La figura de Roldán en un esmalte de Victoriano Juaristi

Entre las múltiples actividades desplegadas por don Victoriano Juaristi Sagarzazu (San Sebastián, 6 de marzo de 1880 – Pamplona, 4 de mayo de 1949), fuera de su profesión médica, hay una que sigue requiriendo nuestra atención, que es su labor como esmaltista, consecuencia de su interés por esta especialidad de las artes decorativas a las que dedicó dos interesantes libros, que aún despiertan décadas después de ser editados el interés del historiador del arte –El Santuario de San Miguel Excelsis y su retablo esmaltado, firmado conjuntamente con Serapio Huici (1929) y  Esmaltes, con especial mención de los españoles (1932) [1]-, así como varias conferencias [2].

Victoriano Juaristi fotografiado por su hijo Carlos

Los historiadores que se han acercado a su figura -Rosa María Ceballos, Salvador Martín Cruz y los Muruzábal, padre e hijo- destacan que de sus esmaltes sólo ha quedado un mínimo muestrario limitado por las numerosas funciones desempeñadas por el Dr. Juaristi, que podría verse ampliado con nuevos descubrimientos en Cataluña y el País Vasco [3]. Serán los Muruzábal quienes se atrevan a iniciar un catálogo de estos esmaltes, que contaba hasta este momento con ocho piezas, todas ellas conservadas en Navarra, una que puede ser considerada conjunto, como el “Apostolado del Monasterio de la Oliva” (1932), de veinte piezas (ocho Profetas y los doce Apóstoles), el cual junto a una “Virgen con el Niño”, esmaltados por esa misma época, son de lo mejor de su hasta ahora conocida producción, que se inspira en el excepcional frontal esmaltado, románico, del Santuario de San Miguel de Excelsis en el monte Aralar (Navarra), obra bajo la influencia de la Escuela de Limoges (Francia) [4].

Por eso es destacable la aportación de un esmalte más de Victoriano Juaristi a los ya conocidos, lo cual es objeto del presente artículo.

Se trata de una pieza recientemente subastada en Reino Unido adquirida por el coleccionista inglés James Payne en la casa Claydon Auctioneers, de Middle Clayton, Buckinghamshire, en agosto de 2021. La conservó originariamente el profesor de la Universidad de Oxford Alfred Ewert, un especialista en lenguas romances medievales, profesor de esta institución entre 1930 y 1958. La ventana al mundo que es la presente página web me ha permitido entablar relación con su actual propietario que desea, en lo posible, devolver a su tierra la pieza que ahora describiré y que considera parte “de la fascinante historia” de su autor.

Ficha técnico-artística del esmalte

Roldán sin vida. Esmalte de Juaristi (1934)

Lauda de Juaristi que lo inspira, 1934

Título y año de ejecución: Roldán sin vida [5] (1934)

Autor: Victoriano Juaristi Sagarzazu.

Material y técnicas empleadas: esmalte sobre chapa metálica de latón (éste como resultado de una aleación de cobre con zinc [6]) en el que se ha seguido un procedimiento combinado de campeado para exaltar en bajorrelieve la figura humana mediante cincelado previo y obtener así el fondo para el esmaltado; alveolado en las partes reservadas para flores y círculos;  y pintura al esmalte sobre el relieve de las letras, cenefa, rameado y pliegues del personaje, lo que exige al ejecutor habilidades varias de platero, dibujante, grabador y escultor  al tiempo que esmaltador, dando como resultado una pieza encuadrable en las artes decorativas. A destacar la hermosa ondulación de la superficie esmaltada.

Dimensiones: de la placa esmaltada 32 x 15,5 cm.; con marco de madera 34 x 17,5  x 2 cm.; medidas máximas de la figura: 24 x 7,5 cm.; grosor de la figura: 5 mm; banda escrita 2 cm de anchura.

Texto de la banda escrita en dialecto anglonormando del francés: LIQ – VENS – ROLLANT / SE – JVT – DESVZ  – VN – PIN /  ENVERS – ESPAIGNE  /  EN – AD – TVRNET – SVN – VIS [lectura de arriba abajo y de izquierda a derecha], que puede traducirse por RECOSTADO [ESTÁ] ROLDÁN / BAJO UN PINO / HACIA ESPAÑA / VUELTO SU ROSTRO. Texto tomado de La Chanson de Roland, estrofa CCIII, versos 2375-2376 [7]. La estrofa continúa de esta manera: Muchas cosas le vienen a la memoria: /  las tierras que ha conquistado /  el valiente de Francia, la dulce; los hombres de su linaje;  / De Carlomagno, su señor, que lo mantuvo / ¡ Cuántas tierras yo hubiera podido conquistar para ti  /  Que detentase Carlos de la barba florida / Y que hoy son la riqueza del Emperador!

