Localización de una nueva estela funeraria en la villa de Bigüezal

Noticia del hallazgo

Con ocasión de haber participado en la excavación arqueológica de la Cueva del Padre Areso, en el pueblo de Bigüezal (valle de Romanzado en Navarra, España), dirigida por María Amor Beguiristain en agosto del año pasado, tuve la suerte de dar con el paradero de una estela discoidea funeraria, no censada hasta el momento, y de la que aporto los datos para su catalogación.

Localización de la nueva estela de Bigüezal dentro de su término municipal, en el lugar de Puyatero.

Vista de Bigüezal desde la Cueva del Padre Areso. La estela ha sido localizada bajo los chopos de primer término y procede del cementerio antiguo del pueblo, sito en la fachada norte de la iglesia parroquial.

El croquis adjunto indica con un círculo en negro la situación de la estela en el lugar conocido por Puyatero, no lejos del pueblo, en dirección N. Puyatero está junto a la citada cueva, en el camino que lleva a Paso Forao, como a unos cinco o diez minutos de paseo a pie. Al sitio se llega por una senda que arranca del parque infantil del pueblo -cerca del nuevo cementerio-, y sube hacia la sierra en sentido casi paralelo a la carretera que lleva al Puente del Salazar, dejando a la derecha la masa rocosa del monte, y enderezándose hacia una chopera bien visible, en torno a unos huertos y a un riachuelo, donde se encuentra una fuente, que sirve también de abrevadero del ganado. El lugar exacto de su localización es detrás de la caseta de la bomba hidráulica, al pie de un ribazo lleno de ortigas y de hierbajos.

Darío Iturri y Flora Zabalza, matrimonio de Casa Pedro Antonio, me han informado que la estela procedía del cementerio viejo y fue clavada en Puyatero hace unos diez años, para conmemorar la llegada del tendido eléctrico a la caseta de la bomba, que suministraría agua al pueblo. A la izquierda de la estela puede verse el agujero que sirve para drenar la fuente. Del cementerio viejo de Bigüezal, situado detrás de la Iglesia Parroquial, no conozco más que la estela incorporada por don José Cruchaga a la encuesta etnográfica del valle de Romanzado [1]. En esta publicación se presenta el dibujo de una pieza funeraria -en su anverso y reverso-, pero no se hacen constar otros detalles, como sus medidas, por ejemplo. De él deducimos que se halla en mal estado de conservación, por lo que la decoración casi se ha borrado de un lado del disco, de la que sólo quedan los extremos inferiores de un aspa de San Andrés. La otra cara va adornada con una estrella de seis puntas, posiblemente en relieve perfeccionado al bisel.

Hacia 1974 se edificó el nuevo cementerio, todo él con pisos de nichos, sin tumbas en el suelo, y sin rastro alguno de estelas discoideas.

Nueva estela discoidea de Bigüezal

La nueva pieza

La nueva estela es de forma discoidea y sólo está decorada por una cara del disco, por lo que fue colocada en el suelo muy arrimada a un talud de tierra y asegurado su pie al firme con cemento, tratando de impedir su robo. De esta forma, la superficie del disco decorado mira al SOE., hacia donde se oculta diariamente el sol. Por estar tras la fuente, es preciso desviarse algo del camino si se desea verla.

Su piedra es de arenisca, y podría proceder del mismo pueblo, donde predomina la caliza, pero en el que también hay “asperón” -según Cruchaga-, en el lugar de Trápala. En este sitio hay unas canteras conocidas por “Canteral de Trápala”, donde una familia de Bigüezal hacía piedras de molino [2].

La toponimia también alude a este lugar: por ejemplo: el Llano, el Rincón o la Fuente de Trápala.

El color de la arenisca es marrón claro. Su grano, muy fino. El estado erosivo del material es grande: tiene varios desconchados y unos arañazos en el anverso del disco producidos por algún útil agrícola, tal vez por deseo de afilarlo. La estela está parcialmente cubierta de musgo, pues el lugar es húmedo.

 

Anverso de la nueva estela de Bigüezal, aparecida en Puyatero.

La única cara va decorada con un ribete periférico (casi desaparecido) de 4 cm. de anchura, y una cruz griega de brazos iguales, trazados con líneas rectas, por lo que obedece más al tipo asturiano primitivo, que al de Malta posterior. Las extremidades de esta cruz se han trazado sobre los ejes vertical y horizontal estructurales del disco, que predominan en la composición del ornato, por lo que queda completamente vacía la base de cuatro, en contraste de espacios. Cada brazo de la cruz mide un mínimo de 13,7 cm. de longitud y el segmento de cada sector circular 10,5 centímetros.

La ejecución técnica de la pieza por parte del artesano, no sobresale por su gran precisión, ya que las líneas decorativas son sinuosas. Mediante bajorrelieve excavó de 0,3 a 0,5 cm. la superficie del disco, para destacar del fondo del signo cristiano, verdadero centro del interés de la pieza y significante religioso del monumento. Luego en lo que permite apreciar el estado erosivo- parece que se perfeccionó y acabó la labor artesanal mediante abiselado de la piedra.

Las medidas de la estela son éstas:

  • Diámetro del disco: 37 cm.
  • Espesor del mismo: 14 cm.
  • Anchura del cuello: 20 cm.
  • Longitud total: 39,50 cm. hasta el suelo, habida cuenta que el monumento fue fijado con cemento a la tierra.

Paralelos decorativos

La cruz de tipo asturiano que decora la nueva estela aparece también en otras estelas del valle. Así, en Adansa se repite el motivo en dos estelas del cementerio: en una de ellas es el único motivo decorativo, y en la otra, una de las caras se decora con roseta [3]. En el cementerio viejo del despoblado de Iso hay tres estelas con esta figuración, aunque en estado de erosión muy avanzado, ancorándose levemente la cruz en un caso [4]. En Murillo Berroya, se ancora de nuevo la cruz, tendiendo a la nueva forma de Malta [5].

