Etnografía agrícola de Vasconia. XIII. Calendario de las operaciones agrícolas

Roturación de terrenos

A la primera roturación de un terreno inculto se llama “labakia egin” (hacer la rotura). El interés por rozar y roturar tierras ganadas al bosque creció sobremanera en el siglo XVIII al compás del crecimiento de la población, sobre todo en Gipuzkoa y Bizkaia, a fin de convertirlas en “tierras blancas” aptas para el cultivo de cereales y leguminosas. Para roturar empleaban en Sara (I.) un arado llamado “abareta”, más eficaz que el “brabant” clásico, y a la pieza de labor resultante o tierra nueva la llamaban “luberri”, donde lo primero que se sembraba era la patata (Sara, I.). En la agricultura tradicional se empleaban grandes azadas para levantar tepes. Cuando estos se hallaban secos se recogían en montones (con su yerba y “matos” para dentro), que se recibían el nombre de “ermurak”. Se les prendía fuego por el lado interior y se quemaban durante dos días. La combustión era lenta: al cabo de unas jornadas quedaban cocidas las “ermurak”. Estas eran allanadas y después de remover un poco la tierra, en ella se sembraba trigo.

En pueblos del valle de Roncal (N.) como Vidángoz, Uztárroz, Isaba y Urzainqui también se ganaban terrenos al bosque para siembra. Entre el 2 de noviembre y el último día de julio se podían señalar los terrenos para las roturaciones, pasado este periodo las señales serían nulas de no haberse comenzado a trabajar en aquel lugar. El sistema tradicional de laboreo en el valle fue el de las “artigas» [1]. Se comenzaba talando el bosque y limpiando el terreno de los tocones de los árboles y de piedra. Hecho esto, mediante el sistema de “hormigueros” (en otros pueblos navarros “hornigueros”) se prendía fuego a la maleza resultante. El “hormiguero” o “karraka” consistía en una pila de leña y maleza del campo cubierta con “zaplas” o terrones de hierba y tierra (en Uztárroz no se cubrían). Se hacía un orificio en la parte inferior y por él se prendía el fuego sin que la llama saliese al exterior. Era un trabajo muy pesado y cuidadoso. Se encendían a media mañana cuando el sol ya había calentado la tierra y se vigilaba el “hormiguero” todo el día. Esta operación se realizaba en los meses de julio, agosto y primera quincena de septiembre. Estaba prohibido quemar “artigas” a menos de cincuenta metros de distancia de algún bosque. El terreno “artigado” se denominaba “artigazo”, “berro”, “laiaberri”, “artegi” o “labagi”. No se tocaban para tal cometido ni los robledales ni los hayedos sino los pinares. Se artigaba siempre que se sembraba un terreno nuevo.

A continuación se arreglaban las “lurtas” o desprendimientos de terreno realizándose bancales o “mailak” si fuera necesario, dotados de “espuenda” o “espuendas”, es decir de caminos marginales que permitían su acceso. Tras ello, sobre todo entre otoño e invierno se comenzaba a roturar la tierra, si el hielo y la nieve lo permitían. En el valle de Roncal se usaba para ello una azada triangular y afilada y se dejaba el arado para los amplios campos, localizados casi todos en Belagua. Era una labor dura llevada a cabo tanto por hombres como por mujeres. El arado era tirado por machos, normalmente dos bueyes (yunta o par de bueyes: “idi-uztarri”, “idi-buztarri”, unidos a él por un yugo “buztarri”, “uztarri”, de cuello y un timón largo). La hoja del arado era de hierro. Los yugos carecían de decoraciones. Se componían de una tabla de madera horizontal con dos hechuras diseñadas una por cabeza de animal. En medio tenían dispuesto el agarre para el timón que se ataba con sogas.

El campo se labraba un año y al siguiente quedaba en descanso siendo pastado por el ganado que lo abonaba con su propio estiércol. El abono era obtenido así mismo de la ceniza que producía la quema de las “artigas”.

También nos han informado de la forma de proceder en Álava para roturar el terreno: primeramente se libraba al espacio de árboles, arbustos y piedras. A continuación, en los casos en que se habían podido extraer los “tocones” de los árboles, se acumulaba el resto de la materia vegetal extraída sobre ellos y se hacía una hoguera para de esta manera eliminarlos. El resto de “tocones” de menor tamaño eran arrancados con los bueyes. En cuanto al producto que se sembraba en ellos algunos indican que el primer año se dejaban en barbecho y la primera siembra solía ser de cereal.

En ciertas poblaciones, como las del Valle de Carranza (B.), la demanda social obligaba a sembrar patatas en tierras del comunal ganadas al monte (“cierros”) y en terrenos un tanto marginales como las “cabeceras” de algunas tierras de labor que tenían escasa tierra o eran más bien secos, ignorando los naturales del país que este tipo de cultivo requiere suelos espesos y bien abonados, mientras que las tierras mejores se destinaban a cultivo de cereal. Esto se explica dentro de una economía de subsistencia que obligaba a apurar todos les recursos agrícolas.

Clases de tierras

Las tierras destinadas al cultivo sostén de la economía familiar se suelen dividir en cuatro clases, según su calidad, explica Caro Baroja [2]: 1) “lenbizijua”; 2) “bigarrena”; 3) “irugarrena”; 4) “laugarrena”, que vienen a significar, como si dijéramos, primera, segunda, tercera y cuarta clase. Se consideran mejores las arenosas (“legarkiyak”), peores las pedregosas o con cascajo (“kaskajokiyak”), débiles las arcillosas (“bustinkiyak”) y las “tierras nuevas” (“lurberriyak”), y fuertes las “tierras negras” (“lurbeltzak”).

Una tierra cultivada o “landa”, posee siempre sus mojoneras de piedra, con una teja rota, como testigo, a ambos lados de tales mojoneras (“mugarriak”).

A doce pulgadas (“atzbetiak”) a un lado y otro del mojón se traza el ancho del sendero entre dos propiedades: “bidaxka”.

Las medidas usadas son: A) Yugada = 2.684 m2 que en vasco recibe el nombre del arado y que por lo tanto al pie de la letra podría traducirse por “arada” (“goldia”). B) Robo, es decir, lo que se siembra con un robo de grano, o 22 kg del mismo (“errugunerriya”).

Fases de su cultivo

Las operaciones que implicaba todo cultivo eran  la siembra (“ereintza”) o la plantación, según los casos. La época dependía del medio geográfico (antes en el sur que en el norte) y de las especies, según se trate de cereal o de las plantas y legumbres que se siembren en la hoja blanca del barbecho (a las que en Álava y Navarra llaman “menuceles”), en el año en que descansan las tierras [3]. Por ejemplo, las legumbres se siembran entre noviembre y diciembre, prolongándose la cebada cervecera hasta marzo, el maíz y alubias en primavera, el trébol a finales de julio y el nabo a mediados de agosto.

Los trabajos agrícolas que se requerían eran:

