maternidad): primero una sembradora lanza

La simiente a la tierra; segundo, una cuadrilla de mozas trabajan el campo y un boyero dirige a sus animales; tercero, un par de bueyes pasan el molón por un campo; cuarto, una reata de mulas tira en el camino de una carreta cargada de paja (¿). El movimiento de las figuras -de direcciones opuestas- da una impresión de naturalidad y de cotidianidad que se trata de hacer compatible con lo decorativo, en una visión un tanto arcádica de la vida y costumbres navarras de la Montaña. Luz suave con atención al claroscuro, obtenido con rayado de carbón y coloración de gouache gris, como base, que colabora la volumen necesario. Estudiada modulación de términos, punto de vista escogido con cuidado y composición decorativa, con tipos humanos que en el caso de la mujer no por ser fuertes pierden su feminidad. Optimismo, alegría y confianza en los valores de la raza.

Moza extremeña

30,8 x 23,5. Dibujo al carbón coloreado con aguada de gouache sobre papel grueso ahuesado. Adherido a cartulina del mismo tono de 49,3 x 35 cm., con ribete de papel rojo pegado al dorso en la periferia, viéndose también el anverso. Esta cartulina presenta manchas de humedad y coloreado al dorso, habiéndose reaprovechado para este fin. Un adhesivo con el número 39 y el 120 aparte. En el passe-partout, inmediatamente al lado del dibujo, ha escrito Maeztu a carboncillo: moza extremeña.

Retrato de cabeza y hombros, no llega a ser de busto, en posición lateral. Colocada en cierta perspectiva, vuelve la cabeza al frente, mirando a su derecha, evitándose así un estatismo que sería inevitable. Además, al recibir la luz por nuestra derecha, la cara y cuello quedan en contraluz, lo que da mayor atractivo a esta bella muchacha. Belleza, por otra parte, enigmática, pues la muchacha parece cerrada e inaccesible. Los rasgos de la cara están dibujados con carbón y con él también se sombrean las partes más oscuras: cuello y cabello. Al colorear se gradúa la mezcla de la aguada para representar el claroscuro y los brillos, lo que se alcanza con éxito. Dos pendientes de vidrio le dan coquetería a esta muchacha aldeana. Los colores empleados son ocre para la cara, verde para el vestido (que transparenta un amarillo) y amarillo al fondo (éste no es uniforme y transparenta el soporte).Pinceladas grises verticales registrando la incidencia de la luz.

Plaza porticada

22,2 x 29,8. Dibujo al carbón coloreado con gouache sobre papel. El color se aplica mediante aguada. Se ha fijado y pegado a una cartulina crema de 26,2 x 34,5 cm en cuya periferia muestra adherencias de papel arrancado. Al dorso diferentes anotaciones: en lápiz rojo el número 18 y las medidas 38 x 30, y en azul: 17. En rotulador negro el número 48 dentro de un círculo.

G. de Maeztu, en el ángulo inferior izquierdo, en carbón.

Una plaza de aspecto provinciano con transeúntes que van a sus labores o conversan parados. Ofrece nobles casas de dos y tres plantas, con balconajes de meritoria forja. El punto de vista escogido se sitúa en el lado izquierdo. Los edificios más próximos presentan pórtico en sus bajos, sirviendo uno de ellos como punto de fuga a la mirada del espectador, dando profundidad a este paisaje urbano. Otro de los arcos permite ver el comienzo de una calle. Propiamente el mérito de la obra es más dibujístico que cromático, pues el color se da como un fondo muy suave, casi monocromo (azules, algo de blanco y carmín, notas de ocre y amarillo). El dibujo no es de precisión, desdibujando en ocasiones.

La Reina María Cristina

63,3 x 33,5. Dibujo al carboncillo coloreado con gouache y aguada de gouache coloreando el fondo, sobre papel grueso ahuesado de 63,3 x 43,5 cm, que presenta adherencias de papel en la periferia. En el ángulo inferior derecho lleva el número 130 dentro de un círculo y escrito con tinta. Al dorso el texto: REINA MARIA CRISTINA 132 [dentro de un círculo, a tinta].

G. de Maeztu, en el ángulo inferior izquierdo, a carboncillo.

Composición que simboliza la dimensión histórica de la Corona Española, por un lado, en cuanto que por encima de la reina María Cristina y de su hijo Fernando se alza la poderosa figura del antepasado el rey San Fernando, acorazado, con manto, espada y la corona real entre las manos a la altura del pecho, destacándose ante la portada de una iglesia medieval, con rosetón en la parte superior. El pasado glorioso de España -simbolizado en lo escrito- contrasta con el primer término, en el que se representa a la reina sedente y frontal, con su hijo -el futuro rey Fernando VII- en su regazo, si bien lateral (mira a la izquierda). Un manto cubre las piernas de la reina y un león esculpido en piedra, una balaustrada y dos columnas quedan a su espalda. María Cristina acerca su cara a la cabeza del niño y toma con su mano derecha la izquierda de él. La expresión de ambos es triste, tal vez por la conciencia de los críticos signos de la patria, sumida en revoluciones y luchas fraticidas. Sobre un correcto dibujo se aplica aguada de gouache, con toques puros de materia, predominando una gama fría de colores bermellón, azul, verde, violeta, gris, blanco etc.

Retrato de muchacha

29,5 x 19,2. Dibujo al carbón coloreado ligeramente con aguada de gouache sobre cartón. Sin fijar. Passe-partout crema de 8 cm. de anchura en la base y de 6 cm. en el resto. Al dorso lleva el número 9.Es un retrato de tres cuartos, con la figura de lado, hacia la derecha. La muchacha vuelve con gracia la cara al espectador. Viste traje regional español -tal vez castellano- con coquetería y gracejo. Es casi adolescente. El pelo, peinado con raya al medio, se reparte a los lados, con moño trasero. Los ojos oscuros y enigmáticos y la expresión serena. Lleva un pañuelo rosa anudado al cuello y pañoleta al pecho. La falda es campanada, cayendo su brazo derecho sobre ella, relajado. La ejecución, salvo en la cabeza, que es más precisa, y en el pecho, es espontánea en el resto, precisamente en la falda, donde más le interesa mostrar los pliegues y colores. En el chal que porta bajo los brazos se comprueba de modo palpable. El coloreado de la falda se obtiene con carbón y el del chal con amarillo, sirviéndose en todo momento del fondo ocre del soporte de cartón como un color más, al mostrarlo por transparencia. Así en la pañoleta del peco, tan solo ribeteada por un dibujo. No da al fondo del soporte ningún tratamiento, basta su color natural para destacar la figura en relieve.

Retrato de muchacha con pendientes

29 x 25. Dibujo al carboncillo coloreado con gouache conforme a la técnica de la acuarela, sobre papel de tono crema.

G. de Maeztu, en el ángulo inferior izquierdo.

Se escogen de la muchacha la cabeza y parte superior de los hombros, que vemos vestidos por una blusa de cuello alto, que se anuda a la derecha en torno al cuello. La cabeza se ha atendido prioritariamente y el resto -cuello, hombros- sólo se ha esbozado al carbón. Mediante una coloración azul y blanca de gouache, aplicada mediante aguada, se sugiere la blusa con aspecto material de gasa. Después contornea el cuello con lápiz de carbón. La cabeza en sí se ha dibujado con atención y sombreado con exquisitez, de manera sutil, porque se colorea encima con gouache para dar tono real a las mejillas y labios, calentados con rojo. Igualmente los aretes de sus pendientes, coloreados de verde limón, como detalle que da gracejo femenino a la retratada. Cabello ondulado con raya central distribuidora del pelo hacia los lados, cubriendo parte de la frente. Sobre él se manifiestan los reflejos de la luz, así como sobre la cara, pálidamente, con obtención de los mismos por medio de la goma de borrar.

Retrato de mujer

86,5 x 59,4. Técnica mixta de dibujo al carboncillo y coloreado con gouache bien disuelto en agua, aplicado a imitación de la acuarela. El sombreado se hace con carboncillo, difuminándose en buena parte del soporte, que es de papel y presenta arrugas por el lado izquierdo. Algunas notas de gouache puro en labios, broche y pulsera. Fijado intenso y uniforme.

G. de Maeztu, en el ángulo inferior izquierdo, a carboncillo.

Retrato femenino de medio cuerpo, en postura erecta y lateral, sobre fondo de cortinaje amarillo-oro que muestra claroscuros en los pliegues de la tela. El modelo -una dama de mediana edad, distinguida- es representado vestido con chaquetón de piel blanca que permite ver tras el escote un vestido negro adornado con un broche de pedrería. Ciertos adornos contribuyen a su elegancia, tal como sus zarcillos o una pulsera en la muñeca izquierda (derecha del espectador), como así también unos guantes que el personaje sostiene en su mano izquierda sobre su cuerpo. Aunque la figura mira fijamente al espectador, el artista trata de romper el estatismo con un movimiento del brazo derecho, que se prolonga en los dedos de la mano y un leve arqueado del brazo contrario, que el tupido chaquetón no puede disimular. La belleza de la mujer retratada es serena, con rasgos fisonómicos personales. La fogosidad de otros rostros se halla aquí dominada por la educación o distinción de la retratada, cuyas proporciones acompañan a un canon estilizado, fuerte y ancho. A nivel técnico, la figura se ha dibujad con cuidado. La línea atiende con preferencia la cabeza -cabello y cara- en su afán realista, dejándose al color (amarillo, ocre, malva y carmín) y al carbón (que sombrea a planos) el modelado del conjunto.

Retrato femenino

53,8 x 45,6. Dibujo al carbón coloreado con gouache bien disuelto en agua, que se aplica con técnica de acuarela, sobre papel grueso de entonación gris. Sin fijar. Passe-partout de 5 cm de anchura en la parte superior e inferior y de 3,5 cm a los lados. En la parte inferior alguien ha escrito con rotulador negro: Dama 1920 = retrato por Gustavo de Maeztu. Al dorso dos grietas se han corregido con papel de periódico encolado.

G de Maeztu, en el ángulo inferior derecho.