Dedicatoria a la Universidad de Oxford

Observaciones: en el dorso del cuadro hay una etiqueta de color marrón adherida de 6,5 x 10 cm con un texto en tinta negra ya desvaída que dice: Como afectuoso recuerdo a  / Oxford, esta humilde labra  /  del  Dr. Juaristi  /  PRESIDENTE DE LA ACADEMIA NAVARRA DE MEDICINA  / 1934  / CLÍNICA DE SAN MIGUEL PAMPLONA [las palabras en cursiva son autógrafas de Victoriano Juaristi y las restantes impresas]

 

 

 

Descripción

El esmalte está inspirado en la lauda funeraria de bronce que Juaristi diseñó y modeló para el Monumento a Roldán en el Alto de Ibañeta, a escasa distancia de Roncesvalles, al N. de Navarra, en España, para conmemorar el centenario  del hallazgo en la Biblioteca Bodleiana de la Universidad de Oxford del manuscrito de La Canción de Roldán,  broche final de una serie de actos culturales promovidos por el Consejo de Cultura de Navarra y financiados por la Diputación Foral de Navarra en 1934 [8]. La diferencia entre el esmalte y la placa de bronce -aparte del material fundido por Erice y sus dimensiones- estriba en que a esta última, a los pies de la figura de Roldán, se le añadió entonces el texto: LA DIPUTACION DE NAVARRA / EN EL CENT[ENARIO] DE LA CANCION DE  ROLANDO.

El monumento en que se integraba la placa conmemorativa con la figura yacente de Roldán y su espada Durandal entre sus manos, estaba constituido por un gran arco de piedra con tantas dovelas como “pares” tuvo Carlomagno, a su vez soporte de una campana, coronado por la figura de un águila imperial evocadora de la de Aquisgrán en la corte del Emperador, y sostenido en dos podios decorados con sendas estelas discoideas. Bajo el arco se asentaba un altar con la lauda de bronce mencionada. A la campana se le dio el nombre de “campana de la paz” en recuerdo de la que tuvo la antigua ermita de San Salvador de Ibañeta que en tiempos medievales orientaba en la noche y en los días de niebla a los peregrinos que se dirigían a Santiago por los pasos pirenaicos. Esta “campana de la paz” llevaba la inscripción en vascuence –Din, Don, Dan, Bisi gitezen Pakean (¡Vivamos en paz!)- y en latín: Pulsata ómnibus pacem sono. Pacem eundi atque redeundi. Pacem mercium et litterarum (Suena por la paz de todos, la paz para ir y volver, la paz del comercio y la paz de las letras) Estaba adornada por figuras que simbolizaban la familia, el trabajo de los campos, la paz monacal y las armas rendidas ante la Cruz. El 25 de enero de 1937 un huracán derrumbó el monumento que fue nuevamente reconstruido en 1938, para desaparecer nuevamente como consecuencia de la Guerra Civil, con sus restos en paradero desconocido. Aunque en su momento recibió el nombre de Monumento a la Paz de los Pirineos, su propia concepción como parte de las iniciativas de conmemoración del descubrimiento del manuscrito de Oxford y el protagonismo escultórico del bajorrelieve antropomorfo de Roldán, hizo que fuera denominado también como Monumento a la Canción de Roldán o simplemente Monumento a Roldán.

Labor de cincelado sobre la figura de Roldán

Decoración floral (Detalle)

Banda lateral con leyenda (Detalle)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En el caso de la pieza obsequiada por Juaristi a la Universidad de Oxford, la figura de Roldán sobresale del fondo esmaltado siguiendo el procedimiento de campeado (champlevé), consistente en excavar el fondo de manera que se exprese en relieve tanto la figura, como en este caso el tallo curvilíneo y estructura de los pétalos florales o rosáceas sencillas que la acompañan, o bien el resto de elementos decorativos, rellenando el fondo con polvos de esmalte, antes de su cocción, de tal manera que la figura quede bien recortada sobre el fondo excavado y brillante del esmalte, adquiriendo todo el protagonismo. El mismo procedimiento se ha seguido en la orla exterior a la figura, donde las palabras del texto destacan en relieve sobre el fondo esmaltado. Si en el interior de la placa el color del esmalte es azul cielo, con cierta gradación tonal, el de la orla es azul lapislázuli; el interior de los círculos, verde malaquita. En las hendiduras de los plegados quedan restos de esmalte azulado.