  1. Arar (“irauli”). Limpieza de la tierra o desbroce (“uzkaldu” en Uhart-Mixe, I.) para eliminar restos de la cosecha anterior, con remoción de la misma mediante arados (“goldiak”), tirados por vacas o bueyes o de la yunta precedida de una caballería como refuerzo en terrenos más difíciles, grada (“aria”), layas o azadas, hoy mediante tractor. En cuanto a arados (“goldiak”), que siguen el modelo romano evolucionado,  ha habido cambios muy sensibles desde 1900 a cuando se van generalizando los modernos: “golde-nabarra” (1906- ca. 1914), así llamado porque además de la reja tenía una cuchilla llamada “nabarra”, ambas de hierro, al que siguió el “xarrua”, también de hierro, para labores más profundas, tirado por bueyes; “ferdia” francés de vertedera (1906-1920) de una o dos manceras; “brabanta”, arado brabant de doble vertedera giratorio de uso desde 1930 a la década de1960 en que se imponen los tractores (a su trabajo de labrado se llamaba “maquinar” en el área media y meridional), que es de fabricación local (Ajuria o Múgica). El surco que abre el arado se llama “ildua” y, por derivación, un “golde” es una superficie de 100 x 28 m. (la capaz de ser roturada en una jornada con ayuda de un arado tirado por vacas). Las fincas se labraban dependiendo de su anchura o inclinación. Si eran estrechas y alargadas se araban a lo largo; si eran anchas y llanas en cualquier sentido. Si estaban en pendiente en sentido inverso a esta. Los bueyes, cuando se aproximaban al final del surco, avivaban su paso.
  2. Desmenuzar o destripar la tierra (“destormar”, “desterronar”, “destormonar”), con simple montón de zarzales atado con una soga primero, luego con narria o grada (“aria”, “ahia”, “basaharria” con dientes curvos y ejes giratorios) [4], o con mazas de madera o rodillo de piedra (“alperra”) e incluso de madera (“bonbil”, “bonbilla”) en tierras altas, y, en bajas, con tabla (“ola”) (a su acción en Fitero N. llaman “tablear”) o varas entretejidas (“eziya” o “ezia”) sobre las que se depositaban piedras para mejorar su acción con el peso, e incluso usando rodillos combinados como en Gipuzkoa, y, modernamente, con gradas rotativas. En Sara (I.) a esta operación la llaman “arrotu” (remover), seguida del “allanar” (“arratu”, “lurra txeakatzeko”) el terreno. Los objetivos que se persiguen son alisar la tierra para distribuir mejor la semilla [5] y oxigenar el terreno antes de la siembra.
  3. Seleccionar y desinfectar la semilla: para lo primero se escogía la mejor semilla y más granada, que se pasaba por un harnero para separar los granos muertos; y para lo segundo, en el caso del trigo, se impregnaba con cal, azufre o sulfato disueltos en agua, y la semilla era volteada con palas de madera. En el siglo XVIII, según información de Anes [6] referida a Gipuzkoa, la semilla se echaba al campo mezclada con cal -para preservarla de los insectos gramíneos y otros pequeños animales de la micro-fauna agraria-, o mojada con agua hervida -para acelerar la germinación.
  4. Sembrar (“gereiñ”), echando la semilla a voleo en el caso del cereal o poniéndola a mano en sitios previamente señalados (maíz, alubia) o en surcos hechos al efecto con marcadoras (“markak”) y separados uno del otro en distancia variable (para el cereal unos seis pasos), lo que exigía dar varias “rejas” o aradas a la tierra antes de proceder a la siembra [7]. Hacia 1914 se introdujeron las primeras máquinas sembradoras, de tipo industrial. Mediante marcas y sembradoras el campo quedaba cruzado. En Sara (I.) al depositar la semilla llaman “azia sartu”. Después de distribuida la semilla se cubría con tierra pasándole por encima de nuevo la grada (“trapa” y su acción “trapear” en Valderejo, A.), movida por vacas o caballería, o rellenando con tierra los hoyos donde se había depositado la semilla de la alubia y del maíz mediante una paleta o la azada. En el valle de Carranza (B.), se tenía en cuenta en el momento de la siembra la montuosidad del terreno, que hace que en una misma pieza se prefiera la “cabecera”, o parte más alta, a la “hondera” o porción más baja que cuenta con más tierra que la primera y en consecuencia favorece más el crecimiento de lo sembrado.
  5. Abonar: con el fiemo animal y las basuras (estiércol de las caballerías) formadas durante el invierno, que son recogidas en abril y amontonadas hasta que a principios de mayo se esparcen en las piezas destinadas a la siembra del maíz con ayuda del bieldo (“fuxina” en I.) de cuatro dientes, operación que en Sara (I.) llaman “ongarria eman” (echarle basura al terreno), en septiembre antes de la siembra del nabo, seguido de nueva remoción de la tierra mediante grada para pulverizarla. Los campos de trigo se abonaban con el estiércol recogido en los establos como preparación para la siembra, entre septiembre y noviembre. Antes de su dispersión se repartía en montones espaciados unos 5 m. entre si y a continuación se extendía con un bieldo (operación que en Valderejo, A., se conocía como “esmanar”). Los abonos minerales o fertilizantes comenzaron a generalizarse hacia 1930 (fósforo, nitrógeno y potasa, en este orden) y antes de la mecanización se lanzaban con la mano a voleo, después se encargaron de hacerlo máquinas abonadoras. En Hondarribia (G.) acostumbraban a abonar los campos de cultivo dos veces al año, primero con estiércol seco y después con estiércol líquido.
  6. Escardar (“yorratu”) para eliminar las malas hierbas, empleando escardadores en forma de azadillas, escoplos o ganchos de hierro “holgazanes”, dotados de pequeña hoja curva, afilada al exterior y perpendicular al mango, suplementada con un palo corto. Actualmente la escarda se realiza por métodos totalmente mecánicos con calderas acopladas al tractor encargadas de pulverizar herbicidas líquidos mezclados con agua, procedimiento que también se usa para la aplicación de productos fitosanitarios contra diversas plagas. En la zona media y ribera de Vasconia se han combatido las plagas de parásitos, y aún se hace, con agua fermentada de ortigas, obtenida tras remojar en ella un manojo de ortigas durante ocho días, colar el conjunto y emplear en la fumigación el agua resultante, muy repugnante por su mal olor.
  7. Para los cultivos de regadío es necesaria una labor suplementaria consistente en la colocación de un entramado de tubos y aspersores que se lleva a cabo cuando el crecimiento de la planta todavía no está muy avanzado, allá por el mes de junio, con el fin de iniciar el riego. La época de riego abarca desde los meses de junio a septiembre en los casos de época muy seca aunque dicha necesidad dependerá de las precipitaciones naturales. Tradicionalmente se ha asegurado el riego mediante canalizaciones con compuertas, balsas, pozos o sistemas manuales.
  8. Recolectar (de la cosecha o de las frutas) con sus secuelas de limpieza, en su caso desgrane, transporte, almacenamiento, etc. Para ello se ha servido el agricultor del uso de simples herramientas de trabajo con la sustitución progresiva del procedimiento manual por el mecánico, con una maquinaria cada vez más especializada y compleja.

Calendario de las operaciones agrícolas

Se considera que empieza un nuevo año agrícola a partir de iniciar las labores de preparación para la siembra. Esto ocurre en el mes de septiembre, mes por otro lado que marca el pago anual de las rentas a los propietarios por haber cultivado sus piezas, en concreto en torno a la fecha festividad de San Miguel (29 de septiembre).

Con carácter general, la jornada de trabajo se iniciaba en verano a las cinco o seis de la mañana y acababa a las once o doce de la noche. En invierno se iniciaba a las ocho de la mañana y acababa a las seis de la tarde en la calle, sin embargo en las cuadras se estaba hasta las ocho.

Es frecuente oír a nuestros informantes referirse al calendario agrícola mediante dichos, adagios y frases proverbiales, fruto de la experiencia recibida de los mayores o de la costumbre, habitualmente asociadas a celebraciones del santoral cristiano: «Por San Marcos el garbanzal, ni nacido, ni por sembrar», o «por San Marcos el garbanzo, ni nacido ni en el saco» (San Martín de Unx, N.); “Por San Martín, se siembra el ajín”; “Por San Martín, el ajo finín”; “¿Por qué te quedaste ajo ajín?, / porque no me sembraste / por la menguante de San Martín”; “Ajo, ¿por qué naciste ruín? / Porque no me sembraste por San Martín”; “Cada cosa en su tiempo y los ajos en Adviento”; “Siembra en diciembre, el ajo para siempre”; “Siembra en enero, el ajo de acero”; “Cuando las grullas veas pasar / coge el aladro y vete a sembrar / y cuando las grullas veas volver / coge el aladro y vete a doblar”  (barbechar) (Bernedo, A.); “El mejor ajero es enero”; “Todos los días que pasen de enero, pierde ajos el ajero”; “Por San Pedro, saca el ajo y mete el puerro”; “Perejil de mayo, perejil de todo el año”; “El trigo en mayo, parido o preñado” (Valle de Carranza, B.), etc.

Los nombres de los meses en vascuence aluden con claridad a las faenas agrícolas que suponen los tres hechos fundamentales del campo cultivado: siembra, escarda y recolección. Observa Julio Caro Baroja que, desde el punto de vista histórico-cultural, tales nombres ofrecen paralelos en áreas muy recónditas del área antiguamente romanizada, por ejemplo Cerdeña, y en las representaciones plásticas que se hallan, a través de estilos distintos, en obras medievales y renacentistas, en los “nemologios” esculpidos de iglesias y catedrales sobre todo (y cita como ejemplo el representado en las claves de las bóvedas del claustro de la catedral gótica de Pamplona) [8].

El calendario vasco se hace eco de diferentes faenas agrícolas, tal como exponen José Miguel de Barandiarán y Julio Caro Baroja [9]:

  • “Azaroa”, “azilla”, noviembre, el mes de la siembra, o ”gorotzilla” (Labourd I.), mes del abono o del estiércol.
  • ”Lotazilla”, mes de la germinación, diciembre, o del invierno por antonomasia, “negilla”. Época de la matanza del cerdo. Junto a enero y febrero era el momento para trabajar la planta del lino (machacar, enriar, rastrillar e hilar).
  • “Ilbeltza” es el mes negro, enero; o del año, “urtarrilla”; o del hielo, “izotzilla”.
  • “Otsailla”, febrero, es el mes de los fríos o de los toros (?), “zezeilla”.
  • ”Epailla”, es marzo, el mes de la poda (“ebaki”) de las viñas y de las plantas en general.
  • “Jorrail”, “jorrailla”, abril, es el mes de la escarda de cultivos como el trigo y el centeno, además de la siembra del mijo
  • “Orril”, “orrilla”, “ostoilla”, mayo, es el mes de las hojas.
  • “Garagarrilla” (dialectos guipuzcoano y altonavarro), el mes de la cebada, y “bagilla” (B.), mes de las habas, que es junio.
  • “Garrilla”, julio, el mes del trigo o de la cosecha en general, ”uztailla”, “uzta”. El momento de escardar el maíz y cortar la hierba para el invierno.
  • “Agorrilla”, agosto, es la sazón de la sequía. A finales se sembraba el maíz.
  • “Garoilla” o “irailla”, septiembre, es el mes del helecho, o cabeza, “buruilla”, porque en algunas partes se empezaba a contar el año a partir de él. El maíz recibía una labor de escarda y se recogía el mijo de abril.
  • “Bildilla”, octubre, es el mes de la recolección del maíz y de las frutas (manzanas, castañas), también llamado “urrilla” por recogerse en él las avellanas; o “lastailla”, mes de la paja. Comienzan las labores de arado tras la recogida.

El calendario de las labores del campo, en los diferentes espacios climáticos de Vasconia, es el siguiente:

Clima oceánico

Uhart-Mixe, Baja Navarra (I.)