Busto femenino ligeramente ladeado a nuestra izquierda sobre un fondo gris neutro. Es una mujer joven, de amplia complexión y hermosa, que toca su cabeza con un gorro de piel (¿). Viste chaquetón marrón con cuello de plumas etéreo y blusa interior verde, de escote curvo. Mira al frente en actitud serena, pero observadora. La aplicación del carbón como del color se han hecho con sumo cuidado atendiendo un modelado exquisito de la cara y cuello, preocupándose por alcanzar las calidades materiales de las ropas y sus propiedades físicas: ligereza y transparencias del cuello y la blusa. El color alcanza matices delicados en la cara, encarnada con ocre amarillo, grises y carmines; también en la bufanda de plumas, en la que el tono azul filtra el fondo y el trazo del lápiz se amolda al movimiento que le es propio; o en la blusa, de verde encendido.

Retrato masculino de joven

32,1 x 21,7. Dibujo al carbón e iluminación de gouache sobre papel crema fuerte.

G. de Maeztu, en el ángulo inferior izquierdo.

Estudio de cabeza de un hombre joven. La línea de los hombros sugiere que está volviendo la cabeza hacia su derecha. Sobre la línea de los hombros, rodando la base del cuello un pañuelo anudado delante, que se ha obtenido en este caso por coloreado de gouache de tono verdoso claro (rebajado con blanco), que presenta transparencia del papel que sirve de base. El retrato es de línea segura, sombreado atentamente con lápiz y difumino. Las luces se obtienen con aplicación de la goma de borrar. Estas se concentran en la cara. Aspecto ensimismado, con cierta tristeza.

Salida de Colón del Puerto de Palos

45,5 x 65,5. Dibujo al carboncillo coloreado con aguada de gouache sobre cartulina de papel ahuesado de 57,2 x 69,5 cm. En el ángulo inferior derecho, fuera del dibujo, se ha escrito a tinta: SALIDA DE COLON DEL PUERTO DE PALOS. Adherencias de papel y cola en la periferia sin afectar al espacio plástico. Ocultan a la izquierda unas cifras. Nada al dorso.

G de Maeztu, en el ángulo inferior derecho, a carboncillo.

Versión definitiva coloreada del mismo tema, abocetado al carbón, que en este catálogo se registra con idéntico título. No ofrece grandes diferencias en cuanto al asunto y composición con aquel. En esta versión, más cuidada a nivel formal, se ofrece el motivo coloreado con una aguada de gouache predominando el azul turquesa, que da a los jinetes de primer término y a sus monturas un marcado volumen. Se colorean los planos posteriores con un amarillo-ocre y azul turquesa más suaves. El fondo del soporte hace también de tono cromático, como también el carboncillo sirve para sombrear (Véase la versión dibujada a carbón).

Tipo español

27 x 18,6. Dibujo al carbón coloreado con gouache aplicado previa aguada, sobre papel grueso adherido a cartulina ahuesada de 44,5 x 30,5 cm., manchada de polvo y tinta, que es reverso de una litografía de José Antonio. Al dorso el número 326 en una etiqueta blanca autoadhesiva.

Ensayo de busto masculino amplio (casi hasta la cintura), visto de perfil, algo movido a la izquierda. Se trata de un hombre joven, vestido con faja, chaquetilla y sombrero al modo castellano (¿). Posa con apostura y altivez, con un pitillo encendido entre los labios. El brazo derecho queda extendido, pero no así el izquierdo, que se flexiona y dispone hacia atrás, al introducir el dedo pulgar en el bolsillo de la chaquetilla. El personaje se recorta sobre un fondo coloreado de ocre, sin mayor referencia espacial. La figura se ha contorneado con línea gruesa, desdibujando, en apunte rápido. El sombreado es escaso (en el sombrero con zigs-zags), si nos fijamos en el aplicado con el carboncillo. También se sombrea con arrastre de pincel manchado de color. Los colores se reducen a azul, rojo y ocre. Sobre el dibujo ha escrito el pintor: rojo, azul. En este ensayo el coloreado es suave.

Toro

16,9 x 14,5. Dibujo al carbón coloreado con gouache, rebajado en el cuerpo del animal con pincel mojado. Cartulina coloreada con purpurina por el dorso. Passe-partout crema de 6 cm. de anchura, oscurecido por la luz. En su dorso ha escrito el artista: nº 11 – 29 1/2 x 27.

G. de Maeztu, en el ángulo inferior derecho.

Una cabeza de toro dirige su testuz hacia nuestra izquierda, volviendo ligeramente la cabeza al espectador. En el testuz un entrelazo de cuerda. Se sitúa en primer plano, en un verde paisaje con cañas a la izquierda, un par de casitas y el monte rocoso recortándose en el cielo azul. Marrones y ocres sobre el animal, en el que el claroscuro se obtiene con pincel mojado en agua, rebajando el color. Verdes y verdes alimonados en el campo. Horizonte azulado. El dibujo a carbón no se limita a perfilar, sino que contribuye en parte a sombrear sobre el cuerpo del animal.

Toro

15,7 x 14. Dibujo al carbón coloreado con gouache, sobre papel grueso ahuesado. Se rebaja el color con pincelada aguada. Passe-partout de 6 cm de anchura. La cola de unión entre ambos se ha descompuesto, manchando el passe-partout.

G. de Maeztu, en el ángulo inferior izquierdo.

La cabeza de un toro situada a la derecha. Mira al espectador. Fondo paisajístico de campos verdes con árboles, casitas y un monte vistos en segundo plano, por la izquierda. Cielo con nubes y claros. Marrones y ocres sobre el animal, bien modelado, sobre todo la cara. Verdes alimonados en el campo, gris azulado en el monte. Efecto colorista expresivo. El carbón no sólo se limita a perfilar los cuerpos, sino también en parte a sombrear (en el cuerpo del toro).

Carbones acuarelados. Dibujos

Gustavo Adolfo Bécquer

32,7 x 27,1. Dibujo al carboncillo coloreado con acuarela, sobre cartulina crema. Una cinta marrón de 12 mm adherida por la parte superior y lado derecho. Desgarros en las cuatro esquinas. Sin fijar.

G. de Maeztu, en el ángulo inferior izquierdo.

Cabeza del literato, con inclusión del arranque de los hombres, colocada en posición lateral, con giro de la cabeza hacia el espectador e inclinación leve. Su mirada es lánguida. Su apariencia, romántica: cabello abundante, bigote y perilla, la cara enjuta. El coloreado verde dado al fondo aumenta su expresión enfermiza, aunque levemente sensual, de su boca y ojos. Bien modulada la luz en su cara. Rasgos fisonómicos correctos y seguros. El cabello sombreado con espesa masa de carbón, en la que también se registran los reflejos de la luz, con dirección izquierda-derecha. Fondo verdoso con carbón superpuesto difuminado.

Mujer de Sahagún (León)

26,1 x 18,9. Dibujo al carbón, acuarelado sobre cartulina de papel. Passe-partout de 32,2 x 23 cm., en cuya base se ha escrito el título. El dorso está manchado de color y por tanto reaprovechado como soporte. En él ha escrito el autor: Mujer de Sahagún / León. Añade el número 155 en un círculo y las medidas 39 1/2 x 31 1/2 [en rojo]. Passe-partout amarillento.

G. de Maeztu, en el ángulo inferior izquierdo (a lápiz).

Mujer campesina joven, en posición frontal y de tamaño tres cuartos, con su brazo derecho en jarras, embozada con una gruesa manta que pasa bajo el cuello y cae del lado izquierdo, dejando ver el vestido ceñido a la cintura, con faltriquera. Se cubre la cabeza con un pañuelo. Su cara ancha muestra una piel curtida pero de facciones correctas, incluso bellas. Su constitución es fuerte. La figura se ha bosquejado previamente con un dibujo que afecta al contorno y pliegues del vestido. El coloreado es austero, reduciéndose a ocre rojizo y azul turquesa. Se ha aplicado buscando la transparencia, para modelar en función del claroscuro. Se consiguen así unos volúmenes reales en el manteo, con cierta calidad material. Se ha coloreado con un gris indefinido el fondo, acentuándolo en el ángulo superior derecho, para destacar mejor la silueta de la retratada.

Ofrenda de Levante a la Patria Española

46 x 63,5. Dibujo al carbón acuarelado sobre cartulina crema, encolada a una plancha de cartón de 66,5 x 74 cm y 3 mm de grosor. Tuvo un passe-partout que se arrancó, dejando al descubierto el encolado y adherencias de papel. El dibujo está empolvado. Al dorso, en la parte superior, tiene un adhesivo que dice: EXPOSION DE PINTURA ESPAÑOLA EN LONDRES, 1920. Incorpora el número de orden 23. Autor: Gustavo de Maeztu / Propietario: id / Dimensiones: 1,60, 0,60 / Título: “Ofrenda de Levante a la Patria Española” [Los textos escritos a pluma, de mano del pintor]. Adherencias de papel al dorso.

Versión más elaborada que la homónima realizada al carboncillo únicamente (véase), de la que aquélla fue boceto. La composición es similar, con algunas variantes en el número de personajes, cuya distribución es la siguiente: al centro la Maja que representa a la Patria Española y a sus pies tres leones (dos a la izquierda y otro a la derecha). A daca lado un grupo. A la derecha dos muchachas arrodilladas ofrecen bandejas con frutos de la tierra; seis jinetes -hombres y mujeres-. Sobre caballos enjaezados, en distintos planos, el primero de ellos conducido de la brida por un hombre. A la izquierda: un hombre conduce un toro tomándole del cuerno; tres muchachas sostienen una bandeja con hortalizas como ofrenda a la patria Española y cuatro pastores con altas garruchas clavadas en el suelo, recortándose en el horizonte; como fondo la feraz llanura valenciana, con algunas casas diseminadas entre árboles, un puente sobre un río y la torre a la derecha. Cielo amplio y espacial, con nubes algodonosas flotantes en el aire, contribuyendo a la visión épica de la escena. Desde el punto de vista técnico, comparte con el boceto sus características de equilibrio compositivo, variedad y gusto decorativo, escenografía etc. Si cabe, esta versión cuida más el dibujo y el sombreado, con verdadera preocupación por el claroscuro y la luz -patente en el símbolo de la Patria Española. Se añade un sensible coloreado, partiendo del carmín y ligeras notas de verde (en el arbolado), para entonar las figuras humanas y animales, sirviéndose con maestría del tono natural del soporte en la consecución de las luces y materialización de los ropajes. En el canon físico de sus personajes, pero aún más en el cielo, Maeztu se muestra exuberante. El cielo es un ejemplo de cromatismo sensible a base de entonaciones delicadas de azul con ocre amarillo escaso y carmín, bien escaso también, para en unión de difuminados envolventes de carboncillo y con la transparencia del soporte, crear una masa celeste viva y cambiante.