A su vez la figura ha sido cincelada para dotarla de sus formas esenciales, remarcando los pliegues de sus vestiduras, bastante simétricos en sus caídas, sin huir del aspecto de rigidez que quiere darse al cuerpo muerto hasta el punto de parecer una estatua yacente vista desde arriba (tal como podría haberse expuesto su cadáver tras la muerte en combate): cuerpo estirado, brazos cruzados sobre el pecho abrazando su espada desnuda  por la parte de la cruz tapándola con sus palmas abiertas en sentido divergente como señal de paz.  La espada baja más allá de sus rodillas. El manto corto tipo balandre deja ver por debajo una cota de malla (que comenzó a usarse en la época en que fue escrita La canción de Roldán),  sujeto en uno de sus hombros mediante broche de aire romano, que deja al descubierto el brazo derecho, con capucha recogida por detrás. La cabellera del personaje llega a tapar las orejas, pero se ha omitido sobre la cabeza el casco militar y en su lugar se le ha puesto la corona afín a su estatus de lugarteniente y sobrino del emperador Carlomagno, con cabujones que contendrían pedrería en el frente. Roldán viste calzas sobre las que se trenzan las ataduras que sujetan su calzado, especie de botines de caña baja.

La espada tiene un profundo significado y no es extraño que centre toda la atención. Para un personaje de su categoría, la espada era el arma noble, el arma caballeresca por excelencia, aquella con la que se le nombró caballero. La espada no era cualquier cosa, era una persona, de suyo tenía nombre propio: Durandal. Un caballero la guardaba durante toda su vida, era testigo de todas sus victorias y conquistas. A la espada de Roldán le rodeaba una leyenda hasta el punto de creerse que Dios se la había enviado mediante un mensajero celestial a Carlomagno para el mejor capitán de su ejército. En el cantar de gesta Roldán habla con ella como si de un compañero se tratase. Se nos dice en el texto que era de acero, “clara y blanca”. El pomo de Durandal contenía cuatro preciosas reliquias: del vestido de la Virgen, un diente de San Pedro, sangre de San Basilio y cabellos de San Dionisio [9].

Las letras de la inscripción en la cenefa exterior son capitales romanas. Tanto el rameado floral como la línea que lo separa de la banda epigráfica y las mismas letras del texto parecen haberse destacado con “esmalte sobre relieve”, método consistente en cubrir el relieve con una delgada capa de esmalte, en este caso para aparecer marrón tras el horneado, como haría un iluminador. Lo que el propio Juaristi llama “pintura al esmalte”, también de origen limosino renacentista (aunque no exclusivamente pues surge también en Lombardía y Venecia)

Motivos que decoran los campeados de Limoges (Siglos XII-XIII), según Juaristi

La frontalidad y cierto esquematismo de la figura lo relacionan con la tradición románica de influencia bizantina y en el aspecto técnico-estético con la esmaltería de tradición limosina (Limoges, Aquitania) cuya vía de penetración fundamental en España fue el Camino de Santiago por medio de los peregrinos provenientes de  Santa Fe de Conques o de Grandmont, sin por ello despreciar los gustos de algunas dinastías navarras de origen francés, influencias constatables en el frontal de San Miguel de Excelsis, de Aralar, estudiado por Juaristi con detenimiento y por Huici. Algunas características suyas pudieron influir sobre el esmalte de Roldán. Así, por ejemplo, el personaje aislado (bajo arco o dentro de una mandorla en el frontal de Aralar aunque aquí no es el caso), en actitud estatuaria, con una anatomía convencional; y la “flora de Limoges”, con tallos vegetales de trazo curvilíneo de tipo oriental (arabesco) que engarzan capullos y alternan en los espacios libres con discos y triángulos de base dentada.

Los hechos que explican el monumento y la placa esmaltada de Roldán

 Aunque conocida, vendrá bien recordar la historia que justifica la admiración de Juaristi por Roldán, sustanciada en el monumento promovido por él en Ibañeta, y en el esmalte objeto de nuestra atención.