  • Marzo: se siembra el trébol (“trefla”) en los trigales.
  • Primavera: se siembran el maíz (“arto”) para el 20 de mayo y las judías (“illar”). Se prepara la tierra para la siembra del trigo (“ogi”), y de las habas (“baba”). Se echan al campo las ovejas. Se esparce el estiércol en campos y prados, que después se aran.
  • Julio-agosto: se cosechan el trigo y las habas.
  • Agosto: se siembran el nabo (“arbi”) en el campo donde estuvo el trigo o el maíz.
  • Otoño: recogida del maíz y de las judías.
  • Noviembre: se siembra la arveja (“zalka”) y el trigo.
  • Septiembre: se siembra el trébol rojo (“paluxa”).

Hondarribia (Bajo Bidasoa, G.)

Los trabajos de la huerta, en esta villa del límite oriental de Gipuzkoa, se rigen por el siguiente calendario.

Especie Siembra Trasplante Recolección
Acelga ½ Fe.-1/2 Ag. ½ Ab.-1/2 Se. Jl.-1/2 Di + 1/2 Mr.-Ab.
Achicoria Jul.- Ago. Ago. Nov.-Dic.-Ene.
Ajo No.-Di. Ju.- Jul.
Alubia Mayo Set. – Oct.
Berza Mayo – jun. Jun.- Jul. Jul.- Ago.
Borraja Jul.- Ago. Nov. – Dic.
Calabacín ½ Mr.- My. ½ Jl.-1/2 Oc.
Cebolla tardía ½ No.-1/2 Fe. Ab.-Ju. ½ Ag.-1/2 Se.
Cebolla temprana ½ Ag.-1/2 Oc. ½ Oc.-1/2 Mr. My.-1/2 Ag.
Coles My.-Ju. Jl.-1/2 Ag. 1/2 No.-En.
Colifror y brócoli My.-1/2 Jl. ½ My.-Jl.+ 1/2 Ag.-Oc.
Escarola Jl.-1/2 Se. ½ Ag.-1/2 Oc. ½ No.-1/2 Fe.
Espárrago Enero Junio
Espinaca invierno ½ Ag.-1/2 Oc. ½ Oc.-1/2 Di. Mr.-Ab.
Espinaca verano Mr.-1/2 My. ½ My.-Jl. ½ Ag.-Oc.
Fresa No.-Di. Ju.-Oc.
Guisante ½ Oc.-1/2 En. ½ Ab.-1/2 Jl.
Habas ½ Oc.-1/2 En. ½ Ab.-1/2 Jl.
Judía verde ½ Ab.-1/2 Ju. ½ Ab.-1/2 No.
Lechuga Fe.-Se. ½ Mr.-Di. ½ Ab.-Di.
Pepinos ½ Ab.-Ju. ½ Jl.-Oc.
Perejil Enero y agosto Todo el año
Pimiento ½ Fe.-1/2 Ab. ½ Ab.-Ju. ½ Jl.-1/2 No.
Puerro ½ Fe.-1/2 Ju.+1/2 Jl.-1/2 No. Fe.-Se. ½ En.-No.
Rabanitos Mayo Jul.- Ago.-Set.
Remolacha roja Mayo Jul. – Ago.–Set.
Tomate ½ Fe.-Mr. ½ Ab.-My. Ag.-Oc.
Zanahoria ½ Fe.-1/2 Ju.  Fe.-Jul.

Elgoibar (Comarca del Bajo Deba, G.)

Esta población situada en el lado opuesto, occidental, de Gipuzkoa, presenta los siguientes cultivos en su huerta:

Acelga.- En semillero de marzo a junio y un mes más tarde en el terreno. Se recoge pasados dos o tres meses.

Ajo.- Se siembra por San Martín y se recoge por San Juan.

Berza.- Puede dividirse en tres épocas. La primera de agosto a septiembre en semillero, hacia el otoño se pasa a la huerta. La segunda en semillero de febrero a marzo, se planta en la huerta a finales de marzo-primeros de abril. La tercera en semillero de marzo a junio que se planta en la huerta. La primera recogida corresponde efectuarla de finales de abril a principios de mayo. La segunda de junio a julio y la tercera de julio a diciembre.

Cebolla.- En semillero por los meses de septiembre octubre, en el terreno hacia Navidad y se trasplanta a la huerta en febrero-marzo. Se van recogiendo según las necesidades hasta el otoño.

Coliflor.- La temprana en semillero y en la huerta en abril. La tardía en el mes de julio. La primera se recolecta en febrero y la tardía un mes más tarde.

Escarola.- En semillero en agosto, hasta que sus cuatro hojas estén bien desarrolladas y su recolección se efectúa en enero-febrero.

Guisante.- Se siembra en noviembre-diciembre y se cosecha en abril-mayo.

Haba.- Se siembra en noviembre-diciembre por San Francisco Javier (día 3) y se recoge de abril a junio.

Lechuga.- En semillero en febrero-marzo, se trasplanta entre abril y mayo y se cosecha en junio-julio. La segunda cosecha en semillero de marzo a julio y se recoge de julio a octubre. Las de invierno se siembran entre agosto y septiembre, se trasplantan entre octubre-noviembre y se cosechan en marzo-abril.

Perejil.- Se siembra durante todo el año, aunque es conveniente hacerlo en mayo, y se recoge durante todo el año.

Pimiento.- En semillero en febrero, se trasplanta en mayo-junio y se recoge de agosto a noviembre.

Puerro.- En semillero entre marzo-abril, en junio-julio se trasplanta y a partir de septiembre se recoge.

Tomate.- En semillero en febrero-marzo, su siembra se realiza a finales de mayo  y su recogida se efectúa desde agosto hasta las heladas.

Vaina.- Se siembra se realiza desde abril a los primeros días de junio y la recogida comienza a los dos meses de su siembra.

Zanahoria.- Se siembra de marzo a julio y su recogida es de junio a noviembre.

Clima sub-oceánico

Apodaca (Llanada alavesa)

Octubre

Se empieza a maquinar las tierras para prepararlas para la siembra del trigo. Si ha llovido lo suficiente para que haya humedad, a últimos de mes se empiezan a sembrar los primeros trigos. La semilla del trigo se encalaba en casa, para lo que en previsión de hacerlo días antes se guardaban los orines humanos. El día que se iba a encalar se preparaban varias fanegas de trigo, éste había sido limpiado en la máquina limpiadora que para ello tenía el pueblo (esta máquina seleccionaba el trigo quitándole las semillas y el trigo mermado). Ponían un montón de granos en el “portegado” (tejavana) y le echaban mezclados sulfato de cobre, agua y los orines guardados, y con una pala los revolvían bien y los metían en sacos para llevarlos a la pieza. Esto se hacía para que no le saliese tizón al trigo [10]. Hoy no se hace esto pues viene el trigo preparado. Se termina de sacar las patatas, se recogen las pocas manzanas que quedaban en los manzanos, y se vareaban los nogales.

Cuando había ganado se tendía la basura con el arpa por las piezas para taparla cuando se iba maquinando con los bueyes. Se recogía el maíz y se le quitaba la hoja, tendiendo las mazorcas en el “salgategui” (espacio abierto en la parte alta de la tejavana donde guarda la hierba seca (“salgue”) para que secasen bien.

Noviembre:

Se saca la remolacha azucarera y se entrega en la azucarera de Miranda de Ebro. Antes en la de Vitoria. Se sacaba la remolacha y la zanahoria y se tapaban con céspedes. Se sigue sembrando cereal en las piezas que estaban sembradas de remolacha. En las casas que tenían cerdos se empezaban a cebar los que se iban a matar o vender en enero. Cuando se plantaban pinos de vereda [11] en el monte Arquesto, este mes empezaban a hacer los hoyos. En las huertas se siembran los ajos, habas, guisantes y se ponen las cebollas chalotas.

Diciembre:

Se sigue sacando la remolacha azucarera que se lleva a la azucarera de Miranda de Ebro. Se sigue labrando la tierra donde se ha sacado la remolacha para la siembra de cereal y se siembran las habas forrajeras. Antes, cuando se sembraba nabos, se empezaban a sacar los primeros. Se siembran en las huertas los ajos, habas y guisantes, y se planta la cebolla babosilla. Se podan los frutales y se plantan. En muchas casas del pueblo se mataba el cerdo. Cuando se sembraba maíz por las noches se desgranaba. Estos días se aprovechaban para moler trigo y “menuncias” [12] en el molino del Bau.

Enero:

Algunos años se termina de sacar la remolacha y si el tiempo lo permite se labran las tierras y empieza a sembrarse cebada, avena y los trigos de ciclo corto. En las huertas se ponen los ajos, las habas y guisantes, se plantan las primeras lechugas de primavera y las cebollas babosas, se siembran los tomates y pimientos en “calderos” (sitios bien resguardados) tapados con plásticos. Se sigue desgranando el maíz y moliéndolo.

Estos días se aprovecha para reparar la herramienta y dar un repaso a la maquinaria. Antes se reparaban los carros y toda la herramienta que tuviese madera, también se hacían ramales, se arreglaban las lonas de atadoras y trilladoras, se reparaban las tablas de los “portegados” (cubiertos o tejavanas). Se empiezan a cortar las “fogueras” [13].

Febrero:

Se siembra el trigo de ciclo corto, las cebadas y avenas, y si hay buen tempero se siembran los forrajes. Se termina de podar y de plantar toda clase de árboles y frutales. Las “fogueras” se siguen tirando. Se sigue moliendo y reparando los aperos de labranza y haciendo mangos nuevos de los palos que se han cortado en las “fogueras”. En las huertas se desbroza (la yerba), se preparan los palos para el caparrón, se siembran las lechugas en semillero resguardado y se planta las primeras cebollas castellanas, se resiembra el tomate y el pimiento en semilleros bien resguardados y protegidos con plásticos.