Ofrenda de Levante a la Patria Española. Ensayo de los garrochistas

45,7 x 21. Dibujo al carboncillo coloreado con acuarela ocre sobre cartulina ahuesada de medidas imprecisas, encolada a una chapa de cartón de 66,2 x 36,5 cm. El dibujo está rodeado por adherencias de papel y encolados a la vista. El dorso protegido por una capa de papel levantado en parte. El autor ha escrito en él, a lápiz: Sevilla. Lleva dos adhesivos un tanto ilegibles. En el primero, que es el mayor, dice. Núm[…] – [Ofrenda del Levant]e à la Patr[ia] Española”. En el otro, circular, puede leerse PARIS, y parece aludir a la casa comercial que le facilitara el cartón.

Un ensayo previo a la versión definitiva del tema que sería el dibujo acuarelado que figuraría en la Exposición de Pintura Española de Londres, año 1920. Respecto al ensayo, la versión definitiva presentaría cambios. Se trata de personas situadas a la izquierda (del espectador) de la Maja que encarna a la Patria Española. En este fragmento aparecen el lomo y las extremidades del león adormilado junto a la Maja, y un garrochista frontal con el brazo derecho en jarras. A la derecha una muchacha sostiene en flexión una bandeja con productos de la huerta valenciana. En plano posterior figuran, de izquierda a derecha: una muchacha conduciendo dos caballos, por encima de los que asoman verticales tres garrochas; dos garrochistas y una aguadora con su cántaro al hombro. Por encima se aprecia el cielo, movido. Las características técnicas no difieren del modelo definitivo. El coloreado es ocre.

Ofrenda de Levante a la Patria Española. Ensayo de las oferentes

45,5 x 23. Dibujo al carboncillo coloreado con acuarela ocre sobre papel grueso ahuesado de 54,5 x 35,4 cm. Todo el dibujo, hasta el límite de la chapa de cartón, se encuentra con adherencias de papel y el encolado al descubierto. Al margen del dibujo y en el lado izquierdo del ángulo inferior izquierdo, el autor ha escrito: FOTO LUX. Al dorso, el cartón está protegido por una capa de papel en parte levantada. El pintor escribió: Caja / 6 [dentro de un círculo], casi ilegible y en el ángulo superior derecho: Nº 00 [a tinta azul].

Estudio para el dibujo al carbón acuarelado Ofrenda de Levante a la Patria Española. En él, Maeztu desarrolla el tema de las doncellas oferentes de los frutos del campo valenciano a la Patria Española, de modo diferente a como lo hará en la versión definitiva, en la que a derecha e izquierda del motivo principal -la Maja que simboliza a la Patria Española- distribuye también dos grupos de doncellas oferentes. Así como en aquel caso, éstas muestran posturas en flexión, en el dibujo que contemplamos las muchachas son representadas de pie, laterales y en secuencia continua (alineadas), con un cesto de hortalizas y frutos sobre el hombro derecho, sostenido por las manos colocadas a diferente altura. Las figuras adelantan un pie, flexionando la pierna correspondiente, lo que es un bonito recurso en manos del pintor para -por movimiento de los largos vestidos- establecer planos de luces y sombras sobre los pliegues de los ropajes, distribuidos con un gusto un tanto ampuloso. Las figuras gozan de movimiento: así brazos, cabezas, caderas, piernas y plegados se muestran dinámicos. Contrasta este dinamismo con la quietud del campo valenciano, que puede apreciarse en el escaso margen espacial que liberan las doncellas. Observamos una casa tras un árbol, a la derecha, y campos de cultivo por la izquierda. El cielo parece nublado, con algunas masas nubosas imprecisas. El efecto decorativo es palpable. La realización técnica de dibujado y claroscuro impecable.

Retrato de muchacha

32,2 x 24,7. Dibujo al carboncillo coloreado con acuarela sobre papel grueso ahuesado. El espacio plástico coloreado se reduce a las medidas 25,2 x 21 cm. En el ángulo inferior izquierdo del soporte, en parte pelado, se lee con dificultad: [Mo]za / [Mansilla] de las Mulas / León 926.

¿Mansilla de las Mulas (León)?, 1926.

G. de Maeztu , en el ángulo inferior derecho.

Retrato de muchacha joven, del que se ofrece la cabeza, cuello y comienzo de los hombros. Posición levemente lateral. El cabello corto cubre las orejas. Expresión melancólica en ojos y boca. Más bien entrada en carnes. Una línea correcta configura bien el óvalo de la cara y sus rasgos. Sombreado por la derecha con carbón ligero. Coloreada la carne con sepia y el vestido con azul agrisado. Se ha dado al fondo un coloreado que evoluciona del gris verdoso en la parte inferior al cálido ocre de la superior.

Retrato de mujer

30,5 x 24,5. Dibujo al carbón, acuarelado, sobre cartulina ahuesada, adherida a otra de la misma entonación y medidas 36 x 29 cm. Algunas adherencias de papel en la periferia del dibujo. Carbón sin fijar. Al dorso hay un boceto al gouache de un perro incompleto sobre un campo, en lilas y rojos, sin importancia artística. Se han escrito las cifras siguientes: 40 x 37 [en lápiz rojo, posiblemente por el pintor], 10 [en azul] y 52 [a carboncillo].

Gde Maeztu, en el ángulo inferior izquierdo (las tres primeras letras ligadas).

Cabeza femenina de joven muchacha, de la que se ofrece el inicio de los hombros y el cuello, rodeado de una bufanda anudada a la derecha. La cabeza, casi del todo frontal, con leve inclinación a la derecha, ostenta un efectista modelado, con sobrio claroscuro por difuminado del carbón, que registra las más mínimas luces y brillos consecuentes, como resultado de una iluminación llegada desde la izquierda. El cabello, sin estar del todo mal representado (con brillos adecuados), es secundario. La atención se centra en el rostro curtido de esta joven aldeana, de mirada viva y penetrante. Un ligero coloreado se aplica a la bufanda (rosa) y vestidura (verde ocre). También se da un leve tono ocre al fondo, para destacar espacialmente la cabeza.

Carbones coloreados con pastel. Dibujos

Alegoría del Descubrimiento (Boceto)

33,4 x 29,9. Dibujo al carbón coloreado con pastel sobre papel rojizo. Sin fijar. Doblado por la mitad el soporte, en sentido horizontal y por esa línea rasgado. También rasgado y roto en la parte superior.

G. de M, en el ángulo inferior derecho.

En primer término, a la izquierda, Cristóbal Colón de pié, extiende su mano izquierda para tomar un rollo de papel que le acerca una figura de indígena americano agazapado en el suelo. Al fondo las velas de las carabelas del Descubrimiento de América. Factura abocetada, a grandes líneas, coloreado con fuerte contraste de azul-morado en el suelo y cielo, marrón en el indígena, rojo y negro en Colón y amarillo en las velas. Cierto valor del plano.

Aveugle du village

32,5 x 27,2. Dibujo al carbón coloreado con pastel sobre papel grueso crema de 41,8 x 37 cm, adherido a una plancha de cartón de 50,5 x 45,5 cm. El dibujo llevó passe-partout que fue arrancado, dañando la parte superior izquierda que sufre un desgarro. Se ha fijado. El retrato está enmarcado por una línea de lápiz que trasciende el bosquejado de la figura. Al dorso, en un papel blanco encolado se ha escrito a tinta: Nº 28. Aveugle du village [Ciego de pueblo]. Otros adhesivos con los números 32 [con texto ilegible a continuación], 18.007 [a imprenta], 10.492 / 10.560 [a lápiz], 55,80.1.44 [anotación del artista, según parece] y 44 [inscrito en un círculo] / EL CIEGO DE CALATAÑAZOR [añadido por los inventariadores de Estella].

G. de Maeztu, en el ángulo inferior izquierdo.

Cabeza de hombre maduro, un tipo del pueblo vestido modestamente con boina y chaqueta con camisa cerrada al cuello, en la escasa parte visible del busto. Se ha dado al fondo una breve y ligera coloración para destacar el bulto de la figura. Ésta se ha contorneado con una línea rápida, pero firme en el rostro, definiendo con exactitud los rasgos principales de la fisonomía. Tiene gran mérito el modelado de la cara, obtenido con claroscuro de carbón, azul y blanco para entonar (da aspecto de malva), sobre el fondo natural del soporte. El blanco y el ocre del soporte son los instrumentos de que Maeztu se sirve para la iluminación y los brillos. Resulta un volumen de empaque. El retrato da perfectamente el tipo propuesto: un ciego de ojos semivacíos y cejas fruncidas, con aire de ausente. El sombreado de la boina y de la ropa se hace con línea zigzagueante de carboncillo. Coloreado de verde fuerte en la chaqueta.

Busto de mujer

59 x 43. Dibujo al carbón coloreado con pastel sobre cartón delgado. Sin fijar. Manchas de humedad al lado izquierdo. Algunas rasgaduras en la parte superior e inferior. Doblado por la mitad en sentido horizontal. Al dorso, la mitad izquierda está ocupada por varios bosquejos de una cabeza masculina con bigote y sombrero, y en la mitad derecha varios de mujer en donde se estudian bustos y poses, todo ello a carboncillo. Incorpora un adhesivo con el número 319. Manchas de humedad y de polvo al dorso.