En Urraúl Bajo -objeto también del estudio etnográfico de Cruchaga-, vemos esta tendencia hacia la cruz de Malta, pero con aspecto todavía de cruz asturiana. Así son las decoraciones cristianas de las estelas de Nardués Andurra, Sansoain y Aldunate [6].

Otros ejemplos decorativos similares hay en estelas de Muniain de Arce y de Oroz-Betelu, estimadas por Urrutia como “primitivas” [7]; en otra de Sorauren, “muy antigua”, según opinión del mismo investigador [8]; en dos más, de Metauten y de Lanz, catalogadas por Manso de Zúñiga y expuestas en el Museo de San Telmo de San Sebastián, junto a otra navarra más, pero de procedencia desconocida [9]. Finalmente, este motivo religioso se representa también en una estela de Garde (valle de Roncal) [10].

Conclusión

La decoración de esta pieza es de una gran sencillez y su cruz obedece en su forma al tipo originario, a partir del cual vienen posteriores sofisticaciones. Esto concuerda perfectamente con la evolución formal de la cruz en el cuadro evolutivo de las decoraciones expuesto por Frankowski, en su estudio de las estelas discoideas de la Península Ibérica [11]. Según él, la cruz de la estela de Bigüezal es anterior al modelo de cruz de Malta, ya calificado por el autor como “de remota antigüedad”, y que aparece profusamente en las estelas de Navarra.

Por la forma de su cruz, la estela de este pueblo del Romanzado pudiera ser muy antigua, tal vez medieval, pero conviene dejar en suspenso esta afirmación, pues no existen datos suficientes para datarla cronológicamente.

Sobresale como dato importante, el hecho de que esta pieza haya dejado de tener un sentido funerario, para pasar a tener otro conmemorativo de las acciones profanas del hombre, pero presididas del signo cristiano de la cruz.

Fotografías: M.ª Amor Beguiristain

Notas

[1] CRUCHAGA PURROY, José. “Un estudio etnográfico de Romanzado y Urraul Bajo”. En Cuadernos de Etnología y de Etnografía de Navarra. Pamplona, Institución Príncipe de Viana», 1970. Año 11, núm. 5 (mayo-agosto), pp. 143-265. En la p. 225, va reproducido el dibujo de la estela de Bigüezal del cementerio viejo.

[2] CRUCHAGA, op. cit. p. 187. La toponimia de Bigüezal se cita en la p. 226.

[3] CRUCHAGA, op . cit. p. 221.

[4] CRUCHAGA, op. cit. pp. 230-231.

[5] CRUCHAGA, op. cit. p. 229.

[6] CRUCHAGA, op. cit. pp. 243. 248 y 242 (por este orden).

[7] URRUTIA, Ramón M.ª, “Nuevas estelas discoideas del Valle de Arce y de Oroz-Betelu En Cuadernos de Etnología y de Etnografía de Navarra. Pamplona, Institución Príncipe de Viana, 1974. Año VI, núm. 17. En las pp. 314-315 (núm. 1. fig. 4 y fot. 2), indica que la estela de Muniáin presenta en ambas caras «cruz de Malta de muy primitiva ejecuci6n, tema éste de la cruz de Malta que se presenta con frecuencia en las estelas, pero que es raro encontrar en grado de tal primitivismo». En realidad, esta cruz es más parecida a la de Bigüezal, o sea a la de tipo asturiano. Presenta esta cruz en ambas caras del disco. Ver la de Oroz-Betelu en la p. 333, con anagrama «IHS» al reverso.

[8] URRUTIA, Ramón M.ª, “Nuevas estelas de Navarra”. En Cuadernos…., Pamplona, «Institución Príncipe de Viana». 1974, Año VI, núm. 16. Esta estela tiene el núm. 3 y se cita en las pp. 179-180 de este trabajo. Su disco es algo ovalado, con dos protuberancias esféricas en el canto y con cuatro especie de bastones en el reverso. La califica de «primitiva y tosca».

[9] MANSO DE ZÚÑIGA, Gonzalo, Museo de San Telmo. San Sebastián, Caja de Ahorros Municipal-La Gran Enciclopedia Vasca, 1976. La de Metauten (p. 68). lleva la cruz hundida y es «pieza imposible de datar por su extrema sencillez, aunque muy probablemente anterior al siglo XVIII, en que los motivos decorativos se hicieron claramente más, modernos”. En la de Lanz (pp. 70-71), de disco enorme, la cruz no ocupa todo el anverso, es de forma antropomorfa y «seguramente muy antigua, quizá de la Alta Edad Media». La estela de procedencia desconocida (p. 63) es tosca y gruesa, incorpora esta cruz con una protuberancia esférica en la parte baja del disco, indescifrable, y al otro lado lleva una tau o cruz egipcia, «lo que identifica a la pieza como muy antigua, quizá de la Alta Edad Media».

[10] CRUCHAGA, José, LÓPEZ SELLÉS, Tomás – SARALEGUI, Casimiro. “Piedras familiares y piedras de tumbas de Navarra”. En Problemas de la Prehistoria y de la Etnografía Vascas». IV Symposium de Prehistoria Peninsular. Pamplona. Institución Príncipe de Viana, 1966. Núm. 26, p. 240.

[11] FRANKOWSKI, Eugeniusz. Estelas discoideas de la Península Ibérica. Madrid, Museo Nacional de Ciencias Naturales, 1920. Publicación de la Comisión de Investigaciones Paleontológicas y Prehistóricas de la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas. Memoria núm. 25. Fig. 73, p. 165.