Explica el medievalista Martín Duque [10] que, de acuerdo con el magno proyecto de “defensa y dilatación del pueblo cristiano” que había informado al rey de los francos, Pipino el Breve, su hijo y sucesor Carlomagno decidió aprovechar la oportunidad que se le ofrecía para debilitar a su peligroso vecino el emir de Córdoba en Al’Andalus y, eventualmente, ganar para su reino las zonas todavía mayoritariamente cristianas de la franja meridional del Pirineo, en las postrimerías del siglo VIII. De este modo, en un excepcional alarde militar, dos grandes cuerpos de maniobra penetraron en la península ibérica por ambos extremos de la cordillera pirenaica. El occidental, capitaneado personalmente por el monarca, recibió en su marcha la sumisión de Pamplona. Desplegados ya todos sus efectivos ante Zaragoza, cuya entrega le había ofrecido el valí Sulayman ibn Yaqzan al-Arabí, Carlomagno no pudo tomar posesión de la ciudad al negarse su defensor, Al-Husayn ibn Yahya al-Ansarí, a cumplir lo prometido por su aliado al-Arabí. Defraudado en sus esperanzas, e instado sin duda por otros apremios, emprendió presurosamente el retorno a Francia con todos sus hombres. De paso nuevamente por Pamplona, destruyó sus muros “para que no se pudiera rebelar”. Salvó luego el collado de Roncesvalles, pero su retaguardia fue sorprendida y derrotada en los puertos de Cisa. Los atacantes, vascones de uno u otro lado de la cordillera, amparados en las sombras de la noche, huyeron sin dejar vestigio. Esto sucedió el 15 de agosto de 778. La refriega, en la que sucumbieron magnates de tanto relieve en el ejército franco como el senescal Egihardo, el conde palatino Anselmo y Roldán, conde de la “marca” o frontera de Bretaña, iba a dejar huella indeleble en la conciencia popular de la Cristiandad occidental.

Tras la inesperada debacle, Carlomagno se vería obligado a replantear su política en las fronteras de Hispania. Instituyó con Aquitania y Septimania un reino satélite apenas dos años después (781), entregando el gobierno a su hijo Ludovlco Pío, con el fin de reforzar así la Galia meridional ante la presión ofensiva de vascones y sarracenos.

La memoria de la refriega marcó una huella excepcionalmente profunda en la conciencia colectiva de las sociedades regidas por el monarca franco. Apenas una generación después eran populares los nombres de los magnates inmolados en aquella desafortunada jornada; y la tradición poética convertiría a uno de ellos, Roldán, en héroe de la canción de gesta que tres siglos después iba a resonar con los mayores acentos épicos por todos los caminos de la Cristiandad occidental.

Roldán en la Catedral de Verona. Siglo XII

Roldán en la Catedral de Verona. Siglo XII

Dios asiste a Roldán en sus últimos momentos. Vidriera de la catedral de Chartres. Siglo XIII

El doctor Juaristi, infundado por un espíritu post-romántico, que le hizo acercarse con admiración a personajes del pasado histórico de Navarra como Teobaldo I de Champaña y César Borgia, a los que dedicó sendos monumentos en Pamplona y Viana, no dejó de conmoverse con esta página del pasado que marcó un hito en la Europa Occidental merced a la muerte heroica, en lucha con los vascones, de Roldán, comandante de los francos al servicio de la defensa de las fronteras del que sería conocido como imperio carolingio. No se conformaría con divulgar su figura por escrito [11], y buscar afanosamente el lugar de su enterramiento [12], sino  que, como hemos visto, impulsó una serie de actos conducentes a consolidar la admiración por el héroe franco, no bien visto por el nacionalismo vasco, que calificaba al francés de invasor vencido. Por el contrario, en media Europa se le consideraba incluso un santo, efigiado en capillas y catedrales, pues antes de morir, nos dice el cantar de su gesta, “primero rezó por sus compañeros, para que Dios los llamase; luego se encomendó al ángel Gabriel”, llamó a los suyos con el olifante y con la otra mano tomó su espada, antes de caer sobre la hierba verde, “porque la muerte estaba cerca de él”. “Ha muerto Roldán; Dios ha recibido su alma en los cielos. El emperador llega a Roncesvalles. No hay ruta ni sendero, ni un palmo ni un pie de terreno libre donde no yazca un franco… ; lloran sus barones y caballeros; veinte mil han caído por tierra sin sentido” [13].