Marzo:

Se termina de sembrar el trigo y la cebada marzal, resiembra de los guisantes para la industria conservera (hace años se sembraban lentejas). Hoy se siembran plantas forrajeras. Se tiran los primeros nitratos a los trigos tempranos, antes a mano hoy con máquina y tractor. Se empiezan a preparar las piezas para la remolacha, antes se extendía el estiércol del invierno que lo tenían amontonado en alguna “larra” (zona baldía). Para este mes tienen que estar caídas (cortadas) las “fogueras”.

En las huertas se ponen unos pocos pies de patatas, se plantan cebollas para ensalada y lechugas, se siembra guisante de mata alta, se limpian las huertas de hierba y se cavan. Se siembran las flores. A los frutales se les da cal al tronco para que no suban insectos.

Abril:

Se siembra la remolacha azucarera, las alfalfas y las primeras patatas en las piezas. Antes se sembraba remolacha y zanahoria forrajera. Se tira abono y nitrato en el cereal, se pasa el rulo en los trigos. Cuando se sembraba el trigo con los bueyes este mes se les pasaba la “trapa” (herramienta para escardar los trigos).

En las huertas se siembra zanahoria, remolacha, guisantes, se preparan semilleros de berza, lechuga y se plantan cebollas rojas, lechugas y acelgas.

Se injertan los frutales, se ponen las dalias y gladiolos en los orillos de las huertas y se guían los rosales trepadores; las habas, guisantes y lechugas se escardan.

Mayo:

Se sigue sembrando la remolacha, el maíz, la patata; se empieza a escardar la patata y aclarar la remolacha (esto antes), se siembra el maíz y se dan los primeros cortes a las alfalfas para el ganado (esto también ha desaparecido).

Antes se pasaba el cultivador con la reja de “sallar” (escardar) a las patatas, detrás iban repasándolas con la azada.

En las huertas se empiezan a “poner” (plantar) acelgas, berzas, lechugas, tomates, pimientos, cebolla valenciana, cebolletas, se siembran los pepinos, calabacines, caparrón alubia cuarentena, se acollan las patatas. Se cogen las primeras habas y fresas.

Junio:

Se termina de sembrar la remolacha y la patata, se siembra la alubia, el caparrón y el maíz forrajero, las hierbas se empiezan a segar y enfardar (antes se segaba a mano con la guadaña y se llevaban con el carro y se lo subían al “salgategui”).

Las patatas se seguían escardando y con el cultivador se acollaban. El maíz y la remolacha se aclaraban a mano y este mes terminaban de darle la primera escarda, después le pasaban el cultivador con la reja de “aporcar” (acollar, amontonar la tierra en torno a la planta). Hoy lo hacen con el tractor al sembrarlas, a las alubias le pasan el cultivador con el tractor cuando están nacidas y un poco crecidas.

En las huertas se ponen los últimos tomates y pimientos, se siembra el caparrón tardío; a los tomates, pimientos, y caparrón de mayo, se les hacen los surcos y se ponen los palos a los tomates y a los caparrones; se trasplantan los pepinos y calabacines, las lechugas de oreja de burro se atan, se empieza a regar por los surcos, se cogen las habas y se arrancan las matas de habas. Los guindos y cerezos tienen la fruta madura, también los agraces, grosella, y la frambuesa.

Julio:

Se termina de segar las hierbas y de enfardarlas, hace años se ensilaba la hierba en los silos. Se empezaba a desorillar el cereal para que pudiesen las aguadañadoras y atadoras entrar a segar. Las eras se arreglaban, se limpiaba el “ablentadero” (lugar de la era donde se aventa la parva), se limpiaba el pajar, se reparaban colleras y correajes para los trillos y se sacaban los trillos, a los carros se les ponían las barreras para acarrear la mies. Se hacía una “vereda” para arreglar los caminos y preparar las dos trilladoras propiedad del pueblo. Hoy preparan las cosechadoras. Se siegan las cebadas y minucias y algún trigo temprano. Actualmente se empieza a cosechar; las patatas, maíz forrajero y remolacha se empiezan a regar por aspersión.

En las huertas se arrancan los ajos y se plantan los puerros, se “espantan” (ojean) las berzas de invierno, coliflor y “brécules” (bróquiles), se empiezan a coger los primeros caparrones, hay que regar mucho las huertas y tratarlas contra las plagas. Se cogen las últimas cerezas y guindas y las primeras peras, se sacan las primeras patatas, se arrancan los guisantes, se plantan lechugas. Se cogen las ciruelas y alguna manzana.

Agosto:

Se terminaba de segar el cereal, se trillaba en las eras empezando por las cebadas y terminando por las habas. Cuando se trillaba con la trilladora primero se hacía la cebada, luego las menuncias, trigo y la avena. Hoy con las cosechadoras la mies que antes madure; se siguen regando las remolachas y patatas; antes se sembraban los nabos pasándoles la tabla, y se plantaba la berza forrajera, esto ya está declinando. Los que siembran alubia para las fábricas de embotar, las cosechan.

En las huertas se plantan los puerros, berzas, escarolas y brécules, y se sacan las patatas que quedan; se sigue cogiendo el caparrón verde (vainas), tomate, pimientos, guindillas, pepinos y calabacines, y de los frutales manzanas y peras.

Septiembre:

Se recogían los trillos, se desmontaba el carro, se guardaban las trilladoras, el “tamo” (desperdicios de la trilla) se ponía en un montón en la “rein” (finca pequeña y cerrada cerca de la casa)  para mezclarlo con la basura de las cuadras. Se arrancan las alubias y se tienden en las eras, y cuando están secas se apalean, como cuando sembraban garbanzos; se terminaba de sembrar los nabos, se empieza a sacar las patatas. Se siguen regando las remolachas y cosechando la alubia verde.

En las huertas se cogen el caparrón, tomate y pimiento para embotar, se planta escarola, puerro y lechuga de invierno, se arrancan las cebollas valencianas y la roja, y se cuelgan.

La leña de las “fogueras” se baja a casa. Hasta hace pocos años este mes se limpiaban de forma obligatoria las “cavas” (acequias), “reajos” (canalillos de riego) y arroyos, para que el agua no hiciera daño en las tierras. Este mes es el de la acción de gracias en los santuarios de la comarca.

Urdiain (Valle de la Burunda) (N.)

El proceso de sucesión continua de cultivos a lo largo de los dos años de que consta cada ciclo, es el siguiente:

  • Otoño del primer año: A partir de octubre se rotura la tierra para sembrar trigo. Puede ser cebada, avena, etc.
  • Verano: La recolección del trigo es más bien tardía en Urdiáin. A primeros de agosto empiezan a segar. Naturalmente, no es regla fija; pero sí bastante aproximada.
  • A mediados de agosto se siembra el nabo. Abonan bien la tierra, con estiércol. Las mejores fechas para la siembra del nabo se consideran los días inmediatamente anteriores y posteriores a la Virgen de Agosto (día 15). Pero en realidad esto depende del tempero y más concretamente de las escasas lluvias de esta época del año. El nabo es fundamental en la economía de la región por tratarse de un elemento básico para su ganadería.
  • Las tierras destinadas al nabo quedan prácticamente desocupadas para el mes de abril. Es la época en que se procede de nuevo a roturarlas, de cara a la siembra del maíz. Las fechas ideales para esto son las más próximas al 15 de mayo, fiesta de San Isidro, patrono de los labradores. Puede ser también la patata, remolacha o cualquier otro producto integrado en el grupo.

Transición del clima alpino al sub-oceánico y mediterráneo

Valle de Roncal (N.)

 

CEREALES ÉPOCA LABOR ÉPOCA LABOR
Ordio, avena Octubre siembra Junio / Julio siega
Cebada Octubre siembra Junio / Julio siega
Trigo y forraje Octubre siembra Julio / Julio siega

 

FAENA AGRÍCOLA ÉPOCA
Sacar estiércol del establo y mezclarlo con la paja Febrero
Extender estiércol en campos Marzo
Labrar Abril / Mayo
Escardar la huerta Mayo
Siega Junio / Julio
Acarrear fajos paja Julio / Agosto
Trillar, aventar y “porgar” (cribar  el grano) Agosto
Sacar estiércol establo y mezclarlo con la paja. Cortar helecho para usarlo como cama del ganado. Las alubias se ponen a secar. Octubre / Noviembre
Dar vuelta al estiércol Periódicamente
Actualmente no se siembra cereal y se siega solamente la hierba para forraje

Transición del clima oceánico al clima mediterráneo

Abadiño (Duranguesado, B.)

Octubre:

Recoger manzanas, maíz, habas. Empezar a recoger nueces, avellanas y castañas. Sacar la remolacha.

Noviembre:

Sembrar el trigo: esta tarea duraba hasta principios de diciembre. Entre el trigo, en ocasiones, se sembraban habas, y donde terminaba el trigo guisantes. Recoger hoja de pino y helecho para la cama del ganado (“azpigarrijje”). Se empezaba en octubre y se aprovechaban todos los días en los que la climatología era favorable para recoger cuanto fuera necesario para todo el invierno. Recoger leña (“egurra egin”): todos los días de noviembre en adelante en los que el tiempo era bueno se dedicaban a recoger, partir y guardar la leña para el invierno. La matanza del cerdo también se hacía en esta época, entre noviembre y febrero. Sacar la remolacha: entre octubre y noviembre.

