Umbral en rojo. A propósito de “Gritos y susurros”

“Gritos y susurros” (Viskningar och rop, 1972) es el título de la película de Ingmar Bergman que presenté en Pamplona, en el Olite-Club de Cine Universitario de la Universidad Pública de Navarra, el 12 de diciembre de 2006, dentro del ciclo “El Cine de la A a la Z”.

El director de cine sueco Ingmar Bergman nace en Upsala en 1918. Su amplia formación en parte viene condicionada por la herencia artística que recibe de su familia. Su madre, Karin Akerblom, a su vez hija de Ana Calwagen, eran ambas aficionadas al teatro, la música, la fotografía y el cine. Su padre, Eric Bergman, pastor luterano, procedía de una familia de eclesiásticos de alto nivel cultural. De él hereda la inquietud por la trascendencia y la interrogación por el sentido de la vida y la muerte

Su personalidad creadora se inicia con los estudios de Letras e Historia del Arte que realiza en la Universidad de Estocolmo, donde se inicia en el teatro aficionado universitario bajo el magisterio de Olof, donde actúa sucesivamente como actor, director y dramaturgo. Se gradúa con una tesis sobre August Strindberg.

Se introduce en el cine en 1942 gracias a Carl Anders Dymling productor de la Svensk Filmindustri que le encarga redactar el guión de “Tortura”para una película de Alf Sjoeberg. Su carrera posterior será ascendente. Como director de teatro ha dirigido hasta el momento 30 piezas teatrales propias; como director de escena ha montado 25 piezas de teatro aficionado y 119 de profesional, muchas de ellas en los espacios escénicos que ha dirigido, los teatros municipales de Halsimborg, Goteborg, Malmö y el Teatro Real de Estocolmo (el Dramaten); también ha dirigido 40 obras de radio-teatro Su personalidad creadora ha terminado de forjarse en el cine, que simultaneaba con el teatro por los veranos: 47 filmes originales: 1945 “Crisis” / 2003 “Zarabanda”; 17 guiones escritos para otros realizadores; 19 filmes sólo dirigidos, y aún le han quedado arrestos como para montar sus compañías productoras: AB Cinematograph y Persona AG. Ingmar Bergman ha sido uno de los primeros directores de cine interesados en el formato televisivo, desde 1957 con “Llega el Sr. Slieman”. Todo su esfuerzo se ha visto reconocido con los premios Erasmo (con Chaplin, 1965), Goethe (1976), la Palma de las Palmas de Oro (Cannes, 1997) y el Premio Imperial de la Japan Art Association.

Su cine, del que ahora trataremos, se revela en el encuentro de la filosofía existencialista con el mundo de la mente, la religión y las artes:

  • La filosofía existencialista (Kierkegaard, Heidegger): Bergman participa de su angustia vital, su lucha interior y su hambre de conocimiento, partiendo de una reflexión sincera, desnuda, rebelde y amarga.
  • Los postulados del psicoanálisis (Freud, Jung) y teoría del inconsciente: el valor dado a la vida onírica refleja las frustraciones de sus personajes.
  • La religión: el debate entre razón y fe, bien y mal, duda y deseo de certeza, ateísmo y necesidad de Dios para encontrar un sentido a la vida revelan su origen evangélico luterano.
  • Las artes: la literatura (Strindberg, Ibsen, introspección Shakespeare/Joyce, Proust.., novela de terror anglosajona, Molière, Brecht, Pirandello); la pintura (encuadre, luz y color, composición); la música (clásica de Bach) da el ritmo de la película, es una vía de interiorización; el cine: el cine de Bergman es una síntesis del de sus antecesores suecos, el de Viktor Sjoström (estudio de caracteres, movimientos naturales de rostros y cuerpos) y el de Mauritz Stiller (ritmo y montaje sutil).

Son varios los temas predominantes que a su vez generan ciclos con inquietudes determinadas:

  • El mundo juvenil, la realidad social e individual, la infelicidad. Desde “Tortura” a “Puerto” (1944-48).
  • Influencia del mundo exterior en el interior de sus personajes. Desde “Prisión” a “Hacia la felicidad” (1948-50).
  • La mujer y el amor. Desde “Juegos de verano” a “En el umbral de la vida” (1950-57).
  • Búsqueda de Dios y del sentido de la vida. Desde “El séptimo sello” a “El silencio” (1956-62), aunque perdura en “Gritos y susurros” (1972).
  • Violencia, culpabilidad y miedo. Desde “Persona” a “El huevo de la serpiente” 1966-77).
  • La pareja en el entorno social y familiar. Desde “La carcoma” a “De la vida de las marionetas” (1971-80).
  • Relatos autobiográficos. Desde “Fanny y Alexander” a “Zarabanda” (1982-2003).

El cine de Bergman es un cine temático que impone una forma determinada para expresar sus tesis y que éstas lleguen al espectador por vía sensorial y racional a un tiempo. Y es también autobiográfico, descubre nuevos temas y revisa los anteriores. El director trata de conocerse a sí mismo en su obra.