La Canción de Roldán que narra aquellos hechos pertenece al último tercio del siglo XI. Aunque el texto encontrado en la Biblioteca Bodleian de Oxford no es el texto original sino una copia del mismo sometido a correcciones diversas, teniendo en cuenta que el poema épico pudo no ser concebido originariamente para ser leído sino recitado de viva voz. No se descubrió sino hasta 1834 debido a estar interpolado dentro de un texto más amplio, encuadernado en un solo volumen, dedicado a la traducción al latín del Timeo de Platón, que perteneció a la abadía de Oseney a partir del siglo XIII, luego transferido al fondo bibliográfico de Sir Kenelm Digby, que lo ofreció a la Bodleian en 1632 [14]. Es una copia que se transcribió probablemente en Inglaterra en el segundo cuarto del siglo XII, no obstante es considerada la copia más antigua del cantar de la gesta de Roldán. Está escrita en dialecto anglonormando del francés por un escriba normando probablemente interviniente en la conquista normanda de Inglaterra en el 1066, o que había vivido en este reino, según Gautier [15].

Juaristi preparó con cariño los actos conmemorativos de aquel descubrimiento, que se celebraron entre Pamplona, Roncesvalles, Valcarlos y Burguete, localidades próximas a la cima de Ibañeta, los días 1 y 2 de setiembre de 1934, solemnizados con la representación de danzas populares, audición polifónica del Orfeón Pamplonés, concierto de órgano a cargo de Miguel Echeveste y de violín por José Antonio de Huarte y el acto culminante de la inauguración al monumento en memoria de Roldán en Ibañeta. Acudieron invitados representantes de universidades españolas, francesas, italianas e inglesas. Del eco internacional de aquellas jornadas da prueba el nombramiento de Mr. Alfred Ewert, Profesor de Lenguas Romances y miembro del Trinity College como delegado de la Universidad de Oxford en estos actos, quien en su disertación comparó la epopeya de Roldán con el Mío Cid como hitos literarios en la historia de la cultura occidental.

 El autor desea dejar constancia de su agradecimiento a Mr. Payne por las facilidades dadas  para realizar este trabajo.

Fotografías del esmalte: James Payne.

Notas

[1] HUICI, Serapio – JUARISTI, Victoriano (1929) El Santuario de San Miguel Excelsis y su retablo esmaltado. Madrid. Espasa-Calpe; y JUARISTI, Victoriano (1932) Esmaltes, con especial mención de los españoles. Barcelona. Labor.

[2] “Esmaltes navarros y aragoneses”. Jaca. Curso de Verano de la Universidad de Zaragoza. Teatro Unión Jaquesa. 12 de agosto de 1931; “Esmaltes”. San Sebastián. Ateneo Guipuzcoano. 18 de marzo de 1932; “Esmaltes y orfebrería”. Pamplona. Ateneo Navarro. 14 de noviembre de  1932. (Con esta conferencia se inician las actividades del Ateneo Navarro por él fundado ese año en Pamplona, España).

[3] CEBALLOS VIZCARRET, Rosa María (1992) Vida y obra del Dr. Victoriano Juaristi. Donostia-San Sebastián, Sociedad Guipuzcoana de Ediciones y Publicaciones; MARTÍN CRUZ, Salvador (2007) Victoriano Juaristi Sagarzazu (1880-1949) El ansia de saber. Datos para una biografía. Pamplona, Gobierno de Navarra (Departamento de Salud); MURUZÁBAL DEL SOLAR, José María – MURUZÁBAL DEL VAL, José María (2008) “Victoriano Juaristi, esmaltista”, Pregón Siglo XXI, nº 31, junio, s.p.

[4] El resto de las obras catalogadas son un “Crucifijo” (en colección particular), de fines de la década 1920, una “Píxide y Torre Eucarística para el Monasterio de la Oliva” (1932), un “San Fermín y Dolorosa de Pamplona” (década de 1940) y “El dentista” (propiedad actual de la Casa de Misericordia de Pamplona (sin fecha). Véase MURUZÁBAL y MURUZÁBAL, cit.

[5] El título es meramente descriptivo, no atribuible a su autor.