Diciembre:

Recoger hojas de nabo. En esta época había menos trabajo en los caseríos y algunos hombres aprovechaban para hacer trabajos forestales. Los dueños en sus bosques, y los demás a jornal.

Entre diciembre y marzo hay un periodo de descanso en las tareas agrícolas, sobre todo si el tiempo no acompaña. Los días de buen tiempo se aprovechaban para hacer leña o recoger material para hacer la cama del ganado.

Enero:

Empezar a sacar los nabos: esta labor duraba hasta marzo.

Febrero:

Podar los árboles (“inausi”).

Marzo:

Sembrar puerro, lechuga y acelga.

Abril:

Sembrar remolacha, patata, alfalfa y trébol (“sekulabedarra”).

Mayo:

Sembrar maíz. Plantar tomates y pimientos. Sembrar vainas.

Junio:

Aclarar y escardar (“mieztu eta jorratu”) el maíz. Sembrar las alubias. Aclarar y escardar la remolacha. Escardar la patata. Recoger heno.

Julio:

Segar el trigo.

Agosto:

Trillar, limpiar  y retirar el trigo (“garia jo, garbitu eta gorde”). Sembrar y aclarar el nabo.

Septiembre:

Recoger el material para hacer la cama del ganado (“azpigarrijje batu”): helecho, hoja de pino y argoma. Preparar la leña para el invierno.

Valle de Améscoa (N.)

Hombres y mujeres, jóvenes y viejos, tomaban parte en las faenas del campo, a excepción de las abuelas que se quedaban en casa para cuidar a los más pequeños. Cada una de las distintas épocas iba marcada por un quehacer determinado que a la vez tenía su peculiar ritmo.

  • La sementera. Los meses de octubre y noviembre iban marcados por los trabajos de siembra “a la vuelta de la fiesta de San Miguel”, desde el 29 de septiembre en pleno otoño, en que se ponían el trigo y los “mestos” (forrajes varios como alholva, yero, habas…), antes de la invernada, sobre todo a partir de San Andrés (30 de noviembre), en que el mal tiempo obligaba a encerrar el ganado y no podían hacerse en el campo otras labores. Era la sementera una labor intensa y esforzada pero al ritmo sosegado del lento caminar de los bueyes. Mientras los hombres araban o “simentaban” (sembraban) parsimoniosamente la tierra recién labrada, las mujeres “narriaban” (destormar la tierra con ayuda de la narria) o cavaban con el “jadón” (azadón) los orillos de los ribazos… a veces “marceraban” (amelgaban, dividían el campo con montoncitos de paja para que pudiera ser sembrado a en fajas de la misma extensión); los muchachos “andaban delante de los bueyes” y los niños eran los encargados de llevar la comida a la pieza. Eran trabajos exclusivos de los hombres: esparcir el estiércol, arar, “simentar”… Compartían las mujeres con los hombres las tareas de entrar los orillos, “narriar”, recoger la remolacha y el maíz, sacar raíces, y, como hemos visto, “marcerar”.
  • La invernada. Corría como axioma ante los amescoanos: “Todos-los-Santos, los altos blancos”. Sin embargo lo normal era que en el mes de noviembre no arreciaran ni las lluvias ni las nieves; era a partir de San Andrés (30 de noviembre), cuando el mal tiempo obligaba al ganado a encerrarse en los corrales y hacía prohibitivas las labores del campo. Era en estos meses de diciembre, enero, febrero… cuando la vida de las gentes era más tranquila, más desahogada; una vida casera al amparo del hogar.

No faltaban, sin embargo, quehaceres abundantes en que entretenerse. El arreglo de los animales daba bastante ocupación a los hombres. Si la nieve no lo impedía, había que llevar el ganado a pastar a los montes cercanos al pueblo y recogerlos al atardecer y si la nieve bloqueaba las casas y corrales, tenían que hacer “salo” (abrir senderos) en las calles para abrevar el ganado en las fuentes públicas. Se aprovechaba este tiempo para dar vuelta al estiércol, arreglar las cuadras y, en los ratos libres, y en las veladas nocturnas, se dedicaban a una porción de trabajos de artesanía: fabricar “nazas” (cestos grandes de mimbre para guardar grano) y “escriños” (cestillos de paja), echar paja a las sillas, hacer collares de madera, arreglar aperos o bien los ancianos a “cascar” (desgranar) habas, alubias o maíz. Las mujeres se afanaban en este tiempo en sus labores de aguja o de punto y sobre todo a hilar (el lino tuvo gran importancia hasta el siglo XIX).

Era la invernada el tiempo de las matanzas del cerdo y sus consiguientes almuerzos con sartenadas colmas de “landrillas” (lechezuelas) y otras zarandajas, y con la secuela para las mujeres de todo ese ajetreo de mondongos, morcillas, adobos y embutidos….

Destacaba en el plano religioso la Navidad, con sus fiestas tan entrañables, tan hogareñas, salpicadas con notas típicas de folklore.

  • La Primavera. De marzo a mayo se vivía pendientes de las siembras de primavera (patata, maíz, remolacha, cebada “marzala” o sembrada en marzo) y de las escardas. El 25 de abril se celebraba San Marcos, de gran importancia pues marcaba la fecha de subida a los pastos de montaña, lo que significaba el fin del invierno, santo que se consideraba protegía la siembra y preservaba los campos de las plagas. La escarda era para los hombres una labor penosa por el esfuerzo que exigía el manejo de la azada y por la posición encorvada del cuerpo. Tal vez la vitalidad y alegría primaverales venían a paliar un tanto la dureza de las escardas. El trabajo, en cambio, de escardar y “escustar” (arrancar la hierba con las manos) de las mujeres era muy llevadero y como lo solían hacer en cuadrilla, resultaba agradable, ya que nunca faltaba el buen humor. La escarda enlazaba con la festividad de San Pedro (29 de junio), que daba inicio al tiempo de recolección.
  • El Verano. Era sinónimo “tiempo de siega y de trilla”. Al día siguiente de San Pedro (29 de junio) se suprimía en la iglesia el rezo del Rosario que tenía lugar el resto del año, todos los días, al tiempo de oscurecer. Los párrocos advertían en la misa dominical: “tenéis permiso para trabajar los domingos en las faenas de recolección”… Era la señal de que había estallado el “verano” con su ajetreo trepidante. La siega comenzaba alrededor de San Fermín (7 de julio) y la trilla debía terminar para la Virgen de Agosto (Asunción de María día 15) [14], pero ocurría con frecuencia que el tiempo no era lo formal que debiera y la trilla se prolongaba más de lo debido. En todo este tiempo se trabajaba demasiado, se descansaba poco y se dormía escasamente; se comía algo mejor (eran sabrosas de verdad las magras de jamón con tomate de la merienda); las personas mayores vivían agobiadas tanto por el exceso de trabajo, como por el miedo a que una mala nube mermara la cosecha, ya de por sí bastante ajustada.
  • La Septiembre. Al intervalo entre el final de la trilla y principio de la siembra, llamaban “la septiembre” que venía a ser un paréntesis de relajamiento. Las ocupaciones de ese tiempo (distribuir el estiércol por las piezas, “mochar los nogales” o descargar sus nueces, recoger la fruta), se tomaban como un entretenimiento. Se hacía alguna excursión a la sierra, pero eso sí, había que aprovecharla para recoger manzanilla o se trepaba a la “peñera” (peñas) a coger té.

Clima sub-mediterráneo

Valle de Arce (N.)

El calendario de las labores agrícolas de las partes bajas del valle, seguido hacia 1930, era el siguiente:

  • Enero: se labraba la tierra con el brabant (“kolde”) para plantar patata, se arreglaban y limpiaban los prados así como los cierres de las fincas u “orillos” con “zarrakamalda” (tajamatas). Hoy también se envasaba la patata.
  • Febrero: se araba con “kutre” (arado que sigue el modelo romano) la tierra y se sembraba avena y cebada, y luego se sacaba el fiemo a los campos y se pasaba la “mata” para alisar las toperas, luego la “zaranda” y la “area” (rastrón de varias puntas). Se continúa hoy envasando la patata.
  • Marzo: se dedica a labrar los campos para cultivar patata, se siembra forrajes, avena, veza, alholva, remolacha forrajera y trigo marzal.
  • Abril: abonado y labrado de piezas de labor con el brabant y se sembraba la patata.
  • Mayo: se continuaba la siembra de la patata y labraban las piezas que el año anterior habían sido “liecos” para luego sembrar trigo en el otoño. También por San Isidro (15 de mayo) se sembraba maíz, y luego se cortaban las hierbas. Hoy se extiende el abono químico.
  • Junio: se escardaba la patata y la remolacha. Hoy se vierte a los patatales herbicida, se siegan las hierbas y se recogen una vez secas.
  • Julio: se hacía la recogida de hierbas, que, después de bien secas, se metían en el pajar.
  • Agosto: se segaban los trigos, la avena y la cebada, y se hacía la trilla. Hoy se cortan los forrajes y una vez secos se meten en el pajar.
  • Septiembre: se comenzaba a sacar la patata, se araban con “kutre” los campos labrados en mayo, y se sacaban y extendían los estiércoles. También se cortaba la hoja de fresno y de roble que atada con ligaduras de “ayarte” o mimbres se guardaba para alimentar a las ovejas y vacas durante el invierno. Hoy se hace el segundo corte a la alfalfa.
  • Octubre: se sembraba el trigo, la avena y el centeno [15]. De este último lo necesario para hacer cuerdas. Hoy se recoge la patata.
  • Noviembre: por san Martín (día 11), se recogían helechos y hoja para cama del ganado, y se hacía leña en el monte que luego se acarreaba hasta la casa. Hoy se realizan trabajos de cierre de campos y se baja el ganado a las cuadras.
  • Diciembre: se cuidaba el ganado que ya estaba en el establo y si nevaba se bajaban las cabras del monte. Este mes se mataba el cerdo (“cuto”), y se preparaban las morcillas, chorizos y jamones. Se aprovechaba para hacer arreglos en la casa, establo y borda, y se hacía leña.