Las dos hermanas y la sirvienta en el salón de la mansión

El filme “Gritos y susurros” [1], que se va a proyectar a continuación, es una reflexión sobre la muerte (Agnes va a morir acompañada por sus hermanas Karin y María bajo los cuidados de Anna, su sirvienta) [2]. Es la versión opuesta al asunto tratado en un film anterior, “En el umbral de la vida” (1957), en el que varias mujeres esperan con diferentes sentimientos la llegada de un hijo. De nuevo se plantea Bergman que sucede en el umbral del “más allá”, antes de la vida y después de la muerte por influencia del místico Swedenborg que ve la muerte como un proceso inacabado, una especie de sueño entremezclado por la vigilia donde es posible incluso la comunicación de los muertos con los vivos.

La primera idea del film nace de la fantástica imagen de una membrana en rojo, que tuvo en sueños el realizador, e interpretó como el alma humana en sus diversas facetas, para más tarde ligarla a la persona de su madre.

Es un análisis profundo del alma femenina como la que hizo Antón Chejov en su obra escénica “Tres hermanas” (1901) sobre la pugna por el dominio de las hermanas Prózorov), con la misma observación realista, personajes definidos y atmósfera clara.

En la puesta en escena se ve la influencia del “Teatro íntimo” de Strindberg, con la reducción del ámbito espacial, el tiempo escaso, pocos personajes, interiorización del conflicto dramático, sobriedad formal, con el fin de poner al descubierto el lama humana, voluntad ya manifestada anteriormente en la Trilogía de Films de Cámara, en “Persona” y “El rito”.:

  • El espacio al efecto es una suntuosa casa de campo, donde ha transcurrido en el pasado la vida de los personajes.
  • Existe unidad de acción dramática, como es el acelerado proceso mortal de Agnes, su relación con sus hermanas y sirvienta, y cuatro interpolaciones (flash-backs) que nos explican a los personajes. La construcción dramática es rigurosa con primeros planos de las mujeres como ejes articuladores u objetivadores de su conducta.
  • El tiempo: escasos días (dos o tres).

Desde el punto de vista formal es preciso destacar el esmerado uso de la cámara a las órdenes del operados Sven Nykvist: encuadre y planificación (primeros planos del rostro veristas y crudos. El propio Bergman ha escrito: “Dar luz a un rostro humano es un misterio expresivo infinito, es un placer, una oración”); composición dentro del cuadro: toma de vistas en profundidad o escalonando figuras; iluminación (claroscuro) y color (rojo del alma) exquisitos mediante película en eastmancolor; el vestuario es selecto; el sonido tiene particular importancia en una mansión donde se asiste a una moribunda: los diálogos son los precisos, se alternan los silencios rotos por murmullos y tic-tacs, con gritos, confiando ciertos espacios a la música de cuerda (Chopin y Bach) para subrayar momentos bien escogidos. Todo hace que el filme transmita verdaderas sensaciones físicas (la muerte se siente en el ambiente), en especial la del paso del tiempo, inexorable.

Por ello cabe considerar a Ingmar Bergman un escritor con la cámara en la mano, un soñador de imágenes, un realizador-pintor tanto como un poeta y un filósofo, es decir, un artista integral.

Imagen de la portada: Fotograma de Harriet Andersson (Agnes) en un momento de la película de Ingmar Bergman. Operador: Sven Nykvist

Notas

[1] Ficha técnico-artística: Producción: A.B. Cinematograph y Svensk Filmindustri. Productor: Lars-Owe Carlberg. Guión, diálogos y realización: Ingmar Bergman. Fotografía: Sven Nykvist, en eastmancolor. Escenografía: Marik Vos y Anne-Christi Lobraten. Montaje: Siv Kanalv-Lundgren. Vestuario: Greta Johansson. Música: Mazurca en La menor Opus 17 nº 4 de Federico Chopin, interpretada por Käbi Laretei; y “La Zarabanda”, suite nº 5 en Do Menor de Juan Sebastián Bach, interpretada por Pierre Fournier. Duración: 91’. Intérpretes: Harriet Andersson (Agnes), Ingrid Thulin (Karin), Liv Ullmann (María), Kari Sylwan (Anna), Anders Ek (el pastor luterano Isak), George Arlin (Frederick, el marido de Karin), Henning Moritzen (Joakim, el marido de María), Erland Josephson (el doctor David), Lena Bergman (María de niña), Rossana Mariano (Agnes de niña), Monika Priede (Karin de niña), Linn Ullman (la hija de María), Inga Gill (tía Olga), Greta Johanson y Karin Johanson (amortajadoras), Ingrid von Rosen, Ann-Christin Lobraten, Borje Lundh, Lars-Owe Carlberg (personajes del cuadro familiar). Presentada fuera de concurso a los Festivales de Cannes, San Sebastián y Benalmádena (1973). Considerada la mejor película, con el mejor director, el mejor guión y la mejor actriz (Liv Ullmann) por la crítica neoyorquina en 1973. Óscar de la Academia de Artes Cinematográficas de Hollywood al Mejor Director, Mejor Película Extranjera y a la Mejor Fotografía (Sven Nykvist) en 1974, y sendas nominaciones al Mejor Guión Original y Vestuario.

[2] Las actrices Harriet Andersson, Ingrid Thulin, Liv Ullmann y Kari Sylwan.