[6] La adición de zinc al cobre permite rebajar el punto de fusión del cobre (1.085º) cuanto mayor sea el porcentaje del zinc añadido, y el latón resultante de esta aleación binaria  resulta menos frágil, adopta un bello color amarillo oro y es más resistente a los agentes atmosféricos. El latón puede contener hasta el 30-40% de zinc sin perder su característico color amarillo y un aceptable grado de resistencia y maleabilidad, por lo que es muy apreciado para objetos de arte aplicado, como es el caso. MALTESE, Corrado (coord..) (1980) Las técnicas artísticas. Madrid, Cátedra. Cap.  I, págs. 42, 44 y 47.

[7] GAUTIER, Léon (1875). La Chanson de Roland. Texte critique, traduction et commentaire. Tours, Alfred Mame et Fils, éds.; Gautier era profesor en Chartres. La edición fue premiada por la Académie Française y l’Académie des Inscriptions et Belles-Lettres de France. Enlace: https://resources.warburg.sas.ac.uk/pdf/neh3030b2330242.pdf

[8] La Diputación Foral de Navarra estaba presidida por su Vicepresidente Serafín Yanguas Legarda y formada por los diputados Constantino Salinas Jaca, Cándido Frauca Barrenechea, Fructuoso Muerza Garbayo, Francisco Baquedano, Javier Domezáin Chávarri y Pedro Beúnza Landa. El Secretario era el jurista Luis Oroz Zabaleta. Serafín Yanguas Legarda (Pamplona, 12 de octubre de 1877-15 de mayo de 1960), estuvo afiliado al Partido Republicano Radical de Navarra del que fue su presidente en octubre de 1932. Asimismo, miembro de la Gestora Provincial e interinamente Gobernador Civil de Navarra en enero de 1934.

[9] GAUTIER, cit. págs. 373-375.

[10] MARTÍN DUQUE, Ángel J. (1986)  “Musulmanes y francos”, GRAN ATLAS DE NAVARRA. Pamplona, Caja de Ahorros de Navarra, tomo II, pág. 43; e ÍDEM (1993) “Vascones y pamploneses”, en V.V.A.A. Historia de Navarra. Pamplona, Diario de Navarra, tomo I, pp.  59-60.

[11] JUARISTI, Victoriano (1939) “Roncesvalles y la Canción de Roldán. San Sebastián. Revista Geográfica Española. Nº 4. Texto reproducido en MARTÍN CRUZ, cit. págs. 489-510.

[12] Juaristi en un artículo relata cómo de las ruinas de los restos de la capilla aún existente en la cima de Ibañeta (donde hubo hospital de peregrinos) “hemos retirado dos esqueletos íntegros que parecen de varón, de talla algo más que mediana, muchas veces centenarios. No hemos querido dar aún ningún informe ni apenas noticia, hasta ver bien lo que se ha encontrado y pensarlo serenamente; pero nos agrada la tesis de que sean los adalides de Roncesvalles… el hallazgo ha sido resultado de meditaciones y estudios, y hecho… en los suelos de los que ya en una bula del papa Nicolás III, del siglo XIII, se llama “la capilla de Roldán”, “hospitale de summo Portu quod Sancti Salvatoris Capella Rollandi dicitur”. Al referirse a “hemos encontrado” se identifica a sí mismo, al canónigo de Roncesvalles Agapito Martínez Alegría (prior de la Colegiata y colaborador de La Avalancha y del Boletín de la Comisión de Monumentos Históricos de Navarra) y al Archivero de Navarra y director de ese Boletín José María de Huarte y Jáuregui. Hay que señalar que Victoriano Juaristi era Delegado Provincial de Excavaciones Arqueológicas de Navarra (JUARISTI, V. “Roldán, en Ibañeta”, Diario de Navarra, 19 de agosto de 1934, p. 4). En la misma Chanson de Roland se desliza el dato de que la tumba de Roldán se encuentra en la iglesia de Saint-Romain de Blaye, cerca de Burdeos.

[13] GAUTIER, cit., estrofas CLXXVII y CXCV de La Chanson de Roland.

[14] MEDIEVAL MANUSCRIPTS IN OXFORD LIBRARIES. A catalogue of Western manuscripts at the Bodleian Libraries and selected Oxford colleges. Entrada: MS. Digby 23. Summary Catalogue no.: 1624.

Enlace: https://medieval.bodleian.ox.ac.uk/catalog/manuscript_4352

[15] GAUTIER, cit., pág. XVIII.