Sala de Cultura C.A.N. – Burlada

La Agrupación Fotográfica y Cinematográfica de Navarra dedicó el número 330 de su Boletín, dirigido en 1983 por el fotógrafo Paco Ocaña, a contemplar las que denominó “preciadas galerías” que en España dedicaban en ese momento una atención especial a la Fotografía artística. En él aparecen los artículos de Julio Álvarez sobre la galería Spectrum, de Zaragoza; Fotomanía, de Barcelona; Forum, de Tarragona; Cámara Oscura, de Logroño; Image, de Madrid; y Sala de Cultura de la CAN, en Burlada (Navarra), cuyo texto se ofrece a continuación.

La Sala de Cultura que la Caja de Ahorros de Navarra posee en Burlada, en la calle Mártires de la Patria, 1, se inauguró en Octubre de 1975, precisamente con una exposición de fotografías del Viejo Burlada, pertenecientes a diversos autores.

Sus directores, a lo largo de estos años, han sido: Javier Morrás, pintor, en 1975; Mariano Royo, también pintor, durante 1976 y 1977 y, desde entonces a la actualidad, Francisco Javier Zubiaur, licenciado en Filosofía y Letras.

No es una Sala de Cultura especializada en fotografía únicamente, sino que ha dedicado su atención a todo tipo de exposiciones de artes plásticas y también a cursos, conferencias, proyecciones de cine, recitales de poesía, conciertos, etc. En el conjunto de estas actividades, la fotografía goza de un papel destacado, con 18 exposiciones -4 colectivas- y dos cursos de Historia de la Fotografía, en nueve años de existencia.

Se destacan por su calidad e interés las siguientes: la serie “New York” de Pío Guerendiain; Félix Aliaga (1975); Franco Fontana y José Torregrosa (1977); Nueve Fotógrafos Catalanes (Hnos. Blassi, Catany, Esclusa, Ferrés, Fontcuberta, Formiguera, Freixa, Rigol y Sentís) (1978); Javier Ochoa (1979); Ramón Zabalza (“Gitanos Españoles”), Bill Owens (“Suburbia”) y Paco Ocaña (1981); Diego Quiroga y Losada, Marqués de Santa María del Villar, “Navarra” (1982); Ricardo Gómez Pérez, Carlos Cánovas y Manuel Laguillo, éste con la serie “Orthós” (1983).

Dada la situación de la Sala en una ciudad del ámbito industrial de Pamplona, con una población aproximada de 20.000 habitantes, prioritariamente gente trabajadora y clase media, con gran número de jóvenes y niños, ha sido constante de la actividad desarrollada el didactismo y la información. Por ello se organizaron dos cursos, uno de Historia de la Fotografía, impartido por Koldo Chamorro y Fernando Herráez (1980), y otro titulado Historia de la Estética Fotográfica, a cargo de Carlos Cánovas (1983).

El número aproximado de visitantes por exposición es de unos 1.500, aunque esta cifra es muy variable.

Los móviles de su apertura son exclusivamente culturales. Busca la extensión cultural y la promoción del arte y de los artistas. Prueba de ello, con estos últimos, son las condiciones de cesión de la Sala: la sala corre con todos los gastos derivados del envío de la obra, cartel, catálogo y publicidad de la exposición; no se cobran porcentajes sobre ventas; no se exige ninguna contraprestación al artista y, en ocasiones, se les adquiere alguna obra. Para el público, la entrada es libre. Las ventas pueden realizarse libremente. La Sala se diferencia así de las galerías de exposición, que por ser de iniciativa privada deben recurrir a planteamientos comerciales, a la par que culturales.

La elaboración del catálogo es cuidada. Se realiza en blanco y negro, asimismo el cartel. Su diseño debe ser didáctico e informativo, para su utilización posterior como objeto de documentación o, incluso, carta de presentación para el artista.

Hasta el momento no se ha realizado intercambio de exposiciones con otras salas o galerías, pero sí se ha recibido la colaboración de Photogalería, de Madrid. En lo posible, sí se ceden las exposiciones a otras salas de Navarra, dentro o fuera de la red de la CAN.

No hay autores en exclusiva. Tienen cabida los fotógrafos jóvenes o noveles en nuestra programación, pues la sala se orienta tanto hacia sectores de autores “consagrados” como desconocidos, y hacia todo tipo de tendencias, en el ánimo informativo que la preside.

En cuanto a las ventas y sin ser éste el único objetivo de la sala, que lo es indirecto, éstas se llevan a cabo difícilmente y siempre por amantes de la Fotografía que conocen de antemano a quien expone.

La política a seguir para potenciar la difusión de la Fotografía debe ser la multiplicación de exposiciones, que contribuyan  a expandir la belleza y expresión de este medio; el precio justo, nunca elevado y, en efecto, el coleccionismo por parte de entidades públicas, en especial museos, para lo que hay que contar de antemano con la sensibilidad de las personas que están a su frente, que es más importante incluso que los medios materiales, porque contar con ellos es más fácil muchas veces.

Muy importante es también la recuperación, catalogación, conservación y exposición de las fotografías de autores fallecidos que, sin un control a tiempo, se pierden irremisiblemente. Esto, como es lógico, deben asumirlo las instituciones públicas, que deben contar con medios humanos y materiales para llevarlo a cabo.

El futuro está en las personas y en su sensibilidad para con este medio de expresión. Si las hay, el futuro está garantizado. Pero lo importante es hallar las personas adecuadas en las instituciones.

 Fotografía de la portada del Boletín de la AFCN núm. 33o: Paul Blanca (Fondos de la Galería Spectrum)