Su aspecto es de dibujo inacabado, pues la representación se limita a un bosquejado suave y coloreado interior de la figura con pastel verde, amarillo, ocre y algo de blanco mezclado al anterior, dando al fondo un tono rosa (resultado de la superposición citada sobre el cartón). De esta forma se delimita el volumen elemental de una mujer joven, con solidez escultural, lateral, con mirada de soslayo al frente. Seguramente sea un estudio para obra de mayor empeño.

Cabeza de joven

27,5 x 30. Dibujo al carbón coloreado con pastel sobre papel sepia. Reverso de un cartel donde se aprecia, bajo una viñeta, los siguiente: MAEZTU / DICIEMBRE-ENERO / 1917-1918. Al dorso la letra A. El dibujo sobre papel de 30,5 x 41,5 cm, tuvo en la periferia un passe-partout, en parte arrancado, que muestra huellas de cola. Sin fijar.

La cabeza se ofrece casi del todo frontal, pero la mirada no parece dirigirse al espectador, parece perdida. Es una muchacha joven, de cabello peinado a los lados y cara redondeada. Se bosqueja el cuello, pero la atención del autor se centra en el rostro, donde delinea y colorea facciones correctas, graduando con sensibilidad claroscuro y tono de la piel rosáceo. En el cabello es más espontáneo, dando una sensación de masa, sombreando con carbón y entonando con rojo vino de Burdeos, valorando transparencias. Ha dado al fondo una ligera coloración de malva. El tono sepia del papel atempera la piel.

Femme qui marche

31,7 x 14,8. Bosquejo a carbón con leve coloración a pastel sobre papel sepia fuerte de 32,7 x 26 cm, adherido a su vez a una plancha de cartón de 49,7 x 30,9 cm., adherido a su vez a una plancha de cartón de 49,7 x 30,9 cm. Fijado superficial. En el dorso de esta plancha figuran los siguientes textos: Nº 24.-Femme qui marche [Mujer caminando, en tinta]; otro adhesivo muestra en cifras de imprenta el nº 10.554; una etiqueta con el texto: quantité / vendeurs / fabrication / date, nos indican su exposición en algún país de habla francesa. Otra etiqueta lleva el número 22. El autor añadió el nº 99.

Maeztu., en el ángulo inferior derecho.

Figura femenina de factura abocetada que camina hacia la izquierda en postura más decorativa que lógica o natural, con un movimiento forzado de caderas, pecho adelantado y brazo izquierdo flexionado con la mano sobre la frente. Es una pose más fotográfica que pictórica, que evidencia una estabilidad difícil de captar si no es por el procedimiento elegido de apunte rápido. Líneas rápidas contornean el cuerpo. Se le superponen trazos débiles y curvilíneos en la espalada, que intentan tomar la fugacidad del movimiento. Figura coloreada con debilísimo tono blanco que marca las luces, en tanto las sombras se forman por contraste con el tono natural del soporte. Se ha dado al fondo un tono verde esmeralda que envuelve la figura. Ésta carece de detalles. Sólo ha interesado postura y movimiento.

Groupe decorative

23 x 31,5. Dibujo al carbón coloreado con pastel sobre papel ahuesado de 29,5 x 35 cm, adherido a una plancha de cartón de 39,5 x 43,3 cm. Sin fijar. Restos de passe-partout arrancado en torno. Al dorso, en un papel encolado se ha escrito a tinta: Nº 18. Groupe decorative [Grupo decorativo] .Otro adhesivo sellado en el que se lee PARIS con dificultades. Anota el pintor el Nº 127, [a carboncillo]. Adhesivos de papel con el nº 10.997 [en imprenta] y el nº 102.

Esbozo de dos figuras en actitudes ornamentales que tratan de estudiarse en este ejercicio dibujístico. Parecidas actitudes se han visto en sus interpretaciones de Los novios de Vozmediano. Sobre una elevación -tal vez una roca- un hombre de cuerpo semidesnudo aparece sentado en posición lateral, con la pierna derecha extendida y la izquierda flexionada en escorzo. Inclina la cabeza hacia delante y la muestra de perfil. Extiende un brazo y con la mano izquierda toma la de una muchacha que aparece de pie a su lado. Con la derecha toca el hombro de su compañera. Ésta se ha figurado a la izquierda, de tres cuartos, casi del todo frontal, mirando a su pareja, con el brazo derecho flexionado y la mano posada en su propio hombro, en actitud decorativa. Como fondo los tonos verdes de un paisaje. La ejecución tiene la rapidez de un apunte. El coloreado esencial (ocres, verdes, negros). Las figuras son de anatomía fuerte, con tendencia en ella al grosor.

Idilio marinero

25,3 x 25,9. Dibujo al carbón coloreado con pastel sobre cartón.

Factura abocetada y rápida. Sobre una superficie verde (tal vez el malecón del puerto), se halla un fornido marinero sentado, más bien recostado sobre su brazo izquierdo. Con su mano derecha toma a la altura de su hombro la mano de su amada, que está detrás y apenas se define en el dibujo. Tras ellos, por la izquierda, unos trazos sugieren la presencia del mástil de una embarcación. La línea del horizonte al fondo, con el agua plasmada con rayas verdes en disposición vertical y horizontal. El cielo plasmado con haces curvos. Intervienen tres colores: verde, azul ultramar y leve carmín.

[Oración del asceta]

31 x 24,1. Dibujo al carboncillo, coloreado con pastel, sobre papel sepia. Mutilado el ángulo superior derecho.

G. de Maeztu, en el ángulo inferior derecho.

Busto de hombre asceta, sorprendido en oración mientras dirige al cielo sus ojos. Coloca su mano en el pecho y sobre la mesa, situada en el rincón inferior derecho, vemos una calavera. El fondo es oscuro, iluminado en parte por la luz que se recibe del cielo. Luz que no se recibe en forma de rayos, sino como claridad difusa. El asceta se coloca de lado, viste túnica amplia, con gran cuello abierto. La expresión del rostro es dulce, un tanto extasiada, con espiritualidad y mano afilada al pecho, a lo Greco. Paleta de tonos fríos: ocres, verde, amarillo y negro. Éste es producto del oscurecido con carboncillo.

[La partida]

42,9 x 57,3. Dibujo al carbón con pastel, sobre cartón. Erosiones parciales. Dorso manchado de polvo.

Representa en dos planos una escena de difícil interpretación. En el más inmediato, al centro de la composición, dos hombres de pie sobre el terreno, en posición de tres cuartos, se toman de la mano derecha, algo separados entre sí, quedando el izquierdo de lado, volviendo la cara a nosotros, y el derecho frontal, en posiciones un tanto artificiales. Detrás y a la derecha tres mujeres sólo bosquejadas, una de ellas parece que trabajando; al lado contrario, igualmente bosquejado, señalando así el distanciamiento, un hombre joven, frontal, con un remo apoyado en el suelo. Como segundo plano, tras unas rocas, el mar en calma y dentro de él cinco lanchas distribuidas en el espacio, dos de ellas próximas a la orilla. El conjunto se ha sombreado e iluminado con carbón y pastel, obteniéndose una luz delicada de amanecer, con fondo atmosférico y apariencia inacabada.

Retrato de mujer

104 x 73. Dibujo al carbón, coloreado con pastel, sobre cartón.

G. de Maeztu, en el ángulo inferior derecho.

Retrato de mujer joven tomada de pie y de tamaño tres cuartos, en actitud desenfadada, con el brazo derecho en jarras y apoyándose con la mano izquierda en un muro (¿). Su perfil es ondulado. Mira a su derecha con altanería, levantando la cabeza. Todo el conjunto se ha perfilado y sombreado con el carboncillo, especialmente los guantes que lleva enfundados y cubren todo el antebrazo. Lleva vestido escotado y de manga corta, que ha coloreado en rojo con pastel, difuminándolo a continuación. Bien modelada la cara, insistiendo el carbón en los ojos y el cabello. Para representar el color de las carnes se sirve del tono natural del cartón. Da al fondo de l retrato un colorido siena y rojo oscuro, sombreando también con el carbón. El tipo físico está dentro de la línea del artista en cuanto a fuerte anatomía, demasiado viril en este caso.

Retrato masculino

40,4 x 33. Dibujo al carbón coloreado con pastel, sobre papel adherido a una plancha de cartón de 49,7 x 39,4 cm. Fijado superficial. Llevó passe-partout que fue arrancado y por haber sido superpuesto al dibujo (en los lados inferior e izquierdo) lo dañó, permaneciendo ahora tapado en parte por papel encolado. Necesita restauración. En el dorso sucesivas numeraciones del autor: 45.50.2.5, 14. Un adhesivo con el número 11.009 en números de imprenta, bajo el cual el autor anotó a lápiz: 11.006 / 11.007.

G. de Maeztu, en el ángulo inferior derecho.

Busto de un hombre enjuto y maduro, de cara angulosa y arrugada, vestido con chaqueta y camisa con corbata, en posición lateral, dirigida a la derecha, aunque la cabeza se vuelva al espectador. El cabello corto, el tono cetrino de la piel, la configuración completa de la persona, conformando un tipo con señorío andaluz, tal vez vinculada a la fiesta taurina. La cabeza se ha dibujado con seguridad de trazo, bien contorneada. Los rasgos de la cara son más ligeros, pero bien definidos. Es llamativa la coloración al carbón de las sombras y la modulación de luces en el rostro, de acuerdo a un modelado sensible y enérgico a un tiempo, adaptado a una superficie -la de la cara- llena de irregularidades. Los labios esbozan una sonrisa que elimina la dureza de la expresión. La mirada es benévola. Las dotes perceptuales del pintor son excelentes y revelan capacidad de penetración psicológica. Leve coloreado en el busto de blanco y rojo (este último color parece haber pasado por contacto con otro dibujo), y de azul en el fondo.