Clima mixto sub-mediterráneo / atlántico / mediterráneo

Valle de Yerri (N.)

Situado en la comarca Navarra Media Occidental. El calendario agrícola hacia 1930 era el que sigue:

  • Enero: se podaban las encinas y se cogía lo que se llamaba “leña de hogares”, se recogían a mano y del suelo las aceitunas del olivo.
  • Febrero: se continuaba con la misma labor.
  • Marzo: se sembraba avena, cebada, arvejuela, yero, tardía, en campos previamente abonados con estiércol y se cavaban las viñas.
  • Abril: se escardaban las habas, se sembraba remolacha forrajera y patata temprana.
  • Mayo: se sembraba patata, maíz, alubia, y se preparaba la tierra para plantar pimientos, tomate y cebollas. Se quitaban los cardos a los trigos.
  • Junio: se cortaban los forrajes, se escardaban las patatas, el maíz y la remolacha. En los regadíos se araba con layas anchas.
  • Julio: se metían en el pajar los forrajes. Se segaban los trigos con hoz dentada y cazoleta de madera en la mano izquierda. También para segar se utilizaba la “tralla” y “dalla”.
  • Agosto: Se hacía la trilla con yeguas y trillos de pedernales, sierras y rodillos. Luego se hacía el aventado cuando soplaba el cierzo.
  • Septiembre: se limpiaban los “orillos” de los campos, quemaban matas y si llovía araban con el “aladro”.
  • Octubre:se arrancaba la patata y se recogía la alubia. Se vendimiaba y recogía el maíz. Se comenzaba a sembrar trigo y alholva temprana.
  • Noviembre: se continuaba con la labor de sembrar trigo y recoger patata, remolacha y maíz.
  • Diciembre: se cuidaba el ganado y se preparaba el carbón vegetal menudo llamado “cisco” con “abarras” (ramas) de encino y boj. También en esta época se preparaban las caleras.

La Puebla de Arganzón (antiguo Condado de Treviño enclavado en Álava):

Octubre:

En tierras maquinadas se siembra el cereal. Se arrancan las primeras remolachas azucareras, la remolacha forrajera se apila en montones. Se termina de sacar las patatas. Se recogen las nueces, avellanas y frutas. En las huertas se coge el caparrón seco (alubias) y se retiran los palos. Se quitan las plantas de tomate y pimiento y se dejan las huertas limpias, sólo quedan los puerros y las escarolas. Se catan las colmenas.

Noviembre:

Se sacan las últimas patatas y la remolacha azucarera se sigue sacando. Se roturan las piezas de patatas para la siembra del cereal. Se cosecha el girasol. En las huertas se siembran las habas y los ajos (por San Martín) según reza el refrán “ Si no quieres el ajo ruin, siémbralo por San Martín”. Empiezan las primeras matanzas: “Por San Martín, a todo cerdo llega su fin” y otro “A todo cochino le llega su San Martín”.

Diciembre:

Se siguen arando las tierras y sembrando los cereales. Continúa la saca de remolacha y entrega en la Azucarera de Leopoldo, de Miranda de Ebro. Sigue la matanza del cerdo. En las huertas sigue la siembra de habas, guisantes y ajos. Empieza la poda de los frutales.

Enero:

En las fincas que se ha terminado de sacar la remolacha se siembran los trigos de ciclo corto, las cebadas y avenas. Se termina de sacar la remolacha azucarera y los nabos para el ganado. En las huertas se termina de poner los ajos y se cavan algunos trozos, se sigue arrancando los puerros y se podan rosales y frutales. La basura de las cuadras se saca con el carro y la ponen en una pieza, en un montón. En el monte se cortan las “fogueras” (suertes de leña), en las casas se hace la matanza y en los corrales es la época en la que las gallinas ponen más huevos. “Por San Antón, la gallina pon”.

Febrero:

Si el tiempo lo permite, se termina de sembrar el cereal tardío, sobre todo las cebadas de hoy, que son para piensos y cervezas. Por los trigos se pasaba con los bueyes el rulo o el rodillo, para desterronar la tierra. Se plantan los frutales y se podan. En las huertas se ponen las cebollas frescas de primavera, para ensaladas. En las casas, las amas ponían los nidales a las culecas con sus respectivos huevos para que las gallinas anidasen.

Marzo:

Se lanza el abono mineral en las piezas labradas. En los trigos adelantados se tira el Nitrato de Chile. Se termina de sembrar el cereal de ciclo corto. Se siembra el forraje seco: alfalfa, trébol y yeros. En las huertas se plantan las primeras lechugas. Se quitan los puerros y las berzas subidas. Se ponen las primeras patatas (tempranas) en la huerta. Se escardan las habas. En los gallineros nacen los primeros pollitos y se termina de cortar las “fogueras”.

Abril:

Se preparan las tierras para la remolacha azucarera y se siembra con las sembradoras modernas, antes con las máquinas tiradas por una caballería. En las piezas se siembran las primeras patatas. Los trigos se siguen abonando con nitrato. Los montones de basura se extienden y se aran las tierras. Los garbanzos y las lentejas se siembran en tierra de cascajo, en cantidades no mayores a media fanega. En las huertas se sembraba remolacha de mesa, zanahorias, espinacas y guisantes. Se plantan lechugas y cebollas para ensaladas.

Mayo:

Siembra de patatas y remolacha. También alubias, maíz y girasol. Se escarda y aclara la remolacha; se riegan las primeras alfalfas y los primeros forrajes. Se acollan las primeras patatas. En el cereal se echa herbicida. En las huertas se plantan tomates, pimientos, cebollas, lechugas. Se siembran calabacines y caparrón verde (vainas).

Junio:

Se escardan patata, remolacha, maíz y alubias. Se siembra el maíz forrajero. Se riegan las hierbas y se enfardan o se ponen en balas. Si aprieta el calor se dan los primeros riegos por aspersión a la remolacha y patata. Se cogen las primeras fresas y habas. A las patatas se les echa herbicida.

Julio:

Se empieza a segar las primeras cebadas, yeros y menuncias. Se termina de segar y enfardar las hierbas de los pastizales. A las patatas se les echa insecticida contra los escarabajos. Se sigue regando la patata y la remolacha. Por Santiago se siguen cosechando las primeras cebadas. En las huertas se arrancan los ajos y se planta el puerro; se arrancan las cebollas plantadas en los meses de invierno, también se arrancan las habas. Los frutales dan los primeros frutos.

Agosto:

Se termina la siega y tras ella se trillaba a trillo o con la trilladora. Hoy en día, con las modernas cosechadoras. Se sacan las primeras patatas tempranas. A últimos se arrancan las primeras alubias y garbanzos. Se siega la simiente de remolacha. Se enfarda la paja, antes se metía al pajar. En las huertas se coge el caparrón verde (vainas), tomate, pepinos y pimientos. Se sigue plantando puerros.

Septiembre:

Algún rezagado terminaba de trillar, hoy de cosechar. Se limpian los cauces y regatos. Se sigue enfardando paja. Se siembran los nabos, se apalean las alubias y garbanzos para separar el grano de la cáscara. Se trillan las habas para el ganado. Se sacan las patatas. Se queman los rastrojos que no se enfardan. Se saca la basura (abono) de las cuadras y se lleva a las piezas. Con los tractores se empieza a arar las fincas. Se trae la foguera del monte. Se podan los chopos y se hacen gavillas para darles en el invierno a las cabras y ovejas.

Clima mediterráneo suave

Obanos (N.). Navarra media oriental.

Se exponen en dos cuadros el calendario agrícola de Obanos [16]:

Cereales, huertas y leguminosas [17]

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Labores exigidas por el olivo y la vid [18]

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Clima mediterráneo de interior (o continentalizado)

Viana (N.) (Tierra Estella fronteriza cave el Ebro y la Rioja Alavesa)

Octubre:

Alrededor de la fiesta del Pilar, 12 de octubre, se sitúa el inicio de vendimia, “mendema”, y cuando elaboraban el vino en las casas el pisado y el prensado. Una vez terminada aquélla, había que labrar y preparar la tierra para la siembra del cereal. Era el tiempo oportuno para recoger los membrillos, y para  “descocar”, limpiar, los almendrucos quitándoles la cáscara.

Noviembre:

A primeros comienza a sembrarse el cereal y enseguida la poda de los árboles frutales. Han de atarse los cardos o enterrarlos en parte para que salgan blancos y tiernos. Y a últimos, se recogen las aceitunas, todavía algo verdes, para  aliñarlas en casa con distintas hierbas  y para consumo humano.

