Preparadas con ocasión de la presentación de la película “Inocentes con manos sucias” (Les innocents aux mains sales, 1974) del realizador Claude Chabrol, en el Cine Club Lux, de Pamplona, el 28 de abril de 1979, dentro del ciclo “Cine y Literatura”.
Julie (Romy Schneider), es la bella, fría y calculadora esposa de Louis (Rod Steiger), con quien comparte en Saint Tropez una vida de lujo y tranquilidad que llega al aburrimiento. Julie conocerá a su vecino Jeff (Paolo Giusti), un joven escritor con quien mantendrá una relación al margen de su matrimonio, y al que convencerá para asesinar a su marido. Pero, llegado el momento de hacerlo, varios contratiempos inesperados romperán el plan.
Claude Chabrol, realiza en esta cinta su habitual crítica social hacia una clase burguesa acomodada y desconectada de la realidad, capaz de todo para lograr unos objetivos marcados por una sociedad que les ciega.
Trataremos hoy, para situar el cine de este realizador francés, nacido en París en 1930, de los temas e influencias que configuran su mundo.
La burguesía
Para Chabrol es una clase social aparente y falsa, bajo cuya tapadera bullen engaños y mentiras.
La relación matrimonial es destruida por la infidelidad.
La infidelidad lleva al asesinato del amante.
Los personajes no abandonan todo por su amante, sino que mantienen el triángulo de relaciones.
Si tuvieran que elegir, optarían por lo establecido, por el esposo/a legítimo, salvaguardando las apariencias.
En este medio se mueven sus protagonistas.
Sus personajes son seres en crisis, que atraviesan un momento fundamental de sus existencias.
La familia
Al comienzo de su obra la considera en términos negativos: las relaciones interiores son destructoras. Ni los niños se ven libres de ello.
Con el tiempo, se plantea la familia como valor supremo, se estima su unidad. A veces se aprecia su necesidad, cuando ya se ha perdido la oportunidad de alcanzarla.
Después llega incluso a cantar las excelencias del matrimonio y de la familia: un hijo puede llegar a ser la razón principal de la alegría “natural”.
La comida es el momento catalizador de la tensión familiar. Es un sustitutivo de otras insatisfacciones.
El ambiente
Se refleja en su cine el entorno rural y el urbano, dando referencias geográficas.
La acción está perfectamente enraizada en la comunidad.
Se exceptúa la casa-villa, aislada del exterior.
Tienen su importancia los fenómenos meteorológicos (lluvia, viento, anochecer, estaciones del año).
Observado con precisión.
Utilizado para crear una atmósfera. También para obtener un aire de pesadilla.
La motivación de los impulsos
En los seres de Chabrol hay un contraste perfecto entre su conducta aparente y su fondo real.
Digamos que hay una tensión constante entre el yo y el ello.
En el fondo, estos seres son psicópatas: llevan una bestia dentro, que se despereza y actúa ante el rechazo o la privación del amor.
El destino
Su cine es fatalista.
Existen unas fuerzas ocultas e incontrolables, bajo la mente consciente, que motivan a los personajes.
Ellos no saben que está ocurriendo detrás de sus máscaras.
No son heroicos. Son desilusionados.
La necesidad del amor
Está presente a lo largo de toda su obra cinematográfica.
Los impulsos amorosos -por razón de la frustración o de la perversión- empujan a actos de aniquilación.
Entonces, la necesidad del amor es extremada.
La perversión
Es normal que aparezca la perversión sexual.
El castigo
Sexo y muerte violenta se encadenan.
La chica que se abandona al sexo es castigada (hay muchas muertes).
En los últimos films, el tema del castigo se contrarresta: la mujer pierde al amante, pero recupera el amor del marido.
La envidia
Ingrediente importante en la formación y evolución del triángulo chabroliano.
Se asocia al “intruso”. El envidiado siente placer por la admiración del envidioso.
La complicidad
Los protagonistas son cómplices de sus maquinaciones, sobre todo del asesinato.
Las mujeres ocultan, destruyen o silencian las pruebas de los delitos. Por miedo o por egoísmo.
Otras veces son ellas las causantes de los delitos masculinos.
Evasión del dolor
Muchos personajes han intentado en vano la evasión ante la complicación y el dolor del mundo exterior.
La influencia de Hitchcock
El cine de Chabrol es un cine sobre el miedo: los personajes encarnan los impulsos del ello.
Está preocupado por la transferencia de culpabilidad.
Busca la identificación del espectador con el protagonista, suscitando simpatía por el acorralado.
No abusa tanto de la cámara subjetiva: la utiliza para comunicar los sentimientos de su personaje.
Le importan las reacciones del público.
Aspectos técnicos
Utiliza planos rápidamente ascendentes para dar un clímax.
Emplea la estructura simétrica en la narración.
Brillante puesta en escena: primero efectista, pronto se simplifica, pero se intensifica.
Dirección de actores intuitiva, subordinada a la intención general del film.
Equipo de rodaje: generalmente el mismo, razón que explica el perfecto acabado de sus películas.
La fotografía suave, de tonos pastel, se debe a Jean Rabier.
Pierre Jansen es autor de la música, ambientadora y penetrante.
Jacques Gaillard el responsable del montaje, suave y preciso.
Paul Gégauff es el guionista, de mordiente caricatura y sátira social, que adapta al cine en este caso la novela de Richard Neely The Damned Innocents.
Imagen de la portada: El realizador francés Claude Chabrol.