Lápices acuarelados. Dibujos

Arribada en el puerto. Siglo XVI

22,3 x 17,9. Dibujo a lápiz de grafito, fijado mediante acuarelado sepia, sobre papel grueso ahuesado, en cuyo dorso alguien ha escrito a lápiz igualmente: PALACIO DE BENDAÑA / ESCALERA DE HONOR -LATERAL B- / ARRIBADA EN EL PUERTO / SIGLO XVI. Lleva el número 13 inscrito en un círculo. Huellas de ribete de papel engomado.

G de Maeztu, en el ángulo inferior derecho.

Boceto para la decoración de la pared de una escalera del Palacio de Bendaña. La composición, por tanto, se adapta a la líneas ascendente de la misma, colocándose figuras y masas en progresión espacial, saturando el espacio de cuerpos y con perspectiva convergente al fondo. El propio boceto representa también una escalera -aunque estrecha- de piedra, por la que descienden dos mozas con sendos bultos en la cabeza, haciéndolo en primer término. Cerca de ellos y vuelto de espaldas, hay un hombre que extiende el brazo derecho, como llamando la atención de un grupo que labora en el muelle, más abajo. A él se han atracado varios barcos -cuatro visibles y de otros dos se ve tan solo la arboladura- con las velas recogidas o extendidas sobre los mástiles. En sus cubiertas todavía quedan algunos marineros. En la parte superior de la escalera, vemos una casa semioculta y una torreta de vigilancia, con un foro que lanza al mar su haz luminoso (simulándose éstos sobre la ladera de un escarpe). Al recortarse las barcazas sobre el aire, se sugiere un espacio mayor que alivia el corto y prieto espacio decorado. Dibujo hábilmente compuesto, con sentido de la distancia.

Cacería vasca. Siglo XVI

22,3 x 17,8. Dibujo a lápiz de grafito., fijado mediante acuarelado sepia, sobre papel grueso ahuesado, en cuyo dorso alguien ha escrito a lápiz igualmente: Palacio de Bendaña / Escalera de Honor -lateral A / Cacería vasca siglo XVI. Lleva el nº 3.

G de Maeztu, en el ángulo inferior izquierdo.

Boceto para la decoración de la pared de una escalera del Palacio de Bendaña. Véase la decoración del otro lado, titulada Arribada en el puerto, cuya ficha de catalogación precede a ésta. La composición se adapta a la línea ascendente de la misma, colocándose figuras y masas en progresión, con perspectiva convergente en la parte superior. En primer término, sobre un campo como fondo, dos jinetes espolean a sus caballos y éstos alzan sus patas delanteras en cabriola, al tiempo que relinchan. Vestidos, como los demás personajes, a la usanza del siglo XVI, estos primeros jinetes llevan en su izquierda una larga escopeta, y con la mano derecha tiran de las bridas.. En segundo plano vemos un grupo de perros que se adelanta a los caballos. Tras estos jinetes, en la parte superior, tres perros más en posición lateral, uno de ellos estirado y aullando. A continuación un grupo de hombres bastante indefinido y sin la proporción adecuada. Más arriba una pareja de nobles a caballo. El caballero habla a la dama, que monta el corcel a mujeriegas. Y ya en el límite superior tres clarineros escalonados en altura, tocan sus instrumentos. A media altura, al fondo del campo, cuatro perros recortan sus cuerpos en el cielo, aullando. La inspiración temática y compositiva del pintor es inferior al boceto gemelo, en este caso.

Lápices coloreados con gouache. Dibujos

[Combatientes]

24,3 x 31,2. Dibujo a lápiz de grafito, coloreado con gouache, sobre papel grueso ahuesado.

Estudio de composición en que se ofrecen dos jinetes a caballo, de espaldas, saludando con el brazo en alto. A su derecha otro más, lateral, con el caballo agachado y ante él la silueta de una mujer (¿). Se hallan en un promontorio del terreno. Bosquejo previo a lápiz, con trazo rápido y coloreado con mancha ocre y negra de gouache rebajado en agua, según la técnica de la acuarela. Formas abocetadas.

Machos cabríos

18,9 x 15,4. Dibujo a lápiz, coloreado con gouache para obtener el claroscuro, rebajando el color con pincelada aguada (en los animales), sobre papel ahuesado y áspero. Passe-partout de 6 cm. de anchura, de color crema. Al dorso ha escrito el pintor las medidas 31 x 28 y el nº 8 sobre el passe-partout.

G. de Maeztu, en el ángulo inferior derecho.

Dos cabezas de machos cabríos, una en primer término y otra más abajo en segundo, mirando a nuestra izquierda. Como fondo un paisaje, con un monte en la parte superior derecha y un prado en la zona más próxima. El primer animal coloreado en marrón oscuro y el otro en ocre. En el paisaje alterna el azul agrisado con el verde alimonado. Se modela el cuerpo de los animales rebajando el tono del color con agua. Se aprecia todavía el perfilado de os cuerpos a lápiz.

Paisaje con torreón (Boceto)

20,9 x 29,5. Dibujo a lápiz de grafito parcialmente coloreado con gouache, sobre cartulina ahuesada. Se ha raspado el cielo en una parte para aglutinar mejor el color y dar sensación de nube. Se adhiere al dorso una pegatina con el número 377. El gouache se diluye en agua como en la técnica de la acuarela. Parece que se aplicó aguada previa en el cielo. Es interesante su estado actual para estudiar su método de trabajo.

Boceto de estudio para su óleo sobre uralita homónimo. Una calle de pueblo sube hasta un torreón, a la izquierda, precedido de un almacén más bajo para útiles agrícolas. Tras el torreón hay una casa enrasando el terreno desnivelado, por donde desciende otra calle por la derecha, con casas a un lado y al fondo. Lejos dos filas de montes. Sobre una base de dibujo a lápiz, se ha coloreado con gouache ocre, gris, lila y verde, muy diluido, dejando ver este dibujo previo. El coloreado no se ha terminado. El cielo se ha coloreado -así parece- con azul, previa aguada y raspado del soporte. Resulta un paisaje de amplio escenario, destacando en segundo término y dominante, la torre, reliquia de un pasado glorioso.

Lápiz y tinta

Diana cazadora en el palacio de Carlos V. Flandes -1516

11,2 x 44,8. Dibujo a lápiz de grafito, fijado por una mano de tinta sepia aplicada sobre el soporte humedecido, sobre papel grueso ahuesado. Delimitado por una línea en una hoja de medidas 20,2 x 48 cm. En la parte superior el autor ha escrito a lápiz: DECORACION MURAL. Y en la inferior: DIANA CAZADORA ENEL PALACIO DE CARLOS V – FLANDES 1516 / DECORADOR: J. BUXÓ. PINTOR: G. DE MAEZTU. Se indica con una flecha dirigida a un personaje: CARLOS V. Al dorso el número 2. Ribeteado con papel engomado en los lados izquierdo y derecho.

G. de Maeztu, en el ángulo inferior derecho.

Boceto para decoración mural, de amplio escenario y compleja composición, escenográfica y decorativa. Se representa un espacio natural con dos montículos, uno a cada lado, Las suaves vertientes de ambos coinciden en el centro del espacio plástico, viéndose al fondo el agua encalmada del mar, con unos barquitos a lo lejos. Destacándose sobre él, aparece Diana vestida con ligeros velos y la cabellera al aire. En sus manos un arco. Permanece en pie sobre el lomo de un ciervo, que levanta las piernas anteriores en una cabriola. Antepuestos a él, otros dos ciervos escalonados, en idéntica posición, mirando todos a nuestra derecha. Sobre el montículo izquierdo unas casas, con dos torres sobrepuestas y unos árboles. En el montículo contrario unos jinetes, que parecen heraldos. Tras la ladera asoman unas casas a la izquierda y la torre almenada de un castillo a la derecha. El campo anterior a éste como telón de fondo, presenta ciertas irregularidades. En parte bien visible a la derecha un noble personaje, bien vestido, adelanta el brazo derecho como para dar una orden: es el emperador Carlos V. Unos fusileros y timbaleros están junto a él, en posición menos preferente. Al pié del montículo derecho y tras el emperador desfila una carroza tirada por tres troncos de caballos, precedida y seguida de fusileros en formación. Al centro de la composición y en primer término dos ayudantes sujetan una reala de perros, tocando el cuerno uno de ellos. En los ángulos, equilibrando el conjunto, se muestran diversas figuras, cortadas en parte por el marco. A la izquierda, escalonados en altura, tres jinetes, soldados provistos de largos mosquetones que espolean a sus caballos, haciendo cabriolas éstos. A la derecha dos monturas escorzadas, dándonos la grupa y moviendo el cuello hacia la composición, al tiempo que lanzan un relincho. El dibujo no entra en detalles, pero sí establece con gran atención las proporciones de las figuras en función de las distancias. Por ello hay una cuidadosa composición y planificación basada en la variedad y equilibrio de masas. Sin ser grandilocuente tiene aspecto épico. La tinta se aplicó de forma irregular, tendiendo a la ligereza y transparencia en el cielo y haciéndose densa en los montículos, resaltando volúmenes y luces.

Técnicas mixtas varias

Cabeza de gitana

25,6 x 21,6. Dibujo a carbón y lápiz de grafito, coloreado con gouache, sobre papel grueso. Adherido a cartulina de 36,7 x 34,6 cm de tono crema, cuyo dorso es una litografía del mismo autor. Adhesivo con el número 284. Manchas en esta base del soporte.

Se muestra en posición lateral, si bien mira al espectador, torciendo la cabeza a la izquierda. Es una mujer joven, de expresión alegre, sonriente. Bella y atractiva. Su cabello negro peinado hacia los lados oculta las orejas, pero no los aretes que las adornan. Su cara es ancha, bien construida, la piel cetrina, aunque con entonación encarnada, matizándose en ella los pormenores de la luz (con carmín, naranja, verde y ocre sobre el fondo del soporte, que se emplea para encarnar la figura). El óvalo de la cara y sus rasgos principales, así como el cabello, se hallan bien dibujados. La muchacha lleva sobre los hombros una toquilla o chal coloreado a planos violetas y grises, muy expresivo de color. SE han aplicado al fondo manchas verdes que transparentan el soporte, lo que permite destacar en relieve la figura.