Diciembre:

Es el mes de la siembra y de la recolección de la aceituna para la elaboración del aceite. Algunos comienzan a podar la viña y sembrar los ajos. Cuando se cultivaba la remolacha se sacaba del campo y se limpiaba antes de mandarla a las azucareras. En las huertas es el tiempo adecuado para recoger las verduras de invierno: cardos, escarolas, achicorias, puerros, berzas y pellas. Otra ocupación era en el pasado hacer leña con el hacha de los restos de poda de frutales o de olivos y vides arrancados, y limpiar los “redajos” (canalillos de riego). Los que elaboraban vino en sus bodegas particulares lo trasegaban cada cierto tiempo.

Enero:

Comienza la poda de los viñedos, los olivos y los árboles frutales en general. A veces, los restos de poda de los almendros y olivos y especialmente los sarmientos, se traían a casa para el fuego. Se siembra el cereal tardío, llamado de ciclo corto. A los sembrados con anterioridad les pasaban el rulo o el rastro, y se echaba amonitro. Comienza la siembra de los ajos y en la huerta la recolección de las verduras de invierno: pella, berza, cardo, escarola, etc.  Las mujeres, sobre todo, comenzaban a desgranar el maíz. Se abrían las tabernas para que los particulares vendiesen el vino.

Febrero:

Continúa la poda de los diversos árboles y se termina de sembrar el cereal tardío. Se plantaba la viña nueva entre enero y febrero formando “renques” (líneas de plantación), según los “marcos”, y para ello había que preparar la tierra desfondándola a bastante profundidad.

Marzo:

Antes se labraban las tierras blancas de cereal que se habían dejado para barbecho, “año y vez”. Era el tiempo apropiado para “forcatear” o meter la reja en la tierra de  los pasillos de las viñas y de los olivares. Es el momento de injertar, pues todavía no ha subido la savia a la planta. Se siembran las patatas.

Abril:

Era el tiempo apropiado de la escarda de la viña y sobre todo de la piezas de cereal, requería mucha mano de obra por la cantidad de hierbas malas. Hoy  los herbicidas,  echados en líquido con máquinas especiales desde un tractor, acaban con todas la malas hierbas. La huerta produce las alcachofas, las cebollas de invierno, el ajo fresco, la lechuga de primavera, y las “siemprevivas” o brotes de cebolla y comienza la campaña del espárrago. Se hacen los injertos a púa en los árboles frutales. En la vecina Moreda de Álava era el momento del olivar: su poda, quema oliveñas, labra, cava, abonado y tratamientos contra plagas y enfermedades mediante amoniaco, sulfato de cobre y azufre mojable, labor que continuaban en el mes siguiente.

Mayo:

La huerta requiere mucho trabajo, pues hay que plantar la cebolla de verano, el tomate, pimiento, calabacín, pepino, cardo. Se recogen las habas, en verde como “calzón” al principio y luego  para grano, y los guisantes, y al final del mes empiezan a colorear las cerezas. Es el tiempo adecuado para “desnietar” y despuntar las viñas, azufrarlas y sulfatearlas, y en algunos casos, según el tiempo, regar las que se podían. Continúa la recogida del espárrago.

Junio:

Se comenzaba, para San Pedro (día 29), a segar a  mano las cebadas. La hortaliza de la huerta requiere riegos y el arreglo de la tierra en “canteros”, se continúa recogiendo la cereza. Generalmente, termina la campaña del espárrago. En la vecina Moreda de Álava se prestaba especial atención al viñedo: tratamientos contra mildiu con sulfatos sistémicos sin cobre, contra el oideo o ceniza y contra polillas, gardamas y ácaros, se trataban con sulfato de hierro las cepas amarillas, se hacía la escarda-espervura, despuntado, desnietado, azufrado, arado con cultivador de cuchillas de mariposa, eliminación de la hierba con la azada, quitar contrainjertos, poner pernada a las cepas jóvenes para que no las rompa el viento, limpiar la flor de la viña, llega la floración y cuajado del fruto… Los tratamientos se extendían al olivar. Labores que proseguían en julio.

Julio:

Antes, concluía la siega a mano y comenzaba la trilla. Ahora, durante este mes se  termina de cosechar. La huerta requiere muchas labores, sobre todo el riego y “dar tempero a la tierra” (sazonarla), se plantan los cardos y se recogen los ajos para San Fermín, 7 de julio. Antes, labraban algunos rastrojos de cereal para poder sembrar alubias.

Agosto:

En años pasados se terminaba de trillar. La viña y el olivo requieren tratamientos especiales, como sulfatear,  despuntar, levantar uvas con el azadón que peguen al suelo, enderezar cepas jóvenes, y, en el olivar, quitar con el hachilla verguizos-chupones. En la huerta recogen toda clase de hortalizas y otros frutos, hay que regar, acollar, dar tempero. Y se comienza a sembrar y plantar la verdura de  invierno, como la pella, la berza y la escarola. Comenzaban a quemarse algunos rastrojos de cereal. Era el tiempo más oportuno para  realizar los injertos a “yema” de los árboles frutales. La huerta proporciona abundantes frutos.

Septiembre:

La huerta da sus mejores productos, el pimiento, tomate, cebolla, y muchas frutas: melón, sandía, melocotón y manzana. Muchas familias, todavía embotan pimiento y tomate al modo tradicional, el pimiento previamente asado. En cuanto al viñedo, informan en la vecina Moreda de Álava que no conviene tocar mucho las cepas esperando a que madure la uva, dar con el tractor y cultivador a plantados, amontonar y sacar piedras, limpiar redajos, marcar las mejores cepas de uva para en la primavera poder coger púas para injertar, contar faltas en plantados para reponer en la campaña siguiente, a finales de mes vendimiar la uva blanca, preparar viñedos para la vendimia haciendo las calles con la despuntadora, preparar maquinaria, tractores, remolques y sacaúvas de cara al inicio inminente de la vendimia…

Cárcar (Comarca alta del río Ebro, N.):

Enero:

Secano: Se recogía la oliva y se llevaba al molino. Se plantaba viña nueva y se podaba la ya plantada. Se daba el primer labrado y se sulfataba para prevenirla contra el mildiu. Se recogían los sarmientos. Cereales. Se sembraba las cebadas tardías y algunos tipos de trigo.

Regadío: Se plantaban los árboles frutales. Se cortaban las cañas.

Febrero:

Secano: La tierra de barbecho se “rastreaba” (se le pasaba la rastra). Se abonaban viñas y almendros. En las plantaciones de viña nueva se procede a la plantación de estacas y se preparaban los injertos. El olivo se podaba. Se empezaba a labrar el cereal.

Regadío: Se iniciaba la siembra de los canterillos de remolacha, espárrago, pimiento y tomate. Se cortaban las mimbres. Se layaban las huertas.

Marzo:

Secano: Se sembraba el lino. Se abonaban y escardaba los sembrados. Se preparaban las esparragueras. Se empezaba el injerto de los árboles y viñas.

Regadío: Se recogen las alcachofas. Se prepara la patata para la siembra. Se siembra la remolacha. Abonado de árboles. Limpieza de la regaderas.

Abril:

Secano: Se empezaba la recogida de espárragos. Se abonaba el sembrado. Se injertaba la viña.

Regadío: Se seguía con la recogida de la alcachofa. Se siembra la alfalfa, la remolacha, el maíz, el sorgo y los cañamones.

Mayo:

Secano: Primeros sulfatados y azufrados. Labrar viña. Recogida de espárragos.

Regadío: Se sigue recogiendo la alcachofa. Se siembra maíz, alubia verde, cáñamo, pepinos… Se empieza con la siega de la alfalfa. Se plantan tomates y pimientos. Se prepara la simiente de melones y sandias.

Junio:

Secano: Preparación del material para la cosecha. Se desinfectaban los almacenes y graneros donde se iba a depositar el grano. Se azufraban las viñas. Se seguía recogiendo espárrago.

Regadío: Quitar hierba. Comienza la recolección de la fruta. Todo lo sembrado y plantado necesita agua. Se regaba. Se arrancaban las habas.

Julio:

Secano: Se seguía recogiendo espárrago. Se iniciaba la siega y se aventaba el grano. Se introducía la paja a los pajares. A las viñas y olivos se les daba una pasada con la azada.

Regadío: Regar. Acollar tomate y vides. También se “esparraba” (se quitaban ramas y hojas de las plantas), faena muy dura que exigía estar agachado. Se seguía cogiendo espárragos. Durante el verano se hacía un trabajo duro el “recachar” (hacer pequeños regachos en las plantaciones de regadío para dirigir el agua a cada “rencle” o ringlera del cultivo). Se arrancaba el lino.

Agosto:

Secano: Los miembros de las familias menos pudientes, una vez finalizada la siega, salían a “espigar” (recogida de las espigas de trigo o cebada después de que el propietario de las tierras hubiera dado por finalizada la cosecha).  Se empieza a maquinar las tierras.

Regadío: Se seguía regando todo tipo de plantaciones. Se iniciaba la recogida del tomate. Se limpiaba el pimiento. Se preparaba la planta de la alcachofa. Se recogía la patata.

Septiembre:

Secano: Se recogía el algodón. Se preparaba la tierra para la siembra. Se empezaba la vendimia con la recogida de la uva garnacha. Esta variedad se colgaba en los graneros para poderse comer durante el año.

Regadío: Recogida del tomate y del pimiento. Se cortaban mimbreras. Se plantan verduras de invierno. Se cortaba el mijo para alimentos para las gallinas.

Octubre:

Secano: Se preparaban todas las herramientas para la vendimia y se iniciaba ésta. Se seguía preparando la tierra para la siembra y daba comienzo. Se recoge la simiente de las esparraguera para los “cantarillos” (macetas). Las familias humildes “racimaban” las viñas (tomaban los racimos olvidados en las cepas).