Campesina

18,8 x 13,1. Dibujo a carbón y lápiz de grafito, coloreado con gouache, rebajado en parte con el pincel mojado, sobre papel grueso ahuesado. Al dorso ha escrito el artista: nº 13 / 30 ½ x 26. Passe-partout crema entre 6 y 7 cm de anchura. El encolado del dibujo al passe-partout se ha descompuesto, manchando el mismo por delante.

G. de Maeztu, en el ángulo inferior izquierdo.

Busto de mujer joven, lateral, dirigiendo la cabeza al frente. Viste como campesina, con un pañuelo en la cabeza, del que se cuelan a la frente unos bucles de cabello. Expresión serena y mirada profunda. Coloreado el vestido con verde y amarillo y la piel con amarillo-ocre, modelando con ayuda del agua. Toques pastosos de gouache en los labios y en el pañuelo de la cabeza, de color rojo en ambos casos. Fondo oscurecido en gris. Se ha aplicado un dibujo previo a lápiz y carbón, y con carbón se intensifican algunos detalles, por ejemplo la línea de ondas del cabello.

Dama dormitando

28 x 39,5. Pintura al gouache, previa aguada, sobre papel, con coloreado de pastel y bosquejo a carboncillo. Sin fijar. El papel se ha encolado a una chapa de cartón de coloración gris y medidas 31 x 42,8 cm, que muestra adherencias de papel en los bordes. Al dorso ha escrito el pintor: Nº 43. También se anota el número 4.

G. de Maeztu, en el ángulo inferior derecho.

Una muchacha de canon estilizado, sentada en un butacón, dormita inclinando la cabeza y apoyándose en él con los brazos. Al fondo la pared. A la izquierda un plano de color sugiere una mesita o similar, tras del que vemos el pie de una lámpara con pantalla. La figura viste traje elegante de noche, con falda vaporosa y cinta en la cintura, con aire de asistir a una fiesta. El sueño ha terminado por rendirla y en ese momento la representa Maeztu: el momento en que la elegancia se ha perdido y la realidad aparece tal cual es, la grosería de la boca abierta por los ronquidos, el vientre abultado por la posición del cuerpo. El gouache se aplicó previa aguada, dando a continuación una mano de color seco y ligero para registrar las oscilaciones de la luz: así en el verde de la pared o pardos del butacón. La figura humana se ha coloreado al pastel, con amarillo la cabellera y la cinta, con blanco el vestido, sugiriendo su vaporosidad. Se aplica el color sin apenas presionar el pincel sobre el soporte.

Escudo de Navarra. Alegoría

27,5 x 28. Dibujo a plumilla y tinta negra, coloreado de ocre rojo y purpurina dorada y verde superpuesta sobre cartulina ahuesada. En la base se ha escrito a tinta el título. Enmarcado con línea negra, en un recuadro de 31,5 x 27,7 cm. En el escudo un golpe y agrietamiento.

Parece el boceto de un frontis monumental. Dos doncellas puestas en pie sobre dos gradas de piedra (por tanto con una de las rodillas flexionada) y afrontadas, sostienen el escudo de Navarra. La de la izquierda tiene la robustez y severidad de una mujer del Norte -navarra- y la otra la gracia y configuración de una española. Por encima del escudo y sobre una pared de sillares de piedra, una guirnalda enmarca el escudo. Todo el dibujo se ha hecho a plumilla y tinta china negra, con trazos muy cortos yuxtapuestos formando perfiles, sombreando los sillares con trazos paralelos también cortos. Luego se ha coloreado de ocre rojo y se ha superpuesto una capa de color verde mezclada con purpurina dorada.

Machos cabríos

17 x 14,6. Dibujo a lápiz y carbón, coloreado con gouache, sobre papel grueso ahuesado. Se aplica el claroscuro y modela con pincelada mojada en agua, que rebaja el tono dado a los cuerpos de los animales. El dorso aparece coloreado, por lo que se deduce fue reaprovechada esta hoja para este dibujo. Passe-partout de 6 cm de anchura y color crema. La cola que lo une al dibujo está descompuesta y lo mancha. Al dorso ha escrito el artista: nº 6, 29 x 27.

G. de Maeztu, en el ángulo inferior izquierdo.

Dos cabezas de machos cabríos miran a la derecha y se ofrecen casi de perfil. Una en primer término y otra detrás, en segundo plano. Insertas en un verde paisaje, con un camino orlado de árboles a la derecha. Montes al fondo y una casita. Cielo gris. Dominio de ocres y marrones en primer término, sobre los animales. Verdes y azules en el fondo. El claroscuro se ha obtenido rebajando el marrón con agua. El fondo es de color puro.

Pareja bailando

32,5 x 24,8. Dibujo con tinta china negra, coloreada con acuarela, sobre cartulina crema. Bosquejo previo muy ligero a lápiz de grafito. Perforaciones en los ángulos. Al dorso una preparación para representar a varias aldeanas en grupo. Se han perfilado, aunque luego se hayan tachado. También aquí se habían bosquejado un aldeano y una mano. Nº 20 en un círculo. También el Nº 2.

Maeztu, en el ángulo inferior derecho.

Una pareja de aldeanos, uno delante de la otra, llevan el paso del baile, balanceando su cuerpo y extendiendo los brazos, con expresión de alegría, aunque los rasgos de la cara se hayan exagerado (así en el aldeano se destaca su rudeza y “buen color”). El dibujo estiliza y muestra los cuerpos perfilados con líneas gruesas de color negro, plasmadas con pincel. Varias líneas establecen también los pliegues fundamentales de los vestidos. El coloreado se aplica valorando la transparencia del soporte, cuyo tono crema juega un papel importante (así en el aldeano). La falda de la aldeana, coloreada de rojo, recoge una serie de aguas y transparencias que la decoran. Se emplean azul, rojo, siena, ocre y negro.

Retrato de mujer

42,5 x 35,6. Dibujo al carbón coloreado con aguada de gouache y fondo de pastel difuminado, sobre cartón. Al dorso se ha bosquejado al carbón el busto de una muchacha joven, con toca y velo posterior. Adhesivo con el número 281. Mancha de humedad en la parte superior. Desgarro en la inferior. Perforaciones en los ángulos y al centro superior e inferior.

Busto de mujer joven, en posición lateral, de aparente distinción. Su cabellera llega hasta el arranque del cuello. Peinada con raya lateral, caen los bucles a los lados, con entonación entre rubia y roja. Un gracioso pendiente verde en la única oreja que se intuye. Los rasgos de la cara son finos, con labios rosas delicados. La línea del busto y del vestido están estilizados, así como el escote, largo y en pico. El vestido coloreado levemente con rosa y blanco sobre el ocre del soporte, dando impresión de liviandad. Dibujado y coloreado con delicadeza. Se da al fondo un tono verde agrio, más intenso en la parte superior -sombra- y aplicado sin presionar en la inferior, sugiriendo el claroscuro.

La vuelta de los labriegos

44,4 x 52,3. Dibujo rayado con buril y repasado con lápiz de grafito, con fondo ensombrecido por carbón y acuarela gris, sobre cartulina ahuesada de 54 x 61,5 cm Fijado. El rayado es ostensible al dorso por efecto de la presión del buril, tal vez para observar el resultado que pudiera tener la litografía final, cuya impresión invierte el dibujo. Es muy probable, pues, que éste fuera un boceto de una litografía. Al dorso se ha escrito con rotulador azul el número: 294 / Boceto. “La vuelta de los labriegos”.

G. de Maeztu, en el ángulo inferior derecho.

El boceto representa el momento del regreso de los labriegos al hogar, tras la caída del sol. En composición ascendente se nos muestra un primer término constituido por una ladera montuosa, en la que izquierda a derecha se han dibujado: unas layas clavadas en el campo, una aguadora con su cántaro apoyado en el costado, un leñador con varias hachas al hombro, otro más joven a continuación, dos madres jóvenes que arrebujan a sus hijos contra el pecho, un arado en el suelo y un caballo en escorzo, visto desde atrás, con bultos sobre el lomo. Todos estos personajes están tomados a lo vivo, en movimiento ascendente, en tensión. Su colocación contribuye a la ilusión de alejamiento. Las posturas e indumentaria están estudiadas. En los campos posteriores vemos el regreso de otras dos caballerías con jinetes y algo más lejos varias personas que inician su marcha de regreso. En el fondo, por la derecha, se recorta sobre una elevación del terreno el perfil de un palacio ruinosos. Su aspecto nos lleva a pensar en el navarro de Olite. El cielo se va oscureciendo, graduándose en él las sombras y últimas claridades del día. Son efectos sabiamente alcanzados, al difuminar el carbón con frotamiento intenso del soporte que incluso lo despelleta, mostrando turbiedades. Por la izquierda, aparece una perspectiva aérea, profunda, con campos lejanos de poca altura. Valiente distribución de las masas, con amplitud escénica, llevada a cabo con sentido muralista y decorativo de gran efecto.

Otros materiales

Plancha litográfica

José Antonio

70,4 x 56,5. Plancha litográfica de zinc, con esquinas redondeadas. Presenta algunas rayas, pero en general se halla bien conservada. Presenta el grabado correspondiente a la litografía homónima que ya hemos incluido en este catálogo (Véanse sus características plásticas).

Fotos de Gustavo de Maeztu y recuerdos. Documentos y recortes de prensa

Acompaña a los cuadros y dibujos del pintor Gustavo de Maeztu una carpeta que contiene materiales diversos, no menos importantes para configurar el itinerario de su vida.

Por ello, hemos querido reunirlos al final como un apéndice al catálogo.

Empezaremos por catalogar las fotografías. Añadiremos más tarde la relación de los recortes de prensa que incluye.

Material fotográfico

  1. Fotografía en blanco y negro de 9 x 12 cm, de interior, en que aparece el pintor abrazando a dos amigos. Nada al dorso. Esquinas matadas. Edad madura (Véase foto 21).
  1. Fotografía virada en sepia de 13,8 x 9 cm, tomada al exterior, en un jardín, en que aparece el pintor con atuendo deportivo, de joven. Arrancado el ángulo superior derecho.
  1. Fotografía en blanco y negro de medidas 22,6 x 16,7 cm, tomada al exterior, en que el pintor es visto en un camino con su perro y bastón, en edad madura, tras un estanque que aparece en primer término y ante un sauce llorón en un jardín. Papel adhesivo en la parte superior y en la inferior superficie despellejada al haberse arrancado éste. Fotografía estética.
  1. Fotografía en blanco y negro de 17,9 x 23,5 cm, de interior, en que el pintor asiste a la inauguración de una de sus exposiciones, rodeado de amigos, en tanto uno de ellos parece pronunciar una disertación. La foto, doblada por la mitad, se pasó a una cartulina. Huellas de cinta adhesiva en la periferia.
  1. Retrato fotográfico del pintor, en blanco y negro, y de medidas 21 x 15,8 cm., en que se representa al pintor de medio cuerpo, en edad madura, sentado en una silla, en cuyo respaldo, que parece en primer término, apoya su mano izquierda. Viste abrigo y sombrero, camisa y pajarita. En su rostro hay un ligero contraluz. Es foto de estudio, sin referencia ambiental. El interesado mira fijamente a la cámara. Foto de calidad. Pegada sobre cartulina, con restos de cel-lo.
  1. Fotografía en blanco y negro de 17,5 x 12,7 cm, tomada al exterior, en que el pintor aparece trajeado, con gorra y pañuelo blanco al cuello. Está apoyado junto a la puerta de una casa noble, con pináculos en las jambas, balcón con escudos y plantas a la entrada. Sonríe a la cámara, en postura desenfadada, con un puro en la mano izquierda. Rota en la parte inferior, con restos de cinta autoadhesiva cel-lo. Esquinas matadas.Fotografía en blanco y negro, de 11,7 x 16,3 cm adherida a una cartulina algo superior en tamaño, firmada por su autor: J. Noltun [¿]. Corporativa, tal vez familiar. El pintor, maduro, se halla en la mitad del grupo, en segunda fila, apoyado en el sillón de una de las tres damas que les preceden sentadas. La foto se ha tomado al exterior, en el jardín, ante la casa.
  1. Fotografía en blanco y negro, de 10,9 x 6,5 cm, tomada en el exterior, en que aparece el pintor trajeado, con camisa, pajarita y sombrero, siendo joven. Una perforación en la parte superior.
  1. Fotografía en blanco y negro de 11,3 x 14,5 cm., de interior, en que el pintor aparece en el salón en que expone su obra, entre damas, de perfil y con un perro en los brazos, en pose premeditadamente cómica, según parece. Esquinas matadas. Despelletada la esquina superior izquierda.
  1. Tres fotografías viradas en sepia, que forman secuencia. Cada una de ellas mide 6,8 x 4,7 cm. Aparece el pintor andando por la vía pública, en dirección al fotógrafo, trajeado, con sombrero y bastón. Maduro. Huellas de cola en partes superior e inferior. Perforaciones al centro superior.
  1. Fotografía en blanco y negro, de 16,5 x 21,5 cm, adherida a una cartulina algo superior en tamaño. Es de interior y ha sido tirada por Francisco Serra, fotógrafo de Barcelona (según consta al dorso). El pintor aparece sentado a la izquierda, en primera fila, junto a su hermano Ramiro (¿), acompañado de un nutrido grupo de amigos e intelectuales (¿), que ocupan tres filas por detrás. Al fondo los cuadros de una de sus exposiciones. Es una fotografía artística, bien compuesta e iluminada. Gustavo cruza la pierna derecha sobre la izquierda y ladea ligeramente su cuerpo. Aparece joven. Una flecha a bolígrafo indica su localización en el grupo. Un texto a lápiz en la parte inferior: reducido a 17 cms. de ancho, sin filete.
  1. Retrato fotográfico del pintor, en blanco y negro, de 12,4 x 7,5 cm, adherido a una cartulina de tamaño postal, debida a A. Cifuentes, fotógrafo de Madrid (según consta al dorso). De medio cuerpo, en el interior de una estancia con arcos y cuadros al fondo, aparece Maeztu de joven, en postura lateral. Es joven, delgado, con ojos vivos y cabello sobre la frente.
  1. 14. Fotografía con virado en sepia y verde de 17,8 x 23,2 cm a cuyo dorso se adhiere otra fotografía de iguales características técnicas y formato, si bien parcialmente mutilada. Ambas fotos parecen ser de familiares del pintor o tal vez de amigos. Podrían datar de comienzos de siglo.

Cara A: Tomada al exterior, en su jardín. Aparece un grupo formado por dos hombres sentados, dos mujeres de pie, una niña y un niño.

Cara B: Tomada igualmente al exterior y en un jardín. Aparece una señora sentada en una silla, ante una mesa. En su regazo tiene un perrillo faldero.

  1. Fotografía en blanco y negro, de 9 x 14 cm., en que el pintor, maduro, está sentado a una mesa, en un interior y durante el transcurso de la comida (el postre está servido).Le acompañan cinco amigos y un camarero. Las esquinas están matadas. Al dorso figuran varios textos de puño y letra de varios de sus amigos. Es posible leer lo siguiente:

Primer texto: ¿Será verdad que tengo 8.000 beatas? / No lo sé. / Desde que me arruiné en Londres no tengo costumbre de tener dinero. / Gustavo. Antequera, 18-II-28.

Segundo texto: José de Andueza.

Tercer texto: Me llevo de Sevilla una sola preocupación / ¿Debemos [ahorrar]? /S. [Mangui].

Cuarto texto: ¿Vas de pesca? / F. Cervant.

Quinto texto: Firmo por calantería / Perico

Sexto texto: T. [Ortiz] / Sin pensamiento ¿ti es lo mismo […….?]

  1. Fotografía en blanco y negro, de 10,8 x 17 cm del interior de una exposición del pintor, en una sala lujosamente amueblada. Tirada en Bilbao por Foto Iris (según figura al dorso).
  1. Fotografía en blanco y negro, de 11,1 x 17 cm., del interior de la misma exposición, según parece, hecha por Foto Iris (Bilbao). Aparece el pintor ya maduro, con varios amigos y amigas, ante sus cuadros.
  1. Fotografía en blanco y negro, de medidas 17 x 21,3 cm, realizada por Dubois en un interior. Aparece el pintor entre amigos que forman un nutrido grupo en el interior de un bar, tras unas mesas con copas y botellas de jerez, en Sevilla. Es hombre maduro. La alegría se comparte. Esquinas matadas.
  1. Fotografía similar a la anterior en formato, disparada por Dubois en Sevilla. En ésta aparece el pintor en medio de un nutrido grupo de amigos, en torno a sus cuadros en una exposición. Se ven en ésta caras de la anterior exposición. Cinta autoadhesiva cel-lo en la parte superior.
  1. Fotografía en blanco y negro de 11,4 x 15,2 cm, rota en la parte superior, del interior de un lujosos salón donde se exponen los cuadros del pintor: una serie de majas españolas.
  1. Fotografía en blanco y negro, de 9 x 11,9 cm, adherida a una cartulina de tamaño superior, en cuya parte inferior lleva el siguiente texto : Holanda – Amsterdan 1926 / Señor Daguiro – Consul de Venezuela / Señor Parisd [la r acentuada] – Ingeniero y G. de Maeztu [texto escrito por el artista]. En ella aparece el pintor en el interior de una estancia, sentado junto a dos amigos (Ver foto 1).
  1. Fotografía en blanco y negro, de 18 x 22,4 cm., hecha en Bilbao por LUX (según consta en el ángulo inferior izquierdo y al dorso), en que el pintor aparece en un interior, sentado en una silla, con abrigo, bastón y sombrero en la mano izquierda, mirando a la cámara en primer término y tomado de medio cuerpo. Sonríe, es un hombre joven en vías de la madurez. Se antepone al cuadro titulado El Orden, hoy propiedad del Museo de Bellas Artes de Bilbao. Esquinas matadas. Un cel-lo corrige en la parte superior un desgarro.
  1. Fotografía en blanco y negro, de 16 x 23, adherida a una cartulina de 28,2 x 33,9 cm, de color marrón, en que aparece el pintor joven, sentado tras una mesa cubierta con elegante paño, rodeado de amigos y admiradores. Al fondo tres de sus cuadros colgados en la pared. En la parte inferior de la cartulina el pintor el pintor ha escrito a lápiz: Exposición/conferencia – Salón de “La Tribuna” / Madrid 1917 = / De izda. a dcha. Salaberría, [Ponz y] Vella – Leal de Cámara – Anasagasti / Gómez de la Serna Ramón y Bartolozzi. 8 de Mayo de 1916.
  1. Fotografía en blanco y negro, mate, de 59,5 x 85 cm., adherida a una plancha de cartón rígida de tono gris. Presenta algunas rayas longitudinales, por efecto de rozaduras. No consta el autor, ni el año de su ejecución, ni el lugar donde fue disparada. Magnífico retrato del pintor Gustavo de Maeztu sentado -o más bien recostado- en un sillón colocado en el centro de una estancia, suavemente iluminada. Es un hombre joven, próximo a los cuarenta años. Viste pantalón y chaqueta blancos y calza alpargatas del mismo color. Extiende su antebrazo izquierdo sobre el brazo del sillón y posa su brazo derechos sobre las piernas cruzadas. En su mano un cigarro puro. Mira al fondo, en dirección oblicua hacia nuestra izquierda y se muestra pensativo. En la estancia, a la derecha, hay una mesa de madera cubierta por un mantelito blanco bordado y sobre él un jarrón con flores marchitas, un libro y un estuche (¿). Adosados a ella, una silla por la derecha y un sillón al fondo. Queda un poco más allá -a la derecha- un biombo desplegado. Por el lado izquierdo, en el mismo plano y junto al artista, un atril con un dibujo sobre él, en un papel, una silla y un taburete con su paño blanco en torno a una mesa imprecisa por la sombra del fondo. En ella varios papeles y cuadernos, un tapete y un jarrón de barro con flores. En la pared del fondo se proyecta la luz dando tonalidades de claroscuro. Se advierten de izquierda a derecha: una esquina o tal vez puerta, tres cuadros y un aplique de luz sobre el último de ellos, un espejo con rico marco dorado (¿) (que refleja luces y los cuerpos situados al otro lado), un tapiz oriental, una repisa de madera -que aguanta el peso de un busto masculino de bronce y un jarrón de barro-, un espejito bajo ella (igualmente con reflejos) y una cortina que parece cerrar el paso a otra habitación. Se ha adosado a la pared un armario de poca altura corrido, sobre cuya superficie se aprecian varios libros y dos carpetas -una abierta y la otra entreabierta- con hojas de papel en su interior, seguramente dibujos y pinturas del artista.