Regadío: Sigue las recogida de pimiento y tomate. Se recogen los frutos de los árboles. Se recoge el tabaco.

Noviembre:

Secano: Se seguía con la siembra. Se labraba la viña. Cuando se cultivaba lino se sembraba en este mes.

Regadío: Recogida del maíz.

Diciembre:

Secano: Se podan y se extraen los sarmientos de las viñas. Recogida de las olivas.

Regadío: Se recogía la remolacha.

Puede accederse a la versión digitalizada del Atlas Etnográfico de Vasconia en la dirección: https://atlasetnografico.labayru.eus

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Imagen de la portada: Ejemplo de cultivo tradicional en Obanos, Valdizarbe navarro (Foto: Mª Amor Beguiristain, 2013)

Notas

[1] Estornés Lasa, en su libro Erronkari, dice que “artigas” son los “campos de donde se ha arrancado el arbolado y que se siembran uno o dos años”. Llaman también así a la operación de quemar las ramas y residuos de los árboles derribados, para convertir el terreno que fue de arbolado en campo de cultivo. Cit. por IRIBARREN, José María. Vocabulario navarro. Pamplona, Diario de Navarra, 1997 (3ª ed.), pág. 43.

[2] CARO BAROJA, Julio. “Un estudio de tecnología rural”, Cuadernos de Etnología yEtnografía de Navarra, año I, núm. 2, 1969, pág. 218.

[3] Según Iribarren, la expresión “menuceles” corresponde a la forma en la que en la Navarra Media llaman a las plantas y legumbres que se siembran en la hoja blanca del barbecho, por ejemplo el “girón” (o yero), el “aiscol” (arveja o almorta), el guisón (o arvejuela) y la veza o beza. En Tierra Estella incluyen en la denominación el maíz, la cebada, las habas, las patatas y la remolacha que se dan como pienso al ganado. Véase IRIBARREN, José María. Vocabulario navarro. Pamplona, Diario de Navarra, 1997 (3ª ed.), pág. 331.

[4] La narria era una simple plataforma de madera con púas en su parte inferior. La grada era metálica dotada de varias rejas.

[5] La tabla o atabladera en el castellano común es una mera tabla, valga la redundancia, sin púas en contraposición a la grada, que sí las tiene. Sirve para igualar la tierra después de arada.

[6] ANES, G.: «Tradición rural y cambio en la España del siglo XVIII», en La economía española al final del Antiguo Régimen. Tomo I: Agricultura, págs. XVII-XLV. Madrid, Alianza Universidad, 1982. Cit. por ENRÍQUEZ FERNÁNDEZ, José Carlos – GOGEASCOECHEA ARRIEN, Arantza. “Agricultura tradicional en la vertiente norte del País Vasco: prácticas productivas y organización ecológica familiar”, Lurralde: Investigación Espacial, núm. 18 (1995), págs. 245-256. URL: http://www.ingeba.org/lurralde/lurranet/lur18/enriq18/18enriq.htm

[7] La primera se hacía en un sentido, por lo general con surcos paralelos a los lados más largos de la parcela; la segunda en sentido transversal, es decir, perpendicular a la anterior; y la tercera lo mismo que la primera u oblicua. Con este laboreo se aseguraba el mullido completo de la tierra, su oxigenación y su mezcla antes de proceder a la siembra.  Lo mismo se efectuaba en las tierras de barbecho. La labor del sembrador estaba prestigiada y se reservaba a personas diestras en ella. Una vez marcado el suelo, el sembrador se persignaba y lanzaba la semilla del saco o capazo que llevaba colgado en el hombro izquierdo, a derecha e izquierda, a voleo, (a pedrada, en otros lugares) arrojando a puñados la semilla con movimientos rápidos del brazo. Para granos de cierto tamaño, como el maíz, la siembra se hacía “a chorrillo” (“a montón” en otros lugares) dejando caer una hilera de semillas a lo largo de surco. La siembra de las legumbres, por su parte, se hacía “a golpe”, introduciendo la semilla a mano y tapándola a continuación con la azada o azadilla. Las patatas se sembraban así con trozos de la misma, y la vid con sarmientos procedentes de la poda. En el caso del viñedo, la preparación del terreno se hacía antaño con laya o con la azada (layado o cavado), labores que se solían hacer colectivamente en invierno, y posteriormente con el malacate, arado grande unido a caballerías dotado de un tambor y sirga para perfeccionar el ahondamiento del terreno.

[8] CARO BAROJA, Julio. “Representaciones y nombres de meses (A propósito del menologio de la Catedral de Pamplona)“, Príncipe de Viana, VII, núm. 25 (1946), págs. 629-653 + 21 láms.; IDEM. “La vida agraria tradicional reflejada en el arte español”, Estudios de historia social de España (Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas – Instituto Balmes de Sociología, 1949), vol. I, págs. 45-138 (con 66 figs.).

[9] BARANDIARÁN, José Miguel de. Curso monográfico de Etnología Vasca. Edición y prólogo Mª Amor Beguiristain. Ataún (Gipuzkoa), Fundación José Miguel de Barandiarán, 2000, pág. 50 (los textos se dictan en 1973); CARO BAROJA, Julio. Los vascos. Madrid, Istmo, 1971, pág. 139.

[10] Esta operación se hacía en Berganzo, localidad próxima a La Rioja, empleando sulfato de cobre disuelto en agua con ceniza, después se mojaba una escoba y se sacudía sobre el grano para mojarlo bien. Esta operación se hacía la noche anterior a la siembra.

[11] Los trabajos de vereda son aquellos comunitarios a los que los vecinos están obligados, por ejemplo arreglo de caminos, limpieza de fuentes, etc. (LÓPEZ DE GUEREÑU GALARRAGA, Gerardo. Voces alavesas. Bilbao, Euskaltzaindia, 1998. (2ª ed. prologada por Henrike Knörr), pág. 275. El término también se usa en la Ribera de Navarra (Sartaguda), equivalente al “auzolán” de otras zonas, y con él se arreglaban acequias, caminos, la presa o las calles.

[12] O “menucias”, paja y grano de yero, alholva, arveja… (LÓPEZ DE GUEREÑU GALARRAGA, Gerardo. Voces alavesas. Bilbao, Euskaltzaindia, 1998. (2ª ed. prologada por Henrike Knörr), pág. 195).

[13] En el encinar se realizan las suertes de leña o fogueras, previo marcaje de los árboles, correspondiendo una a cada vecino. El sistema de marcaje consiste en realizar un chaflán con el hacha en determinados árboles, que delimitan la suerte o foguera y reciben el nombre de «cerrajas». Los números se marcan en romanos en el chaflán, con el hacha. El sorteo se hace por el número de la casa, siguiendo el orden que utilizan para las renques y veredas. Antes se aprovechaba la madera para hacer carbón o herramientas para carpintero, hoy soolo para leña aunque también se hacen lotes para sacarlos a subasta y así obtener fondos para el pueblo. La “foguera” se tira de febrero a marzo. Los árboles gordos a tronzadera y esquisándolos a hacha. Se acarrea la leña a casa en setiembre. Hoy se tiran con modernas motosierras, haciendo tacos en el mismo sitio (SÁENZ DE URTURI RODRÍGUEZ, Isidro. “Estudio etnográfico de Apodaca”. En BEGUIRISTAIN GÚRPIDE, Mª Amor (dir.). Contribución al Atlas Etnográfico de Vasconia. Investigaciones en Álava y Navarra. Colección Barandiaran (5). San Sebastián, Eusko Ikaskuntza, 1990, págs. 9-10).

[14] LAPUENTE, Luciano. Las Améscoas (Estudio Histórico-Etnográfico), Estella, Aristubeltza, 1990, págs. 284-285.

[15] En las cuencas de Pamplona y pre-pirenaica de Romanzado, así como en los valles de Aezkoa y Salazar, la siembra conjunta de trigo y avena o de trigo con centeno, recibía el nombre de “comunia” o “comuña”.

[16] BEGUIRISTAIN Gúrpide, Mª Amor. “Encuesta etnográfica. La agricultura en Obanos (Navarra)”. Eusko-Folklore, 50, págs. 17-105, 2012-2014.

[17] ADVERTENCIA: En fuente normal: datos recogidos mediante encuesta;  en fuente subrayado en negrita labores anotadas en el Dietario de Alfredo Beguiristain de 1952; en negrita cuando coinciden los datos de la encuesta actual y el Dietario de 1952. *Cada una de estas operaciones o faenas tiene su desarrollo en las preguntas correspondientes de BARANDIARAN, José Miguel de. “Guía para una encuesta etnográfica”, Cuadernos de Etnología y Etnografía de Navarra, 20, 1975, págs. 277-325. Además hay importantes diferencias según se trate de un producto u otro. **Se almacena en los silos de Orvalaiz. Hoy mecanizada la recolección al 100 por 100.

[18] ADVERTENCIA: En fuente normal: datos recogidos mediante encuesta; en fuente subrayado en negrita labores anotadas en el Dietario de Alfredo Beguiristain; en negrita cuando coinciden los datos de la encuesta actual y el Dietario de 1952. * Cada una de estas operaciones o faenas tiene su desarrollo en las preguntas correspondientes de BARANDIARAN, José Miguel de. “Guía para una encuesta etnográfica”, Cuadernos de Etnología y Etnografía de Navarra, 20, 1975, págs. 277-325.