Documentos y recortes de prensa

  1. Acuerdo de la Alcaldía de Estella, de 13 de Abril de 1945, firmado por el alcalde accidental F. Esquíroz, por el cual en vista de la publicación en Pregón de un artículo de Gustavo de Maeztu sobre el origen de Navarra, se acuerda “significarle el agrado y complacencia que han producido a la Corporación las expresiones elogiosas y de ensalzamiento que dedica a Estella y el cariño e interés que tan eximio artista ha demostrado siempre por todo lo que a Navarra y privativamente a esta ciudad y su Merindad afecta” [Hoja de papel de 21,5 x 15,5 cm.]
  1. Invitación de Gustavo de Maeztu, en cartulina marrón de 14 x 18 cm, en que figura una caricatura del artista firmada por Leal de Cámara, con el siguiente texto: Gustavo de Maeztu invita a usted a la velada literaria que se celebrará / en su exposición “Salón de la Tribuna”, Plaza de Canalejas, 6, en la que / nuestro querido Leal de Cámara, el original Gómez de la Serna y el moder- / nísimo compositor Esplá, discurrirán acerca de ciertos problemas de la esté- / tica y el arte en general. / A las seis en punto de la tarde del 8 de Mayo de 1916. / (Para final, Gustavo de Maeztu dará algunas explicaciones sobre los cua- / dros expuestos).
  1. Artículo de Jokintxo Ilundáin titulado “El dilema de Maeztu Londres o Estella”, sacado de Pregón, número de otoño de 1954.
  1. Comentario crítico de 1932. Original de la prensa de la época, hoja de papel de 69 x 50,4 cm. pegado a cartulina, con reproducción de textos críticos sobre el autor aparecidos en El Sol, Nuevo Mundo (José Francés), El Socialista (Emiliano M. Aguilera), Blanco y Negro (Manuel Abril), Ahora (Gil Fillol), Informaciones (Alfredo Marquerie), ABC (César González-Ruano), Luz (M. A.) y La Época.
  1. Reproducción en una hoja de revista de 34 x 24,5 cm de su Santa Figura de Cristo, autolitografiada por él en 1935. Al dorso reproducciones de grabados de Schongauer y Rembrandt.
  1. Plancha de cartón de 29,3 x 41,6 cm en la que se ha pegado un recorte de periódico con la reproducción del Zumalacárregui de Gustavo de Maeztu, tal vez para exponer al público.
  1. Otra plancha de cartón de las mismas medidas, esta vez con un recorte del diario La Tarde, de Bilbao, de fecha 5 de octubre de 1928, en el que se reproduce Los siete niños de Écija, aludiendo a su exposición de “El Salón” (Madrid).
  1. Artículo de Gil Fillol titulado “Los Chinos de Maeztu”, de medidas 37 x 27,5 cm, adherido a una cartulina verde con tres reproducciones.
  1. Artículo de José Francés aparecido en La Esfera, titulado “Un pintor español. Las últimas obras de Maeztu”, con tres reproducciones. Adherido a un cartón de 37,3 x 27,8 cm.

Obras de otros autores

Caricatura de Gustavo de Maeztu, de [E]. García

29,7 x 22,5. Dibujo a gouache y pincel sobre papel grueso sepia. Algunas perforaciones en las partes superior e inferior.

Realizada en 1928.

[E]. García / 1928, en el ángulo inferior izquierdo, a lápiz de grafito.

El pintor aparece de pié y de perfil, dirigiéndose a la izquierda. En su mano izquierda sostiene a media altura un soplete que acciona con el dedo pulgar, emitiendo rayos de fuego. Viste levita con lazo al cuello, pantalón y zapatos de tacón. Los rasgos se han exagerado: así la desmesurada cabeza, el brazo a la vista, la mano y el cuerpo arqueado y rígido, en actitud arrogante. Perfila su silueta con un trazo negro. El color de su indumentaria es el sepia natural del soporte, adornado con líneas sinuosas de lápiz, imitando la textura del tejido. Al lazo se ha dado un tono gris y se han coloreado igualmente la cara y los zapatos con ocre y algún detalle de rojo (en la cara). La silueta se recorta sobre un fondo pintado de negro, que pierde intensidad en la parte izquierda. El soplete es desmesuradamente grande y emite rayos rojos de gouache y otros a lápiz de grafito.

Caricaturas, de José Ve[faréve]

9 x 13. Dibujo a pluma y tinta, sombreado parcialmente a lápiz de grafito, sobre papel de cartas. El dibujo se incluye en una carta de 21,2 x 15,5 cm, cuyo texto dice: Pamplona 5 agosto 41 / Querido Ricardo: Hoy, de memoria, he sacado estos tres / apuntes, para recuerdo de las fiestas, y te los man-/ do. ¡Lástima que mi memoria visual no recuerde / más rostros!. / Saluda a todos los amigos y recibe un fuerte abrazo / de / José Ve[faréve]. El texto aparece en la base de los dibujos.

Pamplona, agosto de 1941.

El papel incluye tres caricaturas, solapadas entre sí, desde el primer término al último. Primero se ofrece la cabeza y parte de la espalda de un señor grueso, con pinta de aldeano, tocado con boina y envuelta su espalda en una manta a cuadros, según parece. En la oreja lleva un clavel. Es cejijunto y de barba cerrada, con cara de pocos amigos, carrillos y papada flácidos. A continuación, algo más abajo, la cabeza de Gustavo de Maeztu con expresión de felicidad, calvo y con tres pelos peinados a un lado. Luego la de otro señor más, con gafas, cejas tupidas y expresión neutra. Técnicamente, el dibujo más detallado es el primero: se ha perfilado con lápiz previamente, las sombras se dan con mancha de tinta en el cabello, boina y cejas y la barba, con retícula de tinta en el bigote, y de lápiz en el resto de la barba. Se emplean tintas negra y sepia. El segundo -Maeztu- sólo está perfilado, con línea fina, detallando ojos y una arruga del carrillo. El tercero está de perfil, aunque algo lateral, forzando la caricatura de su boca y barbilla, sombreando con zig-zag el cabello.

Retrato [de aldeano vasco], de Vicente Euladio Araluce y González

189 x 79. Óleo sobre lienzo.

Ejecutado en torno a 1900. Fue presentado a la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1901 y también a otra celebrada en Francia, tal vez en la Exposición Universal de 1900, a juzgar por el papel adherido al marco por el dorso, que facilita los datos parciales del autor: Vicente Ara…. Y el título del cuadro: “Portrait”. Más el año de la exposición en Francia: [190.] Araluce fue discípulo de Anselmo Guinea y de Antonino de aramburu, y nació en Bilbao [Ver LLANO GOROSTIZA. Pintura Vasca. Bilbao, Grijelmo, 1966; y MADARIAGA. Pintores Vascos. San Sebastián, Auñamendi, 1971] Se ha creído hasta ahora erróneamente, que se trataba de una obra de Gustavo de Maeztu [Ver Pintores Navarros/1. Pamplona, CAMP, 1981, p. 94; y Biblioteca de Pintores y Escultores Vascos de ayer, hoy y mañana. Bilbao, La Gran Enciclopedia Vasca, 1973. Vol. IV, p. 44, donde figura como Aldeano]. Los datos parciales que se ofrecen al dorso creemos son suficientes para asimilar este óleo al artista bilbaíno Araluce y González.

Representa un aldeano anciano de cuerpo entero, inserto en un paisaje sin duda vasco, de suelo verde y en cuesta, con nieblas que hacen impreciso el fondo, aunque hay que decir que no se ha puesto gran atención en su representación. El cielo, sin embargo, se muestra cambiante y de mayor calidad pictórica. El aldeano viste como tal: camisa blanca, faja parda en la cintura, pantalón azul impreciso, peales y abarcas. Elástico de punto en el tórax, abrochado al pecho con presillas. Lleva la cabeza descubierta y la boina en la mano izquierda, tendidos los brazos y pegados al cuerpo. El cuerpo se ofrece ligeramente ladeado y la cabeza algo reclinada. Por ello -no sin cierta libertad- recibió en el Museo de Maeztu (Estella) el título de Rezo de el Ángelus, título que consta adherido al marco que conserva el cuadro en Enero de 1984. Parece que el artista buscó prioritariamente retratar a un tipo de anciano. Quizás, secundariamente, lo hiciera en el momento de oración. Es un tema humilde, nada grandilocuente. La figura se halla cautiva en un marco espacial estrecho. Esto motiva un desinterés hacia el fondo ambiental de la figura, que es de lamentar. Se ofrece, pues, un resultado rígido, no tanto por la forma de representar al retratado, sino por las líneas que se le imponen (su brazo derecho toca el marco). El tema, con todo, ofrece una solución realista -y hasta naturalista- del tipo vasco, bien patentes en la cabeza (no exageradamente racial) y la mano que sostiene la boina. Se ha tratado bien la indumentaria, con correcto modelado del volumen por medio del color bien matizado en los pantalones. Paleta sobria. Luz suave y encalmada.

Imagen de la portada: Gustavo de Maeztu en su estudio de Estella (Navarra, España), en la década de 1940 (Detalle de la fotografía tomada del libro de Camino Paredes Giraldo, G. de Maeztu, Pamplona, Caja de Ahorros Municipal de Pamplona, 1995).